Nicolás: Al escuchar a Sarah preguntar por el Bosque de los pinos nevados, por mi mente paso el vago recuerdo de una antigua leyenda, pensamiento que descarte por sólo ser un mito. Ese bosque es un mito- dije mientras afirmaba con la cabeza, mas para mi mismo que para los que me estaban escuchando. Varias expediciones en el pasado lo habían buscado sin éxito. No Alpha no es un mito- Mi Beta Antoine, con tono serio me interrumpió de pronto, atrayendo las miradas hacia su dirección, la nueva atención adquirida estaba seguro que le incomodaba, por lo que se aclaro la garganta tratando de disimular la situación,-se encuentra a las faldas de la montaña colmillo de nieve en el norte, es una región gélida en la que existen leyendas de...- cayo de golpe, un nuevo pensamiento había interrumpido lon que trataba de decir -Lobos blancos, lobos de nieve-. Lobos blancos, en un abrir y cerrar de ojos, la información recolectada de Sarah paso por mi mente, la habían encontrado en el norte, al
Sarah Los días pasaban uno a uno, mientras mis fuerzas volvían de a poco. No obstante sabía que no sería suficiente, debía de entrenar. No sabía cómo pedírselo a Nicolás, la petición estaba segura no sería de su agrado. Lo postergue cuanto pude, pero en mi mente sabía que tanto Hanna como yo debíamos de ser más fuertes. Si pensaba ir a buscar respuestas, nada me aseguraba, no encontrar también dificultades. Nicolás, - comencé a hablar, necesitaba decirlo antes de arrepentirme- tengo algo que pedirte-.Cerré mis ojos, no quería ver su reacción una vez que supiera mis deseos, - He mejorado de a poco, pero no ha sido suficiente- no pude evitar cerrar los puños envueltos en una manta de franela que cubría mis piernas, mientras hablaba con él. No podía evitar estar nerviosa, sin embargo sabía que el momento de decir lo que pensaba, había llegado. -Quiero entrenar en el cuartel, quiero ser más fuerte-. Subraya se torció en una mueca macabra en la que se encontraban sentimientos tales
NicolásSarah mejoraba cada vez más, su agilidad, su velocidad, su tenacidad y perseverancia eran algo de admirar. A pesar de que en un inicio no estaba seguro de entrenar con ella, caí en cuenta de que había sido la decisión correcta. No sólo entrene con ella, ella me entrenó a mí, me enseño a trabajar en sincronía con ella, cada movimiento tenía un lenguaje, debía ser fluido si deseaba que fuera eficaz. Gabriel, Antoine, Michelle y Diane poco a poco se nos unieron. Pero la realidad fue que ellas nos estaban enseñando a nosotros. Ninguno lo reconocería abiertamente, pero sabíamos que eran excelentes guerreras y entre ellas un gran equipo. Tras algunas secciones de entrenamiento Sarah pudo transformarse, lo que también fue un gran alivio y un gran problema con Shadow, que cada entrenamiento se ponía más cascarrabias. Comprendía lo que sentía, yo tampoco quería que se hiciera daño. Era una Loba excepcional, una hembra admirable y me moría de ganas de reconocerla como mi Luna, la Lun
Sarah El gran día había llegado junto con la primavera, celebrariamos nuestra boda al aire libre, todo era como un sueño. Diane y Michelle se habían encargado de todos los preparativos. habían colocado lirios blancos en las mesas con manteles claros, farolillos de luz iluminaban nuestro alrededor. Nicolás le pidió a un viejo amigo suyo que oficiará la ceremonia, todo era mágico. Yo Nicolás Aspen, Alpha de manada de las Sombras, te reconozco a ti Sarah White, como mi pareja destinada... - lágrimas de emoción, rodaban por mi rostro, sentimientos encontrados se extendían por mi interior, era algo que no había experimentado nunca. La manada de sombra vitoreaban nuestra Union, - Queridos miembros de la manada de las Sombras, he aquí su Luna- sus gritos resonaron por todo el lugar. La recepción, era más un evento politico que una fiesta, debía de socializar con los miembros de las manadas vecinas, con la finalidad de afianzar futuros tratados. Un grupo de Lunas por aquí otro d
James Que hago aquí? - era una pregunta recurrente durante esa noche, no debí dejarme convencer por Camille, pero deseaba verla y saber que estaba bien. Cuando el Beta Iván solito, que Camille y por consecuencia yo lo acompañaremos, inicialmente pensé en negarme, no quería provocar a la Bestia. Mi relación con Camille había sido tensa desde que regreso a la manada, sus mil y un reclamos por no ser reconocida como Luna, ya me tenían arto. Ella culpaba a Sarah por todo, cuando su único error había sido creer en mí. Cuanto me había equivocado y cuanto deseaba que esta boda fuera bajo tu consentimiento y no descubrir con el tiempo que había sido obligada, no lo soportaría. Desde la noche que la rechace, me dedique a creer que ella sería feliz en donde quiera que pudiera estar, que tal vez la Bestia, un día la liberaría y ella no se, podría regresar a mi lado, aquí siempre tendría su lugar. Más, desde que Camille quedó embarazada el reclamo se volvió constante, un sentimiento de
Sarah James tal vez no notaba que sus palabras lejos de calmar las cosas solo avivaron el fuego. Camello se aferraba a su brazo, tratando de atraer su atención, más sus ojos permanecieron fijos en mí. -Que pena-... Nicolás tenía una aura retadora, -Pero, tu desgracia ha sido mi fortuna- Ví a James cerrar el puño, pero no intentar nada en contra Nicolás. Por fin Nicolás y yo nos apartamos mientras que el llanto patético de Camille aún se oía detrás de nosotros. Sentí pena por Camille, aunque en algún momento hubiera sido la bruja de mi cuento, ahora sólo era una pobre loba resentida. Me pregunte si esa habría sido yo, si nuestro tóxico triángulo amoroso no hubiera llegado a su fin. Busque con la mirada a mis amigas, ellas estaban realmente felices, siendo las parejas de los Betas de Nicolás, no recordaba haberlas visto nunca tan contentas, la que alguna vez creía la cruel jugada del destino había sido lo mejor que nos paso a nosotras tres.La fiesta siguió sin más problemas, cua
Yo soy la Luna de esta manada - Le grite con mi voz cargada de irá, de rabia, de decepción y tristeza. - No puedo rechazarla, comprende - Me decía James en tono de súplica, con la mirada clavada en mí y las lágrimas a punto de caer. Que buen actor, pero; su truco ya no funciona. Conocí a James cuando tenía 12 y él 15, en un coto de caza. No cazamos igual que los humanos, no obstante, es algo natural en nosotros. El sentimiento de libertad, la adrenalina de la competencia. Compartimos una presa, y yo aún ilusa quedé fascinada con el guapo hijo del Alpha. Que tonta, era el típico cliché de la huérfana y el niño rico. Nos volvimos más cercanos a medida que paso el tiempo. Nos convertimos en una pareja, esperando ser una pareja destinada. No lo sabríamos hasta que yo tuviera mi espíritu salvaje, mi loba. Pronto James se convirtió en Alpha, cuando sus padres una pareja destinada decidieron que ya era tiempo de disfrutar de sus vidas y que él tomase el control. Después de dos años d
Corrí toda la noche, hasta que el cansancio fue mayor que mi dolor. Mi hogar frente a mi, yacía inerte, entre las sombras sempiternas de la noche, imperturbable. Entre desnuda, en mi forma humana, mi cuerpo empapado, mi mente dispersa y ahí estaba él. Solo lo ignore, pase de largo. Me dirigí al cuarto de baño, tome una ducha caliente, tan larga como pude, y cuando no pude retrasarlo más entre en la recámara, él no estaba ahí. llore bajo las sábanas hasta quedarme dormida. Desperté al medio día, sin ánimos trate de cumplir con mis obligaciones, ante todo era aún la Luna y la manada era lo primero. James. Sarah me ignoro por días, con diligencia atendió los asuntos de la manada. No obstante, me evitaba. Me volvía loco, su indiferencia, su mirada vacía. No era mi culpa, o tal vez si. Debí de rechazarla, estaba dispuesto a hacerlo. Blaze en mi cabeza aullaba de desesperación por marcarla, por poseerla. Salí al Jardín tras ella, abandonando mi luna. turbado por ese aroma afrutado ta