Salí de su oficina, me dirigí discretamente al tocador, tenía que arreglar mi maquillaje antes de continuar con mi jornada. Me habia dicho que su esposa vendría, ya que tenían que salir a una reunión juntos.
Actualizaba la agenda de Alejandro, cuando la ví llegar, era realmente una mujer muy guapa, casi de la misma edad que él, con un hermoso cabello largo y castaño, y rasgos finos, podía entender lo que le había atraído de ella.-¿ Como estás Sofía?. - dijo amable- ¿Sabes si Alejandro está listo?.- Creo que si, señora Frida, no está reunido con nadie, supongo que puede pasar.La escuché tocar la puerta y entrar, tardaron unos minutos y salieron juntos.- Sofía, ya no regresaré, mañana veremos los demás pendientes. Si tienes alguna duda, Armando se quedará un poco más.- No se preocupe señor Rivera.- Cuidate Sofía - me dijo su esposa, sin añadir mucha emoción.A veces creía que ella ya lo sabía, tenía una mirada escrutadora, que me incomodaba, después de todo, ella era la esposa y lo conocía muy bien. Nadie es infalible, y en estos dos años que tenia de ser su amante, algo debió escapársele, por muy cuidadoso que fuera.- Sofía puedes venir. - me llamó Armando, sacándome de mis pensamientos.- Dígame, señor Armando.- Sólo dime Armando, me haces sentir viejo.Sonreí - Claro Armando, pero solo lo haré cuando no esté mi jefe, o me reprenderá.- Como te dije, mi hermano es muuuy aburrido. Necesito su agenda, quiero reunirme con los encargados de departamentos y hacer un plan de trabajo.- Si, en un momento se la doy.Estuvimos trabajando unas horas más hasta que pudimos organizarnos, cuando nos dimos cuenta, éramos los ultimos en la oficina.- Disculpa, por tenerte aquí fuera de tu horario, se me fue el tiempo. ¿Te gustaría acompañarme por un café?.- Creo que no debería, eres el hermano de mi jefe, no sé si es apropiado, es que no quiero habladurías, la verdad me gusta mucho mi trabajo.- Sólo será un cafe, lo prometo, - dijo levantando su mano derecha.- Sólo un café.Salimos del edificio, caminamos a una cafetería cercana, ordenamos y charlamos un rato,Armando era realmente un tipo muy agradable, y me di cuenta que teniamos muchas cosas en común. Pasaron un par de horas y finalmente nos despedimos, él se fue por su lado y yo subí a mi auto y me fui directo a casa.Tomaba una ducha tibia, y mi teléfono empezó a sonar insistentemente, tuve que salir, envuelta en una toalla, sabía que era Alejandro.-¿ Me puede decir porqué no contestas? - dijo alzando la voz - pasé por tu departamento y no estabas.- Yo. . . lo siento, estaba en la ducha, y salí a tomar un café con una amiga.-¿ Amiga, qué amiga?, tú no tienes amigas, te recuerdo que debes estar disponible, si es que quieres seguir con esto, no siempre tengo tiempo para vernos y lo sabes.- Vamos Alejandro, no te enfades conmigo, si me hubieras llamado, te habría esperado.- Hablaremos mañana- dijo enfadado y colgó, dejándome con un sensación de impotencia y frustración.***Estaba nerviosa, y llegué más temprano de lo habitual, creo que nunca le había mentido a Alejandro, él era muy importante en mi vida, mi razón de estar ahi, sentía que sin él, ya no sería nada.Armando llegó antes que él, así que lo abordé en su oficina.- Armando, quería pedírte un favor, que no menciones al señor Alejandro lo de anoche, es muy estricto en cuanto a las relaciones laborales, - me sentía tan falsa diciendo eso, ya que vivía en una mentira.- Si te preocupa tanto, no lo mencionaré, pero quisiera que otro dia podamos compartir otro café o tal vez salir a cenar.- Si, claro, y gracias - dije aliviada.Alejandro había llegado mientras hablaba con su hermano y me llamó a su oficina.- ¿Vas a decirme dónde estabas? - dijo visiblemente enojado.- Te lo dije, sali por un café, y se me fué el tiempo.Además, ayer me quedé con tu hermano un par de horas organizando sus agendas, quiere una reunión con el personal.- Eso no me interesa en este momento, quiero que te quede claro que, cuando te busque, estés. - se acercó mucho a mí- sabes que te deseo - me susurró al oído- no puedo perder estas oportunidades.Tocaron a la puerta y nos separamos rápidamente.- Hermano, ya tengo listo el informe que me pediste, ayer Sofia me buscó un espacio en tu agenda para programar una reunión, espero estes de acuerdo.- Si, si, de eso hablábamos, - dijo algo nervioso - no hay problema.- Señor Rivera, si ya no me necesita. . .- Puedes irte. - Dijo sin mirarme.Sabía que estaba muy, pero muy furioso, nunca lo había visto de esa manera, siempre habia sido amable, y atento, no sabía que pasaría después de ese día, pero estaba segura que ya nada volvería a ser igual.Desde que Armando llegó a la empresa, empecé a pasar tiempo con él, ya que desconocia algunos movimientos, eso me causó algún reclamo por parte de Alejandro, no había tenido que compartirme con nadie, de manera profesional.- Sofía, - me llamó- necesito mi agenda.- En un momento estoy ahi, señor.Estaba irritado, no habiamos encontrado el tiempo para vernos, y al parecer había peleado con su esposa.Se puso de pié y se acercó - Te necesito, ya sabes lo que me gusta - me rodeó observándome de forma sexy- esta tarde pasaré a tu departamento,. . . y necesito que despejes mi agenda la próxima semana.- Si señor, reprogramaré las citas. - respondí nerviosa.***Por la tarde ya estaba en mi departamento, puse música suave, y solo esperaba a Alejandro, tenía tantos deseos de estar con él. Tocaron suavemente a la puerta, abrí y ahí estaba, con una sonrisa depredadora, cerró la puerta tras él, y se abalanzó sobre mí, me arrinconó contra la pared y me arrancó la ropa de un tirón, dejando al d
Desperté al día siguiente, aún abrazada de Armando, que dormía profundamente, era la primera vez, desde hacía dos años, que un hombre, literalmente, dormía en mi cama.Había querido vengarme, pero lo que había pasado, fue lo más dulce y apasionado que jamás habia experimentado.- Buenos días, preciosa - dijo Armado cuando abrió los ojos, se acercó y me besó tiernamente.- Hola, ¿ tienes hambre?- Mucha, quisiera ducharme primero, si no te molesta.- Adelante, la ducha es toda tuya- me levanté y me vestí, fui a la cocina a preparar el desayuno, no tenía mucho, ya que casi no pasaba tiempo en el departamento. Hice algo rápido, huevos y café. Armando apareció duchado y vestido, se veía muy sexy con su cabello húmedo. Desayunamos, y al terminar él se preparaba para irse, así que tenía que hablar con él. - La pase muy bien anoche y yo solo quería. . .- ¿ Qué pasa?¿ hay algún problema?. - dijo mientras se ponía su chaqueta.- Te dije que tu hermano es muy estricto con las relaciones labo
Alejandro me mantuvo ocupada toda la mañana, iba y venia, me pedía documentos y tenía que dárselos rápidamente. Creo que desde que trabajaba para él, nunca había caminado tanto por la oficina.- Hermano ya tengo el presupuesto que me pediste- dijo Armando entrando a su oficina - Hola Sofía. - me saludó - ¿tendrás tiempo de cotejar las reuniones?, ya vi que mi hermano te tiene como esclava. - Solo hace lo que tiene que hacer - respondió Alejandro.- Podemos revisarlo a la hora de comer, es el único momento que tendré libre, Señor Armando.-¡Perfecto! pedimos algo y me ayudas.- No creo que pueda, tenemos un almuerzo de trabajo - dijo Alejandro. - Señor Rivera, no tenemos nada programado. El almuerzo es la próxima semana. -¿Ah si? debes ponerme mejor al tanto, Sofía - exclamó molesto.- para eso te pago, supongo que puedes quedarte a terminar sus pendientes. *Llegó la hora de comer, entré a la oficina de Armando, y ya habia pedido comida, lo que me sorprendió.Me atreví a quitarme l
Finalmente había tomado una decisión, aunque no sabia como lo haría, así que traté de enfocarme solo en mi trabajo, y evitaba quedarme a solas con Armando, ya que no quería darle falsas esperanzas.- Sofia,¿ puedo hablar contigo?.Entré a su oficina y él cerró la puerta. - ¿Por qué estás evitándome? - preguntó algo irritado. - no contestas mis llamadas, ni respondes mis textos, ¿ Qué es lo que te pasa?.- No lo estoy evitando, señor Armando, solo quiero hacer mi trabajo, he descuidado los asuntos del Señor Rivera, y debo ponerme al dia. - ¿Señor Armando? - exclamó en voz baja. - ¿ahora soy el Señor Armando?, - me sujetó de la cintura y se acercó - te dí mucho placer, hasta que no pudiste más y ahora no quieres ni hablar conmigo.- Solo, no quiero lastimarte, por favor, déjalo así.- Creo que ya es tarde para eso, porque con tu actitud, ya lo has hecho.- Solo se puede lastimar a alguien que te ame, y no creo que tú me ames.- No te das cuenta de nada,¿ verdad? yo, . . . yo ya estoy
Me habia maquillado lo mejor posible, para disimular mis ojeras, no había podido dormir, pensando en cómo había lastimado a Armando, y para colmo, ahora Alejandro estaba enojado conmigo.Ese día, de improviso, apareció su esposa por la oficina, mientras revisábamos un documento, yo estaba de pie, muy cerca de él, haciendo anotaciones en mi libreta.Ella solo entró y carraspeó. Levantamos la vista al mismo tiempo.- Espero no interrumpir nada, Alejandro. - dijo mirándome.- No querida, - respondió, seguro de sí mismo - ya estabamos terminando - después se dirigió a mí, con voz tranquila- necesito que corrijas el documento como te dije y lo revisamos de nuevo, no puede tener errores o nos afectará, ¿entendido?.- Si señor, lo redactaré de nuevo - dije llevándome la carpeta. - Buen día señora Frida, ¿puedo ofrecerle un café?. - Claro, gracias. Salí rápidamente de ahí, su esposa parecía molesta, preparé el café y después se lo llevé.- ¿Se les ofrece algo más? - pregunté lo mas tranquil
Ese día habíamos ido al almuerzo de trabajo programado, y yo, como siempre, sentada junto a Alejandro, tomando notas. También había acudido Armando, su mirada estuvo todo el rato sobre mí, y me hacía sentir incómoda. En un momento fuí al tocador y lo encontré al venir de regreso a la mesa.-¡ Puedes parar de mirarme así !no sé que pretendes - dije en voz baja.- No entiendo de que hablas - se acercó a mí y susurró- hoy estás muy linda, y quisiera poder besarte.- Basta por favor, mi jefe me está esperando- prácticamente salí corriendo de ahí. Me senté nuevamente a la mesa, y poco después llego él.- Ya terminamos,. . . hermano, Sofía, tenemos que regresar a la oficina para plasmar los acuerdos, y nos veremos después para firmar.Sonó su teléfono y se alejó para contestar. Observé sus expresiones, no estaba contento, seguramente era su esposa, terminó su llamada y se dirigió a nosotros. - Armando, ¿puedes llevar a Sofía a la oficina?, Frida necesita algo urgente, y no sé si volveré.
- Sofía necesito hablar contigo, tráeme un café y quiero el informe de la reunión. - Si señor. - Habia llegado sobre el horario de entrada y no pude completar todo lo del dia anterior. Se pondria molesto por eso.- Falta información, pero supongo que es culpa mía, te deje ir temprano, termínalo y lo revisamos. Me levantaba para irme, pero me detuvo.- Aún no hemos terminado, - hizo una pausa- mi esposa ya lo sabe, o cree que lo sabe, no sé cómo, porque siempre he sido cuidadoso.-¿ Sabe que soy yo? - dije algo asustada.- No, no lo creo, el día que se presentó aquí, vino a decírmelo, obviamente lo negué. Así que, de momento, no vamos a poder vernos, deja que se calmen las cosas y . . .después veremos.- Esta bien, ya voy a trabajar.Sali de su oficina un poco aturdida, creía que habíamos sido precavidos. Por eso él no tenía llave de mi departamento, y yo no lo llamaba a menos que fuera por trabajo.Pero, por ahora, esto sería un respiro para mí, aunque no sabía por cuanto tiempo.**
Conocía a Sam lo suficiente, como para saber que, cuando se proponía algo, no había poder humano que lo hiciera cambiar de opinión, insistía en que hablara con Alejandro.- No debí decirte nada.- En realidad, hermanita, tú no me dijiste nada, solo usé mi asombroso poder de deducción. Ahora,¿ vamos a salir o nos quedaremos discutiendo tu vida amorosa?,¡ tengo hambre!Estabamos frente a la puerta, y al abrir, encontré a Armando, a punto de tocar. Me dió una sonrisa deslumbrante. - Hola - dijo, y sorpresivamente, me plantó un beso intenso. Sam carraspeó, lo que hizo que se separara de mí.- Hola - dije ruborizándome.- Si hola también- replicó Sam - vamos a comer.-¿ Puedo invitarlos? conozco un buen lugar.Sam me miró, nosotros siempre podíamos entendernos sin palabras, solo asentí. - Claro, gracias.Pasamos el rato con Armando, sabía que Sam lo estaba analizando, porque solo intervenía en la conversación ocasionalmente. -Dime Sam,¿ y qué clase de abogado eres?.- Soy penalista, y