—Tranquilo —trato de que el lobo mayor se aleje, en vano.
Entonces, el lobo más grande se me viene encima al tiempo que mi cuello arde, pica y solo puedo esperar lo peor, cierro los ojos esperando mi muerte, no llega, los abro y casi me desmayo al ver a otro lobo, más grande de tamaño, pelaje negro, con ojos rojo carmín, rompiéndole el cuello, como si me estuviera protegiendo.
Poco a poco me arrastro hacia atrás, sin apartar mi mirada de los dos enormes lobos que están luchando, es el equivalente a ver una lucha de titanes lobuna. El segundo gruñido a mis espaldas hace que me gire, el pequeño lobo se acerca a mí y me congelo.
—Tranquilo, ya me voy… —musito por lo bajo, con el miedo invadiendo mi sistema.
Dentro de la casa todo se empieza a romper debido a los enormes lobos, quisiera observarlos un poco más, ya que parecen irreales, no obstante, estoy en mi propia lucha. Llego corriendo hasta las escaleras, el pequeño lobo me pisa los talones, enseñándome sus pequeños colmillos, veo la primera puerta, giro la manija, no abre.
—¡Maldición, no, no, no! —golpeo la puerta como si eso me sirviera de algo.
Las lágrimas se derraman por mis mejillas, ¿así que de este modo es cómo voy a morir? No tuve una buena vida y ahora me la van a arrebatar. Un escalofrío recorre mi espina dorsal al darme cuenta de que ya no se escucha ruido abajo, nada rompiéndose, nada de los gruñidos de los enormes lobos peleando.
Solo el pequeño lobo que se acerca, gruñendo, sus ojos brillan con hambre, retrocedo lento, y él avanza, mi corazón se acelera debido al subidón de adrenalina, lamo mis labios, entonces el lobo me lanza un último gruñido, se lanza hacia mí, y justo en ese segundo, aparece el enorme lobo de ojos rojos y de una mordida, le arranca el cuello.
—¡Dios! —sollozo con más fuerza.
Caigo de bruces, no me siento bien, mi cuello me duele, algo en mi piel pica, me agarro la curvatura del cuello con la mano, perdiéndome en la roja mirada del lobo negro.
“Todo está bien, Leni”
Me dice una voz en mi cabeza, creo que me estoy volviendo loca, poco a poco siento un enorme deseo de cerrar los ojos, de dormir, los párpados se me cierran, trato de sostenerle la mirada al enorme lobo que está a punto de matarme, cuando cierro los ojos y me hundo en una inconfundible oscuridad.
“Estás demente, Ardian”
“No podía dejar que muriera, es mía”
“Eres el alfa, tu deber es proteger a tu manada, no te sales de una junta importante por venir a salvar a una humana”
“Cuida tus palabras, Reinhold, estás hablando de mi mate, y como has dicho, soy el alfa, no le tengo que dar explicaciones a nadie”
“Solo trato de que veas que esto es una locura”
“No iba a dejar que me la arrebataran, ellos ya saben en dónde está, la quieren”
“Puedes rechazarla y casarte con Nimue”
“No”
“Aunque sea finge un compromiso con ella para que dejen a tu mate en paz, por un tiempo”
“No quiero, él no quiere, mi lobo siente un jodido deseo por ella”
“¡M****a!”
Me remuevo inquieta sobre lo que me parece un par de brazos, quiero abrir los ojos, despertar de este sueño tan extraño, pero me siento tan cansada, que me dejo llevar por la ilusión de mi pesadilla.
“Tienes que encontrar una manera de solucionar esto, Ardian, tus padres nunca aceptaran a una humana, y la mitad de la manada ya la repudia por ese hecho, sin contar que tanto para las otras manadas esto significa que has perdido poder”
“Es todo lo contrario”
“Qué quieres decir con eso”
Siento un cálido beso en los labios, uno que, pese a mi inconsciencia, hace que mi corazón se acelere demasiado.
“Te contaré más tarde, solo puedo decirte que desde que la encontré, siento que mi poder ha incrementado”
¿Qué clase de sueño es este? Las voces siguen en mi cabeza, ¿quién es Ardian? ¿Por qué siento que ya lo conozco? Su nombre me parece familiar, pero…
Un nuevo beso en los labios me pone en blanco.
—Pronto estaremos juntos, Leni, lo prometo.
¿Por qué esta voz me da tanta paz?
“Rein, ya sabes qué hacer”
“Como quieras”
Esa voz ronca, grave, tan varonil, es lo último de lo que soy consciente, luego, es como si hubiese dejado de existir.
[…]
—¡Auxilio!
Despierto agitada, en medio del corredor de la casa, la cabeza me estalla en dolor y reviso mi cuerpo, ¿qué hago aquí? Intento incorporarme mientras armo las piezas de mi rompecabezas, lo último que recuerdo es al señor Roberts presentándome a su pequeño hijo, luego este se encerró en una habitación.
Comienzo a buscar al pequeño, no hay nada, no hay nadie, mi móvil tiene demasiadas llamadas perdidas de Annora, a quien le llamo bajando las escaleras. Notando una curiosidad, huelo a loción masculina.
—¡¿En dónde estabas?! —me responde al instante.
—Lo siento…
—¡Estaba a punto de llamar a la policía, Leni!
—¿La policía? ¿Por qué?
—Porque ayer no llegaste a la agencia, no has atendido mis llamadas, escucha, ¿en dónde estás?
Intento procesar cada una de las palabras de mi jefa, llegando al vestíbulo destruido, hay cosas rotas por todas partes, la puerta está totalmente destrozada, las ventanas, vidrios rotos y esparcidos por todo el suelo.
—En la casa…
—¿Estás sola? —me interroga alarmada.
—Sí, eso parece —musito temerosa—. No entiendo qué pasa.
—Tienes que salir de ahí, Leni, investigué a ese tal Roberts, llamé a su empresa luego de que se fueran, no hay ninguna persona trabajando ahí con ese nombre y apellido, de hecho, me dijeron que ni siquiera se trataba de una empresa de textil, sino, un centro de llamadas de emergencias.
Respiro con dificultad, salgo de la casa, no puedo creer lo que estaba pasando.
—No atendiste mis llamadas.
—Parece que no tuve buena señal, no puedo recordar nada…
—Leni, ven a la agencia de inmediato.
—Está bien…
La señal se corta de inmediato, ¿qué demonios estaba pasando? No logro recordar nada, con manos temblorosas y cuerpo tambaleante, me alejo de la enorme casa destrozada, entro al auto y me pongo en marcha.
Para cuando llego a la agencia, Annora hace que me revise un doctor, solo tengo unos cuantos rasguños que no sé cómo me hice, me hacen preguntas que la mayoría no puedo responder por qué no recuerdo nada, no me violaron, de eso estoy segura, luego, Annora me da la regañina de mi vida.
Me da el resto del día libre, llegando a mi casa, el sonido del televisor me aumenta la jaqueca, mi padre y hermanastro están viendo un juego de futbol, con cerveza en mano.
—Siento no haber llegado ayer, el trabajo se complicó —les informo llegando.
Ambos se congelan y palidecen, como si estuvieran viendo a un fantasma.
—¿Se encuentran bien? —frunzo el ceño.
—Tú —Feich, mi hermanastro, tiene el cabello oscuro alborotado, y sus ojos negros se dilatan al mirarme de arriba abajo, tratando de descifrar si soy real—. Estás aquí, en verdad estás aquí, ¿cómo es posible?
—¿De qué hablas?
Marlon, mi padre, un hombre con el mismo cabello oscuro, pero ojos verdes, se pone de pie lentamente.
—Leni, ¿de verdad eres tú?
No comprendo por qué me miran de ese modo, no digo nada, solo me voy a mi habitación y pongo el pestillo, entrar a una discusión con ellos dos, no es buena idea, me dejo caer en la cama y cierro los ojos, cuando despierto, mi padre y hermanastro ya no están, abro la nevera, pero no hay nada, por lo que decido ir al súper y hacer algunas compras.
Apenas estoy cruzando la calle para girar a mi izquierda, cuando termino chocando contra alguien.
—Lo siento —me quejo.
—¿Leni Marshall?
Esa voz…
Levanto la mirada y me encuentro con un par de ojos grises que me son familiares.
LENI—No puedo creer que seas tú —me dice Dax. Observo con ojos curiosos al chico que era mi vecino hace años, el mismo que un día, de la noche a la mañana, él y su padre desaparecieron como si nada hubiera pasado, como si jamás hubiesen vivido en la casa de al lado. Su cabello castaño es tal y como lo recuerdo, algo alborotado, y sus ojos grises… ¿Toda la vida los ha tenido de ese color? Recuerdo que los niños le hacían burla, porque decían que tenía los ojos de un gris que era casi blanco. En mi opinión, siempre supe que eran los ojos más hermosos que he visto en la vida. —La última vez que nos vimos, fue… —A los once años —me interrumpe con premura. Sopeso su respuesta. Cierto, haciendo un poco de memoria, fue en mi cumpleaños número once, intenté localizarlo, sin embargo, mi padre me informó que se habían marchado, en ese momento me sentí mal porque mi único mejor amigo me había abandonado. —Siento no haber asistido a tu cumpleaños ese día —su mirada se oscurece—. Todo suced
LENINo puedo respirar, siento que me ahogo y nadie me ayuda, mil agujas son clavadas por todo mi cuerpo, ¿por qué me tuvo que suceder algo así? Hasta hace un par de semanas atrás yo era una chica normal, viviendo una vida normal, no puedo decir que era la mejor, pero sí que esto es todo lo que necesitaba para sobrevivir.Ahora, me encuentro encerrada en una habitación sin salida, dentro de un mundo que sigue pareciendo una fantasía, me cuesta trabajo entender que todo esto sea real y no un producto de mi imaginación.Los hombres lobo existen, este mundo lo hace, el problema es… Qué significa el que Ardian King me haya mordido.—¿Has entendido todo lo que te he contado?Su voz ronca me saca de mi ensimismamiento, sigo sin recordar muchas cosas de las que me acaba de decir, pero estoy haciendo el esfuerzo por darle una oportunidad de explicarme toda esta locura salida de un libro de fantasía tétrica.—Lo siento, me distraje —musito por lo bajo.Abrazando mis rodillas, él se encuentra s
DAXLa vi, de nuevo la pude tener delante de mí, ya no es una niña, han pasado demasiados años desde la última vez que nos vimos, y, aun así, puedo decir que tiene los mismos ojos curiosos, los mismos ojos que me impresionaron tanto desde el primer momento en que estuvimos frente a frente.Se convirtió en una mujer hermosa, fuerte, pero hay un tinte de oscuridad en sus pupilas, uno que me erizó la piel cuando chocamos. Muy pocas cosas me han hecho feliz en la vida, de hecho, las puedo contar con una sola mano, me alegró volver a verla, lo que me tiene ardido y confundido, es la marca que tenía en el cuello, una que claramente era territorial, una de la que ella parecía no estar consciente.Pude haberme metido en su mente, escabullirme entre sus recuerdos, y debo confesar que hubo un segundo en el que quise hacerlo, no obstante, había una barrera protegiendo esos recuerdos, algo que solo los Betas del clan Baker, pueden hacer, las respuestas llegaron con solo hablar con ella.—¿Y bien?
ARDIAN—¿Y bien? Si no vas a decir nada, entonces no veo la razón de esta reunión de emergencia. Observo a detalle a Nimue, un verdadero dolor de cabeza, le lanzo una mirada rencorosa a mi madre, ella es la culpable por haberla invitado con la falsa esperanza de que yo le diera una oportunidad, casarme con ella jamás será una opción. —Silencio —demando y mi voz dura resuena por toda la estancia, tanto, que mi propia madre se estremece—. No tienes derecho a hablar, la única razón por la que estás aquí, en esta reunión, es por lo que hiciste, no eres importante ni para los King, mucho menos para mí. —¡Ardian! —exclama mi madre—. No le puedes hablar así, ella… —Debería estar en una de las mazmorras por intento de asesinato a mi mate —la interrumpo.Los ojos de Nimue centellean, sin embargo, cierra la boca, sabe lo que le conviene, y en estos momentos es no enfadarme más de lo que estoy ahora, dentro de la estancia principal nos encontramos mis padres, Nimue, Reinhold y Silver, dejé a
LENICamino de un lado a otro, cansada, he estado buscando mil maneras de entender todo lo que ha estado ocurriendo, Ardian es un hombre lobo, es increíble que todas esas historias de fantasía, sean una realidad aplastante. Hago un recuento de los daños, estoy secuestrada en un mundo que parece salido de un cuento de hadas. Me tienen encerrada sin comunicación, Ardian, un chico al que no conozco, no deja de llamarme Mate, Luna, y ahora, una chica que no conozco, me apuñala y la herida cicatriza como por arte de magia. Sin contar que ahora tengo un extraño lunar que abarca todo mi ombligo, en forma de media luna. —Tengo miedo —me susurro a mí misma—. Demasiado.Ese chico me mostró en menos de un segundo, como si fuese una película en mi cabeza, todo lo que tenía que saber sobre él, como el hecho de que soy su pareja destinada, algo que sigo sin creer, yo jamás he tenido novio, nunca he salido con alguien, la falta de tiempo y las incesables deudas, me lo han impedido. La puerta se a
LENI—Yo no estoy segura, no te conozco —trago grueso. —Para eso es la cita, para conocernos mejor —su aliento mentolado hace que la cabeza me dé vueltas, no tengo más opciones, al menos no, por ahora. Coloco las palmas de mis manos sobre su firme pecho, con la intensión de alejarlo al darme cuenta de que comienza a acercarse más y más a mi rostro, me pierdo en el halo rojo intenso con el que se van tiñendo sus pupilas grises, el roce de sus labios me descontrola hasta que de pronto, una voz femenina rompe el hechizo en el que me encontraba. —Oh, aquí están —una castaña de ojos verdes que mantiene una postura demasiado rígida en mi opinión, se acerca a nosotros. El repiqueteo de los tacones de sus zapatillas contra el suelo, hace que me duela la cabeza. —Silver —gruñe Ardian, apartándose de mí. Agradezco el que me libre de sus garras. —Me dijeron que ibas a salir. —Sí, tengo una ci…—Perfecto —pasa de largo sin siquiera mirarme—. Tengo que hacer un par de compras en el pueblo,
NARRADOR OMNISCIENTEMientras Silver le contaba todo lo que estaba ocurriendo a una muy confundida Leni, concentrada en cada una de sus palabras, no se dio cuenta de que, agazapado entre las sombras, como cualquier ser que pertenece a la oscuridad, se encontraba el pequeño Donomie, atento a cada cosa que le decía la niñera, a la chica que quería a su lado. —¿Por qué me quieren matar? Yo no les he hecho nada, ni siquiera sabía de su existencia, tengo una vida, familia, amigos, un trabajo —exclamó exasperada Leni. —Ardian no te ha dicho nada, ¿verdad? —¿Nada sobre qué? Solo ha dicho que soy… Donomie se alejó, ya no tenía caso alguno intentar salvarla por ahora, Silver le estaba clavando las garras profundo, por lo que corrió saliendo de la mansión sin que nadie se diera cuenta, era un niño pequeño, pero eso no quitaba el hecho de que fuese un lobo y de que estaba siendo entrenado para ser letal, como lo era cada miembro de la familia King. —Voy a salvar a mi nueva mami —se dijo a s
ARDIANAdmito que mis padres nunca fueron los mejores, y que mi madre siempre actuó sin importarle la vida de los demás, gobernando con mano de hierro y educándonos para ser tiranos, pero eso no quita el hecho de que aún con todos esos errores, se trataba de la mujer que me dio la vida, y el dolor en mi pecho al verla muerta de esa manera tan humillante para un King, hace que me hierva la sangre. Mi padre sigue sin dirigirme la palabra, los del consejo lunar siguen sin aceptar el hecho de que mi mate sea una humana, todo se me ha venido encima en un par de horas, queda la tregua frágil que he hecho con Dax, y ahora, el que Leni se haya convertido en lo que muchos lobos por siglos, han temido, y lo que hasta hace poco parecían solo leyendas, historias que las viejas ancianas nos contaban a los niños, es una pesadilla real. Siento la presencia de Rein, antes de que sea quien hable, entra a mi despacho con la mirada oscurecida, él nunca estuvo de acuerdo con ninguna de las decisiones q