Peter Bennett.
Al escuchar su voz a través de los parlantes, hizo que me congelara en mi puesto, sin poder avanzar. Mi intención nunca fue asistir a la conferencia.Es más, había desistido de ir, no por el tema en sí, sino que era más relevante mi reunión con el decano Smith, por lo tanto, jamás había esperado estar en el auditorio. Apolo, mi lobo, se agitó dentro de mi cabeza, exigiendo verla.Necesitaba saber a quién pertenecía la melodiosa voz que hablaba, cuyo discurso estaba lleno sentencias ingeniosas y descubrimientos novedosos.Dejo hablando solo al decano y me dirijo en piloto automático hacia el auditorio. Me quedo en la puerta, observando a la pequeña figura detrás del podio.Mi lobo salta en mi cabeza, absolutamente enloquecido gritando, “¡Mate, mate, mate,, mía, mía, mía!” dándome una gran jaqueca.Nunca me casé, porque siempre creí que encontraría al amor de mi vida, algún día. No creí que, a mis treinta y seis años, la encontraría.Aunque si me hace peguntarme, ¿Por qué está dando un discurso con los humanos? ¿Trabajará con ellos?”Rápidamente, le pregunto al decano, “¿Quién es ella?”El decano la observa, sonríe y dice. “Ella es la Dra. Emma Spencer. Es doctora en educación, especialista en innovación educativa. En los últimos años sus investigaciones se han centrado en la capacidad de los docentes para reinventarse en la entrega de conocimientos a los niños.”“Trabaja activamente en el ministerio de educación y sus cátedras en la universidad tratan de eso. Debe visitarla en alguna clase, ya que siempre están llenas de alumnos. Es extremadamente popular entre los estudiantes.”Asiento en silencio, encantado de saber que mi pareja es una eminencia en educación, es decir, será una formidable Luna.Me quedo en silencio escuchando su discurso. Apolo no deja de mirarla, absolutamente maravillado con ella.Cuando está a punto de terminar, me muevo hacia la salida para que me reconozca. Mi pulso se acelera con la anticipación de poder estrecharla entre mis brazos.Termina su discurso y la observo como baja del escenario, usando una falda azul hasta su rodilla, revelando sus piernas tonificadas, sus caderas curvas, su trasero redondo, y una blusa blanca abierta hasta su abundante pecho, haciendo que un suave gruñido se me escape.Zapatos altos que la estilizan aún más. Su pelo castaño rizado que cae hasta debajo de sus hombros, sus ojos azules, los cuales brillan de la emoción, su nariz perfilada, su tez blanca aterciopelada y sus labios rojos carnosos, los cuales ruegan por ser besados.Apolo solo quiere reclamarla aquí y ahora.Uso toda mi fuerza de voluntad existente en mi ser para poder controlar mis impetuosas ganas de abrazarla, y besarla.La saludo cortésmente, con ganas de estrecharla contra mí, esperando a que me reconozca y poder llevarla a casa, pero ella solo se limita a mirarme y agradecer mi cumplido. ¿Qué está pasando? Me pregunto.“Peter, ¡no nos reconoce!” dice Apolo, completamente conmocionado.Luego ella me dice que tiene una hija. Mi mirada se oscurece y me torno homicida. Como es posible que después de esperarla por tanto tiempo, ella tenga una hija, sin mí.Siento que mi corazón se rompe. “No nos esperó,” dice Apolo, aullando de dolor.Cuando salimos de nuestro estado de shock, nos damos cuenta de que ella ya no está. “¡Sigue su olor!”Rápidamente captamos la maravillosa esencia de vainilla y fresas que sobresale de la multitud, la cual se dirige al estacionamiento.Vemos como se sube a su auto, y me molesta que conduzca un carro tan inseguro. Le golpeo la ventana y veo que está enojada por haberla seguido.Me pregunta si se me perdió algo y solo tengo tantas ganas de gritarle que ¡tú eres lo que he perdido! Atrevidamente le pregunto si está dispuesta a hacer algo por mí, a lo que ella me responde muy molesta que no está para eso. ¡Diosa! Amo lo fuerte que ella es.“Deja de molestarla, Peter y pregúntale si está casada.”Hago lo que me pide y su respuesta me despedaza. Luego se burla de mí, al preguntarle si él es su pareja destinada.“Peter, ella no sabe de qué estás hablando y no percibo a su loba.”Frunzo el ceño y le pregunto. “¿Cómo sabes entonces que es nuestra mate?”“Porque su olor no miente, Peter. Ella es nuestra. Pero es extraño. No percibo su loba, pero no es solo humana. Pregúntale la edad de su hija.”Hago lo que Apolo me pide, y vemos como nuestra hermosa pareja frunce el ceño y nos corta de inmediato. Como una hembra protectora de su cachorra, la vemos irse a toda velocidad.“Algo anda terriblemente mal, Peter. No percibo a su loba, pero huele como una y mi intuición me hace pensar que ha sido criada como una humana. Sin su loba, no puede reconocernos como su pareja y ni siquiera entiende a que nos referimos.”Pienso por un momento y luego le digo, “Tienes razón Apolo. Nuestra hermosa, inteligente y temperamental pareja, es más de lo que pretende ser.”Con todo eso en mente, llamo a mi beta William por enlace mental. "¿Qué sucede, Peter?”“William, necesito que hagas una investigación completa sobre la Dra. Emma Spencer, profesora de la universidad de Stanford. Envíame los datos lo antes posible.”“En seguida.. ¿Algo más?”“Sí, averigua su número telefónico. Envíalo a mi celular.”“De inmediato..” Con eso, cierro la conexión.Me devuelvo hacia mi auto, completamente intrigado por los acontecimientos desarrollados. Mi pareja la cual es absolutamente asombrosa, sin embargo, no sabe quién soy y lo más probable es que no pueda reconocerme.Llego al auto, me subo a el cuándo el decano me golpea la ventana. ¡Mierda! Resoplo mientras bajo el vidrio. “¿Sucede algo decano?”“Sí, Sr. Bennett. No pudimos tener nuestra reunión.” ¡Por un demonio! Maldigo en mi cabeza a lo que Apolo responde, “Por un demonio, así es.”Perdiendo la paciencia, le digo. “Reagendaremos. Espere a que mi asistente se contacte con usted. Que tenga un buen día.” Sin esperar su respuesta, subo el vidrio, enciendo el motor y salgo de ahí. Observo por el retrovisor y veo a mis hombres incorporarse en el trayecto.Luego de eso un sonido de un mensaje entrante interrumpe mis pensamientos. Enciendo la radio para poder escucharlo. “Peter, el número telefónico de la Dra. Spencer.” Excelente. Me detengo a un costado de la vía y la llamo.Suena dos veces y me contesta. Sorprendido de escucharla, se lo confieso. Ella no me reconoce. Es completamente irritante todo esto, él saber que es tuya, pero no puedes reclamarla.Le digo quien soy y solo percibo ira en ella. Esta extremadamente enfadada por haberla llamado sin que ella me diera su número y luego me dice cosas de que solo por ser hombres, somos así. ¿Qué m****a?Apolo me dice, “algo le ocurrió, Peter. Ella no está bien.”Tomando en consideración lo que apolo me dice, le pregunto con toda la preocupación del mundo. “¿Se encuentra bien? ¿Hay algo en que la pueda ayudar?”Y solo con eso, la escucho llorar. No hay nada más desolador que escuchar a tu pareja llorar y no poder ayudarla, consolarla y contenerla.Pero Apolo está lívido. Quiere ver sangre correr y obtener a toda costa la cabeza del culpable que hizo a nuestra pareja llorar.Demando que me diga donde está, a lo que se niega. Rápidamente le escribo un mensaje a mi beta para que averigüe la ubicación de su celular. Hace la triangulación y un minuto despues, me envía su ubicación en tiempo real.Le digo que me espere en la avenida, ya que me encuentro muy cerca de donde está. Y sin más, doy la vuelta y conduzco a toda velocidad a su encuentro.Cuando llego y abro la puerta, escucho los gemidos de mi pequeña pareja. Me agacho para observar su bello rostro y veo sus ojos hinchados y rojos de tanto llorar.Intento contener mi ira y le pregunto, de la forma más contenida que puedo. “¿Qué pasó? ¿Quién fue capaz de hacerle daño?”Ella se cubre el rostro, avergonzada de que la vea sufrir. Le tomo su barbilla y las chispas me invaden, enviando una deliciosa descarga eléctrica que viaja por todo mi cuerpo.Ella tiembla ante mi tacto y soy dolorosamente consciente de que puede sentirlas y que no es inmune a mí. Sin pensarlo dos veces, le susurro, “Mate.”Su rostro muestra confusión y se separa abruptamente de mí, interrogándome.Apolo me dice, “al parecer, a nuestra pequeña pareja no le gusta mostrarse vulnerable. ¿Será una hembra alfa?”Vuelvo mi atención hacia Emma, y le digo que la escoltaré a la casa. Ella en un grito histérico me dice que “¡No!”Apolo me dice, “te apuesto a que la basura de su marido algo le hizo. ¡Hay que buscar a ese hijo de puta y despedazarlo!”Le digo que me diga entonces donde ir porque no la dejaré sola. Veo como se resigna ante mi petición y se cambia de asiento. Apolo está completamente encantado de que nuestra peleadora pareja, se haya sometido tan hermosamente.Me pregunta, “¿por qué está aquí?” Y no me queda más remedio que decirle la verdad. “Estoy aquí, Emma, porque soy incapaz de dejarte tranquila.”Aunque ella me quiera lejos, no puedo. Ella es mía y haré todo lo que está en mi poder para que me escoja y se quede conmigo.Dado que no me responde decido llevarla a mi casa. Sé que podrá calmarse estando conmigo y aunque no entienda porque le pasan cosas estando cerca de mí, mi pareja necesita a alguien dominante a su lado. Es perfecta para mí. Lo sé.Cuando le digo donde vamos, se asusta y me dice que aún es una mujer casada.Apolo me dice. “¿Ves que tengo razón? Ese hijo de puta algo le hizo a nuestra pareja. ¡Hay que despellejarlo vivo!”Le aseguro a Emma que jamás haría nada que la metiera en problemas. Todo lo contrario, solo quiero que esté segura y bien.Luego de eso, saca a relucir la feminista que lleva por dentro. Por la diosa, ¿cómo se puede amar a alguien que recién conoces? Intento asegurarle que jamás la engañaré y que puede confiar en mí. Intento que la convicción resuene en mis palabras.Con la confianza que se está desarrollando en nosotros, me siento con la seguridad necesaria para preguntarle, “¿qué fue lo que te hizo tu marido?”Se coloca sumamente nerviosa, sin saber cómo decírmelo. Despues de un tiempo me dice que lo acaba de ver cogiéndose a su secretaria.Sin querer asustarla, un rugido sale de mi pecho, absolutamente cegado por la ira. ¿Por qué los seres humanos son así con sus parejas? ¿Por qué descuidan su vínculo, como si no valiera nada?Apolo me dice, “porque no han sido tocados por la diosa de la luna.”Veo como se asusta y se aleja de mí. Vuelvo a mis cabales mientras le digo. “No, no, no te alejes, Emma. Perdón. No quise asustarte. Solo es que no puedo creer que tu marido prefiera a otra mujer que estar contigo. Eres demasiado buena para él.”Veo como se sonroja completamente ante mis palabras. Que cosilla más bella es.Me bajo del auto y abro su puerta. Le ofrezco mi mano, con la intención de volver a sentir esas chispas.Ella acepta que la ayude a bajar y me deleito con las deliciosas chispas que recorren mi cuerpo. Ella me mira con sus ojos muy abiertos y yo no puedo dejar de sonreírle, ya que sé que está sintiendo, lo mismo que yo.Emma Spencer.Un rugido sale de su enorme pecho y sin pensarlo me asusto de escucharlo y me alejo de él. Peter, al darse cuenta de que me asustó se disculpa diciendo que soy muy buena para él.Por supuesto que sé que soy muy buena para Alberto y justamente es eso lo que me enoja. Que el muy mal nacido haya sido capaz de engañarme, ¡a mí!Creí que sabía lo que hacía cuando decidí escogerlo como mi marido, creí que sería un buen padre para Maddie, pero no. Me equivoqué y por dios, como odio equivocarme.En el papel, era el hombre indicado, pero en la realidad, no podía ser más opuesto. Suspiro, absolutamente derrotada, mientras no puedo evitar sonrojarme de que un hombre extraño sea capaz de verme.Se baja del auto y me ofrece su mano, la cual acepto. Y ahí están de nuevo: las chispas. Abro mucho los ojos mirándolo, mientras él solo se limita a sonreírme.¿Qué es esto? ¿Por qué este hombre me provoca estas sensaciones, las cuales jamás he sentido con otro hombre? ¿Por qué siento como si
Emma Spencer. Veo como Peter frunce el ceño a lo que le dije y sin pensarlo me pregunta, “¿matrimonio por conveniencia? ¿A qué te refieres? ¿tus padres te obligaron?” Siento como mi corazón comienza a latir fuertemente ante su interrogatorio. Rápidamente le digo, “mis padres no tuvieron nada que ver con mi decisión, es más, ellos estaban en contra. Nunca les agradó Alberto, pero yo soy demasiado testaruda como para cambiar de opinión. La decisión pasó por lo que creí que me convenía más.” “Perdóname querida, pero sigo sin entender.” Suspiro y digo, “Verás, yo deseaba una familia propia. Siempre sentí que algo me hacía falta, siempre me sentí como un pedazo roto. Ese sentimiento dejé de sentirlo cuando nació Maddie. Ni siquiera cuando me casé. Fue ella la que trajo la paz y esa sensación de pertenencia que tanto busqué.” Veo que me va a preguntar algo cuando somos interrumpidos por el sonido de mi celular. Lo saco de mi bolsillo y veo que es mi madre. “Perdóname, Peter, pero debo
Emma Spencer.Peter se gira violentamente hacia mí, me toma de los hombros contra la pared y grita, “¿Por qué puedo oler a mi hija ahí dentro?”Abro mucho los ojos, respirando agitadamente sin saber cómo responder a eso. “¿Tu hija? ¿De qué demonios estás hablando, Peter? Es solo Maddie que está ahí dentro. ¡Déjame ir!”“Entonces ella es mi hija, Emma. ¡Puedo olerla! ¡Es mi sangre la que recorre sus venas!”“¿A qué te refieres con que puedes olerla? No somos animales, Peter. ¿Qué rayos te pasa? Si sigues gritando de ese modo, asustarás a todos ahí dentro, incluyendo a Maddie.”Observo como intenta calmarse mientras me dice, “ella no es hija de Alberto, Emma. ¿Cómo la concebiste? ¿Cómo te embarazaste?”“¿Cómo sabes que no es su hija?”“¡Responde la pregunta, joder!”Siento como si un poder invisible me azotara, obligándome a responder con la verdad. Respiro entrecortado, intentando soportar el dolor que conlleva, mientras el sudor se asoma por mi frente.Le digo, “por inseminación artif
Peter Bennett. Maddie me susurra, “Papi, yo sé que ellos, no son mis abuelos.” Mi agarre en ambas se tensa. Los observo detenidamente y sé de inmediato quienes y de donde son. “¿Qué demonios hacen aquí, el beta y su mujer, de la manada real del norte?” me pregunta Apolo, totalmente fastidiado por lo que estamos presenciando. “No lo sé Apolo, pero algo me dice que han sido ellos quienes han criado a Emma como suya. La pregunta es, ¿Por qué? Maddie sabe que no son sus abuelos, entonces, ¿Por qué están aquí?” “¿Acaso no es obvio? El rey Alexander tenía un plan B… Emma.” Cierro los ojos, lamentándome por lo que acabamos de descubrir. Llamo rápidamente a William por enlace mental. “William, trae a todos aquí, ¡Ahora!” No espero su respuesta. Respiro profundo, de modo de no asustar a Maddie ni a Emma, mientras digo, “John, hace mucho que no te veía. Pensé que habías fallecido. ¿Qué haces en las tierras del sur? Estas muy lejos de casa.” Miro como su cara y la de su mujer se descompon
Emma Spencer.“Durante treinta años te han buscado, porque eres la heredera legítima del trono del norte, escondida en el corazón del sur.”Esa frase resuena sin cesar en mi mente. En las últimas veinticuatro horas mi vida ha cambiado drásticamente sin poder volver atrás. La seguridad que sentía la mañana de ayer al despertar ya no existe.Nada en mi vida es cierto. Me hace cuestionarme si cada decisión que he tomado ha sido guiada por fuerzas invisibles que orquestan en contra de uno.Mis creencias sobre que uno forja su destino, ha sido destruida por completo. Un millón de preguntas me invaden constantemente, pero una es la que sobresale cada vez que pienso en toda esta situación: por qué.Luego de que se llevaran a mis padres, Peter nos llevó de regreso a su casa. Maddie no dejó de hablar con Peter sobre cómo ha sido su vida lejos de ella durante todos estos años.Yo solo me limité a observar este intercambio. Me parece sumamente extraño la confianza que ha nacido entre ellos, sien
Peter Bennett.Me duele el corazón ver a mi pareja tan triste. Entiendo perfecto por qué. Apolo no deja de aullar, dado a las emociones que sentimos, a través del vínculo de pareja, el cual, ella no tiene idea de que existe. Veo a la mujer enfrente de mí y me siento tan dichoso de que sea mía.“Comienza, desde el principio, Peter. Quiero saberlo todo.”Trago fuerte, mientras observo a mi hermosa pareja mirándome con sus ojos bien abiertos, expectante a lo que tenga que decir.Me aclaro la garganta y digo, “Existen distintas sociedades en este mundo. Los humanos son solo una de ellas. Entre ellos viven distintas criaturas, como los hombres lobos y los Lycan.”Continuo, “Nuestra cultura colabora con los humanos, pero no nos mezclamos. Esto quiere decir, que podemos hacer negocios con ellos, trabajar con ellos o para ellos, pero no nos emparejamos con ellos. Estar con un ser humano, es prohibido.”Emma me interrumpe preguntando, “¿Cuál es la diferencia entre un hombre lobo y un Lycan?”“
Parker Bennett.Aturdido por el viaje que mi hermano me obligó a emprender a las tierras del norte, me siento feliz de que concluya. Llevo meses en el extranjero y solo añoro mi cama y mi espacio.Fue un tiempo muy duro, en donde pude lograr lo que quería: información. Peter estará contento con todo lo que descubrí del Rey Harry.Me bajo del avión y estoy complacido de que William, el beta de Peter, me está esperando.“Gusto en verlo, príncipe Parker. Espero que el viaje en avión haya sido sin novedad.”Le sonrío, cansado, mientras le digo “Gracias, William. Sí, fue un viaje cómodo, a pesar de la distancia. Dime, ¿Cómo está el gruñón de mi hermano?”Veo como William comparte una sonrisa nerviosa, mientras dice, “Nuestro rey, encontró a su pareja, mi príncipe.”Me detengo en seco. “¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Quién es?”A decir verdad, siempre creí que yo la encontraría primero. Siempre intenté sentir consuelo en que, si no era rey, por lo menos tendría a mi pareja destinada. Pero veo que l
Emma Spencer.Jadeo en sorpresa al ver a este hombre, extremadamente parecido a Peter, mirarme desde la puerta. Se abalanza sobre mí, me inmoviliza con su cuerpo contra la pared y sus caderas se pegan a mí. Toma mis manos y las coloca por sobre mi cabeza.Me ha tomado totalmente por sorpresa, pero ha sido lo más sexy que un hombre me ha hecho sentir.Susurra en mi oído, “mía.”Su tacto y su respiración en mi piel envían miles de chispas que recorren mi cuerpo, haciendo que me derrita ante su tacto, perdiendo toda noción de raciocinio. Dejo escapar un gemido, mientras cierro los ojos.Siento como pasa su lengua por sobre mi cuello, y no puedo evitar morder mi labio. Cuando de repente, un rugido estremecedor es oído desde la puerta.Giro mi cabeza y veo a un vívido Peter mirarnos desde la mampara. Jadea pesado y puedo ver que intenta contenerse.“¿Qué carajos crees que estás haciendo, Parker?”Abro mucho los ojos, lo observo y le digo, “¿Parker? ¿Quién es Parker?”Peter, sin dejar su lu