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Capítulo 08: Reencuentro

Tranquilo —trato de que el lobo mayor se aleje, en vano.

Entonces, el lobo más grande se me viene encima al tiempo que mi cuello arde, pica y solo puedo esperar lo peor, cierro los ojos esperando mi muerte, no llega, los abro y casi me desmayo al ver a otro lobo, más grande de tamaño, pelaje negro, con ojos rojo carmín, rompiéndole el cuello, como si me estuviera protegiendo.

Poco a poco me arrastro hacia atrás, sin apartar mi mirada de los dos enormes lobos que están luchando, es el equivalente a ver una lucha de titanes lobuna. El segundo gruñido a mis espaldas hace que me gire, el pequeño lobo se acerca a mí y me congelo.

Tranquilo, ya me voy… —musito por lo bajo, con el miedo invadiendo mi sistema.

Dentro de la casa todo se empieza a romper debido a los enormes lobos, quisiera observarlos un poco más, ya que parecen irreales, no obstante, estoy en mi propia lucha. Llego corriendo hasta las escaleras, el pequeño lobo me pisa los talones, enseñándome sus pequeños colmillos, veo la primera puerta, giro la manija, no abre.

—¡Maldición, no, no, no! —golpeo la puerta como si eso me sirviera de algo.

Las lágrimas se derraman por mis mejillas, ¿así que de este modo es cómo voy a morir? No tuve una buena vida y ahora me la van a arrebatar. Un escalofrío recorre mi espina dorsal al darme cuenta de que ya no se escucha ruido abajo, nada rompiéndose, nada de los gruñidos de los enormes lobos peleando.

Solo el pequeño lobo que se acerca, gruñendo, sus ojos brillan con hambre, retrocedo lento, y él avanza, mi corazón se acelera debido al subidón de adrenalina, lamo mis labios, entonces el lobo me lanza un último gruñido, se lanza hacia mí, y justo en ese segundo, aparece el enorme lobo de ojos rojos y de una mordida, le arranca el cuello.

—¡Dios! —sollozo con más fuerza.

Caigo de bruces, no me siento bien, mi cuello me duele, algo en mi piel pica, me agarro la curvatura del cuello con la mano, perdiéndome en la roja mirada del lobo negro.

Todo está bien, Leni”

Me dice una voz en mi cabeza, creo que me estoy volviendo loca, poco a poco siento un enorme deseo de cerrar los ojos, de dormir, los párpados se me cierran, trato de sostenerle la mirada al enorme lobo que está a punto de matarme, cuando cierro los ojos y me hundo en una inconfundible oscuridad.

Estás demente, Ardian”

No podía dejar que muriera, es mía”

Eres el alfa, tu deber es proteger a tu manada, no te sales de una junta importante por venir a salvar a una humana”

Cuida tus palabras, Reinhold, estás hablando de mi mate, y como has dicho, soy el alfa, no le tengo que dar explicaciones a nadie”

Solo trato de que veas que esto es una locura”

No iba a dejar que me la arrebataran, ellos ya saben en dónde está, la quieren”

Puedes rechazarla y casarte con Nimue”

No”

Aunque sea finge un compromiso con ella para que dejen a tu mate en paz, por un tiempo”

No quiero, él no quiere, mi lobo siente un jodido deseo por ella”

“¡M****a!”

Me remuevo inquieta sobre lo que me parece un par de brazos, quiero abrir los ojos, despertar de este sueño tan extraño, pero me siento tan cansada, que me dejo llevar por la ilusión de mi pesadilla.

Tienes que encontrar una manera de solucionar esto, Ardian, tus padres nunca aceptaran a una humana, y la mitad de la manada ya la repudia por ese hecho, sin contar que tanto para las otras manadas esto significa que has perdido poder”

Es todo lo contrario”

Qué quieres decir con eso”

Siento un cálido beso en los labios, uno que, pese a mi inconsciencia, hace que mi corazón se acelere demasiado.

Te contaré más tarde, solo puedo decirte que desde que la encontré, siento que mi poder ha incrementado”

¿Qué clase de sueño es este? Las voces siguen en mi cabeza, ¿quién es Ardian? ¿Por qué siento que ya lo conozco? Su nombre me parece familiar, pero…

Un nuevo beso en los labios me pone en blanco.

Pronto estaremos juntos, Leni, lo prometo.

¿Por qué esta voz me da tanta paz?

Rein, ya sabes qué hacer”

Como quieras”

Esa voz ronca, grave, tan varonil, es lo último de lo que soy consciente, luego, es como si hubiese dejado de existir.

[…]

—¡Auxilio!

Despierto agitada, en medio del corredor de la casa, la cabeza me estalla en dolor y reviso mi cuerpo, ¿qué hago aquí? Intento incorporarme mientras armo las piezas de mi rompecabezas, lo último que recuerdo es al señor Roberts presentándome a su pequeño hijo, luego este se encerró en una habitación.

Comienzo a buscar al pequeño, no hay nada, no hay nadie, mi móvil tiene demasiadas llamadas perdidas de Annora, a quien le llamo bajando las escaleras. Notando una curiosidad, huelo a loción masculina.

—¡¿En dónde estabas?! —me responde al instante.

Lo siento…

—¡Estaba a punto de llamar a la policía, Leni!

—¿La policía? ¿Por qué?

Porque ayer no llegaste a la agencia, no has atendido mis llamadas, escucha, ¿en dónde estás?

Intento procesar cada una de las palabras de mi jefa, llegando al vestíbulo destruido, hay cosas rotas por todas partes, la puerta está totalmente destrozada, las ventanas, vidrios rotos y esparcidos por todo el suelo.

En la casa…

—¿Estás sola? —me interroga alarmada.

Sí, eso parece —musito temerosa—. No entiendo qué pasa.

Tienes que salir de ahí, Leni, investigué a ese tal Roberts, llamé a su empresa luego de que se fueran, no hay ninguna persona trabajando ahí con ese nombre y apellido, de hecho, me dijeron que ni siquiera se trataba de una empresa de textil, sino, un centro de llamadas de emergencias.

Respiro con dificultad, salgo de la casa, no puedo creer lo que estaba pasando.

No atendiste mis llamadas.

Parece que no tuve buena señal, no puedo recordar nada…

Leni, ven a la agencia de inmediato.

Está bien…

La señal se corta de inmediato, ¿qué demonios estaba pasando? No logro recordar nada, con manos temblorosas y cuerpo tambaleante, me alejo de la enorme casa destrozada, entro al auto y me pongo en marcha.

Para cuando llego a la agencia, Annora hace que me revise un doctor, solo tengo unos cuantos rasguños que no sé cómo me hice, me hacen preguntas que la mayoría no puedo responder por qué no recuerdo nada, no me violaron, de eso estoy segura, luego, Annora me da la regañina de mi vida.

Me da el resto del día libre, llegando a mi casa, el sonido del televisor me aumenta la jaqueca, mi padre y hermanastro están viendo un juego de futbol, con cerveza en mano.

Siento no haber llegado ayer, el trabajo se complicó —les informo llegando.

Ambos se congelan y palidecen, como si estuvieran viendo a un fantasma.

—¿Se encuentran bien? —frunzo el ceño.

Tú —Feich, mi hermanastro, tiene el cabello oscuro alborotado, y sus ojos negros se dilatan al mirarme de arriba abajo, tratando de descifrar si soy real—. Estás aquí, en verdad estás aquí, ¿cómo es posible?

—¿De qué hablas?

Marlon, mi padre, un hombre con el mismo cabello oscuro, pero ojos verdes, se pone de pie lentamente.

Leni, ¿de verdad eres tú?

No comprendo por qué me miran de ese modo, no digo nada, solo me voy a mi habitación y pongo el pestillo, entrar a una discusión con ellos dos, no es buena idea, me dejo caer en la cama y cierro los ojos, cuando despierto, mi padre y hermanastro ya no están, abro la nevera, pero no hay nada, por lo que decido ir al súper y hacer algunas compras.

Apenas estoy cruzando la calle para girar a mi izquierda, cuando termino chocando contra alguien.

Lo siento —me quejo.

—¿Leni Marshall?

Esa voz…

Levanto la mirada y me encuentro con un par de ojos grises que me son familiares.

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