—Necesito que nos reunamos al terminar —le anuncié a ambas.Estamos desayunando, me sorprendió ver a Becca en la mesa apenas hice acto de presencia, de Lotte lo esperaba. Era demasiado temprano para que ella se hubiera dispuesto a poner su hermoso cuerpito en esa silla. No supe si se quedó en el jardín después que me retiré y la dejé allí con las ganas de que le siguiera el juego, lo cierto es que consideré que no la vería sino hasta bien entrada la noche con unos tragos de más aunado al efecto de la nicotina, creí que haría valer su forma irresponsable de vivir la vida, sin horario ni un norte en el que fijarlo.—¿Sucedió algo? —me preguntó Lotte.—Nada de qué lamentarse, solo son medidas que tomé y debo comunicárselas —manifesté y me llevé un buen trozo de jamón a la boca, lo que les dio la impresión de que no pensaba seguir discutiendo en la mesa.Lotte aparentemente lo entendió y lo aceptó, la otra no sé si lo entendió, pero sí, como es su intención siempre de llevarme la contrari
Con toda la intención de avanzar lo más rápido que pudiera para garantizar mi seguridad, ese mismo día trabajé con Lotte por varias horas y luego salí a resolver otros pendientes y en la mitad de la tarde fue que me arme de valor para aguantar un par de horas la carga energética que se gasta.—Vamos abajo —le pedí a Becca al ingresar a su habitación.La encontré acostada en una posición de total relajación viendo la televisión, algo que me pareció extraño porque no aparenta estar tranquila ni siquiera con esas cosas.—Ahora ¿Para qué? —preguntó en actitud sobrada mostrando su renuencia a obedecer.—Haz caso, nos vemos abajo en unos minutos —le dije serio desde la entrada—. Si no bajas en unos tres minutos me iré con Lotte.Sin darle detalle de mis intenciones salí de la habitación y cerré la puerta, avancé luego a la habitación de Lotte, quien en cambio. estaba sentada frente a su escritorio al frente de la laptop y una serie de hojas.—Hey —llamé su atención porque pareció que no se
No soy inocente de todo lo que representaba la oportunidad que nos estaba dando el desgraciado de Hans. Claro que soy consciente de la utilidad tan grande que aprender a manejar armas traería a mi vida, y sobre todo por las intenciones que tengo. Aprovechando su decisión de enviarme lejos, planifiqué alejarme del todo de él. La vida que quiero y me sirve no la puedo realizar si permanezco bajo su observación. Es asfixiante tenerlo a él o a cualquiera de sus pendejos pendientes de todo lo que hago. No puedo ni respirar sin sentir que hay alguien cerca verificando a qué se deben mis suspiros. Desde hace días llevo conteniendo las ganas de recurrir a la autocomplacencia. Extraño a Siem, y más que a él en sí, sus cogidas. «¡Por Dios!», exclamé en mi mente al sentir la revolución interna de mi cuerpo cuando solo restregué mis senos en su costado. Lo hice con toda intención de fastidiarlo. El desgraciado es tan pendejo que me dejó ver cuán débil puedo llegar a ponerlo. Es un juego todo e
Al verla salir intencionalmente me di dos fuertes golpes repetidos en la cabeza con la palma de mi mano buscando reprenderme por la idiotez que iba a terminar cometiendo al no poder controlar este maldito instinto animal que me caracteriza.Fue algo intenso, duramente comprometedor y tentador. Becca sin mucho esfuerzo logró ponerme en el lugar que estaba buscando, fui débil, me gustó ser débil ante ella. La m*****a niña me demostró tener lo que más me encanta de una mujer, es atrevida, desafiante y al mismo tiempo parece insaciable. Quedé con ganas de más de ella. Apenas recorrimos medio kilómetro y aun así lo poco que vi en ese breve recorrido me dejó con una ansiedad superior a la que ya me cargaba encima, lo que no era correcto. Debo poner un alto a todo esto.Acabo de terminar de confirmar otra vez y con mayor contundencia que es necesario poner distancia entre esta niña y yo. No soy inmune a su juventud, y esa incapacidad de poder respetar los límites de ella me va a terminar de
Esa noche, después de dejar a Becca en la casa, me aventuré por las calles de la ciudad en busca de distracción, me sentí aliviado al alejarme de esa tentación que estaba empezando a consumirme. Aún cuando intentaba enfocarme en cualquier otra cosa que no fuera la chiquilla, su imagen seguía atormentando mis pensamientos constantemente. Su belleza era como un imán que me atraía de manera irremediable, y sabía que si no ponía distancia entre nosotros, mis deseos podrían salirse de control. Me sentía como si estuviera atrapado en una especie de sueño donde no podía escapar de ella. En mi intento de apartar de mi mente las imágenes de Becca, me impuse recordar el compromiso que asumí con su difunto padre. Me sentía culpable por sentir esa atracción hacia ella, pero sabía que debía ser fuerte y resistir cualquier intento de acercamiento por parte de la condenada. Llegué al club nocturno de Lucas, él me recibió con una sonrisa de complicidad, sabiendo que mi presencia allí solo buscaba la
Los pensamientos fueron mi condena, los siguientes días que siguieron a ese en el que cometí lo que creía fue mi mayor error. Me reproché por haberme dejado llevar.Fui un bruto, el verdadero ser irracional. Me nublé por completo. En ese momento, toda razón y moralidad fueron arrojadas por la ventana, y me dejé llevar por el deseo que había estado reprimiendo durante tanto tiempo. Nos entregamos el uno al otro, sin pensar en las consecuencias de nuestros actos. Sentado detrás del volante de mi camioneta, recordaba que esa noche antes de abandonar la habitación, al amanecer, mientras contemplaba a Becca dormida a mi lado, me embargó un sentimiento de culpa y arrepentimiento. Sabía que lo que habíamos hecho estaba mal, y que debía poner fin a esa relación prohibida antes de que fuera demasiado tarde. Todo esto me llevó a confirmar mi decisión de alejarme definitivamente de Becca y romper todo contacto con ella, a pesar de lo difícil que me resultaba renunciar a la pasión que habíamos c
—Queridos hermanos, estamos aquí reunidos para celebrar la boda entre la señorita Becca Van Dijk y nuestro excelente joven y ejemplo a seguir, el primogénito de la familia Dickman, Siem Dickman —escuché que anunció el sacerdote.Si bien oía a la perfección el discurso del sacerdote, no prestaba mayor atención, estaba nerviosa, ni me atreví a mirar a los lados para no tener que enfrentar el tumulto de personas que entre invitados y curiosos llenaron la Catedral San Juan Evangelista. La boda se estaba celebrando en ese lugar porque la familia de Siem es apegada a sus creencias. Accedí a pasar por esta fase solo porque lo amo, o eso creí sentir, estaba ahí solo por eso, no creo en formalidades y menos religiosas, no soy como él, no siento ese apego ciego a la espiritualidad que su familia profesa. La vida no me ha dado oportunidad para hacerlo, tampoco me interesa, pienso que es pura hipocresía. Desde muy pequeñas tanto Lotte como yo hemos sido solo las dos, solo hemos estado la una pa
Para Lotte, Siem no era el hombre que me iba a dar lo que yo necesitaba, ella lo afirmaba siempre, porque ella experimentó lo mismo que yo sentí cuando perdimos a nuestros padres, ella sintió como nos desprendieron el alma cuando nos bajaron del auto para llevarnos a la delegación y de ahí más nunca los volvimos a ver, ni sabemos si fueron sepultados dignamente, solo nos alejaron y nadie nos dio explicaciones. Al día de hoy aún buscamos respuestas sin preguntar a nadie. Aprendimos que es mejor no hablar sobre ese tema con nadie más que la una con la otra. La vida nos ha convertido en dos chicas hermosas, pero reservadas y tristes, tanto que en nuestros ojos se refleja el vacío del alma.Estuvimos trece años encerradas en un internado en Inglaterra, hasta que ella cumplió diecisiete años, que logró independizarse y con el fideicomiso que ellos nos dejaron, ella pudo comprar un departamento en una zona exclusiva de Ámsterdam, cumplió su sueño de comenzar a estudiar arquitectura en la Aca