Pasé todo el día amarrada como si fuera un puerquito preparado para llevarlo al matadero, con las manos atadas hacia atrás, mis pies unidos por una soga que me estaba causando un ardor tremendo y ni hablar de la mordaza con la que me impidieron toda posibilidad de expresarme.Odiaba a ese hombre, odiaba a esos dos que se atrevieron a desafiarme, odiaba al mundo y a la vida misma por tratarme de la forma en la que lo estaba haciendo en este momento.Sentí mucha ira, Siem era la tercera persona importante en la vida que me quitaron de las manos, no había comenzado a vivir ni siquiera una mínima porción de la felicidad que teníamos prometida cuando ese hombre le puso término a su vida.Sentimientos confusos, todos negativos recorrieron mi cuerpo. Dejar pasar esto era algo que no iba a hacer.No sé cuánto tiempo me mantuvieron allí en esa habitación tirada sobre esa cama. El hecho es que de un momento a otro escuché que la puerta se abrió.—Vamos a desatarla, pero compórtese, señorita —esc
—Sígame —me dijo un hombre que parecía una muralla infranqueable de lo alto, ancho y fuerte que se veía, ni hablar de sus ojos, su mirada transmitía temor.No le respondí, solamente caminé a paso lento detrás de él, el maltrato en mis pies tampoco me permitía hacerlo con más rapidez. Bajé las mismas escaleras que subí y luego otras más para llegar a una planta baja. Me pareció estar en el internado por lo inmensa que a simple vista se veía esa propiedad.Después de pasar varias áreas, el hombre me indicó con una seña de su mano traspasar un arco alto, avancé y al ingresar en el espacio me encontré no solo con una enorme mesa de unos doce puestos de los cuales solo uno estaba ocupado, y precisamente por el hombre que me había jurado cobrarle una cuenta que había revivido heridas del pasado, una herida que no había sanado y que solo fue despertada como el monstruo más enfurecido al serle interrumpido su descanso.Una calentura rabia subió por mi cuerpo al verlo sentado en total tranquili
—¡No puedes estar diciendo la verdad! —me dice dejando ver la incredulidad que se gasta la tonta.Llevo meses al borde con sus decisiones imprudentes, me ha tenido corriendo y poniendo a correr a mis hombres detrás de ella como si fuera una niña de un año recién comenzando a caminar. Nunca pasó por mi mente tener tanto problema o más de los que debo enfrentar en mi mundo al pendiente de mis negocios y de mis enemigos. Becca en solo nueve meses ha desestabilizado toda la planificación con la que he venido llevando mi vida. A fuerza me hizo enfocar la atención en ella. Ni siquiera cuando era niña había logrado tanta atención. A una semana de estar en la calle, como cuál presa recién liberada desestabilizó a mis hombres al punto de que no les dejó más opción que recurrir a mí, cuando les había encomendado de manera radical y exclusiva el cuidado de ella y de Lotte. Lotte con un año que tiene llevando una vida de adulto ni se ha sentido, parece más bien una niña reprimida, juiciosa en sus
—¿Cómo te atreves a mencionar a mi padre para decir semejante mentira? —cuestionó Becca totalmente enfadada—. No acepto que pretendas engañarnos de esa manera.Hans solo la miraba fijamente, la dejé vomitar todo lo que tiene en su interior, por las facciones de su rostro se notaba toda la amargura que era evidente tenía contenida.—Siempre hemos estado solas, nunca nadie ha estado ahí para Lotte ni para mí, no te atrevas a mencionar a mi papá y mucho menos decir que has cuidado de nosotras, eres un maldito desgraciado, asesinaste a Siem, también a mis padres y ahora pretendes que te creamos semejante mentira. No nos creas tan tontas, sabemos perfectamente quién ha estado a nuestro lado en todos estos años, es decir, nadie —me dijo con coraje. Su rostro estaba enrojecido de la rabia.—Becca, por favor —le pidió Lotte.—No, ya basta, deja de ser tan boba, este desgraciado es el típico manipulador, nos quiere hacer algo, no sé qué, porque no tenemos nada —gritó totalmente fuera de sí.—F
Bajo un estado de profundo enfado, me fui al night club de uno de mis socios, necesitaba drenar y olvidar los reclamos sin sentido de esa niña. Llegué al lugar y estaba lleno de gente por todos lados.—Hans —me saludó Lucas, el dueño del club—. No imaginé verte por aquí hoy.—Umm ¿por qué no habría de venir? —pregunté extrañado.—Porque se corre el rumor de que Sem Dickman dio la orden de encontrarte donde fuera —me comentó sentándose al frente de mí y al mismo tiempo le hizo seña a una mesera—. Me contaron la aventura que tuviste hoy, muchos comentan la muerte de su hijo. ¿Qué te dio para hacer esa locura?—¿Locura? —me sonreí—. Bien sabes que me tiene una deuda de años. Tarde o temprano iba a ser el momento de comenzar a cobrarla.—De verdad que hay que tenerte miedo —manifestó Lucas, desvió la mirada para poner atención a la mesera—. Tráenos una botella del mejor whisky que tengamos. —No, no es para espantarse, no sí nada me has hecho.Miré alrededor para ver el ambiente. Todo est
Para mi sorpresa, dormí bien. Pese a estar dolida por la muerte de mi novio no me di tiempo a sufrir por no tenerlo, por no estar con él en la que hubiera sido nuestra primera noche de bodas. Dormí profundamente, sobre todo porque al regresar a la habitación después de la cena, en el botiquín de primeros auxilios conseguí otros productos con los qué curar las heridas de la soga y me tomé un analgésico. Tal vez por eso fue que no me dio tiempo a pensar en Siem y sufrir su ausencia. Tan profundamente fue lo que dormí que no reparé la hora de mi despertar, en la mesa de noche había un reloj que cuando lo giré hacia a mí, luego de abrir los ojos y estirarme en la cama, me avisó que eran cerca de las diez de la mañana. Al recordar el lugar donde estaba y todo lo que sucedió el día anterior, sabiendo que este día no tenía gran cosa por hacer, suspiré, me senté en la cama y miré a mi alrededor, volví a suspirar al confirmar que el destino de Lotte y el mío no estaba resultando tan fácil
—Hans —Lotte llamó su atención—. Ignora a Becca —me pidió ahí en su cara, lo que la alteró más.—¿Cómo te atreves? —le reclamó Becca.—Deja las tonterías, no quiero perder tiempo —giró a verme—. ¿Es cierto eso que dijiste anoche?—¿A qué te refieres? —le pregunté siendo más sutil. La diferencia entre ambas es bastante grande.—A eso de que Dickman fue el que asesinó a nuestros padres, bueno, no él, sino sus hombres; y eso otro de que nuestros padres nos dejaron algunos bienes. Lo que leí anoche ¿Es real? ¿Esos documentos aparecen en algún registro?—Por supuesto —afirmé al tiempo que moví la cabeza de arriba hacia abajo—, ¿recuerdas cuando fuiste a firmar la supuesta compra del departamento? Lotte asintió subiendo y bajando la cabeza.—Bueno, en esa ocasión allí lo que hiciste fue firmar la transferencia de la propiedad de uno de esos bienes —le aclaré—. En ese registro reposan los documentos de muchos de los bienes cuya lista te di a leer. Poco a poco les iré explicando y como has d
Después que nos explicó esa grotesca verdad, se paró de la mesa y se fue al interior de la casa. Llevamos rato aquí en el jardín, sus hombres van y vienen por las áreas del jardín, siempre observándonos, al pendiente de nuestros movimientos. Desde que supo parte de la historia, Lotte quedó en silencio, no ha volteado ni siquiera a mirarme. Se mantiene con las piernas cruzadas una sobre la otra con la mirada fija hacia el fondo del jardín.¿Qué si no me preocupa la historia que ese hombre nos acababa de relatar? Claro que me preocupa. Fue mucho el contenido que explotó en una sola vociferada de su parte, ni tiempo nos dio a hacer la digestión cuando escupió una cosa tras otra, ¿si fueron verdades? No sé, no confió en nadie, y aun desconfiada no dejo de pensar en ello.¿De verdad estuve en peligro? ¿De verdad Siem era un matón? ¿De verdad se atrevió a engañarme? No podía creer en eso, se veía tan real su sentimiento que me cuesta creer. No sé qué pensar. No quiero hacerlo porque de dete