Cambios

Sarah

Después de esa cena, se le veía malhumorado. Sabía que su lobo rogaba que fuera por ella, y el parecía resistirse a ello. Sabía en mi corazón que lo estaba perdiendo, que tarde o temprano vería entrar por esa puerta la figura que me atormentaba.

Me encontraba examinando unos papeles, cuando un grupo de lobas a mi servicio golpeó a mi puerta. - Luna, Luna Sarah -, hice un ademán con mi mano, ordenando que les dejaran entrar, además de una mirada severa para que nos dejarán a solas.

El Alpha, ha traído a una extraña. Les vieron cruzar los límites.- mordí el interior de mi mejilla, tratando de disimular, debía de permanecer en aparente calma y fingir que no me importaba.

- Hay rumores de que ha traído una amante, otros dicen. que podría ser su compañera destinada-, lo manejé de la mejor manera - Ustedes creen eso -

Me miraron perplejas, tal vez esperaban que le arrancará la cabeza. Sonreí ante tal pensamiento, pero, no caería en su juego. - Luna, no sabes que pasará si son pareja?-, oh claro que lo sabia, más sin embargo, yo aún quería creer en las olvidadas promesas de mi esposo.

Cuando llegue a mi hogar, escuché rumores. Decían que la había llevado a la casa de la manada y me alegre de no vivir hay. Para mí aún era un extraña si nombre ni rango, sin familia y sin manada. No sabía nada de ella, y haría lo que fuera necesario por seguir así todo el tiempo posible.

A pesar de ser Luna, sabía que mi valor era algo más relacionado al campo militar, era una guerrera. Me encargaba de proteger a Los miembros de esta manada cuando el Alpha no estaba. Había entrenado cada día, fiel a la idea que si James rechazaba a su pareja destinada algún día, yo debería ser más fuerte.

Con eso en la mente, no escuché que él me llamaba, me encontraba perdida en mis pensamientos, buscaba la manera de justificarlo. Sarah - volvió a llamar

Felicidades Alpha - conteste con una falsa ironía y sarcasmo en los labios.

Me miró atónito, mientras yo trataba de mantenerme tranquila. -De qué hablas?-, jugo a ser idiota, pero yo no estaba de humor. - Me crees estúpida- no era una pregunta. - Así que ya lo sabes?- dijo como un niño al que has pillado, - Saber qué? que la has traído? o que se ha instalado en la casa de la manada?-

Se encogió de hombros, eso me irritó. Estaba claro que el pensaba que no era algo malo. -Qué bastardo - solto mi loba Hannah.- Cómo sea -

Me quite del caminó, - No puedes evitarlo, eso quedó claro esa noche, en su mano eres solo un estupido perro faldero -

James

Perro faldero- me sujeto por los hombros y me estrelló en la pared tras de mí. -Soy tu Alpha - en sus ojos había rabia y enojo. - Yo soy la luna de esta manada- grite con mi voz cargada de irá y empujando sus brazos, las lágrimas por fin rodaron por mi rostro. -No puedo rechazarla, comprende - me decía con súplica en su voz, - aún no puedo hacerlo; pero lo haré solo necesito tiempo -

Entonces me besó, un beso húmedo y salado, el primero desde esa noche. Se sentía diferente, Blaze se resistía a ellos y yo podía sentirlo por qué Hanna lo sentía, - Ignoralo- Pero, yo no quería ignorarlo. Cada beso me dolía, era como besar a un desconocido, sabía que lo estaba intentando. También sabía que no estaba funcionando. Por qué el destino es tan cruel, yo lo amaba, era mi esposo, mi compañero, mi mejor amigo.

Y lo estaba perdiendo, una lágrima rodo por mi mejilla. Rodeé su cintura con mis piernas y su cuello con mis brazos, aún no estaba dispuesta a rendirme, aún no.

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