--Puedes entrar, en el estacionamiento hay un lugar disponible, es el cuatro b – le digo como respuesta a su pregunta.
-- Perfecto, estaré allí en unos minutos – contesta con voz varonil y me cuelga.
Yo corro al baño, me lavo los dientes y la cara, me coloco un poco de perfume y me cambio la vieja pijama que tenía puesta, por un vestido color lila, súper corto y un tanto ceñido sobre todo en el escote. Me suelto el pelo que a duras penas estaba sujetado en una coleta floja y por último m
La señorita Shein ha aceptado finalmente involucrarse conmigo y estoy seguro de que este es uno de los días más felices de mi vida. Desde que me envió la foto de ella con esa tanguita negra, no lo dudé ni un instante, acababa de salir de la ducha, así que me vestí con rapidez tomando lo primero que encontré el armario, me puse un poco de loción y sin cuestionarme nada más, fui hasta su casa. Cualquiera diría que soy un acosador o algo así, pero ella es la culpable de que me comporte así, que me ha tenido en ascuas todos estos días y encima jugando conmigo con una foto como esa.Así que aquí estoy yo, en su casa, aceptando sus términos, aunque no de todo conforme, ya que tengo mis reglas cuando me relaciono con una mujer, pero por ella, con las ganas que le tengo ahora mismo, soy capaz de cambiarme hasta el nombre si ella me lo pidiera. Cuando llegué a su casa, me la encontré con un vestido morado claro que le queda exquisito, ajustado en las partes que debe ajustarse. Mi prime
Mi pecho está agitado, siento mi corazón latir con fuerza por la intensidad de lo que acaba de pasar, De verdad que lo de la biblioteca no fue más que el preámbulo de lo se veía venir. El sexo con Derek es asombroso y en verdad he disfrutado de un placer indescriptible.Me encuentro en mi cama y él yace a mi lado, jadeante también y por lo visto, igual de satisfecho. Por mi parte, me levanto de la cama y voy hacia el baño a darme una ducha fría para refrescarme. Él me sigue al baño y en la ducha, vuelve a hacerme suya como si no hubiera mañana. Esta vez termino empotrada contra la pared de la bañera, con el agua corriéndome por la espalda y su boca devorando mi cuello.--No creo que pueda saciarme nunca de ti, Ámbar. Eres un adictivo – me dice jadeante y yo solo sonrío.Una vez hemos terminado nuestro segundo encuentro, le ofrezco una toalla para que se seque y tomo una para mí. Regresamos a mi habitación y le sonrío como el gato que se comió al canario. Eso ha est
La señorita Shein está exquisita el día de hoy. Ha llegado a la reunión con una falda blanca de tubo que le queda como debe ser. Si no me fallan mis ojos, estoy seguro que debajo tiene una braguita negra. A parte, lleva una blusa azul claro, me encanta cómo le queda ese color. Para completar su atuendo, lleva unos tacones negros y esa melena rubia suelta, que le da un aspecto demasiado sexy. Cuánto habría dado por darle una buena nalgada en ese trasero delicioso que tiene, pero se supone que debemos mantenernos al margen del decoro.Tan pronto ha entrado a la habitación, pude percibir cómo los otros hombres de la habitación la han contemplado, con miradas de deseo. Eso me ha encendido una rabia inexplicable, porque miran lo que es mío, y lo peor es que ni siquiera lo puedo divulgar.Me trago mi orgullo y trato de ignorarla, pero no lo logro, involuntariamente mi mirada se fija en ella. No puedo dejar de pensar en su boca, en su escote. Las imágenes de anoche llenan mi me
Le devuelvo el mensaje caliente al decano, a ver quién puede más. Escucho que resopla imperceptiblemente por la nariz y me río, porque él empezó su juego. Su respuesta no tarda en llegar.--“Muero por ver, por tocar y hasta por saborear, si usted me deja” – me escribe el descarado.--“Si quiere, puedo ayudarle con ese pequeño bulto que tiene bajo sus pantalones, nunca me ha importado estar bajo el escritorio.”Esta vez tose un poco y yo quiero reírme abiertamente, pero sería una falta de respeto. No espero su respuesta y me enfoco en Nancy y lo que está diciendo. Son casi las siete, pero ella todavía sigue presentando temas en la pantalla del proyector. Finalmente, veinte minutos después, cuando todos creemos que va a concluir, ella promete estar terminando, pero antes, nos coloca un trabajo de cierre para el taller y nos divide en grupo de tres.De entre toda la gente que pudo asignarme, tuvo que tocarme a Derek, para mejorar el escenario. Nos colocó junto a
Derek me lleva hasta su auto, me abre la puerta y salimos del estacionamiento. Sé que lo hace con libertad porque no hay nadie más en la universidad que pueda vernos.--¿Quisieras ir a algún lugar especial? – me pregunta mientras conduce.--No, el que tú elijas estará bien – le digo porque todavía estoy un poco turbada por el beso de ahorita y encima, porque no soy una comedora quisquillosa, me conformo con lo que sea.Finalmente terminamos en un restaurante italiano, que, si vamos a juzgar por su aspecto exterior, la comida debe ser exquisita. Hay algunas personas en el bar y otros pocos comensales, seguro porque es temprano. Nos ubican en una mesa y la asistencia en el restaurante es impecable. Yo opto por la lasaña y él también. Escoge el vino una vez más y comemos con gusto la entrada que nos han traído, un pan de ajo delicioso. Esta vez, no me siento tan nerviosa como la primera vez que salí con él, así que hablo con más soltura y libertad.--¿Qué tiempo
Para mi sorpresa, la señorita Shein toma la iniciativa esta noche. En verdad estaba dispuesto a ofrecerle un trago y a hacer un preludio con ella, antes de meterme a la acción, pero por lo visto, es ella quien tiene prisa.Toma de la manga de mi chaqueta y se me aferra a un brazo. Nunca creí que estar bajo el dominio de una mujer me resultara tan excitante. No obstante, aquí estoy yo, totalmente embrujado por esta rubia de ojos canelas que me tiene a soga corta y no me importa en lo absoluto.--Yo no quiero jugar, estoy ardiendo de deseo – dice con voz ronca, y a la vez, me quita la chaqueta, sin dejar de verme a los ojos, como si me hipnotizara, cual sirena con su canto.--Vamos a solucionar eso – le digo mientras la aprieto contra mí para besarla.Me encanta esta mujer. De todas las amantes que he tenido, ella es inigualablemente especial, única, brillante y muero de ganas por volver a estar dentro de ella.Comenzamos a desvestirnos en la sala, dejand
Me despierto con un reguero de besos en mi espalda. Aún no abro los ojos, pero estoy ya despierta y empiezo a recordar lo que pasó la noche anterior y sonrío al revivir una noche tan intensa como esa. Me desperezo en la cama y choco con un cuerpo cálido y fuerte al lado mío. Finalmente abro un ojo, para ver a Derek a mi lado, sonriendo también.--¿Qué tanto miras? – pregunto, al ver que él está muy despierto, apoyado en un brazo, mirándome fijamente.-- A ti – dice sin más y comienza a acariciarme con la yema de un solo dedo, por el cuello y mis senos.--¿Qué tengo de especial que estés mirándome así? – imagino el aspecto que debo tener, con la cara un poco hinchada luego de haber dormido boca abajo y el pelo hecho un desastre con la actividad de anoche.--Que eres hermosa – dice y me besa con dulzura.Como siempre nos pasa, una cosa lleva a la otra y terminamos involucrados entre besos, caricias y lujuria, pero esta vez el sexo es más pausado que
Conduzco hasta la casa de mi madre y ella me recibe como solo una madre sabe hacerlo, con mucho cariño y algo de comer. Trato de visitarla por lo menos dos veces a la semana, pero últimamente se me ha complicado, dada mi reciente “relación”. Cuando voy hacia el patio, veo que ya mi hermana y mi sobrino ya están disfrutando de la piscina y pensar que solo llegué algunos diez minutos más tarde que ella.Me siento en un camastro bajo un paraguas y disfruto de una tartaleta de frutas que me ha preparado mi mamá.--Mamá, esto está delicioso – digo saboreando con detenimiento el postre.–Me alegra que te guste, si vinieras más a menudo, podrías disfrutar de mucho más, si vinieras más a menudo – me recrimina enarcando una ceja y yo me limito a sonreír.Para mi sorpresa, mi padre aparece tras la puerta de la cocina, tenía más de dos semanas que no lo veía porque siempre está trabajando.–¡Papá! Qué raro que estés aquí un viernes por la tarde – corro a sus brazo