Vania CoopeMis pasos eran lentos mientras me movía de un lado a otro en la habitación.Todo me daba vuelta por los nervios y aunque estaba siendo infinitamente feliz, sabía que mucha gente estaría esperando a que saliera, pero me estaba volviendo loca de los nervios.Lilian me tomó de los hombros y me hizo detenerme. Sus hermosos ojos me miraron con el ceño fruncido y luego envolvió sus anos alrededor de mi cuerpo dándome un abrazo que ciertamente necesitaba.Dos días después de que Colton se enterara de mi embarazo, tomé el auto y conduje hacia la casa de Lilian. Ambas hablamos y resolvimos nuestros problemas de la mejor forma y aunque algo se había quebrado, porque la confianza había sido traicionada, ambas estábamos trabajando en eso.Pero en un día tan importante como este cualquier problema había estado olvidado y cualquier fisura se llenaba.Porque hoy era mi boda. Hoy era el día en el que me entregaba a Colton en matrimonió. Hoy era el día en que caminaría por ese enorme pasil
Mi cabeza se ladeó al ver al pequeño niño mirando los tramos de libros como si estuviera realmente interesado.Pero realmente lo estaba. Parecía estar concentrado en los títulos y al dar una rápida mirada a los alrededores me percaté de que estaba solo, pues la librería permanecía vacía además de él.Dando un suave suspiro salí de detrás del mostrador y comencé a caminar hacia el pequeño de cabello negro y ojos muy azules y bonitos.En cuanto me detuve junto a él posó su atención en mí y me recorrió con su mirada como si estuviera analizándome.—¿En qué puedo ayudarte? —le ofrecí con una sonrisa, pero no pareció importarle mucho mi amabilidad.—No creo que sepas del libro que estoy buscando.Una de mis cejas se enarcó en su dirección.—No solo te digo cuanto cuesta el libro y te devuelvo el cambio. También limpio todos estos tramos y leo cada uno de los libros en ellos. Orgullosamente te puedo decir que me he leído los dos primeros tramos y ahí hay unos quinientos libros. Me faltan lo
—No me toques, Dev.Rápidamente retrocedí los pasos que él había avanzado y lo vi apretar sus puños lleno de frustración.—Cariño, por favor escúchame —pidió recorriendo con su mirada las maletas que sostenía.—No, no tengo nada que escucharte, Dev. Ultrajaste nuestro hogar, trajiste mierda aquí, lo ocultaste en la misma habitación en dónde dormíamos, en dónde hacíamos el amor y te atreviste a mentirme diciéndome que trabajabas como seguridad en un jodido club, cuando lo que realmente hacías era vender tu porquería.—Lo hice por nosotros, amor, por favor, escúchame. Vivimos bien, no tienes que trabajar y te doy todo lo que necesitas.Reí de forma incrédula al escuchar sus pobres excusas.—Dejé de trabajar porque tú me lo pediste, no porque realmente quisiera hacerlo. Y prefiero mil veces tener una vida más decente que tener una llena de opulencias dadas con el dinero sucio. Así que apártate de mi camino, Dev o gritaré hasta que los vecinos llamen a la policía y se encuentren con tu mi
—Respira —me pidió Lilian —él puede ser muy arrogante y mandón, pero es un buen jefe, lo prometo. Solo no te pongas como te pones cuando alguien te cae mal.Mi ceja se enarcó y Lilian me señaló con su mano advirtiéndome claramente que no se me ocurriera cagarla.Tres días después de mi llegada a su hogar, estaba frente al edificio en el que ella trabajaba. Me había dicho que su jefe había pedido entrevistarme él mismo, pero que siempre lo hacía con las niñeras de su hijo, por lo que no era extraño.Lilian trabajaba en la última planta con una asistente, una administradora y el señor Clinton Colton.Ella había sido su secretaria durante mucho tiempo, por lo que conocía relativamente bien al hombre ante el que me presentaría.Una vez estuve lista mentalmente ingresamos en el edificio y concordé conmigo misma que parecía otra ejecutiva más.Llevaba una falda negra tipo lápiz hasta mi rodilla, una blusa negra por dentro y una chaqueta que combinada con todo el outfit más unos tacones bajo
Mientras el señor Clinton terminaba sus asuntos yo me quedé sentada frente a Lilian viéndola hacer su trabajo.Luego de que mi valentía se dispersó en el aire en cuanto salí no pude evitar colocarme nerviosa.Hacía años que no cuidaba de algún niño y aunque los conocimientos de cómo debía hacer las cosas estaban ahí, me ponía un poco nerviosa el recordar la forma en la que el hombre había hablado a cerca de su hijo.Si un padre decía esas cosas de su hijo ciertamente había que considerar qué tan malo era el engendro. Pero no me predispondría. Conocería al pequeño y daría mi propio veredicto.Yo era muy buena con los niños y lo primero que había que considerar al encontrar a alguno con un comportamiento como ese era ¿qué lo hacía ser así? Podrían ser muchos factores como falta de atención, la necesidad de llamar la atención, falta de amor, problemas en las escuelas.Y la forma más fácil de tratar el problema era desentrañando la causa para eliminarla y que se llevara consigo las consec
Tuve que dejar a Clay solo en casa mientras iba en búsqueda de las pocas posesiones que tenía en la casa de Lilian. El chofer me había estado esperando cuando salí de la enorme y lujosa mansión e incluso me abrió la puerta del auto como si no fuera una empleada igual que él, cosa que me extrañó pero que no estaba dispuesta a refutar. Si querían tratarme como a una señorita ciertamente no me negaría. Una vez le di la dirección me permití perderme en mis pensamientos mientras el auto recorría el trayecto que nos separaba de nuestro destino. No era tan lejos dentro de la ciudad, pero al estar en las afueras era difícil ir de inmediato a donde se quería llegar, por lo que durante largos minutos me la pasé mirando por la ventana deleitándome con el paisaje boscoso hasta que entramos en la ciudad y el auto se dirigió por las calles menos concurridas para evitar el transito caótico que se estaba formando al ser una de las horas pico. Había estado hablando largo y tendido con Clay antes de
Al llegar a casa Clay se encontraba esperándome en la puerta y un nudo se formó en mi garganta al notar lo emocionado que estaba de poder esperar a alguien y verlo llegar. Y sabía que probablemente esperaba a su padre, pero él nunca llegaba a la hora adecuada. Muchas cosas pasaban por mi mente a cerca de la relación padre e hijo, pero prefería reservarme los juicios hasta que viera de primera mano como era la situación en sí. Pero mientras tanto me haría cargo de hacer medianamente feliz a este pequeño en lo que pudiera. Aunque sabía que nadie podría reemplazar a un padre y a una madre. Pero al menos le daría una amiga en quien confiar. Cuando estuve frente a la puerta con una de mis manos en la maleta él se lanzó hacia mi cuerpo y me abrazó dejando salir esa euforia que solo le había visto compartir conmigo lo que me daba cierta sensación de emoción y particularidad. —¿Sabes de casualidad lo que vamos a cenar? —le cuestioné con suavidad y él asintió un par de veces mientras tomab
Mi ceño se frunció al escuchar que continuaba despotricando y fue inevitable para mí no comenzar a enfurecerme. —Mamá calla —le pedí y el silencio se extendió del otro lado de la línea. Probablemente me encontraba en altavoz y toda la familia probablemente se encontraba escuchando nuestra conversación. Así sucedía en casa. Cuando había un problema se reunían a los nueve hijos y se trataba el problema para ver si de esta forma se podía resolver y dejar una moraleja de todo eso. Pero el que mamá estuviera acusándome de tales atrocidades comenzaba a molestarme. Ni siquiera había esperado a que le contestara si ciertamente era verídico, solo asumió cosas que no eran. —En primer lugar, no tengo ningún novio rico —y me abstuve de decir alguna palabra mal dicha, pues probablemente los hijos de mi hermana estaban en esta jodida ecuación también —y en segundo lugar, terminé con Dev hace tres días porque me mintió durante toda la relación. —No creo que debieras… —pero frené las palabras de