Alejandro me mantuvo ocupada toda la mañana, iba y venia, me pedía documentos y tenía que dárselos rápidamente. Creo que desde que trabajaba para él, nunca había caminado tanto por la oficina.
- Hermano ya tengo el presupuesto que me pediste- dijo Armando entrando a su oficina - Hola Sofía. - me saludó - ¿tendrás tiempo de cotejar las reuniones?, ya vi que mi hermano te tiene como esclava.- Solo hace lo que tiene que hacer - respondió Alejandro.- Podemos revisarlo a la hora de comer, es el único momento que tendré libre, Señor Armando.-¡Perfecto! pedimos algo y me ayudas.- No creo que pueda, tenemos un almuerzo de trabajo - dijo Alejandro.- Señor Rivera, no tenemos nada programado. El almuerzo es la próxima semana.-¿Ah si? debes ponerme mejor al tanto, Sofía - exclamó molesto.- para eso te pago, supongo que puedes quedarte a terminar sus pendientes.*Llegó la hora de comer, entré a la oficina de Armando, y ya habia pedido comida, lo que me sorprendió.Me atreví a quitarme los tacones, estaba muy cansada. Armando llegó con unas botellas de agua.- Si quieres puedes quitarte los zapatos - dijo divertido.- Lo siento, no quise . . .- Es broma, preciosa - se sentó frente a mí, levantó mi pie, y empezó a masajearlo, se sentía tan bien.- El otro, por favor- pidió, y le dió el mismo trato.- Gracias, me siento mucho mejor.Comiamos mientras revisaba el calendario de reuniones.- Esta de aquí, podemos moverla - Armando se colocó junto a mi, tan cerca que podía oler su delicioso perfume.- Me parece bien. ¿Y cuando crees que podamos cenar de nuevo?, - susurró - la verdad es que quisiera besarte ahora mismo.Me alejé un poco de él.- No debes, por favor. - respondí sin mirarlo.-¿ Sofía, ya terminaste?- escuché la voz molesta de Alejandro en la puerta.- Ya casi, solo permítame un momento más.- En verdad, hermano, ni siquiera ha terminado de comer.El rodó los ojos, y suspiró, resignado.- Supongo que puedo darte 20 minutos, pero ni uno más.****Llegué a casa por la noche, exhausta, solo quería tomar una larga ducha y dormir.Estaba a punto de acostarme, y tocaron a mi puerta, realmente esperaba que no fuera Alejandro, porque no tenía ánimos para tener sexo, pero, para mi mala fortuna, era él.- Hola, estaba a punto de irme a dormir.- Pues tendrá que esperar, solo quiero hablar contigo.- ¿ Hay algún problema? - dije mientras me dirigía a la cocina y me servía café.- No me gusta que estés tan cerca de mi hermano, eres mi asistente, solo te dije que lo ayudaras mientras se adaptaba y creo que ya tiene todo dominado.- Pero aún así, debo llevar sus reuniones en la agenda.Se acercó enojado - ¡No me importa! solo estás para mi, ¿Entiendes? - se abalanzó sobre mi, besándome, casi a la fuerza, me sujetó con fuerza de las manos.- Estás lastimándome, por favor- dije suplicante.Me soltó, y caminó unos pasos atrás.- Creo que mejor me voy, no tengo humor para el sexo ahora.Se marchó tan rápido como llegó. Yo suspiré, aliviada, habia sido un encuentro muy extraño y más incómodo. Me pregunte si sentía celos de su hermano.***-¿ Estás bien Sofia?, no tienes buena cara. - me dijo Armando al verme llegar.- No dormí suficiente, solo eso.- El sábado no trabajas, quisiera . . .Se vió interrumpido por la llegada de Alejandro.- Buen día . . . Sofía, a mi oficina.- Si señor - y corrí detrás de él.- Disculpa, por lo de ayer, espero no haberte lastimado - me miró- sé que solo tenemos sexo pero, no quiero compartirte.- No sé porqué te molestas, tu hermano y yo, solo. . . trabajamos, y estoy aprendiendo mucho de él.- Aún no me has dicho con quién saliste, y eso no lo tolero, mañana pasaré a verte.- No fue algo importante, te lo aseguro - mentí.- Bien, vamos a trabajar.***Al día siguiente lo esperaba, como siempre, vestida como a él le gusta, pero mi entusiasmo habia disminuido. Desde el día que lo conocí solo habia deseado a Alejandro, pero cuando estuve con Armando, no podía sacarme sus besos y sus caricias de la mente.- Ya estoy aquí, hermosa Sofi, déjame verte. - me lanzó una mirada llena de deseo. Se acercó a besarme, y descubrí que sus besos ya no eran suficientes. Pero, al final, tuve sexo complaciente con él, y, como siempre, se vistió rápidamente y se fue.Me metí a la ducha y lloré, porque me di cuenta que ahora, no podría tener una relación real con Armando y jamás, en esta vida, tendría una con Alejandro.- Estúpida, no tienes nada - me dije.Así que, decidí que terminaría con Alejandro, aunque me despidiera, y ya no vería a Armando, porque era un hombre bueno y decente, al que no quería lastimar y si él llegaba a saber que era amante de su hermano, me odiaría para toda la vida.Finalmente había tomado una decisión, aunque no sabia como lo haría, así que traté de enfocarme solo en mi trabajo, y evitaba quedarme a solas con Armando, ya que no quería darle falsas esperanzas.- Sofia,¿ puedo hablar contigo?.Entré a su oficina y él cerró la puerta. - ¿Por qué estás evitándome? - preguntó algo irritado. - no contestas mis llamadas, ni respondes mis textos, ¿ Qué es lo que te pasa?.- No lo estoy evitando, señor Armando, solo quiero hacer mi trabajo, he descuidado los asuntos del Señor Rivera, y debo ponerme al dia. - ¿Señor Armando? - exclamó en voz baja. - ¿ahora soy el Señor Armando?, - me sujetó de la cintura y se acercó - te dí mucho placer, hasta que no pudiste más y ahora no quieres ni hablar conmigo.- Solo, no quiero lastimarte, por favor, déjalo así.- Creo que ya es tarde para eso, porque con tu actitud, ya lo has hecho.- Solo se puede lastimar a alguien que te ame, y no creo que tú me ames.- No te das cuenta de nada,¿ verdad? yo, . . . yo ya estoy
Me habia maquillado lo mejor posible, para disimular mis ojeras, no había podido dormir, pensando en cómo había lastimado a Armando, y para colmo, ahora Alejandro estaba enojado conmigo.Ese día, de improviso, apareció su esposa por la oficina, mientras revisábamos un documento, yo estaba de pie, muy cerca de él, haciendo anotaciones en mi libreta.Ella solo entró y carraspeó. Levantamos la vista al mismo tiempo.- Espero no interrumpir nada, Alejandro. - dijo mirándome.- No querida, - respondió, seguro de sí mismo - ya estabamos terminando - después se dirigió a mí, con voz tranquila- necesito que corrijas el documento como te dije y lo revisamos de nuevo, no puede tener errores o nos afectará, ¿entendido?.- Si señor, lo redactaré de nuevo - dije llevándome la carpeta. - Buen día señora Frida, ¿puedo ofrecerle un café?. - Claro, gracias. Salí rápidamente de ahí, su esposa parecía molesta, preparé el café y después se lo llevé.- ¿Se les ofrece algo más? - pregunté lo mas tranquil
Ese día habíamos ido al almuerzo de trabajo programado, y yo, como siempre, sentada junto a Alejandro, tomando notas. También había acudido Armando, su mirada estuvo todo el rato sobre mí, y me hacía sentir incómoda. En un momento fuí al tocador y lo encontré al venir de regreso a la mesa.-¡ Puedes parar de mirarme así !no sé que pretendes - dije en voz baja.- No entiendo de que hablas - se acercó a mí y susurró- hoy estás muy linda, y quisiera poder besarte.- Basta por favor, mi jefe me está esperando- prácticamente salí corriendo de ahí. Me senté nuevamente a la mesa, y poco después llego él.- Ya terminamos,. . . hermano, Sofía, tenemos que regresar a la oficina para plasmar los acuerdos, y nos veremos después para firmar.Sonó su teléfono y se alejó para contestar. Observé sus expresiones, no estaba contento, seguramente era su esposa, terminó su llamada y se dirigió a nosotros. - Armando, ¿puedes llevar a Sofía a la oficina?, Frida necesita algo urgente, y no sé si volveré.
- Sofía necesito hablar contigo, tráeme un café y quiero el informe de la reunión. - Si señor. - Habia llegado sobre el horario de entrada y no pude completar todo lo del dia anterior. Se pondria molesto por eso.- Falta información, pero supongo que es culpa mía, te deje ir temprano, termínalo y lo revisamos. Me levantaba para irme, pero me detuvo.- Aún no hemos terminado, - hizo una pausa- mi esposa ya lo sabe, o cree que lo sabe, no sé cómo, porque siempre he sido cuidadoso.-¿ Sabe que soy yo? - dije algo asustada.- No, no lo creo, el día que se presentó aquí, vino a decírmelo, obviamente lo negué. Así que, de momento, no vamos a poder vernos, deja que se calmen las cosas y . . .después veremos.- Esta bien, ya voy a trabajar.Sali de su oficina un poco aturdida, creía que habíamos sido precavidos. Por eso él no tenía llave de mi departamento, y yo no lo llamaba a menos que fuera por trabajo.Pero, por ahora, esto sería un respiro para mí, aunque no sabía por cuanto tiempo.**
Conocía a Sam lo suficiente, como para saber que, cuando se proponía algo, no había poder humano que lo hiciera cambiar de opinión, insistía en que hablara con Alejandro.- No debí decirte nada.- En realidad, hermanita, tú no me dijiste nada, solo usé mi asombroso poder de deducción. Ahora,¿ vamos a salir o nos quedaremos discutiendo tu vida amorosa?,¡ tengo hambre!Estabamos frente a la puerta, y al abrir, encontré a Armando, a punto de tocar. Me dió una sonrisa deslumbrante. - Hola - dijo, y sorpresivamente, me plantó un beso intenso. Sam carraspeó, lo que hizo que se separara de mí.- Hola - dije ruborizándome.- Si hola también- replicó Sam - vamos a comer.-¿ Puedo invitarlos? conozco un buen lugar.Sam me miró, nosotros siempre podíamos entendernos sin palabras, solo asentí. - Claro, gracias.Pasamos el rato con Armando, sabía que Sam lo estaba analizando, porque solo intervenía en la conversación ocasionalmente. -Dime Sam,¿ y qué clase de abogado eres?.- Soy penalista, y
No sabía si en verdad, Alejandro quería terminar esto, teniamos tanto tiempo haciéndolo que ya se había vuelto una rutina, ese día, después de una jornada intensa de trabajo, me sorprendió que me llamara a su oficina. Tenia miedo, porque no sabía que me diría, pero recordé las palabras de Sam. " Nada que perder".- Sofía, hemos hecho esto por. . . ¿ cuánto?¿dos años?. - el dio vuelta a su escritorio, se recargó en él, con los brazos cruzados y se puso frente a mi.- Mmm si más o menos. - respondí, inquieta.- ¿Y ese es el tiempo has trabajando conmigo?.- Si señor.- Mmmm, bien, - puso su dedo índice sobre sus labios, en un gesto pensativo. - Sabes que la relación con mi esposa no es la mejor, mucho menos en este momento. - No entendía a dónde iba la conversación - Quisiera- dijo acercándose a mi - una última vez contigo, solo eso, . . . esa mi condición.Abri mucho los ojos, sorprendida por lo que me estaba pidiendo - Después, ya no tendremos nada que ver.- ¿Y luego qué?, ¿me desped
POV ARMANDOCamino entusiasmado hacia el departamento de Sofía, el fin de semana ya no pude verla, por la visita de su hermano. Queria invitarla a cenar y si tenía suerte, pasar la noche con ella. No sé como es que llegué a amarla tanto en tan poco tiempo, a esa mujer hermosa, que se me había metido hasta en los huesos.Llegué a su puerta y toqué, aunque no me respondió.- Sofía, ábreme, por favor. - grité. Era muy extraño que no estuviera en casa a esta hora, así que decidí llamarla.*-Qué pasa, que quieres?.- respondío molesta.-¡ Que genio preciosa! supongo que no estás en casa, solo queria verte,¿ vas a tardar?.- No voy a volver, así que no me esperes, vete a casa Armando.* Colgó bruscamente, sin darme oportunidad de decirle nadamás. Me resigné y decidí irme, caminé lentamente por la calle, estaba tentado a regresar y esperarla hasta la hora que fuera, pero dijo que no volvería. Antes de dar la vuelta a la esquina, miré con dirección a su casa, lo que ví, me dejó helado. Mi he
Todo el día estuve pensando lo que le diría a Sofía, esa maldita duda, no me dejaba en paz, había llegado la hora, por fin iba a verla, y tendría que decirme la verdad.- Hola, ¿Estás bien? - preguntó extrañada al abrir su puerta.Entré y ella se acercó para besarme, pero se lo impedí.-No, debemos hablar, quiero saber como es que mi hermano entró a tu edificio, la verdad es que jamás lo vi llegar, ¿acaso estaba aquí, contigo y me lo ocultas? - los celos me invadieron.- Este edificio, tiene dos entradas, seguramente usó la otra, ¿porqué dudas de mí ? Sé que no ha sido fácil para tí, el tener que ocultar lo nuestro, pero es necesario. . . ¿No te basta con que te ame?.- ¡No!- respondí - ¡no es suficiente!, eres muy importante para mí, no quiero seguir escondiéndolo, ¡no eres mi amante Sofía!. Eres algo más. . . -¡ Lo sé, pero aún hay cosas que tengo que resolver!Retrocedí , porque aún no entendía qué quería decir.- ¿¡Qué más Sofía!? - estaba furioso.- ¡Díme qué más!-¡ Voy a renu