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Capítulo 05: Una luna humana

Rein parece darse cuenta de mi reacción.

No puedo creerlo, ¿tu lobo está prendado de ella?

Asiento lento.

Demasiado, ni siquiera pude controlarme cuando la encontré en aquel club, casi la hago mía en aquel sitio, Leni me descontrola.

Puede que ya estés entrando en la bruma, es normal —se justifica Greta.

No lo creo, esta vez es distinto.

Tanto Rein como Greta se miraron el uno al otro, compartieron la misma mirada llena de preocupación.

Voy a estar bien —muevo el cuello con estrés.

Solo asegúrate de que sea cierto, eres un príncipe, Ardian, el alfa de la manada, incluso la bruma te afecta más, y el que tengas una luna digna y a la altura, gobernando a tu lado, es fundamental, si Leni es en verdad para ti, lo va a entender cuando despierte —finaliza Greta, saliendo de la habitación.

Rein me lanza una mirada cargada de advertencia, siguiéndole el paso. Cuando me quedo solo, no dejo de observar lo hermosa que es, me quedo de ese modo lo que parece una eternidad, sigue sin despertar.

Salgo dando la orden de que custodien la puerta, no deseo que pueda escapar. Me dirijo a mi despacho para pensar las cosas mejor, cuando entra Silver, la niñera de Donomie, y una amiga que tanto Rein como yo, conocemos desde que éramos unos niños.

La castaña, de ojos verdes, un verde apagado y nada en comparación del color verde de Leni, se acerca a mí con cara llena de preocupación. Son los ojos incorrectos, el color incorrecto.

No tienes buena cara, Ardian—. Don me contó acerca de una mujer, dice que será su madre.

Silver es una persona demasiado cercana a mí, como una hermana, tenso el cuerpo, mi lobo interno no quiere contarle nada.

No digas nada, ella nos desea”

Lobo tonto, de nuevo con la idea de que le gustamos a Silver.

Es mi mate —respondo a pecho hinchado de orgullo—. Será mi luna.

Una sonrisa se dibuja en su rostro.

Así que por fin la has encontrado —sisea—. ¿Estás seguro de que es la correcta?

Silver comienza a acercarse a mí.

Lo es —aseguro con confianza—. Lo sentí cuando la vi, y desde antes de vernos frente a frente, algo me impulsó hacia ella.

Frunce los labios ligeramente.

Si es tu mate, no veo cuál es el problema, te ves confundido cuando deberías estar feliz por haber encontrado a tu luna, tu alma gemela —se cruza de brazos.

Hay un detalle.

—¿Cuál?

Es humana —rechino los molares.

Sé que esto es normal, muchos lobos encuentran a su compañera dentro de alguna humana, aunque no se ve muy seguido, el problema es que en mi familia nunca ha sucedido, todos mis antepasados fueron capaces de tener una luna de la manada, un alfa no debería tener como mate a una humana sin poderes, sin nada extraordinario.

¿Cómo defendería a Donomie o a nuestros hijos en caso de ser necesario?

Estás pensando mucho.

Silver toca mi rostro con ambas manos, sé lo que intenta y la aparto.

Aiden, yo te puedo ayudar —dice a mis espaldas—. Como lo hacía hasta hace apenas una semana.

Me crispo, no le respondo y salgo de la habitación, Silver es una amiga, pero una semana atrás follaba con ella como si no hubiera un mañana, ella siempre se ha encargado de ciertas necesidades, hasta que de un día para otro dejé de desearla, y eso es por Leni, mi lobo despertó y sabía que mi mate estaba cerca.

Subo las escaleras, entrando a la habitación en donde se encuentra Leni, despierta, tratando de ponerse de pie.

Leni —la llamo con cautela.

Ella se congela y poco a poco levanta su mirada. El miedo aterriza en sus ojos verdes, su cabello rubio está un poco enmarañado, y sus mejillas teñidas de un color rojo carmín.

Tranquila.

—¡No te acerques a mí! —exclama llena de horror, retrocediendo.

Sin embargo, no le hago caso, mi lobo quiere jugar con ella, con su miedo. ¿Qué le sucede? No actúa como siempre, su hambre es mi hambre, y el deseo comienza a bullir como lava ardiendo.

Leni…

—¿En dónde estoy? Tú… tú te convertiste en un demonio —balbucea llena de inocencia.

Ella es tan apetitosa, tan inocente, no la dejes ir”

Mi lobo interno gruñe, golpea fuerte su instinto. Necesitamos hacerla nuestra, necesito hacerla mía.

Primero tienes que tranquilizarte —doy tres pasos más hacia adelante.

Es un sueño —musita relajando sus hombros—. Claro, esto debe ser una pesadilla.

Toma una bocanada de aire.

No es una pesadilla y antes de que se te pueda ocurrir, tampoco estás loca, lo que viste es real.

Palidece.

Te lo puedo volver a demostrar si quieres.

No —su voz tiende de un hilo—. No quiero que te me acerques, eres un fenómeno.

Mi lobo se siente furioso y herido porque nos ha llamado así, frunzo el ceño, no me gusta sentir esta clase de sensaciones, cuando nos unamos, y si uno rechaza al otro, dicen que el dolor es inmenso, tan extremo, que hay quienes entran en un trance del que nunca despiertan, en un coma eterno.

No vuelvas a decir eso —refuto con molestia.

Solo me quiero ir a casa —sus ojos comienzan a llenarse de agua.

Esta es tu casa, tu nuevo hogar, eres mi mate, Leni.

No sé de lo que estás hablando, solo sé que me tienes secuestrada, encerrada aquí en contra de mi voluntad —se altera—. Por favor, por favor, déjame ir.

Me quedo callado, he tratado de ser paciente con ella porque es humana, pero maldición, ella es mía, mi rostro se vuelve un mapa ilegible, una hoja en blanco, sin importar que ella grite, mermo el espacio entre los dos, la tomo del rostro con ambas manos, anclo mis ojos en los de ella y le muestro todo lo que tiene que saber.

Ese es uno de mis poderes, entrar a la mente de los demás y hacer que vean lo que yo que quiera, es como ver una película completa en segundos, con saturación de imágenes, le muestro todo, lo que es este sitio, lo que significa una manada, que soy el alfa, el líder, lo que es ella, mi mate, termino y la suelto lentamente.

Ella pierde el equilibrio, pero la sostengo con mis brazos, su cuerpo es un manojo de nervios, cada una de sus extremidades tiemblan.

—¿Qué fue todo eso?

La verdad, lo que querías saber.

Trata de alejarse de mí de nuevo.

Eres un hombre lobo —expresa con la mirada perdida por unos segundos—. De verdad existen los hombres lobo.

Asiento. Estoy a nada de hablar cuando ella se aparta de mí, corre hacia la salida con la intención de escapar, pero mis hombres la detienen, ella grita como histérica.

—¡Estás loco, escuchas, loco, nada es real, esto no es real! —solloza—. Déjame ir.

Greta debió escuchar el alboroto, porque viene con una inyección, misma que le inyecta en el cuello, haciendo que vuelva a dormir y la llevo a la cama de nuevo.

Esto es a lo que me refiero, Ardian. Ella no pertenece a nuestro mundo.

Mi respiración se agita de importancia.

Piensa bien lo que vas a hacer…

Dile Rein que venga.

—¿Qué vas a hacer?

Veo el dolor que aún dormida siente, no sé nada de ella, no la conozco, aunque eso no importa mucho ya.

A regresarla a su mundo —volteo a verla—. Le voy a borrar la memoria.

No puedo creer que vayas a renunciar a ella —arguye Silver con las manos en jarras.

Aparto la mirada de la vista que da al jardín trasero, la cabeza me estalla, Leni no ha despertado y así seguirá, cuando lo haga, ya no estará en este mundo.

Es tu luna, Ardian, creí que era lo que estabas buscando.

Ardian es el alfa —interviene Rein—. Como líder de su manada, es su deber protegerla, y eso implica que a su lado gobierne una luna con la fuerza y el poder que se requiere, no es cualquier cosa, pronto será coronado como rey, una humana no le ayudaría en nada.

Sopeso cada una de sus palabras, en especial porque sé que tiene razón, mentí en cierto punto, no pienso renunciar a Leni, solo le estoy dando el tiempo que necesita para aceptar esta nueva realidad a la que la quiero incluir. Decisión que no le agrada mucho a mi lobo interno, supongo que al final si son ciertos los rumores acerca de que cuando uno está lejos de su mate, resulta doloroso, si esto es así ahora mismo, no quiero imaginar lo que será cuando por fin seamos uno.

Escucha —Silver suelta un largo suspiro lleno de cansancio—. Eres el alfa, sabes lo que haces, solo te diré que, si la dejas ir, alguien más podría encontrarla.

—¿A qué te refieres con eso? Nadie sabe de ella, nadie la conoce, apenas lleva unas horas en este mundo —refuto.

Es todo lo que se necesita saber, el rumor acerca de que nuestro alfa ha encontrado a su mate en una humana, se ha corrido como pólvora, y el mismo rumor no tardará en expandirse por todo el sitio, lo que quiere decir que llegará a oídos de tus enemigos e intentarán por todos los medios encontrarla.

Un alfa sin su mate es débil —confirma Rein—. Y es por eso que debes encontrar a una nueva luna.

Tenso el cuerpo.

No soy débil, no busco cuestionamientos, sé lo que hago.

Silver cierra la boca y sale de la habitación, alcanzo a distinguir un atisbo de sonrisa en sus labios, pero lo más probable es que sea solo mi imaginación.

Está bien, las cosas se harán como digas —finaliza Rein, satisfecho.

En el fondo se alegra de que haya encontrado a mi mate, pero al mismo tiempo, se siente vulnerable al saber que Leni es humana, y que, en esta manada, solo ha habido dos casos en todos estos años, que alguien de la manada se empareja con alguien de la clase de Leni.

Haces lo correcto —me dice Greta saliendo de la habitación.

Me quedo lo que resta de la tarde viendo dormir a Leni Marshall, es hermosa, caigo en la tentación de tocar su cabello rubio, es demasiado sedoso, sus labios son carnosos, teñidos de un color rojo carmín, mi lobo lucha por salir, marcarla, dejarle una marca que diga que ella es solo mía.

Lo siento.

No puedo controlarme, el sedante que le administramos es potente, por lo que la muerdo entre la curvatura de su cuello y su hombro.

Es nuestra, es nuestra”

Mi lobo se siente orgulloso de haberla encontrado, yo igual, cuando termino, la marca poco a poco desaparece, esta es la clase de marca que se le hace a un lobo que quieres que sea solo tuyo, es invisible a simple vista, y solo otro lobo puede verla, cuando alguien intente acercarse a ella, verán la marca con tintes morados y sabrán que ella solo me pertenece a mí.

Salgo de la habitación, si me quedo más tiempo con ella, soy capaz de hacer algo de lo que me pueda arrepentir más adelante, quiero darle la oportunidad de que elija, de que nos elija, y para eso, tengo que hacer que poco a poco nos acepte, su destino a mi lado es innegociable.

—¿Ya será mi madre?

Sale de entre las sombras, Don, mi pequeño sobrino.

Haz un ruido —espeto con firmeza.

Sus ojos adquieren el color natural de la sangre King, un rojo intenso que denota dominio. Un rojo que solo tenemos los lobos de esta familia.

Quiero que se quede, quiero que sea mi madre —su voz es dura pese a ser un niño de cuatro años.

Su mirada es como la de su padre, Danae fue un líder nato desde esa edad, y creo que ahora su hijo ha heredado eso de él.

Lo será.

—¿Entonces por qué Silver dijo que se marcha?

Me quedo callado, la cara dulce que le muestra al resto del mundo, solo es una máscara, en el fondo, su lobo es un ser lleno de crueldad y maldad, me sorprende saber que no le hizo daño a Leni cuando la vio, él nunca acepta a nadie, solo a Rein y a mí, a Silver la tolera, pero la mayor parte del tiempo le gasta bromas muy pesadas.

Son cosas de adultos.

Hace un puchero que, si no lo conociera, diría que es un niño tierno.

Eso no funciona conmigo, lo sabes bien, Don.

Sus ojos adquieren una oscuridad divertida, una que demuestra que cuando sea mayor, será un peligro, uno que ahora tengo que controlar.

Ella me agrada, no la rechaces, en verdad me gusta como mi nueva mami —dice para después marcharse—. Silver, en dónde estás, vamos a jugar.

Es tan endemoniado, que la propia Silver se tiene que esconder de él, como ahora mismo. Paso el resto del día en el despacho, tratando de adelantar algo de mi trabajo, cuando entra uno de mis hombres, alarmado.

Alfa, ha despertado.

No lo hagas” Mi lobo gruñe.

Tranquilo, es solo por un tiempo corto, no seamos egoístas, ella seguirá siendo nuestra”

Mi lobo golpea fuerte por querer salir, sabe cuáles son mis verdaderas intenciones y aun así, se niega a que deje ir a Leni. Cuando entro a la habitación, Rein ya está preparado, de brazos cruzados debido a que ella está despierta al otro lado de la cama, con la lámpara en mano.

—¡No se me acerquen! —exclama llena de terror—. ¡Déjame ir!

Sus ojos verdes me hipnotizan, me toma dos segundos en cambiar de idea, Rein se da cuenta de ello y es quien actúa primero, se le abalanza encima, no le da tiempo a reaccionar a tiempo, ella chilla, entonces, le toma el rostro con ambas manos y sus ojos adquieren un color morado resplandeciente.

Leni deja de luchar, sus brazos caen cada uno a los costados, luego, ella se desvanece e impido que caiga al suelo.

Está hecho.

—¿Estará bien?

Es una humana fuerte, estoy seguro de que sí.

Me inclino hacia adelante y le doy un beso en los labios.

Nos volveremos a ver, Leni.

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