Pasaron un par de semanas sin contratiempos. En apariencia todo era igual que antes. Solo en apariencias.
Mi marido, cada vez olía más a ella, al grado de que ya ni siquiera me molestaba en darle importancia. Me dolía, más primero era la manada. No obstante una tarde, llamaron a la puerta de mi despacho con singularidad. Se puede pasar? - preguntó aquella intrusa, sin esperar una respuesta de mi parte. - Ya estás adentró - conteste con aburrimiento. - Deseaba mucho conocerla, no tenemos por qué ser enemigas...- la mire de soslayo, mientras firmaba unos papeles. Y tú quién eres?- pregunté, aunque conocía la respuesta. - Oh, Luna no te enfades con esta tonta Omega, me llamo Camille soy la hija del Beta Daniel, de la manada Bloodline- dijo con fingida inocencia. - Sus ojos marrones, su figura delgada y pequeña, sus músculos débiles. No era apta para luchar, era una pena. Veo que ya se conocieron- dijo James nada más cruzar el umbral, asentí sin mucho ánimo. Era un gusto conocer a la amante de mi marido, pensé con sorna y sonreí para mí. Ella comenzó a llorar sin la más mínima provocación, - He ofendido a la Hermana Luna- Hermana?, me levanté de mi asiento. - No soy tu hermana, tampoco tu amiga y te aconsejo ser más cuidadosa con tus palabras. - sono más rudo de lo que quise, al grado de parecer una amenaza James me miró con reproche, - No deberías de intimidar a alguien más devil que tú- me reprendió, y juro que la vi sonreír por un segundo, esa víbora manipuladora lo había hecho a propósito. Suspire, el emparejamiento del destino lo había vuelto estupido o ciego tal vez. Camille Mientras el me abrazaba tratando de tranquilizarme, no pude evitar sonreír, el era mío. La diosa Luna lo había destinado para mí, Lo quería todo y no planeaba compartir. -No debes abusar de tu poder como Luna-, le oí decir y yo, gimotie para dar un toque de drama a mi actuación. - Es solo mi culpa Alpha, no debí ofenderla... pero la admiro tanto que quise venir a conocerla- Sarah no pudo evitar rodar los ojos con fastidió. Esto provocó la irá de James. no obstante solo me condujo a la salida mientras le decía, - hablaremos más tarde.- La forma en la que había acabado todo en el primer encuentro, el aspecto en el que había quedado, no había dejado lugar a dudas para que mi padre, le exigiera al Alpha responsabilizarse de mí. Habia entrado a la casa de la manada, poco a poco ocuparía el lugar que me había propuesto. No estaba dispuesta a ser la amante. Poco a poco el lazo que nos unía lo impulsaba a estar más cerca de mí, solo debía esperar. Pronto sacaría a esa Vieja Luna de su cama y de su vida. Sarah Había quedado como la villana, de la manera más absurda posible. Él solo había aceptado lo que ella decía, no había esperado antes de dar un juicio. Suspire con agonía, no esperaba algo así. Salí a un almuerzo de Lunas a los pocos días, algo así como un evento de solo chicas pero con te, galletas y aristocracia. - Nena, no sabes cuánto lo lamento - se dirigió a mi Michelle, una luna que había pasado por mi situación y ahora se encontraba en el olvidó, - Es un idiota- exclame por fin, cansada de fingir. Esto es una m****a- soltó Diane, otra luna en igualdad de circunstancias que Michelle. Ambas jóvenes, rondaban entre los 25 y 27 años, estaban atrapadas con Alphas egoístas que las habían remplazado. Son unas malditas putas y ellos unos idiotas- Michelle dijo con una sonrisa sarcástica cuya alegría no alcanzo su mirada. - ojalá nos rechazarán.- esto último sonó como un susurro, en un tono de súplica y rendición.las palabras que había expresado Michelle, me mostraban otro panorama, aún más dramático de lo que yo había pensado. De vuelta a casa, no paraban de dar vueltas en mi cabeza. Si él la reclamaba, si no la rechazaba. Cómo pareja del Alpha, solo él podría rechazar; para mí, esa no era una opción. Ninguna Loba rechazaría a un Alpha, por qué se convertiría en renegada. Tendría que abandonar la manada y en ninguna otra le darían asiló, por muy buenas relaciones que alguna vez hubiera tenido. Si fuera un Lobo normal, yo lo habría rechazado ya? esa pregunta rondaba mi cabeza. -Ojalá también nosotras encontráramos a nuestra pareja destinada- Hanna suspiraba en mi interior. De pronto una sensación de dolor atravesó mi pecho, una sensación parecida a ser quemada viva, Hanna aullaba de dolor en mi cabeza, yo no podía soltar algún sonido. Sentía que me moría, y el dolor no acababa. Me recolque por el suelo, no podía ponerme de pié. Sabía lo que estaba pasando, sabía que tarde o temprano pa
Sarah Mañana, buscaré una cabaña pequeña, y me mudaré- le dije pasando de él. - Eso no es necesario, por favor no seas irracional-, de verdad me llamaba irracional, ja déjenme reír. Cruze los brazos sobre mi pecho. - Acaso quieres que juegue a la casita con ella, le ofrezca té y galletitas-, volteo los ojos en cuanto lo dije - O es acaso que planeas que compartamos la misma cama contigo?- - No seas obstinada- me gritó agitando los brazos, - Acéptalo esto no funcionará- le dije solemne. - No estoy haciendo una rabieta, entre tú y yo alguien debe de ser maduro y tomar cartas en el asunto-, - -así que me abandonas?- fue su respuesta, esto me estaba enfadando. Ahora él era la víctima? Sabes que nadie te dará asilo, no lo permitiré- me dijo mientras apretaba los puños. - Me prometiste que estaríamos juntos pasará lo que pasara- recriminó. - y tú, que no habría nadie más, que yo sería tu único amor- y salí de ahí sin darle tiempo de seguir discutiendo. Corrió tras de mí, ahora sí e
Me lance a la batalla, si moría sería libre y si no, habríamos vencido, en ambos casos ganaba, me dije a mi misma. Corrí con mi alma en ello. No imaginé la imagen que encontraría, al llegar a los límites, donde se estaba llevando a cabo el incidente. Dos lobos tenían James de rodillas, estaba malherido, la pelea no había sido justa, ellos eran más que nosotros. Tuve que pensar rápido, sabía que lo ejecutaría si no se rendía. Iré con ustedes- hablé instantáneamente, - iré voluntariamente, pero paren ya.- Y tu eres quien eres guapa, se me acercó un lobo con lascivia en los ojos. - Soy la Luna de Silver Moon, y me entrego como ofrenda a tu Alpha, voluntariamente - no sabía si aceptarían, era más fácil acabar con nosotros aquí y ahora. Un regalo - Sonó una voz masculina a mi espalda, lo que involuntariamente me hizo tragar saliva. Su aura era muy poderosa, mucho más que la de James. Oh luna que debo hacer. Sueltenlo - demandó, - Ella será mi trofeo. Golpearon a James en la
Aquellos lobos a los que nos habíamos enfrentado, si que venían de muy pero muy lejos. Cuatro, casi cinco días de viaje, nos habían traído a las faldas de una muralla de piedra de apariencia amenazante. Caminen - Nos insto, lo que creí sería un celador, nos ha de dirigir a los calabozos pensé y me estremecí, nunca más sería libre.Diane tropezó en la oscuridad y este hombre levantó la mano contra ella, no lo permitiría era esclava si, pero no lo permitiría.Así que tienes agallas- me dijo lamiéndose los labios, y lanzándome a un lado. Sabía que no debía provocarlos, pero tampoco podía quedarme de brazos cruzados mientras ocurría esa injusticia.Que está pasando aqui- la voz de uno de los hombres que nos había traído, rompió el silencio. - Tenemos una heroína- contesto el celador con aires de autosuficiencia. Se escuchó el golpe sordo de su puño en su rostro - Estupido, los trofeos del amo no deben ser maltratados- le gruño, sin más.Sal de aquí, yo me encargo- dijo con desgana, y no
Frente a mí una gran puerta de ébano se imponía, sabía que debía entrar pero mis pies no obedecían, estaba clavada al piso. Había hecho esto por el bien de los míos, más nunca creí... Adelanté- una voz grave y masculina llamo del otro lado de la puerta, no se por que solo escucharla me obligó a pasar saliva, me sudaban las manos. Resignada decidí avanzar con paso firme, no permitiría que se diera cuenta de lo nerviosa que me encontraba. Un olor a madera y hojas de pino lleno mi mente, dejándome aturdida. A la vista podría decir que era un macho varonil, con la mandíbula cuadrada, la barba de candado, su cabello negro y rizado le caía en caerles enmarcado esos hermosos ojos verdes olivo, con tonalidades en gris. Su camisa desabotonada dejaba ver un pecho viril, musculoso, su piel bronceada por el sol me hablaba de mil batallas, oh Diosa que es lo que estás planeando? Buenas noches Alpha- le saludé con cortesía y respeto, sabía que un movimiento en falso podría costar mi vida
Me dirigí con mis Betas a el punto de reunión, más bien algo así como la asignación de trofeos. Tras cruzar el umbral, todo se quedó en silencio, las hembras ya estaban formadas, todas con sus miradas fijas en el suelo menos una. Sus lindos ojos almendra, esa mirada retadora, que buen material de hembra pensé... comenzé a caminar entre ellas una a una, las que tenían heridas de guerra estaban casi curadas por lo que podrían trabajar. más sin embargo al llegar con la de ojos desafiantes, podía ver señas recientes de violencia en su cuerpo. Gabriel, Antoine- llame a mis Betas por el enlace, No necesite decir más para que el aura se pusiera tensa a mi alrededor, con solo enarcar la ceja demandé por una respuesta a mi pregunta no pronunciada. Ella se resistió-, escuché rápidamente contestar a un Delta, de los que participó en la batalla. Haz sido tú?- replique con voz serena, pero con una amenaza implícita en ella. El Delta se puso firme, nervioso, podía ver el sudor en sus mano
James Desde la partida de Sarah, nada volvió a ser lo mismo. Camille trataba de llamar mi atención, Blaze le correspondía; pero yo solo quería estar solo. Pasaba horas encerrado en aquella que fue nuestra habitación, mientras ella llamaba a la puerta una, otra y otra vez. Si no sales, te rechazare- amenazó de pronto... Anda hazlo, me tienes arto- grite encolerizado, mientras abría la puerta. -anda termina con esto de una vez- le inste una vez más. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Sabía que no era su culpa, tampoco mía pero la única verdadera víctima era Sarah. Sarah, estarías bien acaso, seguías con vida podía sentirlo. Eso me daba consuelo, no habías sido ejecutada por ser una forastera. -Alpha, estoy de espera- la mire con una expresión que iba de la incredulidad a la indiferencia. - Me di cuenta el día después del ataque- Cachorros, valla. La noticia que se suponía debía volverme afortunado, no parecía valer nada. Yo quería tener cachorros con Sarah, me habría encant
Sarah Con el pasar de los días, era inevitable pensar en mi antiguo hogar, más pensando que aquí tenía mucho tiempo libré lo cual no ayudaba. Deseaba formar parte de un todo, y no sentirme tan desconectada de lo que tenía a mi alrededor. - Alpha- llame a su despacho tock tock tock Adelante- Me respondía su gruesa voz, aquella que no entendía por qué nublaba mi mente racional. Esto nunca me pasó con James, nunca perdí el control. Al abrir la puerta su imagen me cautivo, lucía tan guapo, traía una camisa ligera, la cual dejaba ver su musculosa figura a través de ella, un par de botones sin hacer, mostraban un pecho varonil que no sabía por qué me invitaba a acariciarle. No quería admitir, que esté macho ante mi, me hacía desear cosas, que nunca creí. A qué debo el honor de tu visita- pregunto con voz serena. Cuando sus ojos voltearon a verme pude ver a su Alpha nuevamente como aquella vez. Era imponente y me hacía sentir curiosidad. Deseo pedirte un favor...- no sabía po