Epílogo

-Damián -le habló por el pasillo al no verlo en la cama esa mañana.

Avanzó descalza y llegó a la habitación de Alonso y tampoco lo encontró ahí. Bajó las escaleras y en la cocina escuchó una algarabía y fue a ver.

-¿Han visto a Damián?

-Salió, señora. Llevaba a Alonsito a montar y dijo que le avisáramos que al medio día regresaban, que esté preparada para salir.

-¡Vaya con el señor! -Dijo riendo -tengo tiempo entonces para el desayuno.

Se sentó con ellos en la cocina y tomó un café y un pan mientras escuchaba los chismes matutinos de los trabajadores.

Luego del desayuno fue de vuelta a su recámara, cuando Damián la invitaba a salir era a solas y siempre le dejaba la ropa que quería que usara.

Entró al vestidor y encontró la caja negra con listón rojo que siempre le dejaba con las prendas dentro.

La abrió y descubrió un vestido rojo de finos tirantes tipo espagueti y ligeramente holgado, unas zapatillas de tiras plateadas y el conjunto de lencería en un color rojo pasión, casi mismo to
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