Finalmente había tomado una decisión, aunque no sabia como lo haría, así que traté de enfocarme solo en mi trabajo, y evitaba quedarme a solas con Armando, ya que no quería darle falsas esperanzas.
- Sofia,¿ puedo hablar contigo?.Entré a su oficina y él cerró la puerta.- ¿Por qué estás evitándome? - preguntó algo irritado. - no contestas mis llamadas, ni respondes mis textos, ¿ Qué es lo que te pasa?.- No lo estoy evitando, señor Armando, solo quiero hacer mi trabajo, he descuidado los asuntos del Señor Rivera, y debo ponerme al dia.- ¿Señor Armando? - exclamó en voz baja. - ¿ahora soy el Señor Armando?, - me sujetó de la cintura y se acercó - te dí mucho placer, hasta que no pudiste más y ahora no quieres ni hablar conmigo.- Solo, no quiero lastimarte, por favor, déjalo así.- Creo que ya es tarde para eso, porque con tu actitud, ya lo has hecho.- Solo se puede lastimar a alguien que te ame, y no creo que tú me ames.- No te das cuenta de nada,¿ verdad? yo, . . . yo ya estoy enamorando de ti. - intentó besarme, pero me alejé para impedirlo.- No puedes, yo no soy una buena persona, no debes enamorarte de mi, lo siento.Salí de ahí antes de que él pudiera decir algo más.***- Sofía, - me llamó Alejandro- tráeme un café por favor.Entré a la oficina y dejé el café en su mesa.- Necesito hablar contigo - dije seriamente, quedándome de pie frente a él, dejó de escribir, me miró fijamente y, ya no me sentía tan valiente, tome aire y dije: - Ya no quiero seguir con esto, con lo nuestro, es muy complicado para mí estar en esta situación, porque yo sé que entre tú y yo no va a haber nada más, nunca.- ¿Pretendes terminar conmigo? - rió sarcástico - soy tu jefe, -dijo levantándose de su asiento- tú no puedes terminar conmigo, porque si lo haces, considérate despedida.- ¡No puedes hacer eso, mi trabajo no tiene que ver con esto, he sido una buena asistente!-¡ Tiene todo que ver, Sofia! - tocaron a la puerta y Armando entró.- Hermano, tengo que decirte . . . ¿ está todo bien? - volteó para verme y después a Alejandro.- Si, solo le dejaba en claro unas cuántas cosas a Sofia. - respondió molesto.- ¿Ya puedo retirarme, Señor?- dije a punto de llorar.- Si, y piensa en lo que hablamos, no lo compliques más.Salí de la oficina, no sin antes ver la expresión de confusión de Armando.***Cuando llegué a casa ese dia, solo pude llorar, lágrimas de impotencia salían de forma descontrolada. Ya sabía que me la iba a poner difícil, y ahora me sentía atrapada.Llamaron a mi puerta, no respondí porque no quería que nadie me viera en ese estado, pero siguieron tocando.- ¡Sofía, ábreme por favor !- decía Armando, insistente. - ¡Sé que estás ahí, no voy a irme hasta que me abras!Me limpié la cara lo más que pude, respiré profundamente para poder calmarme y abrí la puerta.-¡Por Dios! ¿que pasó? - exclamó al verme con mis ojos enrojecidos. Enseguida cambió su expresión de preocupación a enojo.- Fue mi hermano, ¿ Verdad?, ¿que fué lo que te dijo para que estés asi?.- Fue,. . . fue culpa mía, perdí unos documentos muy importantes y, me reprendió, nunca me habia pasado esto.- ¿Esto es sólo por unos documentos?, eso es muy exagerado, ahora mismo voy a hablar con él y . . .- ¡No!, no debes decirle nada, por favor, solo debo tener más cuidado en el futuro, promete que no harás nada, o tendré más problemas.Armando se debatia entre aceptar mi verdad o no, pero fuí muy convincente, asi que, al final, cedió.-¿ Ya estás más tranquila?- preguntó acariciando mi mejilla.- Si, un poco - se acercó y rozó mis labios y no pude resistirme, me dió un beso tranquilizador, suave y dulce.- Te amo, Sofia - exclamó, muy cerca de mí.- Lo siento, Armando, yo, yo no siento lo mismo - mentí, sin levantar la vista, pero dentro de mí, lo sabía, que también me había enamorado de él, pero, también sabía que no podría decírselo nunca.Levantó mi rostro, me vió a los ojos, con el ceño fruncido, como si quisiera entrar en mis pensamientos.- Sé que me amas, aunque no sé por que lo niegas, lo veo en tus ojos, lo siento en tus besos, lo sentí por la forma en cómo te entregaste a mí.Me separé de él, dándo unos pasos hacia atrás.-¡ Vete, por favor, no quiero volver a verte aquí! ya tengo bastantes problemas, y no quiero que te conviertas en uno más.- Espero que no te arrepientas, Sofia.Lo vi irse, con su expresión dolida, eso había sido lo más difícil para mí, porque lo único que quería era arrojarme a sus brazos y decirle que también lo amaba.Me habia maquillado lo mejor posible, para disimular mis ojeras, no había podido dormir, pensando en cómo había lastimado a Armando, y para colmo, ahora Alejandro estaba enojado conmigo.Ese día, de improviso, apareció su esposa por la oficina, mientras revisábamos un documento, yo estaba de pie, muy cerca de él, haciendo anotaciones en mi libreta.Ella solo entró y carraspeó. Levantamos la vista al mismo tiempo.- Espero no interrumpir nada, Alejandro. - dijo mirándome.- No querida, - respondió, seguro de sí mismo - ya estabamos terminando - después se dirigió a mí, con voz tranquila- necesito que corrijas el documento como te dije y lo revisamos de nuevo, no puede tener errores o nos afectará, ¿entendido?.- Si señor, lo redactaré de nuevo - dije llevándome la carpeta. - Buen día señora Frida, ¿puedo ofrecerle un café?. - Claro, gracias. Salí rápidamente de ahí, su esposa parecía molesta, preparé el café y después se lo llevé.- ¿Se les ofrece algo más? - pregunté lo mas tranquil
Ese día habíamos ido al almuerzo de trabajo programado, y yo, como siempre, sentada junto a Alejandro, tomando notas. También había acudido Armando, su mirada estuvo todo el rato sobre mí, y me hacía sentir incómoda. En un momento fuí al tocador y lo encontré al venir de regreso a la mesa.-¡ Puedes parar de mirarme así !no sé que pretendes - dije en voz baja.- No entiendo de que hablas - se acercó a mí y susurró- hoy estás muy linda, y quisiera poder besarte.- Basta por favor, mi jefe me está esperando- prácticamente salí corriendo de ahí. Me senté nuevamente a la mesa, y poco después llego él.- Ya terminamos,. . . hermano, Sofía, tenemos que regresar a la oficina para plasmar los acuerdos, y nos veremos después para firmar.Sonó su teléfono y se alejó para contestar. Observé sus expresiones, no estaba contento, seguramente era su esposa, terminó su llamada y se dirigió a nosotros. - Armando, ¿puedes llevar a Sofía a la oficina?, Frida necesita algo urgente, y no sé si volveré.
- Sofía necesito hablar contigo, tráeme un café y quiero el informe de la reunión. - Si señor. - Habia llegado sobre el horario de entrada y no pude completar todo lo del dia anterior. Se pondria molesto por eso.- Falta información, pero supongo que es culpa mía, te deje ir temprano, termínalo y lo revisamos. Me levantaba para irme, pero me detuvo.- Aún no hemos terminado, - hizo una pausa- mi esposa ya lo sabe, o cree que lo sabe, no sé cómo, porque siempre he sido cuidadoso.-¿ Sabe que soy yo? - dije algo asustada.- No, no lo creo, el día que se presentó aquí, vino a decírmelo, obviamente lo negué. Así que, de momento, no vamos a poder vernos, deja que se calmen las cosas y . . .después veremos.- Esta bien, ya voy a trabajar.Sali de su oficina un poco aturdida, creía que habíamos sido precavidos. Por eso él no tenía llave de mi departamento, y yo no lo llamaba a menos que fuera por trabajo.Pero, por ahora, esto sería un respiro para mí, aunque no sabía por cuanto tiempo.**
Conocía a Sam lo suficiente, como para saber que, cuando se proponía algo, no había poder humano que lo hiciera cambiar de opinión, insistía en que hablara con Alejandro.- No debí decirte nada.- En realidad, hermanita, tú no me dijiste nada, solo usé mi asombroso poder de deducción. Ahora,¿ vamos a salir o nos quedaremos discutiendo tu vida amorosa?,¡ tengo hambre!Estabamos frente a la puerta, y al abrir, encontré a Armando, a punto de tocar. Me dió una sonrisa deslumbrante. - Hola - dijo, y sorpresivamente, me plantó un beso intenso. Sam carraspeó, lo que hizo que se separara de mí.- Hola - dije ruborizándome.- Si hola también- replicó Sam - vamos a comer.-¿ Puedo invitarlos? conozco un buen lugar.Sam me miró, nosotros siempre podíamos entendernos sin palabras, solo asentí. - Claro, gracias.Pasamos el rato con Armando, sabía que Sam lo estaba analizando, porque solo intervenía en la conversación ocasionalmente. -Dime Sam,¿ y qué clase de abogado eres?.- Soy penalista, y
No sabía si en verdad, Alejandro quería terminar esto, teniamos tanto tiempo haciéndolo que ya se había vuelto una rutina, ese día, después de una jornada intensa de trabajo, me sorprendió que me llamara a su oficina. Tenia miedo, porque no sabía que me diría, pero recordé las palabras de Sam. " Nada que perder".- Sofía, hemos hecho esto por. . . ¿ cuánto?¿dos años?. - el dio vuelta a su escritorio, se recargó en él, con los brazos cruzados y se puso frente a mi.- Mmm si más o menos. - respondí, inquieta.- ¿Y ese es el tiempo has trabajando conmigo?.- Si señor.- Mmmm, bien, - puso su dedo índice sobre sus labios, en un gesto pensativo. - Sabes que la relación con mi esposa no es la mejor, mucho menos en este momento. - No entendía a dónde iba la conversación - Quisiera- dijo acercándose a mi - una última vez contigo, solo eso, . . . esa mi condición.Abri mucho los ojos, sorprendida por lo que me estaba pidiendo - Después, ya no tendremos nada que ver.- ¿Y luego qué?, ¿me desped
POV ARMANDOCamino entusiasmado hacia el departamento de Sofía, el fin de semana ya no pude verla, por la visita de su hermano. Queria invitarla a cenar y si tenía suerte, pasar la noche con ella. No sé como es que llegué a amarla tanto en tan poco tiempo, a esa mujer hermosa, que se me había metido hasta en los huesos.Llegué a su puerta y toqué, aunque no me respondió.- Sofía, ábreme, por favor. - grité. Era muy extraño que no estuviera en casa a esta hora, así que decidí llamarla.*-Qué pasa, que quieres?.- respondío molesta.-¡ Que genio preciosa! supongo que no estás en casa, solo queria verte,¿ vas a tardar?.- No voy a volver, así que no me esperes, vete a casa Armando.* Colgó bruscamente, sin darme oportunidad de decirle nadamás. Me resigné y decidí irme, caminé lentamente por la calle, estaba tentado a regresar y esperarla hasta la hora que fuera, pero dijo que no volvería. Antes de dar la vuelta a la esquina, miré con dirección a su casa, lo que ví, me dejó helado. Mi he
Todo el día estuve pensando lo que le diría a Sofía, esa maldita duda, no me dejaba en paz, había llegado la hora, por fin iba a verla, y tendría que decirme la verdad.- Hola, ¿Estás bien? - preguntó extrañada al abrir su puerta.Entré y ella se acercó para besarme, pero se lo impedí.-No, debemos hablar, quiero saber como es que mi hermano entró a tu edificio, la verdad es que jamás lo vi llegar, ¿acaso estaba aquí, contigo y me lo ocultas? - los celos me invadieron.- Este edificio, tiene dos entradas, seguramente usó la otra, ¿porqué dudas de mí ? Sé que no ha sido fácil para tí, el tener que ocultar lo nuestro, pero es necesario. . . ¿No te basta con que te ame?.- ¡No!- respondí - ¡no es suficiente!, eres muy importante para mí, no quiero seguir escondiéndolo, ¡no eres mi amante Sofía!. Eres algo más. . . -¡ Lo sé, pero aún hay cosas que tengo que resolver!Retrocedí , porque aún no entendía qué quería decir.- ¿¡Qué más Sofía!? - estaba furioso.- ¡Díme qué más!-¡ Voy a renu
POV SOFIAEra mi último día en la oficina, ya había guardado todas mis cosas en una caja, ya no quedaba nadie, sabia que Armando no se había ido aún, quería hablar con él, pero no estaba segura si me dejaria. Llevé mis cosas a mi auto y regresé, me armé de valor, toque a su puerta y entré. ¿Qué se te ofrece? Creí que ya te habias ido- dijo molesto.- Solo fui a dejar mis cosas al auto - me acerqué - solo queria decirte, cuanto lo siento, por como terminó todo, pero, tengo mis razones, tal vez algún dia puedas entender.Se puso de pie, frente a mí.- Creo que eso ya no importa, ya puedes irte, Sofia.- Yo. . . siempre voy a amarte, - me di la vuelta para irme, y me detuvo, me miró fijamente y me besó, de repente el beso se hizo más intenso, me atrajo, pegándose a mí, sentí crecer su excitación y no me importó, lo extrañaba tanto, quería esto con todas mis fuerzas, me subió a su escritorio, sin dejar de besarme, me quito mi ropa interior, y se enterró en mi tan fuerte, tan rápido, solo