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Capítulo 7. Una vida de mentiras.

Peter Bennett.

Maddie me susurra, “Papi, yo sé que ellos, no son mis abuelos.”

Mi agarre en ambas se tensa. Los observo detenidamente y sé de inmediato quienes y de donde son.

“¿Qué demonios hacen aquí, el beta y su mujer, de la manada real del norte?” me pregunta Apolo, totalmente fastidiado por lo que estamos presenciando.

“No lo sé Apolo, pero algo me dice que han sido ellos quienes han criado a Emma como suya. La pregunta es, ¿Por qué? Maddie sabe que no son sus abuelos, entonces, ¿Por qué están aquí?”

“¿Acaso no es obvio? El rey Alexander tenía un plan B… Emma.” Cierro los ojos, lamentándome por lo que acabamos de descubrir.

Llamo rápidamente a William por enlace mental. “William, trae a todos aquí, ¡Ahora!” No espero su respuesta.

Respiro profundo, de modo de no asustar a Maddie ni a Emma, mientras digo, “John, hace mucho que no te veía. Pensé que habías fallecido. ¿Qué haces en las tierras del sur? Estas muy lejos de casa.”

Miro como su cara y la de su mujer se descomponen completamente. Emma me dice, ¿De dónde conoces a papá?” Tenso mi mandíbula mientras digo, “¿De dónde te conozco, John? Le dices tú o le digo yo.”

Observo como él mira a su alrededor y cientos de hombres y mujeres salen de las casas aledañas listos para atacar. Nos miran, asechándonos con una transformación parcial.

Sigo respirando calmadamente, mientras digo, “¿Están seguros de que quieren atacar? Sabes perfectamente que eso es alta traición.”

“Emma, toma a Maddie y salgan de aquí.” Demanda John. Emma me mira, mientras Maddie le grita “¡No! ¡No me volverán a separar de mi papi!”

Veo como la confusión cruza el rostro de ambos mientras le dicen, “No Maddie, él no es tu papá. Alberto lo es.”

Maddie enfurecida le grita, “¡Dejen de mentir! Yo sé que él no es mi papi y que ustedes ¡no son mis abuelos! ¿Por qué quieren alejarme de mi verdadero papi?”

Levanto una ceja, sin dejar de abrazar a mis chicas, le digo, “Eso es una excelente pregunta, John. ¿Por qué quieres separar a Maddie de su verdadero padre? ¡Oh! Noticia de última hora, Maddie es mi hija.”

“¡Imposible!”

“Eso creíamos, pero como bien sabes, puedo oler a mis cachorros y Maddie, lleva mi sangre. Desde que son concebidos, los cachorros reales tienen una fuerte conexión con su padre. Yo la reconozco como mía, y Maddie me reconoce como su padre.”

Emma me mira y dice, “¿Cachorros?”

“Te lo explico luego, querida.” Dejo de mirarla y vuelco mi atención hacia el beta.

“¿Qué será entonces, John? ¿te atreverás a atacar a tu hija y a tu nieta?”

Observo como piensa por unos momentos sopesando los pros y los contras, pero sé que, si el Rey Alexander lo hizo jurar con su vida de que protegería a Emma, entonces no atacará.

“John, Jamás podría hacerles daño. Maddie es mi hija y Emma es mi pareja destinada.” Veo como Emma me observa boquiabierta, sin poder articular una sola palabra. El beta, por el otro lado, tiene un millón de preguntas.

“¿Es eso cierto?”

“Difícil será de que Emma te lo confirme, sin una loba que la guie. Pero te doy mi palabra de que es cierto. Emma es mía.”

Veo como Emma levanta la mirada y se encuentra con mis ojos, los cuales estoy observándolos detenidamente. Escucho como traga y se sonroja. Le sonrío tiernamente, de modo que pueda sentir que lo que estoy diciendo, es cierto.

“¿Qué será entonces beta? ¿Hablo yo con Emma?”

Observo como mira a su mujer y ella le da un apretón en el brazo, aceptando la derrota. “No hace falta, su alteza. Déjeme hablar con mi hija, por favor.”

“¿Tu hija? ¿Seguro que quieres seguir mintiendo, John? Ambos sabemos que Emma, no tiene tu sangre.”

Miro a mi alrededor y observo como mis hombres se van acercando lentamente apuntando a los lobos que nos estaban asechando. Emma se desespera y dice, “¿Qué está pasando? ¿Por qué están apuntando a esta gente? ¡Alguien que me hable!”

“Hey, Emma, mírame.”

“Papá… ¿Eres mi papá?”

Veo como el hombre cierra los ojos y una lágrima corre por su mejilla.

Luego le dice, “Hicimos lo que creímos que era correcto, Emma. Jamás creímos que el destino te emparejaría con el Rey Lycan del sur. Tu verdadero padre renunció a todo para asegurarse de que tuvieras una vida por vivir… su alteza real.”

“¿Qué? ¿Alteza real? ¿Lycan?” Veo como Emma está hiperventilando, fuertemente.

Les hago un movimiento a mis hombres, de modo que se acerquen y se lleven al beta con su esposa. Emma se desespera diciendo, “¿Que está pasando? ¡Peter! ¿Dónde se los llevan? ¡Son mis padres!”

El beta la abraza pero es su esposa quien le dice a Emma, “Ahora tiene quien la proteja, su alteza. Tenga por seguro de que no hubo un minuto de nuestra vida, en la que no la amamos con locura. Siempre la criamos como si fuera nuestra.”

“Ha sido un gran privilegio para nosotros, de poder haber vivido junto a usted estos treinta años, incentivándola a que fuera lo que quisiera ser. Quisimos darle la posibilidad de una vida normal y sin peligro.”

“Pero lamentablemente, hay muy pocas cosas que pueden escapar al destino, y ésta es una de ellas. La amamos profundamente, mi querida princesa Emma.”

Vemos como mis hombres se llevan a la gente, mientras Emma llora desconsoladamente, diciendo, “Son mis padres Peter. Me criaron como suya.”

Le tomo fuerte la barbilla mientras le digo, “No Emma. No lo son. Tu padre falleció hace treinta años junto con tu madre, en la gran guerra civil.”

“El actual Rey Harry, fue quien los asesinó. Si el beta está aquí haciéndose pasar por tu padre, es porque el Rey Alexander tuvo que hacerlo jurar que te protegería con su vida. ¿Acaso no lo entiendes? Eres una princesa, Emma.”

“Eres la princesa Lycan perdida del norte. Durante treinta años te han buscado, porque eres la heredera legitima del trono del norte, escondida en el corazón del sur.”

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