ARMANDO Adoro la visión de Sofia, durmiendo a mi lado, con su cabello rubio desparramado por la almohada, la noche anterior, tuvimos un maratón de sexo, y la dejé completamente exhausta, tenía que aprovechar la noche, Sam y Estela se habian llevado a los niños para que estuviéramos solos, porque habia sido nuestro décimo aniversario de boda.Nunca creí que después de todos los problemas que tuvimos al principio, lograriamos estar juntos por tanto tiempo.Ella abrió los ojos lentamente al sentir mi mirada y me sonrió.-¡Que guapo estas hoy! - exclamó.- se subió lentamente sobre mi y me besó. - Debes estar cansada.- dije mirándola y acariciando su suave piel.- Solo quería darte los buenos dias de forma apropiada.Sentia como se frotaba sobre mi, haciendo que mi miembro despertara, nunca me cansaba de ella, de repente de deslizó sobre mi erección, tomándome, quería hacerla mía, pero no me dejó. - No, quiero hacerlo yo, déjame hacerlo.Empezó a moverse ritmicamente sobre mí, subiendo
Desde niña me dijeron que no debia hacer cosas malas, no debia robar, no debía engañar, no desear lo que otros tienen, no mentir, entonces, en definitiva, me iré al infierno. ***Había deseado tanto tiempo a este hombre, desde el día que lo vi, que se habia vuelto una obsesión, y con el tiempo, me convertí en lo que más odiaba, en lo prohibido, en la amante, en .... la otra.Recuerdo el día que conocí a Alejandro, estaba fascinada por su forma de trabajar, yo tenia 23 y era unos 10 años mayor que yo, pero era muy atractivo y carismático, yo era su asistente personal, y sabía todo sobre él. Había hecho su fortuna en base inversiones en diferentes empresas, hasta que tuvo la propia, y aquí estoy, 2 años después en el mismo puesto, aferrada a este hombre.***- Sofia, te necesito en mi oficina. - me llamó por el intercomunicador.Yo, como toda profesional, me levanté y acudí, cerrando la puerta detrás de mi. - Dígame Señor Rivera. Se acercó a mí y subió mi falda, acariciándo mis piern
Salí de su oficina, me dirigí discretamente al tocador, tenía que arreglar mi maquillaje antes de continuar con mi jornada. Me habia dicho que su esposa vendría, ya que tenían que salir a una reunión juntos.Actualizaba la agenda de Alejandro, cuando la ví llegar, era realmente una mujer muy guapa, casi de la misma edad que él, con un hermoso cabello largo y castaño, y rasgos finos, podía entender lo que le había atraído de ella. -¿ Como estás Sofía?. - dijo amable- ¿Sabes si Alejandro está listo?.- Creo que si, señora Frida, no está reunido con nadie, supongo que puede pasar.La escuché tocar la puerta y entrar, tardaron unos minutos y salieron juntos.- Sofía, ya no regresaré, mañana veremos los demás pendientes. Si tienes alguna duda, Armando se quedará un poco más. - No se preocupe señor Rivera.- Cuidate Sofía - me dijo su esposa, sin añadir mucha emoción. A veces creía que ella ya lo sabía, tenía una mirada escrutadora, que me incomodaba, después de todo, ella era la esposa
Desde que Armando llegó a la empresa, empecé a pasar tiempo con él, ya que desconocia algunos movimientos, eso me causó algún reclamo por parte de Alejandro, no había tenido que compartirme con nadie, de manera profesional.- Sofía, - me llamó- necesito mi agenda.- En un momento estoy ahi, señor.Estaba irritado, no habiamos encontrado el tiempo para vernos, y al parecer había peleado con su esposa.Se puso de pié y se acercó - Te necesito, ya sabes lo que me gusta - me rodeó observándome de forma sexy- esta tarde pasaré a tu departamento,. . . y necesito que despejes mi agenda la próxima semana.- Si señor, reprogramaré las citas. - respondí nerviosa.***Por la tarde ya estaba en mi departamento, puse música suave, y solo esperaba a Alejandro, tenía tantos deseos de estar con él. Tocaron suavemente a la puerta, abrí y ahí estaba, con una sonrisa depredadora, cerró la puerta tras él, y se abalanzó sobre mí, me arrinconó contra la pared y me arrancó la ropa de un tirón, dejando al d
Desperté al día siguiente, aún abrazada de Armando, que dormía profundamente, era la primera vez, desde hacía dos años, que un hombre, literalmente, dormía en mi cama.Había querido vengarme, pero lo que había pasado, fue lo más dulce y apasionado que jamás habia experimentado.- Buenos días, preciosa - dijo Armado cuando abrió los ojos, se acercó y me besó tiernamente.- Hola, ¿ tienes hambre?- Mucha, quisiera ducharme primero, si no te molesta.- Adelante, la ducha es toda tuya- me levanté y me vestí, fui a la cocina a preparar el desayuno, no tenía mucho, ya que casi no pasaba tiempo en el departamento. Hice algo rápido, huevos y café. Armando apareció duchado y vestido, se veía muy sexy con su cabello húmedo. Desayunamos, y al terminar él se preparaba para irse, así que tenía que hablar con él. - La pase muy bien anoche y yo solo quería. . .- ¿ Qué pasa?¿ hay algún problema?. - dijo mientras se ponía su chaqueta.- Te dije que tu hermano es muy estricto con las relaciones labo
Alejandro me mantuvo ocupada toda la mañana, iba y venia, me pedía documentos y tenía que dárselos rápidamente. Creo que desde que trabajaba para él, nunca había caminado tanto por la oficina.- Hermano ya tengo el presupuesto que me pediste- dijo Armando entrando a su oficina - Hola Sofía. - me saludó - ¿tendrás tiempo de cotejar las reuniones?, ya vi que mi hermano te tiene como esclava. - Solo hace lo que tiene que hacer - respondió Alejandro.- Podemos revisarlo a la hora de comer, es el único momento que tendré libre, Señor Armando.-¡Perfecto! pedimos algo y me ayudas.- No creo que pueda, tenemos un almuerzo de trabajo - dijo Alejandro. - Señor Rivera, no tenemos nada programado. El almuerzo es la próxima semana. -¿Ah si? debes ponerme mejor al tanto, Sofía - exclamó molesto.- para eso te pago, supongo que puedes quedarte a terminar sus pendientes. *Llegó la hora de comer, entré a la oficina de Armando, y ya habia pedido comida, lo que me sorprendió.Me atreví a quitarme l
Finalmente había tomado una decisión, aunque no sabia como lo haría, así que traté de enfocarme solo en mi trabajo, y evitaba quedarme a solas con Armando, ya que no quería darle falsas esperanzas.- Sofia,¿ puedo hablar contigo?.Entré a su oficina y él cerró la puerta. - ¿Por qué estás evitándome? - preguntó algo irritado. - no contestas mis llamadas, ni respondes mis textos, ¿ Qué es lo que te pasa?.- No lo estoy evitando, señor Armando, solo quiero hacer mi trabajo, he descuidado los asuntos del Señor Rivera, y debo ponerme al dia. - ¿Señor Armando? - exclamó en voz baja. - ¿ahora soy el Señor Armando?, - me sujetó de la cintura y se acercó - te dí mucho placer, hasta que no pudiste más y ahora no quieres ni hablar conmigo.- Solo, no quiero lastimarte, por favor, déjalo así.- Creo que ya es tarde para eso, porque con tu actitud, ya lo has hecho.- Solo se puede lastimar a alguien que te ame, y no creo que tú me ames.- No te das cuenta de nada,¿ verdad? yo, . . . yo ya estoy
Me habia maquillado lo mejor posible, para disimular mis ojeras, no había podido dormir, pensando en cómo había lastimado a Armando, y para colmo, ahora Alejandro estaba enojado conmigo.Ese día, de improviso, apareció su esposa por la oficina, mientras revisábamos un documento, yo estaba de pie, muy cerca de él, haciendo anotaciones en mi libreta.Ella solo entró y carraspeó. Levantamos la vista al mismo tiempo.- Espero no interrumpir nada, Alejandro. - dijo mirándome.- No querida, - respondió, seguro de sí mismo - ya estabamos terminando - después se dirigió a mí, con voz tranquila- necesito que corrijas el documento como te dije y lo revisamos de nuevo, no puede tener errores o nos afectará, ¿entendido?.- Si señor, lo redactaré de nuevo - dije llevándome la carpeta. - Buen día señora Frida, ¿puedo ofrecerle un café?. - Claro, gracias. Salí rápidamente de ahí, su esposa parecía molesta, preparé el café y después se lo llevé.- ¿Se les ofrece algo más? - pregunté lo mas tranquil