Estamos a mediados de agosto así que todavía el calor del verano es palpable aquí en Boston. La temperatura está en treinta grados y hace un día soleado. Luego de la entrevista siento que el sol brilla aún más y que el cielo es más azul que de costumbre. Eso es la alegría de haber sido contratada. Tras haber desayunado en McDonald, regreso a mi apartamento para cambiarme el traje y los tacones y seguir con mis cosas, aunque no tengo muchos pendientes dado a que estamos en vacaciones y no tengo que ir al colegio.
Al llegar a casa, Sandra no está en el edificio, está trabajando en el centro odontológico que ella emprendió, hace dos años. Yo voy a mi habitación, me cambio la ropa por algo mucho más cómodo y decido ponerme a limpiar mi habitación un poco con la aspiradora. Luego de aspirar, lavo algunos platos sucios en el fregadero y saco la b****a. Eso es lo bueno de vivir con Sandra, que ella siempre mantiene la limpieza lo que hace que la convivencia sea mucho más llevadera. Cuando termino los quehaceres, son cerca de las doce y la temperatura ha subido algunos grados más. No lo pienso más, me pongo mi traje de baño, me coloco un vestido ligero y corto, para dirigirme a casa de mis padres para tomar un chapuzón en su piscina.
Mis padres son mi ejemplo a seguir. Llevan más de treinta años juntos y pareciera que son dos jovencitos enamorados. Viven en uno de los mejores vecindarios de la ciudad. Mi madre es ama de casa y mi padre aún trabaja en el buffet de abogados de su firma. Cuando llego hasta su residencia, mi madre se encuentra en la cocina, preparando una limonada.
- ¡Mi niña hermosa! Qué bueno que hayas venido - me saluda abrazándome con cariño.
- ¡Hola, mamá! Vine para verte y porque moría de calor - le digo tomando una manzana de la encimera.
Ella se ríe porque sabe que amo nadar, por eso ella y papá han construido la piscina, para que mis hermanas y yo siempre vengamos a visitarles en las tardes calurosas de verano.
- ¿Ya has almorzado? - dice mientras endulza la limonada.
- Aún no, pero desayuné tarde - le digo.
- Bien. ¿Y qué esperas para contarme de tu entrevista? - me inquiere sentándose en un taburete.
Creo que con la sonrisa que se me planta en el rostro es todo lo que ella necesita para conocer la respuesta. Me abraza con alegría mientras celebra.
- ¡Sabía que lo ibas a lograr, mi niña!
- Aún deben llamarme de recursos humanos, pero el decano me ha visto hoy y me ha dicho que el puesto es mío.
- Estoy tan orgullosa de ti.
¿Conocen la frase que dice que no hay nada como el abrazo de mamá? Pues debo decir que es cierto, me regocijo en su abrazo sintiéndome plena y ella me suelta para animarme a ir a nadar. No me demoro más, me dirijo a la piscina y tan pronto me meto al agua, siento alivio del calor tan fuerte que hace. Me paso horas dando brazadas y solo salgo cuando mis dedos se me han puesto como pasas.
Me recuesto en un camastro y ella se ha unido a mí en el patio.
- He preparado unos sándwiches para que comas algo - dice colocando la bandeja en la mesita.
- Gracias, mamá. Están deliciosos - le digo tomando el primero. - ¿Y papá?
- Dijo que saldría temprano de la oficina porque esta noche tenemos una actividad benéfica a la cual asistiremos.
Puedo ver en sus ojos que está muy emocionada y no la culpo. Se casó con mi padre por amor siendo muy joven, y a pesar de el tiempo y de los hijos, es evidente que ese amor sigue intacto. Yo disfruto de los sándwiches y de su compañía mientras charlamos un rato más. A eso de las cinco treinta, luego de haber nadado un poco más, decido que es tiempo de volver a mi apartamento a descansar.
No sé cómo mi madre logró cargarme de varios tápers llenos con comida hecha, que van desde pasta a la boloñesa, hasta pollo asado. Ella siempre se preocupa de que no me alimente bien, así que tomo todo conforme, le agradezco y le digo que salude a papá de mi parte mientras me dirijo a mi casa.
Al llegar, veo que Sandra acaba de llegar también y se encuentra organizando en la nevera algunas cosas que ha comprado.
- ¡Hola! - la saludo de buen ánimo.
- A ver, a ver, chica Oxford. Cuéntame qué tal te ha ido. Esta vez a detalle - me pide sonriendo.
Yo le entrego la bolsa con los tápers para que los guarde en el refri.
- Me los ha dado mi madre - le digo.
- Amo a la señora Shein - dice inspeccionando lo que hay en ellos.
Me echo a reír y empiezo a contarle cómo me fue en la entrevista. Con ella no omito partes que no le conté a mi madre, como cuando encontré al decano viéndome el cuello o su caricia en mi mano. Con Sandra puedo hablar de lo que sea porque ella no tiene prejuicios. Por eso, le digo también lo guapo que es y que me puse colorada porque esperaba a un hombre mayor y no a ese joven atlético.
- Le gustas - es su veredicto.
- ¿Crees que sí? - le digo dudando que sea cierto.
- A ver, eso fue una insinuación abierta. Creo que le gustas, pero quizás por su posición no se atreva a dejarlo saber.
Yo me echo a reír.
- Sea como sea. no es algo importante, porque será mi jefe y mejor no me hago ilusiones de ningún tipo con él.
- A ver, vamos a buscarlo en I*******m.
Se lanza por su teléfono para iniciar su investigación.
- Sandra, no creo que sea buena idea.
Ella me ignora y continúa buscando, sin dar con él hasta que por fin lo halla, pero su cuenta tiene privacidad.
- ¿Ves? Mejor olvida eso y celebremos que me han dado el puesto.
- Hmm, seguro que es lo mejor. ¡¡Esta noche nos vamos de fiesta!!
Yo me río y me dirijo a mi habitación para descansar un poco antes de irnos, porque conociéndola como la conozco, sé que esta noche será intensa.
Me despierto desorientada porque he tomado un siesta y no estoy segura de qué hora es. Mi habitación está a oscuras, pero alcanzo mi celular y veo que son casi las ocho de la noche. Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina para buscar algo de comer. Sandra ha caído dormida en el sofá y la despierto porque debemos prepararnos si vamos a salir.Caliento la pasta que me ha dado mi madre para las dos y comemos mientras vemos algo en la tele. Para nosotras, las diez de la noche es la hora perfecta para salir, sobretodo para mí, que estoy libre todos estos días, hasta que se reinicie el año escolar. Terminamos de comer y nos vamos a nuestras respectivas habitaciones a prepararnos. Tomo una ducha rápida y decido ponerme algo cómodo, porque la noche es húmeda y hace bastante calor. Opto por un vestido corto color turquesa de algodón, junto a unas zapatillas color crema de plataforma. Mi pelo se ha secado al natural luego de haberlo mojado en la piscina y me limito a
Es jueves y es la una en punto. Debo estar en la universidad a las tres, por lo que decido prepararme. Después de la salida nocturna de ayer, me he quedado en casa, disfrutando de la libertad de estar en vacaciones. He leído un par de libros. He hecho un poco de ejercicio en la bicicleta de Sandra, he hecho los quehaceres y también he visto un par de películas en la tele.Sandra se ha ido a trabajar antes de las nueve como cada mañana, por lo que no regresará hasta las cinco. Así que me preparo algo de comer. Decido hacer pechuga de pollo salteada con vegetales, porque es rápido y ligero. No quisiera demorarme mucho en la cocina. Una vez he comido y lavado los platos, voy al baño a toda prisa, porque estoy ansiosa por llegar a la reunión. Hablarán de dinero y sé que el pago es muy distinto a los cinco mil dolares que me pagan en Buenaventura.Tomo una ducha y como ayer me lavé el pelo, me evito ese paso el día de hoy. En vista de que la reunión de hoy será c
Le abro la puerta de mi oficina a la señorita Shein y me tomo un instante para contemplar su trasero. La primera vez que la vi, supe inmediatamente que me gustaba. Esos labios color rosa, junto a sus ojos tan llamativos y esa piel color avena, me consiguieron una erección tan pronto entró a mi oficina. A eso, hay que sumarle el hecho de que constantemente se toca el cuello, cosa que me encanta, como si fuera una invitación a besarlo.El día de hoy, en lugar de su traje aburrido de maestra recatada, se ha presentado con un atuendo mucho más jovial: trae unos vaqueros negros que dejan ver un trasero de manzana que me muero por tocar. A parte una blusa rosa que delatan un buen par de pechos, firmes y turgentes. Junto a la puerta, aguardo a que ella salga de la oficina y cuando pasa junto a mí, su aroma es como el de fresas dulces. Todo en ella es apetecible, pero no estoy seguro si deba dejarle claro mis intenciones porque será mi subalterna. Aunque no me he contenid
Conduzco en mi auto de regreso a casa con la mente vuelta un caos. Por un lado me siento súper emocionada de que las clases inicien, sobretodo después de haber visto las instalaciones que voy a utilizar. A diferencia de los salones que utilizo en el colegio Buenaventura, las aulas del campus son totalmente diferentes, a otro nivel. A parte de la emoción que siento por estar en esos salones tan modernos e inmensos enseñando a chicos muchos más grandes de los que estoy acostumbrada, me siento desconcertada con la actitud del señor Williams. Me sorprendió su partida abrupta en mitad del recorrido y mucho más, haberlo visto en el estacionamiento como el que quiere huir. Supongo que lo habrá llamado su esposa o recordó algún pendiente que tenía. Dudo mucho que un hombre como él no esté casado. Así que lo mejor que puedo hacer, es dejar de hacerme ilusiones con él y resignarme a verlo como mi superior.Llego a casa a eso de las seis porque he conduc
Me apresuro a abrir el correo, emocionada por lo que podría haberme dicho el decano y nerviosa ante la idea de que me haya ofrecido otra salida solo para quedar bien conmigo y que ahora quede yo como una ofrecida.Sin más preámbulos, abro el correo y leo lo que dice:“Señorita Shein.Qué reconfortante es saber que estará dispuesta a mis solicitudes. Espero con ansias el jueves para volver a verla y compartir con usted una vez más.Con relación al recorrido, yo estoy libre el sábado por la tarde, a eso de las cuatro y tengo en mente un lugar que creo que le encantará. Así que confírmeme usted la disponibilidad de su agenda”.Yo leo el correo una y otra vez, pensando que quizás son cosas mías, pero que parece haber más de una insinuación en sus palabras. De no ser así, no me habría invitado a salir al sábado. La idea de verme a solas con él me produce una emoción descomunal, así que no lo pienso más y le respondo de inmediato.
Quisiera decir que el sábado pasa volando y que apenas de me doy cuenta de que la hora, que no estoy pensando en la salida en lo absoluto, pero eso sería como querer tapar el sol con un dedo. Tan pronto he abierto los ojos, he estado ansiosa por ver al decano. Tras levantarme de la cama, preparo mi desayuno, lavo los platos y trato de ocuparme haciendo algunos deberes en casa, como lavar la ropa que no hice ayer y limpiar un poco, pero no tengo mucho éxito, ya que, a media mañana, me encuentro ociosa. Como no tengo tarea que corregir ni clases que planificar, mi tiempo libre es mayor. Sin embargo, decido ponerme a ver la agenda de clases del próximo semestre para tratar de despejar mi mente, aunque no tengo éxito en eso tampoco, ya que debo abrir el correo que me ha enviado el señor D. y eso provoca que me desenfoque una vez más. Finalmente, desisto de ello y pongo algo en la televisión, mientras juego con mi celular.Como Sandra ha salido con su novio el día de hoy, he quedad
Una vez el placer ha dejado mi cuerpo, ahora que las hormonas se han calmado y que estoy lúcida, me doy cuenta de la locura que acabo de cometer. Si bien es cierto que no descartaba la idea de acostarme con Derek, en verdad nunca pensé que lo haría de pie, oculta en los pasillos de una librería.Ahora estoy presa del pánico y lo empujo para vestirme a toda prisa, buscando como loca que no haya cámaras de seguridad, para pasar la vergüenza del siglo y peor aún, arruinar mi carrera.--Por favor, muévase, necesito vestirme – le digo y me sorprende que a estas alturas no sea capaz de tutearlo todavía.-- ¿Qué pasa, señorita Shein? – él parece estar muy calmado, satisfecho en realidad.-- ¿No ve lo que acabamos de hacer y el lugar? Esto ha sido una locura y espero que no nos estén grabando – me coloco el vestido enfadada conmigo misma por haber accedido a semejante locura.-- Tranquila, no hay cámaras aquí. ¿Es que no le ha gustado? – pregunta arreglándose l
Trago en seco ante su discurso y lo miro de soslayo. La verdad es que de todo lo que podría esperar de esta noche, una cosa como esta, no estaba en la lista. Abro la boca dos veces para responder, pero vuelvo a cerrarla porque no encuentro las palabras.--Señorita Shein, ¿le he dejado muda? – pregunta mirándome seriamente.-- No… Bueno, quizás sí – respondo escuetamente.-- ¿Y bien? Espero por su respuesta para saber cómo proceder – me apura como si fuera tan simple como comprar un cartón de leche.-- Lo que usted me propone es, a ver si entendí bien, que tengamos una relación sólo para lo físico, que ni siquiera cataloga dentro del renglón de amigos con derechos, donde lo único que recibiremos el uno del otro es sexo y donde por lo visto ni siquiera podemos tutearnos – para mí la idea es descabellada.-- Es exactamente eso. Sexo sin compromiso, pero sí con exclusividad. Mientras estemos juntos no podremos estar con otras personas y para usted puedo ser