Frente a mí una gran puerta de ébano se imponía, sabía que debía entrar pero mis pies no obedecían, estaba clavada al piso. Había hecho esto por el bien de los míos, más nunca creí... Adelanté- una voz grave y masculina llamo del otro lado de la puerta, no se por que solo escucharla me obligó a pasar saliva, me sudaban las manos. Resignada decidí avanzar con paso firme, no permitiría que se diera cuenta de lo nerviosa que me encontraba. Un olor a madera y hojas de pino lleno mi mente, dejándome aturdida. A la vista podría decir que era un macho varonil, con la mandíbula cuadrada, la barba de candado, su cabello negro y rizado le caía en caerles enmarcado esos hermosos ojos verdes olivo, con tonalidades en gris. Su camisa desabotonada dejaba ver un pecho viril, musculoso, su piel bronceada por el sol me hablaba de mil batallas, oh Diosa que es lo que estás planeando? Buenas noches Alpha- le saludé con cortesía y respeto, sabía que un movimiento en falso podría costar mi vida
Me dirigí con mis Betas a el punto de reunión, más bien algo así como la asignación de trofeos. Tras cruzar el umbral, todo se quedó en silencio, las hembras ya estaban formadas, todas con sus miradas fijas en el suelo menos una. Sus lindos ojos almendra, esa mirada retadora, que buen material de hembra pensé... comenzé a caminar entre ellas una a una, las que tenían heridas de guerra estaban casi curadas por lo que podrían trabajar. más sin embargo al llegar con la de ojos desafiantes, podía ver señas recientes de violencia en su cuerpo. Gabriel, Antoine- llame a mis Betas por el enlace, No necesite decir más para que el aura se pusiera tensa a mi alrededor, con solo enarcar la ceja demandé por una respuesta a mi pregunta no pronunciada. Ella se resistió-, escuché rápidamente contestar a un Delta, de los que participó en la batalla. Haz sido tú?- replique con voz serena, pero con una amenaza implícita en ella. El Delta se puso firme, nervioso, podía ver el sudor en sus mano
James Desde la partida de Sarah, nada volvió a ser lo mismo. Camille trataba de llamar mi atención, Blaze le correspondía; pero yo solo quería estar solo. Pasaba horas encerrado en aquella que fue nuestra habitación, mientras ella llamaba a la puerta una, otra y otra vez. Si no sales, te rechazare- amenazó de pronto... Anda hazlo, me tienes arto- grite encolerizado, mientras abría la puerta. -anda termina con esto de una vez- le inste una vez más. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Sabía que no era su culpa, tampoco mía pero la única verdadera víctima era Sarah. Sarah, estarías bien acaso, seguías con vida podía sentirlo. Eso me daba consuelo, no habías sido ejecutada por ser una forastera. -Alpha, estoy de espera- la mire con una expresión que iba de la incredulidad a la indiferencia. - Me di cuenta el día después del ataque- Cachorros, valla. La noticia que se suponía debía volverme afortunado, no parecía valer nada. Yo quería tener cachorros con Sarah, me habría encant
Sarah Con el pasar de los días, era inevitable pensar en mi antiguo hogar, más pensando que aquí tenía mucho tiempo libré lo cual no ayudaba. Deseaba formar parte de un todo, y no sentirme tan desconectada de lo que tenía a mi alrededor. - Alpha- llame a su despacho tock tock tock Adelante- Me respondía su gruesa voz, aquella que no entendía por qué nublaba mi mente racional. Esto nunca me pasó con James, nunca perdí el control. Al abrir la puerta su imagen me cautivo, lucía tan guapo, traía una camisa ligera, la cual dejaba ver su musculosa figura a través de ella, un par de botones sin hacer, mostraban un pecho varonil que no sabía por qué me invitaba a acariciarle. No quería admitir, que esté macho ante mi, me hacía desear cosas, que nunca creí. A qué debo el honor de tu visita- pregunto con voz serena. Cuando sus ojos voltearon a verme pude ver a su Alpha nuevamente como aquella vez. Era imponente y me hacía sentir curiosidad. Deseo pedirte un favor...- no sabía po
Entramos a la única habitación del nido en la que el como macho podía estar, nos recibió una chica rubia y ojos de esmeralda. - Buen día Alpha - saludo, fingiendo no verme. Esta es Sofía, nos ayuda en el servicio a las lobas embarazadas- dijo intentando omitir, aquella obvia falta de respeto, Hanna gruño en mi mente- esta cara bonita no me agrada- ni a mí-, la experiencia me decía que traería problemas. Sofía, ella es la Luna Sarah- me sonroje, sabía lo que eso implicaba, una forastera marcada, no había dejado de ser Luna. La marca entre mi hombro y mi cuello seguía ahí. Aún no me habían rechazado.Ella será voluntaria aquí- enarco una deja, lo que implicó una conversación entre ambos, lo cual inesperadamente me molestó. Yo no tenía una relación tan íntima con nadie, ya no.Cómo desees Alpha- dijo con una reverencia. Que complaciente pense, igual no pensaba participar de su juego por muy molesto que me resultase.Sabía que estar aquí no sería fácil, pero me gustaban los retos y tod
James Pasaron dos meses, todo volvía a una aparente normalidad. Poco a poco la manada se lamia sus heridas y esperaban sanar. Todos menos yo, Mi dolor aún cuál el primer día. Extrañaba su sonrisa, su aroma, su candor. Recordaba lo felices que habíamos sido y ahora ya no quedaba nada. Su aroma, ya había días que había desaparecido. Soñaba despierto con verla pasar por el umbral, con oírla retarme y con su casual irreverencia, por qué así era ella. Iván ven ahora- llame a mi mano derecha- estoy en lo que queda de mi sala de estar-. El día que envía a Camille con su padre, me emborrache de perder el control, la irá y la impotencia me dominaron, así que arrase con todo a mi paso. Toda la casa estaba destrozada, bueno no toda su habitación permanecía intacta. Desperté al día siguiente afuera de su puerta y recostado en el piso. Wao James, un ciclón paso por la puerta y destruyó todo?- dijo Iván con tono de sorpresa. No le di importancia, - manda arreglar todo, pero nadie puede e
Nicolás La Primera noche con ella decidí que debía esperar, ella tenía la marca de otro lobo en su cuerpo, señal de que esté aún no había renunciado a ella. Eso me molestó de alguna manera. Me preguntaba que habría vivido como para desear desesperadamente salir de ahí, aún sin saber cuál sería su destino. Su actitud precavida, me decía que ella no confiaba en mí, pero no la juzgaba. Me ganaría su confianza tarde o temprano. - tranquila no me aprovecharé de ti - trate que se relajara. Sus emociones se reflejaron en su rostro transparente, intriga, duda, desconcierto. Soy Nicolás Aspen, Alpha de la manada de Sombras- Trate de dar una sonrisa para bajar la tensión entre nosotros. - Así que tú eres? - Quería conocerla, quería saber todo de ella, su respuesta me molesto- Solo una humilde esclava, sin valor Alpha Nicolás- Esclava- repetí yo sopesando la respuesta, era ver qué habían sido traídas por la fuerza, pero por lo menos durante el tiempo en el que había sido alfa no h
Sarah Levanté la vista de lo que tenía frente a mí, era Nicolás que me miraba con atención. - Cuánto tiempo llevas ahí? - pregunté.- No mucho- mintio, restándole importancia, se miraba cansado y me pregunte cuánto tiempo tenía sumida en mis asuntos. Solía perderme por horas cuando algún proyecto me apasionaba, y adecuar el nido, aunque era pequeño me emocionaba. Se que tal vez estoy abusando, pero... - comencé a hablar nerviosa, por qué era tan difícil hablar con este hombre?. -Descubri que el nido necesita varios cambios- Se quedó en silencio, y temi realmente está vez haberme pasado de la raya. No pude evitar el rugir de mi estómago, no sabía cuánto tiempo tenía sin probar bocado. Su mirada se iluminó cuando me dijo - Discutamos con una cena - Acepte con gusto, pero no podría llevar todo lo que tenia esparcido por el suelo por lo que estire los dedos y atrapé una hoja, en la que tenía lo que yo creía era más importante. ---- Cómo ya era tarde, las Omegas del castill