- Sofía necesito hablar contigo, tráeme un café y quiero el informe de la reunión. - Si señor. - Habia llegado sobre el horario de entrada y no pude completar todo lo del dia anterior. Se pondria molesto por eso.- Falta información, pero supongo que es culpa mía, te deje ir temprano, termínalo y lo revisamos. Me levantaba para irme, pero me detuvo.- Aún no hemos terminado, - hizo una pausa- mi esposa ya lo sabe, o cree que lo sabe, no sé cómo, porque siempre he sido cuidadoso.-¿ Sabe que soy yo? - dije algo asustada.- No, no lo creo, el día que se presentó aquí, vino a decírmelo, obviamente lo negué. Así que, de momento, no vamos a poder vernos, deja que se calmen las cosas y . . .después veremos.- Esta bien, ya voy a trabajar.Sali de su oficina un poco aturdida, creía que habíamos sido precavidos. Por eso él no tenía llave de mi departamento, y yo no lo llamaba a menos que fuera por trabajo.Pero, por ahora, esto sería un respiro para mí, aunque no sabía por cuanto tiempo.**
Conocía a Sam lo suficiente, como para saber que, cuando se proponía algo, no había poder humano que lo hiciera cambiar de opinión, insistía en que hablara con Alejandro.- No debí decirte nada.- En realidad, hermanita, tú no me dijiste nada, solo usé mi asombroso poder de deducción. Ahora,¿ vamos a salir o nos quedaremos discutiendo tu vida amorosa?,¡ tengo hambre!Estabamos frente a la puerta, y al abrir, encontré a Armando, a punto de tocar. Me dió una sonrisa deslumbrante. - Hola - dijo, y sorpresivamente, me plantó un beso intenso. Sam carraspeó, lo que hizo que se separara de mí.- Hola - dije ruborizándome.- Si hola también- replicó Sam - vamos a comer.-¿ Puedo invitarlos? conozco un buen lugar.Sam me miró, nosotros siempre podíamos entendernos sin palabras, solo asentí. - Claro, gracias.Pasamos el rato con Armando, sabía que Sam lo estaba analizando, porque solo intervenía en la conversación ocasionalmente. -Dime Sam,¿ y qué clase de abogado eres?.- Soy penalista, y
No sabía si en verdad, Alejandro quería terminar esto, teniamos tanto tiempo haciéndolo que ya se había vuelto una rutina, ese día, después de una jornada intensa de trabajo, me sorprendió que me llamara a su oficina. Tenia miedo, porque no sabía que me diría, pero recordé las palabras de Sam. " Nada que perder".- Sofía, hemos hecho esto por. . . ¿ cuánto?¿dos años?. - el dio vuelta a su escritorio, se recargó en él, con los brazos cruzados y se puso frente a mi.- Mmm si más o menos. - respondí, inquieta.- ¿Y ese es el tiempo has trabajando conmigo?.- Si señor.- Mmmm, bien, - puso su dedo índice sobre sus labios, en un gesto pensativo. - Sabes que la relación con mi esposa no es la mejor, mucho menos en este momento. - No entendía a dónde iba la conversación - Quisiera- dijo acercándose a mi - una última vez contigo, solo eso, . . . esa mi condición.Abri mucho los ojos, sorprendida por lo que me estaba pidiendo - Después, ya no tendremos nada que ver.- ¿Y luego qué?, ¿me desped
POV ARMANDOCamino entusiasmado hacia el departamento de Sofía, el fin de semana ya no pude verla, por la visita de su hermano. Queria invitarla a cenar y si tenía suerte, pasar la noche con ella. No sé como es que llegué a amarla tanto en tan poco tiempo, a esa mujer hermosa, que se me había metido hasta en los huesos.Llegué a su puerta y toqué, aunque no me respondió.- Sofía, ábreme, por favor. - grité. Era muy extraño que no estuviera en casa a esta hora, así que decidí llamarla.*-Qué pasa, que quieres?.- respondío molesta.-¡ Que genio preciosa! supongo que no estás en casa, solo queria verte,¿ vas a tardar?.- No voy a volver, así que no me esperes, vete a casa Armando.* Colgó bruscamente, sin darme oportunidad de decirle nadamás. Me resigné y decidí irme, caminé lentamente por la calle, estaba tentado a regresar y esperarla hasta la hora que fuera, pero dijo que no volvería. Antes de dar la vuelta a la esquina, miré con dirección a su casa, lo que ví, me dejó helado. Mi he
Todo el día estuve pensando lo que le diría a Sofía, esa maldita duda, no me dejaba en paz, había llegado la hora, por fin iba a verla, y tendría que decirme la verdad.- Hola, ¿Estás bien? - preguntó extrañada al abrir su puerta.Entré y ella se acercó para besarme, pero se lo impedí.-No, debemos hablar, quiero saber como es que mi hermano entró a tu edificio, la verdad es que jamás lo vi llegar, ¿acaso estaba aquí, contigo y me lo ocultas? - los celos me invadieron.- Este edificio, tiene dos entradas, seguramente usó la otra, ¿porqué dudas de mí ? Sé que no ha sido fácil para tí, el tener que ocultar lo nuestro, pero es necesario. . . ¿No te basta con que te ame?.- ¡No!- respondí - ¡no es suficiente!, eres muy importante para mí, no quiero seguir escondiéndolo, ¡no eres mi amante Sofía!. Eres algo más. . . -¡ Lo sé, pero aún hay cosas que tengo que resolver!Retrocedí , porque aún no entendía qué quería decir.- ¿¡Qué más Sofía!? - estaba furioso.- ¡Díme qué más!-¡ Voy a renu
POV SOFIAEra mi último día en la oficina, ya había guardado todas mis cosas en una caja, ya no quedaba nadie, sabia que Armando no se había ido aún, quería hablar con él, pero no estaba segura si me dejaria. Llevé mis cosas a mi auto y regresé, me armé de valor, toque a su puerta y entré. ¿Qué se te ofrece? Creí que ya te habias ido- dijo molesto.- Solo fui a dejar mis cosas al auto - me acerqué - solo queria decirte, cuanto lo siento, por como terminó todo, pero, tengo mis razones, tal vez algún dia puedas entender.Se puso de pie, frente a mí.- Creo que eso ya no importa, ya puedes irte, Sofia.- Yo. . . siempre voy a amarte, - me di la vuelta para irme, y me detuvo, me miró fijamente y me besó, de repente el beso se hizo más intenso, me atrajo, pegándose a mí, sentí crecer su excitación y no me importó, lo extrañaba tanto, quería esto con todas mis fuerzas, me subió a su escritorio, sin dejar de besarme, me quito mi ropa interior, y se enterró en mi tan fuerte, tan rápido, solo
Habia sido un encuentro muy extraño, solo esperaba que no se volviera a repetir, o tendria que mudarme otra vez. Jamás creí que lo veria tan pronto, una parte de mí se arrepentía por haberlo dejado, pero ese fue el precio que tuve que pagar por dejar atrás mis pecados.***El viernes había una fiesta, organizada por la firma en que trabajaba, habian invitado a empresarios locales, despachos contables y a otras firmas de abogados, me sentía muy nerviosa, por la posibilidad de encontrarme con Armando o Alejandro. Estaba obligada a ir, como organizadora, así que traté de tener un bajo perfil, ni siquiera me arreglé tanto para no llamar la atención.Conversaba con Mónica, la otra secretaria, que ya tenía un tiempo trabajando en ese despacho.- Vendrán los altos ejecutivos, y sus asistentes, esposas, etc ¿dónde trabajabas antes, Sofía? - levantó su mano antes de que pudiera contestarle - espera, ¿ya viste a ese guapo y sexy hombre que acaba de llegar?Yo me reí un poco por su reacción.- E
18 MESES DESPUÉS - Vamos Sofía, se hace tarde - dijo mi madre, entregándome un hermoso ramo de rosas rojas y blancas.- Ya voy, ya voy, es que este vestido es largo, solo espero no tropezar. Me sentía muy entusiasmada, entré en la iglesia y ahí estaba, de pié junto al altar, con la sonrisa más hermosa, más guapo de lo que nunca lo había visto en toda mi vida, vistiendo su traje de novio, con una flor en la solapa.Caminé hacia él, y nos sonreimos, con la complicidad de siempre, entendiéndonos sin palabras.Detrás de mi, venía la novia, radiante, hermosa, consideré a Jenny como mi hermana desde el día que la conocí. Era el día de la boda de Sam, y yo estaba muy muy feliz.*- Solo me faltas tú, mi niña - dijo esperanzada mi madre - que encuentres el amor, como tu hermano, alguien incondicional, que sea solo para ti.- Ya lo tengo mamá, no me hace falta nadie más.Meses atrás le conté a mi madre todo lo que había pasado, primero se enojó muchísimo, como nunca antes, y después se dio c