Le abro la puerta de mi oficina a la señorita Shein y me tomo un instante para contemplar su trasero. La primera vez que la vi, supe inmediatamente que me gustaba. Esos labios color rosa, junto a sus ojos tan llamativos y esa piel color avena, me consiguieron una erección tan pronto entró a mi oficina. A eso, hay que sumarle el hecho de que constantemente se toca el cuello, cosa que me encanta, como si fuera una invitación a besarlo.
El día de hoy, en lugar de su traje aburrido de maestra recatada, se ha presentado con un atuendo mucho más jovial: trae unos vaqueros negros que dejan ver un trasero de manzana que me muero por tocar. A parte una blusa rosa que delatan un buen par de pechos, firmes y turgentes. Junto a la puerta, aguardo a que ella salga de la oficina y cuando pasa junto a mí, su aroma es como el de fresas dulces. Todo en ella es apetecible, pero no estoy seguro si deba dejarle claro mis intenciones porque será mi subalterna. Aunque no me he contenid
Conduzco en mi auto de regreso a casa con la mente vuelta un caos. Por un lado me siento súper emocionada de que las clases inicien, sobretodo después de haber visto las instalaciones que voy a utilizar. A diferencia de los salones que utilizo en el colegio Buenaventura, las aulas del campus son totalmente diferentes, a otro nivel. A parte de la emoción que siento por estar en esos salones tan modernos e inmensos enseñando a chicos muchos más grandes de los que estoy acostumbrada, me siento desconcertada con la actitud del señor Williams. Me sorprendió su partida abrupta en mitad del recorrido y mucho más, haberlo visto en el estacionamiento como el que quiere huir. Supongo que lo habrá llamado su esposa o recordó algún pendiente que tenía. Dudo mucho que un hombre como él no esté casado. Así que lo mejor que puedo hacer, es dejar de hacerme ilusiones con él y resignarme a verlo como mi superior.Llego a casa a eso de las seis porque he conduc
Me apresuro a abrir el correo, emocionada por lo que podría haberme dicho el decano y nerviosa ante la idea de que me haya ofrecido otra salida solo para quedar bien conmigo y que ahora quede yo como una ofrecida.Sin más preámbulos, abro el correo y leo lo que dice:“Señorita Shein.Qué reconfortante es saber que estará dispuesta a mis solicitudes. Espero con ansias el jueves para volver a verla y compartir con usted una vez más.Con relación al recorrido, yo estoy libre el sábado por la tarde, a eso de las cuatro y tengo en mente un lugar que creo que le encantará. Así que confírmeme usted la disponibilidad de su agenda”.Yo leo el correo una y otra vez, pensando que quizás son cosas mías, pero que parece haber más de una insinuación en sus palabras. De no ser así, no me habría invitado a salir al sábado. La idea de verme a solas con él me produce una emoción descomunal, así que no lo pienso más y le respondo de inmediato.
Quisiera decir que el sábado pasa volando y que apenas de me doy cuenta de que la hora, que no estoy pensando en la salida en lo absoluto, pero eso sería como querer tapar el sol con un dedo. Tan pronto he abierto los ojos, he estado ansiosa por ver al decano. Tras levantarme de la cama, preparo mi desayuno, lavo los platos y trato de ocuparme haciendo algunos deberes en casa, como lavar la ropa que no hice ayer y limpiar un poco, pero no tengo mucho éxito, ya que, a media mañana, me encuentro ociosa. Como no tengo tarea que corregir ni clases que planificar, mi tiempo libre es mayor. Sin embargo, decido ponerme a ver la agenda de clases del próximo semestre para tratar de despejar mi mente, aunque no tengo éxito en eso tampoco, ya que debo abrir el correo que me ha enviado el señor D. y eso provoca que me desenfoque una vez más. Finalmente, desisto de ello y pongo algo en la televisión, mientras juego con mi celular.Como Sandra ha salido con su novio el día de hoy, he quedad
Una vez el placer ha dejado mi cuerpo, ahora que las hormonas se han calmado y que estoy lúcida, me doy cuenta de la locura que acabo de cometer. Si bien es cierto que no descartaba la idea de acostarme con Derek, en verdad nunca pensé que lo haría de pie, oculta en los pasillos de una librería.Ahora estoy presa del pánico y lo empujo para vestirme a toda prisa, buscando como loca que no haya cámaras de seguridad, para pasar la vergüenza del siglo y peor aún, arruinar mi carrera.--Por favor, muévase, necesito vestirme – le digo y me sorprende que a estas alturas no sea capaz de tutearlo todavía.-- ¿Qué pasa, señorita Shein? – él parece estar muy calmado, satisfecho en realidad.-- ¿No ve lo que acabamos de hacer y el lugar? Esto ha sido una locura y espero que no nos estén grabando – me coloco el vestido enfadada conmigo misma por haber accedido a semejante locura.-- Tranquila, no hay cámaras aquí. ¿Es que no le ha gustado? – pregunta arreglándose l
Trago en seco ante su discurso y lo miro de soslayo. La verdad es que de todo lo que podría esperar de esta noche, una cosa como esta, no estaba en la lista. Abro la boca dos veces para responder, pero vuelvo a cerrarla porque no encuentro las palabras.--Señorita Shein, ¿le he dejado muda? – pregunta mirándome seriamente.-- No… Bueno, quizás sí – respondo escuetamente.-- ¿Y bien? Espero por su respuesta para saber cómo proceder – me apura como si fuera tan simple como comprar un cartón de leche.-- Lo que usted me propone es, a ver si entendí bien, que tengamos una relación sólo para lo físico, que ni siquiera cataloga dentro del renglón de amigos con derechos, donde lo único que recibiremos el uno del otro es sexo y donde por lo visto ni siquiera podemos tutearnos – para mí la idea es descabellada.-- Es exactamente eso. Sexo sin compromiso, pero sí con exclusividad. Mientras estemos juntos no podremos estar con otras personas y para usted puedo ser
Saboreo el último trozo de la deliciosa tarta que me ha dado la señorita Shein, aún sorprendido de que una mujer como ella sea capaz de cocinar. De todas las que he conocido, a parte de mi madre, ninguna ha sabido cocer ni un huevo. Mientras degusto la última porción, aguardo impaciente por su respuesta. Creo que he sido bastante claro con mi oferta y espero ansioso a que ella se haya decidido.Solo de pensar en lo delicioso que fue echarle un polvo en la biblioteca, hace que mi pene quiera repetir otra vez el episodio. Su sexo apretado y rosa es algo que definitivamente debo saborear una vez más, por lo que necesito encarecidamente que ella me diga que sí.Pasan diez minutos y no hay respuesta suya. Eso hace que me desespere, porque cuanto antes estemos de acuerdo en la naturaleza de nuestra relación, mucho más rápido podremos empezar a disfrutar el uno del otro, ya que para mí lo de la biblioteca no fue más de la punta del iceberg.Pasan otros diez minutos y me e
Sé que lo hice estuvo mal, pero no me importa. Para ser honesta, de todos modos, yo pensaba disfrutar de mi cuerpo por mi cuenta con los recuerdos de lo que pasó en la biblioteca y la imagen del decano en mi mente para despejar mi mente y para dormir más rápido, pero él fue quien se infiltró en mi momento, sin invitación de hecho, con sus correos y luego su llamada, así que el hecho de que eso terminara en sexo telefónico fue algo que simplemente se dio. Ahora, dejarlo en el punto cumbre y sin su añorada respuesta es algo que no tiene precio. No lo planeé, pero fue una especie de venganza por su propuesta tan fría, que, para alguien como yo, es hasta ofensivo.Todavía estoy riendo, mientras me deleito en el orgasmo. Como era de esperarse, a pesar de que lo poco que lo conozco, no le gustó para nada mi desaire y eso lo ha dejado claro con las dos llamadas que me ha hecho a mi celular. Decido ignorarlo un poco más e irme a dormir, porque, aunque él no lo crea, la verdad es que n
El decano Derek Williams, después de su desaire telefónico, me ha escrito varios correos, a los que no me he dignado en responder. También me ha llamado, pero he preferido no contestar para no tomar una decisión apresurada, o dejarme convencer con su seductora voz. Quizás sea una actitud cobarde de mi parte, pero la verdad es que aún sigo sin decidirme abiertamente si le voy a decir que sí. Hoy es miércoles y mañana tendré que ir a la facultad, porque no puedo faltar a la reunión de docentes, así que tendré que encararlo quiera o no.Mientras preparo la cena para Sandra y para mí, ella se entretiene con una serie en la televisión. Generalmente nos dividimos las tareas, pero como yo tengo más tiempo libre que ella, ahora en vacaciones, me dedico a cocinar para ambas. Tras sacar las papas del agua hirviendo para hacerlas puré, escucho que mi celular suena encima de la mesa, es un mensaje en mi bandeja de correo.“Señorita S.No he recibido respuesta suya