Isabella se dio una ducha rápida y se vistió con un outfit casual sin perder la elegancia: camiseta blanca sin mangas y con encajes en el cuello, chaqueta marrón de piel tipo aviador, pantalones de mezclilla ajustados y doblados en la bota, y botines de piel de taco grueso, cómodos y hermosos.Bajó las escaleras apresuradamente y cuando llegó a la cocina encontró a James ayudando a Ada a poner la mesa. No dijo nada, pero le sorprendió el gesto.— ¿Estás lista, eh? Pues bueno, aquí también estamos listos, Ada me dijo que te gustan las ensaladas de fruta — él comentó tratando de sonar casual.— Eh, si, bueno más por la dieta, pero si me gustan.— ¡Perfecto! Entonces siéntate, hay una deliciosa que Ada acaba de preparar.— ¡Mmm! Se ve delicioso, gracias.James le acercó la silla para qu
Isabella comenzó a temblar de pavor, era evidente que estaba a punto de ser descubierta, si es que ya no lo estaba, Mikel había cambiado drásticamente y no se veía muy contento. Ella intentó desviar la situación inteligentemente.— Perdón, es tan pequeño y tierno, tan parecido a su padre… — ella fingió no darse cuenta, pero sintió el cambio en la actitud de Mikel y temió que la hubiera reconocido, ella podía representar una actuación brillante cuando se trataba de cualquier otra cosa, menos en lo relativo a su hijo.El instinto materno truncado que llevaba por dentro, el amor que hacía mucho no podía brindarle a su querido Maty, y los deseos de volver a tenerlo junto a ella nublaban su capacidad para fingir, en cuanto a ese punto, su hijo.Más le valía tener cuidado y no volver a mencionar al niño delante de Mikel, era
Isabella vio cómo Mikel se iba en el auto que la empresa había enviado, e inmediatamente subió a su coche y antes, siquiera encender el motor, tomó el móvil y le marcó a James.James estaba sobre la esterilla de yoga, torciéndose la espalda con un movimiento casi imposible, solo con el afán de sentir algo que fuera más fuerte y doloroso que su rabia y su impotencia hacia lo que Isabella estaba haciendo para acercarse a Mikel.Estaba consciente de que no tenía derecho a decirle nada al respecto, también estaba consciente de que no podía simplemente hacerle una escenita porque, entre los dos, no había nada, nada más que una supuesta relación consanguínea, ¡Y de hermanos, nada más y nada menos!, y eso incluso para los empleados de la casa, que nada sabían sobre las mentiras construidas por los dos para mantener a flote toda su patraña.
— Robert, es James, necesito que tengamos una reunión de emergencia con el bufete de abogados que nos representa — James sonaba inquieto y preocupado.— Hola, James, sí por supuesto, ¿Para cuándo quieres la reunión?— De inmediato, la situación es delicada y necesito representación legal, además, no quiero que los demás inversores me tomen la delantera, las decisiones en cuanto a este tema las tomaré yo— ¿Y de qué exactamente estamos hablando, James? — El abogado quiso saber.— De nuestros convenios con Wolf Company, requiero consultarte algo, y es importante, ¿Puedes venir ahora mismo a la mansión? Conversaremos antes de que lleguen los demás, ya sabes que confío plenamente en ti, pero en los demás… bueno, con ellos es más un formalismo que otra cosa.— Claro, ya voy p
Mikel salió de la oficina de su padre echando chispas, casi atropella a la secretaria y se tropezó también con uno de los ejecutivos a quienes Emmett había convocado a una reunión.— Mikel, ¡Necesito hablar contigo!— Ahora no, Sanders, mi padre te espera en su oficina, debo atender a la prensa.— ¿Y qué es lo que les dirás?— Todavía no lo sé, voy a la planta a buscar más información, no quiero caer en las trampas de mi padre, esto no me gusta nada.— Ni a mí, pero confía en Emmett, él siempre sabe cómo sacarnos de este tipo de situaciones — palmeándole la espalda.Mikel pensó que nunca se había tomado la molestia de autenticar la veracidad de las acusaciones hechas contra Wolf Company en el pasado, ¿Y si su padre siempre barría la mugre bajo la alfombra
Mikel entró de nuevo en su oficina después de haber dado las declaraciones oficiales y se sentó en el mueble con un fuerte dolor de cabeza.Emmett entró y mirándolo comenzó a aplaudir su actuación antes las cámaras.— ¡Excelente, hijo! Hoy te luciste, como debe hacerlo un verdadero Wolf — le dijo adulándolo hipócritamente.— No te burles, papá, no estoy feliz por tapar tus mentiras, sabes que todo se sabrá tarde o temprano, no deberías celebrar todavía — Le contestó en tono frío y severo.— Te equivocas, querido Mikel, mi gente ya hablo con los familiares de los afectados, todos han firmado un acuerdo de confidencialidad y, a cambio, me haré cargo de sus gastos médicos.Mikel levantó la vista, asqueado, hacia su padre.— Entonces, ¡si comprarás su silencio,
— Robert, llama a Mikel Wolf, y cítalo para una junta urgente, dile que cenaremos esta noche en el lobby privado del Luna Park, si quiere que lo acompañe su abogado.— ¿Vas a plantearle todo lo que acordamos aquí, tú solo? Creo que deberías ir con alguien más, Isabella, por ejemplo, que es la otra accionista mayoritaria, y quizás Montgomery en representación de los accionistas minoritarios.— No, prefiero hacer esto cara a cara con ese desgraciado, solo me acompañarás tú, no necesito un séquito a mi lado para decirle unas cuantas verdades a ese canalla — Escupió con rabia.Al otro lado de la ciudad, en la planta de cosméticos de Wolf Company, Mikel se comprometía de manera personal con el representante de los obreros afectados, pidiéndoles que todo fuera con la mayor discreción, ya que su padre había acordad
En el lobby privado del elegante restaurante Luna Park, Mikel y su abogado esperaban a Lennox con el corazón en la boca.Mikel sabía que todo el alboroto de los empleados y los químicos le traería más que problemas, y su padre no estaba ahí para asumir la responsabilidad, sino que lo lanzaba a los lobos esperando que pudiera salir ileso de semejante desastre, cosa muy difícil, conociendo la trayectoria de James Lennox y lo que se decía de él en el medio empresarial, ¡Que era implacable!Por algo estaba en la lista de los empresarios más ricos, y había salido tres años consecutivos en la portada de la revista Forbes.— ¿Crees que venga? Está retrasado veinticinco minutos — Mikel resopló haciéndole señas al mozo para que le sirviera el segundo trago de whisky.— Mikel hoy no, por favor — Le aconsejó su a