Promesas

Corrí toda la noche, hasta que el cansancio fue mayor que mi dolor. Mi hogar frente a mi, yacía inerte, entre las sombras sempiternas de la noche, imperturbable. Entre desnuda, en mi forma humana, mi cuerpo empapado, mi mente dispersa y ahí estaba él.

Solo lo ignore, pase de largo. Me dirigí al cuarto de baño, tome una ducha caliente, tan larga como pude, y cuando no pude retrasarlo más entre en la recámara, él no estaba ahí. llore bajo las sábanas hasta quedarme dormida. Desperté al medio día, sin ánimos trate de cumplir con mis obligaciones, ante todo era aún la Luna y la manada era lo primero.

James.

Sarah me ignoro por días, con diligencia atendió los asuntos de la manada. No obstante, me evitaba. Me volvía loco, su indiferencia, su mirada vacía. No era mi culpa, o tal vez si. Debí de rechazarla, estaba dispuesto a hacerlo. Blaze en mi cabeza aullaba de desesperación por marcarla, por poseerla.

Salí al Jardín tras ella, abandonando mi luna. turbado por ese aroma afrutado tan hipnotizante, me perdí en sus ojos, le tome por la cintura y la besé poseído por Blaze, no podía detenerme, deseaba tenerla. Logre apartarme, su cabello alborotado, su vestido maltrecho y su cuello cubierto de moretones, aparentaban un escenario diferente.

Debo rechazarte - dije sin sonar convincente. - Yo ya tengo compañera - mi voz se entrecortaba. Ella comenzó a sollozar que no lo hiciera, que no sería un obstáculo entre mi esposa y yo. Pero era obvio que venía de una familia aristócrata, que no pasaría por alto su lamentable estado y mi falta de autocontrol. Yo James, Alpha... una punzada invadió mi pecho, no había sentido un dolor así, este me desgarraba por dentro, no podía hacerlo era más fuerte que yo.

Regrese al salón, ella se había marchado. Su aroma ya casi había desaparecido. Que idiota soy pensé, que gran bastardo, la había lastimado. Me fui a casa, vivíamos solos, fuera de la casa de la manada. Nada más llegar supe que no estaba hay. decidí esperarla en el umbral, llovía afuera.

Perdido en mis pensamientos, la vi pasarme de largo, estaba molesta. Solo me ignoro.

Entro al cuarto de baño, se dio una baño, la oí llorar, le había fallado. Mis instintos más bajos me habían dominado. Era un imbecil. había herido a la persona que siempre me había apoyado, de la que estába enamorado y no tenía cara para pedir su perdón. Solo podía recargarme en la puerta y escuchar en silencio como el cobarde que soy.

Por varios días ella diligentemente me ignoro, y yo, tontamente no tuve el valor, no quise hablar del tema, esperaba con el paso de los días volver a la normalidad.

Sarah

Con el paso de los días caímos en una aparente rutina, sabía que era cuestión de tiempo que alguien lo descubriera. James sería presionado a tomarla, ya que al ser pareja destinada le fortalecería. Rechazarla a ella o a mi no era opción, a ella por ser su compañera a mi por tener su marca, cualquiera que perdiera significaba perder poder. No lo haría, estábamos jodidos.

Gritame, maldice, dime algo - termino por explotar una noche, mientras golpeaba la mesa. Solo lo mire con desden, sabía que tarde o temprano... estaba agotada.

No la reclamé, no lo hice - me gritó con desesperación, no se esperaba obtener. Que quiere de está pobre Loba querido Alpha? - solté con indiferencia, creía acaso que solo esas palabras serían suficientes para ser como antes.

Se tiraba del cabello, molesto, indignado, ofendido, no lo se. Felicidades por la suerte que ha tenido - solté con ironía. - Sara, por favor - fingió estar herido.

Por favor qué? - grite de pronto. - esperabas que te recibiera con los brazos abiertos como si no hubiera pasado nada - Por primera vez me miró con genuino desconcierto. - Quedó más que claro que no tienes autocontrol, que piensas con lo que tienes entre las piernas y yo solo soy tu burla - lance con lengua lasciva.

No es mi culpa, no esperaba que esto pasará - respondió justificándose torpemente. - me prometiste, que si llegaba a suceder, le rechazarias, que nada ni nadie nos separaría- grite en tono de reclamo. - En cambio fui humillada, más que nunca en mi vida. Hay parada sola como estupida-

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