Saboreo el último trozo de la deliciosa tarta que me ha dado la señorita Shein, aún sorprendido de que una mujer como ella sea capaz de cocinar. De todas las que he conocido, a parte de mi madre, ninguna ha sabido cocer ni un huevo. Mientras degusto la última porción, aguardo impaciente por su respuesta. Creo que he sido bastante claro con mi oferta y espero ansioso a que ella se haya decidido.
Solo de pensar en lo delicioso que fue echarle un polvo en la biblioteca, hace que mi pene quiera repetir otra vez el episodio. Su sexo apretado y rosa es algo que definitivamente debo saborear una vez más, por lo que necesito encarecidamente que ella me diga que sí.
Pasan diez minutos y no hay respuesta suya. Eso hace que me desespere, porque cuanto antes estemos de acuerdo en la naturaleza de nuestra relación, mucho más rápido podremos empezar a disfrutar el uno del otro, ya que para mí lo de la biblioteca no fue más de la punta del iceberg.
Pasan otros diez minutos y me e
Sé que lo hice estuvo mal, pero no me importa. Para ser honesta, de todos modos, yo pensaba disfrutar de mi cuerpo por mi cuenta con los recuerdos de lo que pasó en la biblioteca y la imagen del decano en mi mente para despejar mi mente y para dormir más rápido, pero él fue quien se infiltró en mi momento, sin invitación de hecho, con sus correos y luego su llamada, así que el hecho de que eso terminara en sexo telefónico fue algo que simplemente se dio. Ahora, dejarlo en el punto cumbre y sin su añorada respuesta es algo que no tiene precio. No lo planeé, pero fue una especie de venganza por su propuesta tan fría, que, para alguien como yo, es hasta ofensivo.Todavía estoy riendo, mientras me deleito en el orgasmo. Como era de esperarse, a pesar de que lo poco que lo conozco, no le gustó para nada mi desaire y eso lo ha dejado claro con las dos llamadas que me ha hecho a mi celular. Decido ignorarlo un poco más e irme a dormir, porque, aunque él no lo crea, la verdad es que n
El decano Derek Williams, después de su desaire telefónico, me ha escrito varios correos, a los que no me he dignado en responder. También me ha llamado, pero he preferido no contestar para no tomar una decisión apresurada, o dejarme convencer con su seductora voz. Quizás sea una actitud cobarde de mi parte, pero la verdad es que aún sigo sin decidirme abiertamente si le voy a decir que sí. Hoy es miércoles y mañana tendré que ir a la facultad, porque no puedo faltar a la reunión de docentes, así que tendré que encararlo quiera o no.Mientras preparo la cena para Sandra y para mí, ella se entretiene con una serie en la televisión. Generalmente nos dividimos las tareas, pero como yo tengo más tiempo libre que ella, ahora en vacaciones, me dedico a cocinar para ambas. Tras sacar las papas del agua hirviendo para hacerlas puré, escucho que mi celular suena encima de la mesa, es un mensaje en mi bandeja de correo.“Señorita S.No he recibido respuesta suya
Me rasco el cuero cabelludo sin saber qué responder. Sandra se ha ido con su novio a pasar la noche con él y tengo el apartamento para mí sola, sin embargo, dudo si dejarlo entrar a la intimidad de mi casa, pero las dudas no quitan me quitan las ganas de verle y en verdad no tengo otra excusa para decirle que se vaya, porque, aunque lo niegue mil veces, me excita muchísimo que llegara hasta aquí sin avisar. Finalmente contesto, tras unos segundos de silencio.--Puedes entrar, en el estacionamiento hay un lugar disponible, es el cuatro b – le digo como respuesta a su pregunta.-- Perfecto, estaré allí en unos minutos – contesta con voz varonil y me cuelga.Yo corro al baño, me lavo los dientes y la cara, me coloco un poco de perfume y me cambio la vieja pijama que tenía puesta, por un vestido color lila, súper corto y un tanto ceñido sobre todo en el escote. Me suelto el pelo que a duras penas estaba sujetado en una coleta floja y por último m
La señorita Shein ha aceptado finalmente involucrarse conmigo y estoy seguro de que este es uno de los días más felices de mi vida. Desde que me envió la foto de ella con esa tanguita negra, no lo dudé ni un instante, acababa de salir de la ducha, así que me vestí con rapidez tomando lo primero que encontré el armario, me puse un poco de loción y sin cuestionarme nada más, fui hasta su casa. Cualquiera diría que soy un acosador o algo así, pero ella es la culpable de que me comporte así, que me ha tenido en ascuas todos estos días y encima jugando conmigo con una foto como esa.Así que aquí estoy yo, en su casa, aceptando sus términos, aunque no de todo conforme, ya que tengo mis reglas cuando me relaciono con una mujer, pero por ella, con las ganas que le tengo ahora mismo, soy capaz de cambiarme hasta el nombre si ella me lo pidiera. Cuando llegué a su casa, me la encontré con un vestido morado claro que le queda exquisito, ajustado en las partes que debe ajustarse. Mi prime
Mi pecho está agitado, siento mi corazón latir con fuerza por la intensidad de lo que acaba de pasar, De verdad que lo de la biblioteca no fue más que el preámbulo de lo se veía venir. El sexo con Derek es asombroso y en verdad he disfrutado de un placer indescriptible.Me encuentro en mi cama y él yace a mi lado, jadeante también y por lo visto, igual de satisfecho. Por mi parte, me levanto de la cama y voy hacia el baño a darme una ducha fría para refrescarme. Él me sigue al baño y en la ducha, vuelve a hacerme suya como si no hubiera mañana. Esta vez termino empotrada contra la pared de la bañera, con el agua corriéndome por la espalda y su boca devorando mi cuello.--No creo que pueda saciarme nunca de ti, Ámbar. Eres un adictivo – me dice jadeante y yo solo sonrío.Una vez hemos terminado nuestro segundo encuentro, le ofrezco una toalla para que se seque y tomo una para mí. Regresamos a mi habitación y le sonrío como el gato que se comió al canario. Eso ha est
La señorita Shein está exquisita el día de hoy. Ha llegado a la reunión con una falda blanca de tubo que le queda como debe ser. Si no me fallan mis ojos, estoy seguro que debajo tiene una braguita negra. A parte, lleva una blusa azul claro, me encanta cómo le queda ese color. Para completar su atuendo, lleva unos tacones negros y esa melena rubia suelta, que le da un aspecto demasiado sexy. Cuánto habría dado por darle una buena nalgada en ese trasero delicioso que tiene, pero se supone que debemos mantenernos al margen del decoro.Tan pronto ha entrado a la habitación, pude percibir cómo los otros hombres de la habitación la han contemplado, con miradas de deseo. Eso me ha encendido una rabia inexplicable, porque miran lo que es mío, y lo peor es que ni siquiera lo puedo divulgar.Me trago mi orgullo y trato de ignorarla, pero no lo logro, involuntariamente mi mirada se fija en ella. No puedo dejar de pensar en su boca, en su escote. Las imágenes de anoche llenan mi me
Le devuelvo el mensaje caliente al decano, a ver quién puede más. Escucho que resopla imperceptiblemente por la nariz y me río, porque él empezó su juego. Su respuesta no tarda en llegar.--“Muero por ver, por tocar y hasta por saborear, si usted me deja” – me escribe el descarado.--“Si quiere, puedo ayudarle con ese pequeño bulto que tiene bajo sus pantalones, nunca me ha importado estar bajo el escritorio.”Esta vez tose un poco y yo quiero reírme abiertamente, pero sería una falta de respeto. No espero su respuesta y me enfoco en Nancy y lo que está diciendo. Son casi las siete, pero ella todavía sigue presentando temas en la pantalla del proyector. Finalmente, veinte minutos después, cuando todos creemos que va a concluir, ella promete estar terminando, pero antes, nos coloca un trabajo de cierre para el taller y nos divide en grupo de tres.De entre toda la gente que pudo asignarme, tuvo que tocarme a Derek, para mejorar el escenario. Nos colocó junto a
Derek me lleva hasta su auto, me abre la puerta y salimos del estacionamiento. Sé que lo hace con libertad porque no hay nadie más en la universidad que pueda vernos.--¿Quisieras ir a algún lugar especial? – me pregunta mientras conduce.--No, el que tú elijas estará bien – le digo porque todavía estoy un poco turbada por el beso de ahorita y encima, porque no soy una comedora quisquillosa, me conformo con lo que sea.Finalmente terminamos en un restaurante italiano, que, si vamos a juzgar por su aspecto exterior, la comida debe ser exquisita. Hay algunas personas en el bar y otros pocos comensales, seguro porque es temprano. Nos ubican en una mesa y la asistencia en el restaurante es impecable. Yo opto por la lasaña y él también. Escoge el vino una vez más y comemos con gusto la entrada que nos han traído, un pan de ajo delicioso. Esta vez, no me siento tan nerviosa como la primera vez que salí con él, así que hablo con más soltura y libertad.--¿Qué tiempo