—Hans, ¿tú por aquí otra vez esta semana? —Lucas el dueño del club lo saluda con su acostumbrada emoción.—Necesito liberarme del estrés, ¡Qué te puedo decir! —exclamó y levantó las manos—. Si no soy bien recibido me iré a otro lugar, total, huecos como estos es lo que sobran —agregó de manera despectiva pero a modo de broma. Lucas se carcajeó y le hizo seña para que caminara, al llegar a su lado lo abrazó por los hombros para caminar juntos a una de las mesas exclusivas—¿Cómo te ha ido con los Dickman? ¿Lograste encontrarte con ellos? —le preguntó luego de que tomaron asiento uno frente al otro.—No, ya ni recordaba a esos insectos, como en casa no he sentido el efecto de las plagas ni recordaba que andan por ahí buscando picar a quien menos les conviene —contesté serio.Mi comentario aunque pareciera una broma, estaba lejos de ello. Como me encuentro ahora, alterado por culpa de esa niñata, seguro me consigo a alguno de ellos en el camino y no dudaré en enfrentarme a ellos.—Ayer m
Huyendo de mis instintos, decidí quedarme en esa suite toda esa noche y parte del día siguiente. Era cerca de la media noche cuando me aburrí, le pagué a la chica y tomé el volante de mi camioneta. Manejé hasta mi casa.No esperaba encontrar a nadie despierto a esta hora de la noche, más que a los hombres encargados de hacer las rondas correspondientes. Me sorprendí al ver a la niñata en el jardín, sentada a gusto con un vaso en la mano. Al acercarme un poco, pero manteniendo la distancia apropiada pude comprobar que estaba tomando whisky. No estoy en contra de estas cosas, pero viniendo de ella cualquier previsión es cuidado a un futuro convulsionado.—¡Hasta que al fin el señor aparece! —le escuché decir en voz alta sin ni siquiera voltear a verme.Comprobé lo que me dijo la noche que salí de aquí, el aroma de la poca loción que debe quedar impregnada en mi ropa delató mi llegada.—Cuéntame, ¿Dónde estaba? ¿A quién fuiste a matar ahora? o ¿Con qué hembra te estabas revolcando como p
—Necesito que nos reunamos al terminar —le anuncié a ambas.Estamos desayunando, me sorprendió ver a Becca en la mesa apenas hice acto de presencia, de Lotte lo esperaba. Era demasiado temprano para que ella se hubiera dispuesto a poner su hermoso cuerpito en esa silla. No supe si se quedó en el jardín después que me retiré y la dejé allí con las ganas de que le siguiera el juego, lo cierto es que consideré que no la vería sino hasta bien entrada la noche con unos tragos de más aunado al efecto de la nicotina, creí que haría valer su forma irresponsable de vivir la vida, sin horario ni un norte en el que fijarlo.—¿Sucedió algo? —me preguntó Lotte.—Nada de qué lamentarse, solo son medidas que tomé y debo comunicárselas —manifesté y me llevé un buen trozo de jamón a la boca, lo que les dio la impresión de que no pensaba seguir discutiendo en la mesa.Lotte aparentemente lo entendió y lo aceptó, la otra no sé si lo entendió, pero sí, como es su intención siempre de llevarme la contrari
Con toda la intención de avanzar lo más rápido que pudiera para garantizar mi seguridad, ese mismo día trabajé con Lotte por varias horas y luego salí a resolver otros pendientes y en la mitad de la tarde fue que me arme de valor para aguantar un par de horas la carga energética que se gasta.—Vamos abajo —le pedí a Becca al ingresar a su habitación.La encontré acostada en una posición de total relajación viendo la televisión, algo que me pareció extraño porque no aparenta estar tranquila ni siquiera con esas cosas.—Ahora ¿Para qué? —preguntó en actitud sobrada mostrando su renuencia a obedecer.—Haz caso, nos vemos abajo en unos minutos —le dije serio desde la entrada—. Si no bajas en unos tres minutos me iré con Lotte.Sin darle detalle de mis intenciones salí de la habitación y cerré la puerta, avancé luego a la habitación de Lotte, quien en cambio. estaba sentada frente a su escritorio al frente de la laptop y una serie de hojas.—Hey —llamé su atención porque pareció que no se
No soy inocente de todo lo que representaba la oportunidad que nos estaba dando el desgraciado de Hans. Claro que soy consciente de la utilidad tan grande que aprender a manejar armas traería a mi vida, y sobre todo por las intenciones que tengo. Aprovechando su decisión de enviarme lejos, planifiqué alejarme del todo de él. La vida que quiero y me sirve no la puedo realizar si permanezco bajo su observación. Es asfixiante tenerlo a él o a cualquiera de sus pendejos pendientes de todo lo que hago. No puedo ni respirar sin sentir que hay alguien cerca verificando a qué se deben mis suspiros. Desde hace días llevo conteniendo las ganas de recurrir a la autocomplacencia. Extraño a Siem, y más que a él en sí, sus cogidas. «¡Por Dios!», exclamé en mi mente al sentir la revolución interna de mi cuerpo cuando solo restregué mis senos en su costado. Lo hice con toda intención de fastidiarlo. El desgraciado es tan pendejo que me dejó ver cuán débil puedo llegar a ponerlo. Es un juego todo e
Al verla salir intencionalmente me di dos fuertes golpes repetidos en la cabeza con la palma de mi mano buscando reprenderme por la idiotez que iba a terminar cometiendo al no poder controlar este maldito instinto animal que me caracteriza.Fue algo intenso, duramente comprometedor y tentador. Becca sin mucho esfuerzo logró ponerme en el lugar que estaba buscando, fui débil, me gustó ser débil ante ella. La m*****a niña me demostró tener lo que más me encanta de una mujer, es atrevida, desafiante y al mismo tiempo parece insaciable. Quedé con ganas de más de ella. Apenas recorrimos medio kilómetro y aun así lo poco que vi en ese breve recorrido me dejó con una ansiedad superior a la que ya me cargaba encima, lo que no era correcto. Debo poner un alto a todo esto.Acabo de terminar de confirmar otra vez y con mayor contundencia que es necesario poner distancia entre esta niña y yo. No soy inmune a su juventud, y esa incapacidad de poder respetar los límites de ella me va a terminar de
Esa noche, después de dejar a Becca en la casa, me aventuré por las calles de la ciudad en busca de distracción, me sentí aliviado al alejarme de esa tentación que estaba empezando a consumirme. Aún cuando intentaba enfocarme en cualquier otra cosa que no fuera la chiquilla, su imagen seguía atormentando mis pensamientos constantemente. Su belleza era como un imán que me atraía de manera irremediable, y sabía que si no ponía distancia entre nosotros, mis deseos podrían salirse de control. Me sentía como si estuviera atrapado en una especie de sueño donde no podía escapar de ella. En mi intento de apartar de mi mente las imágenes de Becca, me impuse recordar el compromiso que asumí con su difunto padre. Me sentía culpable por sentir esa atracción hacia ella, pero sabía que debía ser fuerte y resistir cualquier intento de acercamiento por parte de la condenada. Llegué al club nocturno de Lucas, él me recibió con una sonrisa de complicidad, sabiendo que mi presencia allí solo buscaba la
Los pensamientos fueron mi condena, los siguientes días que siguieron a ese en el que cometí lo que creía fue mi mayor error. Me reproché por haberme dejado llevar.Fui un bruto, el verdadero ser irracional. Me nublé por completo. En ese momento, toda razón y moralidad fueron arrojadas por la ventana, y me dejé llevar por el deseo que había estado reprimiendo durante tanto tiempo. Nos entregamos el uno al otro, sin pensar en las consecuencias de nuestros actos. Sentado detrás del volante de mi camioneta, recordaba que esa noche antes de abandonar la habitación, al amanecer, mientras contemplaba a Becca dormida a mi lado, me embargó un sentimiento de culpa y arrepentimiento. Sabía que lo que habíamos hecho estaba mal, y que debía poner fin a esa relación prohibida antes de que fuera demasiado tarde. Todo esto me llevó a confirmar mi decisión de alejarme definitivamente de Becca y romper todo contacto con ella, a pesar de lo difícil que me resultaba renunciar a la pasión que habíamos c