Vania CooperEse día estuvimos los tres juntos, entrelazados de una forma única mientras evitábamos volver a casa y nos tomábamos nuestro tiempo juntos, restructurando lo que se cambió de lugar, moviendo cosas que ocupaban espacio innecesario, volviendo a conectarnos como lo habíamos hecho con anterioridad.Estuvimos en el parque desayunando algo que tomamos para llevar, luego fuimos a un lago para almorzar y al llegar la tarde estuvimos listos para regresar a casa, a nuestras responsabilidades y a nuestros compromisos afectivos con nosotros mismos.Y cada día que pasaba concordaba conmigo misma que esto era lo que quería para toda la vida, quería este tipo de conexión que solo se obtiene una vez en la vida.Y todo iba bien, excelente si me lo preguntaban.Pero todo se fue abajo a la semana siguiente. Al menos para mí se convirtió en un desastre cuando mi periodo no tocó a mi puerta y cuando hice cálculos, había estado retrasada por más de una semana y en un principio lo atribuí al es
Colton Clinton Supe que algo andaba mal desde el instante en el que subió al auto. Sus ojos estaban rojos por haber aparentemente llorado y su rostro estaba pálido y carente de emociones. Parecía unas cáscara y no la mujer llena energía que solía ser todos los días. No estaba esa sonrisa característica que me hacía vibrar cada instante y tampoco recibí ese delicioso beso que solía darme cada vez que nos reencontrábamos durante el día a día. La semana anterior la había llevado a visitar la tumba de mis padres, algo que solo habíamos hecho Clay y yo desde el día en que ambos murieron. Ni siquiera Lisina me acompañó en los aniversarios, sin embargo, había llevado a esta interesante mujer que se había ganado mucho más que mi corazón. Ahora su rostro serio se encontraba analizando cada minuciosa cosa y quería tomarla del rostro y exigirle que me dijera que le sucedía, pero esperaba encarecidamente que lo hiciera por cuenta propia y no porque se viera forzada a hacerlo. Soltando un su
Habían Pasado varios días desde que me di cuenta de mi embarazo.Las cosas con Colton habían estado bien. Él sabía que algo me sucedía, pero volvimos a la normalidad y tratamos de sobrellevar las cosas.Yo continuaba asistiendo en la universidad, encargándome de las cosas de Clay. Pero Colton me había despedido como niñera hacía varios días y realmente me agradó aquello. Ahora me encargaba de Clay como si fuera mi propio hijo y aunque las lágrimas me aparecían en el rostro continuamente al saber que tenía un hijo en mi interior eso me hacía sentir irremediablemente maternal. Y aunque siempre había cuidado a Clay ahora tenía un trato un tanto diferente con él y él lo sabía.—Vi lo que escondite en el cajón de tu habitación cuando llegamos el otro día.Hacía dos días había ido a hacerme una prueba de embarazo de sangre para estar cien por ciento segura de que estaba embarazada. La repetí dos veces en dos laboratorios diferentes y ambas resultaron positivas. La hormona HCG, hormona del e
Vania CoopeMis pasos eran lentos mientras me movía de un lado a otro en la habitación.Todo me daba vuelta por los nervios y aunque estaba siendo infinitamente feliz, sabía que mucha gente estaría esperando a que saliera, pero me estaba volviendo loca de los nervios.Lilian me tomó de los hombros y me hizo detenerme. Sus hermosos ojos me miraron con el ceño fruncido y luego envolvió sus anos alrededor de mi cuerpo dándome un abrazo que ciertamente necesitaba.Dos días después de que Colton se enterara de mi embarazo, tomé el auto y conduje hacia la casa de Lilian. Ambas hablamos y resolvimos nuestros problemas de la mejor forma y aunque algo se había quebrado, porque la confianza había sido traicionada, ambas estábamos trabajando en eso.Pero en un día tan importante como este cualquier problema había estado olvidado y cualquier fisura se llenaba.Porque hoy era mi boda. Hoy era el día en el que me entregaba a Colton en matrimonió. Hoy era el día en que caminaría por ese enorme pasil
Mi cabeza se ladeó al ver al pequeño niño mirando los tramos de libros como si estuviera realmente interesado.Pero realmente lo estaba. Parecía estar concentrado en los títulos y al dar una rápida mirada a los alrededores me percaté de que estaba solo, pues la librería permanecía vacía además de él.Dando un suave suspiro salí de detrás del mostrador y comencé a caminar hacia el pequeño de cabello negro y ojos muy azules y bonitos.En cuanto me detuve junto a él posó su atención en mí y me recorrió con su mirada como si estuviera analizándome.—¿En qué puedo ayudarte? —le ofrecí con una sonrisa, pero no pareció importarle mucho mi amabilidad.—No creo que sepas del libro que estoy buscando.Una de mis cejas se enarcó en su dirección.—No solo te digo cuanto cuesta el libro y te devuelvo el cambio. También limpio todos estos tramos y leo cada uno de los libros en ellos. Orgullosamente te puedo decir que me he leído los dos primeros tramos y ahí hay unos quinientos libros. Me faltan lo
—No me toques, Dev.Rápidamente retrocedí los pasos que él había avanzado y lo vi apretar sus puños lleno de frustración.—Cariño, por favor escúchame —pidió recorriendo con su mirada las maletas que sostenía.—No, no tengo nada que escucharte, Dev. Ultrajaste nuestro hogar, trajiste mierda aquí, lo ocultaste en la misma habitación en dónde dormíamos, en dónde hacíamos el amor y te atreviste a mentirme diciéndome que trabajabas como seguridad en un jodido club, cuando lo que realmente hacías era vender tu porquería.—Lo hice por nosotros, amor, por favor, escúchame. Vivimos bien, no tienes que trabajar y te doy todo lo que necesitas.Reí de forma incrédula al escuchar sus pobres excusas.—Dejé de trabajar porque tú me lo pediste, no porque realmente quisiera hacerlo. Y prefiero mil veces tener una vida más decente que tener una llena de opulencias dadas con el dinero sucio. Así que apártate de mi camino, Dev o gritaré hasta que los vecinos llamen a la policía y se encuentren con tu mi
—Respira —me pidió Lilian —él puede ser muy arrogante y mandón, pero es un buen jefe, lo prometo. Solo no te pongas como te pones cuando alguien te cae mal.Mi ceja se enarcó y Lilian me señaló con su mano advirtiéndome claramente que no se me ocurriera cagarla.Tres días después de mi llegada a su hogar, estaba frente al edificio en el que ella trabajaba. Me había dicho que su jefe había pedido entrevistarme él mismo, pero que siempre lo hacía con las niñeras de su hijo, por lo que no era extraño.Lilian trabajaba en la última planta con una asistente, una administradora y el señor Clinton Colton.Ella había sido su secretaria durante mucho tiempo, por lo que conocía relativamente bien al hombre ante el que me presentaría.Una vez estuve lista mentalmente ingresamos en el edificio y concordé conmigo misma que parecía otra ejecutiva más.Llevaba una falda negra tipo lápiz hasta mi rodilla, una blusa negra por dentro y una chaqueta que combinada con todo el outfit más unos tacones bajo
Mientras el señor Clinton terminaba sus asuntos yo me quedé sentada frente a Lilian viéndola hacer su trabajo.Luego de que mi valentía se dispersó en el aire en cuanto salí no pude evitar colocarme nerviosa.Hacía años que no cuidaba de algún niño y aunque los conocimientos de cómo debía hacer las cosas estaban ahí, me ponía un poco nerviosa el recordar la forma en la que el hombre había hablado a cerca de su hijo.Si un padre decía esas cosas de su hijo ciertamente había que considerar qué tan malo era el engendro. Pero no me predispondría. Conocería al pequeño y daría mi propio veredicto.Yo era muy buena con los niños y lo primero que había que considerar al encontrar a alguno con un comportamiento como ese era ¿qué lo hacía ser así? Podrían ser muchos factores como falta de atención, la necesidad de llamar la atención, falta de amor, problemas en las escuelas.Y la forma más fácil de tratar el problema era desentrañando la causa para eliminarla y que se llevara consigo las consec