Controlar a su loba era difícil, meditaba Anna unos minutos después mientras Xander la abrazaba. La matriarca miraba en su dirección, esperando verla irse, pero no lo haría. No le importaba cómo había llegado Xander a su vida. Lo amaba.Quizás otra persona hubiese decidido irse, pero ella no dejaría que nadie le quitara lo que era suyo. Lo que la tenía molesta era lo que le habían hecho a su loba; sentía a Xander inquieto, su lobo aullando con furia al recordar el castigo brutal al que sometió a su compañera.De pronto, los ancianos, que habían escuchado todo, aparecieron para apresarla, pero ninguno de los hijos de la matriarca protestó ni intentó detenerlos. Anelka gritaba horrorizada ante la decisión de sus hijos de entregarla a la justicia.—Ellos te juzgarán por alta traición a tu pueblo, pero sobre todo a tu rey.—No dejes que me lleven, hija.—Yo no tengo madre, ya no.Anna se quedó con Dominika, consolando a la joven loba.—Gracias por no dejar a mi hermano.—No importa cómo ac
Narrador OmniscinteXander no era un niño pequeño, pero necesitaba de su compañera para ir a donde debía ir. La casa era un caos, las hermanas de Anna la ayudaban a organizar la boda. Ella quería esperar, pero él no. No es que su mujer pudiese escaparse porque: A. Su estómago parecía muy grande para tener solo seis meses de embarazo y correr quedaba descartado, y B. Él no la perdía de vista; aun a pesar de eso, la quería atada a él de todas las formas posibles.La noche anterior había recibido la visita del mago, quien le urgía a que él y Anna fuesen a las cuevas hoy. Y su hermosa mujer lo acompañaría. Llegar les tomó casi dos horas, porque, aunque podrían haber llegado en menos de una hora, Xander condujo el todoterreno muy despacio para que ella no estuviese incómoda.—Gracias por acompañarme, cariño. Sé que estabas feliz en casa.—Me gusta que estemos a solas, además de verdad estoy muy cansada.Xander la miró con atención; era cierto que últimamente estaba más cansada de lo normal.
Hola a los uevos lectores, Estoy revisando ortografía, no va a haber cambios en la trama. 𝗣𝗿𝗲𝗳𝗮𝗰𝗶𝗼Alexander Pávlov, conocido como el Lobo, es uno de los mejores luchadores en la historia de los torneos de boxeo clandestino. Su fuerza y tamaño asombran tanto a sus propios seguidores como a sus rivales. Las peleas las gana tan fácilmente que ni siquiera parece sudar. La gente comenta que parece ser de otro mundo, y bueno, los hombres que miden dos metros con diez centímetros no son muy comunes. De él se esperaría que fuera un luchador torpe debido a su estatura, pero se mueve con la agilidad de los más pequeños. Así que, en resumidas cuentas, Alexander Pávlov es letal.Sin embargo, en algo tenían razón: él no es un tipo común. Alexander Pávlov es el líder supremo de un clan que está a punto de extinguirse, ya que su gente está siendo cazada. El tiempo apremia y la solución está en sus manos, por eso
Narra AnnaAnna, ese es mi nombre. No se me acerquen, soy la peste. Atraigo la mala suerte, me rodea la muerte y la soledad. Vivir no vale la pena, al menos yo, no he encontrado aún ese qué sé yo, que me haga levantarme cada mañana.¿Era demasiado joven para ser tan sarcástica y amargada? Pensaba mientras caminaba por la calle, sin importarme realmente que era más de medianoche, ni que mi vida podía estar en peligro. Bueno, a decir verdad, nunca fui una de esas personas preocupadas realmente por su propia seguridad. Odiaba mi vida, nunca había buscado suicidarme, pero si un auto me arrollaba, bienvenida la muerte entonces, pensaba.¿Y quién me extrañaría? Realmente, era joven para estar tan sola, pero si nadie me quería pues no podía hacer nada. No crean que no he tratado de ser sociable, pero saben, a veces con mis compañeros de trabajo nos bebemos una copa al acabar el día. Trato de opinar en las conversaciones, pero nada más empezar a hablar y me ignoran, me levanto y me marcho y no
Narra Alexander Mi lobo me gruñe, tiene razón. Mi compañera está herida y debo dejarla marchar.Mi contraparte peluda no está feliz, ¡pero vamos, no estoy feliz tampoco! Ella tiene tan mala opinión sobre sí misma, carga tanta oscuridad que lo mejor es no presionarla. Pero la necesidad de tenerla es abrumadora y ella es diminuta, realmente diminuta. Y siendo así, debería sentir que mantenerla a salvo será sencillo, pero al mismo tiempo siento que es tan frágil que me la pueden quitar en nada de tiempo. Y prueba de ello es verla así, magullada.Dejarla en esa pensión fue difícil, así que hablé con Guillermo y renté el apartamento de al lado. Los demás inquilinos pasaban a mi lado sin siquiera mirarme, tal y como debía ser. Aunque los humanos no sepan sobre mí, mi energía les hace sentirse atemorizados o al menos cautos.Vivir entre humanos resultaba tedioso, porque no podían realmente estar cerca de mí, así que estoy bastante solo y siendo parte lobo, quien disfrutaba de vivir en m
Narrador omniscienteCuando despertó a la mañana siguiente supo que su vida, que esa había cambiado por completo. La experiencia de la noche anterior, los orgasmos… los mordiscos… demonios… ese hombre la había hecho ver las estrellas.Estaba viva por primera vez en su vida y aunque amarlo significaba abrirse a él y mostrarle lo que ella era de verdad, no tenía miedo pues sentía que Xander era igual de vulnerable y que ella, incluso, podría herirlo más de lo que él lo haría con ella. Sentirse tan responsable de alguien era realmente aterrador, pero al mismo tiempo, esa carga aliviaba el vacío que tenía en su vida y en su corazón.Eran compañeros, eso quería decir que él no se iría, no la abandonaría. ¿Pero realmente podría creerlo? Había tenido experiencias muy feas durante su adolescencia. En dos ocasiones trataron de abusar de ella, bueno, es que viviendo en la calle era común, pero en ambas situaciones, los sujetos cayeron muertos a su lado.LITERAL, COMPLETA Y ABSOLUTAMENTE MUERTOS.
Narrador OmniscienteMientras desayunaba sola en casa de Xander, pues este estaba manejando algunos asuntos, Anna pensaba en todo. Antes de la llegada de Xander a su vida, Anna jamás pensó que uno de los más grandes mitos literarios se haría realidad ante sus ojos. Esas criaturas de las películas, las que la aterrorizaron de niña eran reales. Existían, la acechaban, uno de ellos quería mantenerla a salvo, otros matarla.Para sobrevivir debía adaptarse a su mundo, aprender de sus costumbres y confiar en aquel que quería tenerla a su lado por toda la eternidad. Alexander le gustaba, a su lado se sentía segura y el sexo era impresionante, sino de prueba tenía ese dolor agradable en la entrepierna.Mismo que en aquel momento generaba calor y ansiedad, lo necesitaba con ella, pero sabía que estaba ocupado.Conforme avanzaban las primeras horas de la tarde, aquello no se sentía agradable, así que en la cama, retorciéndose de dolor, empezó a llorar mientras lo llamaba por teléfono.—Anna.—Ay
Narrador OmniscienteAlgunas horas después, Anna estaba tomando un baño. De alguna manera, cuando su cuerpo entró en contacto con el agua y gimió con el placer del deleite, pudo percibir los gruñidos inconformes de sus tres compañeros.¿Qué tanto estarían conectados sus lobos sin haberse vinculado? —pensaba juguetona—Lo supo cuando comenzó a enjabonarse los hombros y descendió a sus senos. Inmediatamente, la puerta del baño se abrió, causando que gritara aterrorizada.—Lo siento, cariño, pero si no quieres que en esa tina haya 4 en lugar de 1, deja los jueguitos. Tu loba transmite en directo tus sensaciones y pensamientos.—Quería probar, ya sabes Alexander, ese vínculo. Lo sentí con tus hermanos, pero no sabía si era tan fuerte. Es decir, que si mi mano bajara por mi estómago y más allá del ombligo...—Sí, los tres estaríamos locos por tenerte…— ¿Podrían controlarse como hasta ahora?—No.— ¿Y si yo no quiero que se controlen? Los deseo, a los tres. ¿Qué sucede si lo hacemos juntos,