—¡Wow! Estás preciosa —le dijo al verla salir con un vestido rojo entallado y que daba solo a media pierna.
—Gracias —sonrió con suficiencia, se sabía hermosa, pero no era consciente qué tanto. Tenía un cuerpo de medidas y proporciones de ensueño, cabello largo y ligeramente ondulado, su rostro daba la apariencia de la inocencia y pureza y era la mujer mas ardiente y perversa en la intimidad. Ojos cafés, cabello castaño oscuro y piel apiñonada, una sonrisa hermosa y penetrante.—Vamos entonces, no hagamos esperar a la diversión —le dijo Jason y la tomó de la mano para ir al auto, ella llevaba solo un pequeño bolso de mano con sus tarjetas, identificación y el celular.Cuando llegaron al lugar fueron directamente hasta la barra y se acercó a ellos Roberto , el amigo de Jason.—¡Eso! Llegó mi amigo el irresistible —le dio un abrazo efusivo y a Helena un simple beso en la mejilla, el gesto fue un tanto forzado por parte de ambos y Jason solo sonrió por lo bajo.—Es evento privado, según veo —le expresa Jason a Roberto y este afirma.—Viene un amigo muy querido y hay que recibirlo como corresponde.—Me imagino.Vio a alguien acercarse y se despidió —Los dejo, voy a recibir a los demás, disfruten.Cuando Jason lo vio irse se acercó a Helena y le habló al oído, quería saber si finalmente le diría el motivo de la repulsión que sentía hacia Roberto.—Tú y él son amigos y ya te he dicho que no me preguntes mas.Se dio vuelta para ir al baño dejando a Jason en la barra, cuando regresó lo vio coqueteando con una chica y decidió no hacer mal tercio, se fue a la pista y comenzó a bailar sola, Helena era esa clase de mujer que no necesitaba de nadie mas para nada, tampoco para divertirse y pasarla bien. Luego de unos minutos de estar bailando sintió una mano recorrer su brazo derecho con suavidad y se giró pensando que era Jason, su sorpresa fue grande al descubrir frente a ella al hombre de la otra noche.—Damián ¿Qué haces aquí?Solo alzó los hombros como restando importancia al motivo —Coincidir contigo, solo eso.Le tendió la mano para invitarla a seguir bailando y ella sin dudarlo la tomó y continuaron el baile. Había en su roce algo electrizante que hacía que Helena se sintiera atraída en exceso por ese hombre y él definitivamente se sentía igual, la belleza de ella no pasaba para nada desapercibida y aprovechó el baile para tocarla con cautela y discreción pero cuidando de hacerle notar que le gustaba.Se miraban fijamente a los ojos y luego a la boca, había una tensión increíble entre los dos, un deseo vivo y ardiente en ambos por lanzarse uno a la boca del otro y fue justamente él quien lo hizo. Fue un beso posesivo y violento, de esos que a ella la volvían loca y no pudo hacer mas que corresponderle de la misma manera, con su mano izquierda se colgó de su cuello y la otra la llevó a su pecho, tan firme como ardiente y él la abrazó por la cintura.Se separaron luego de lo que pareció una eternidad y descubrieron que les faltaba el aliento y el apetito se había despertado.—Salgamos de aquí —le pidió Helena y la respuesta de él fue una sonrisa, la tomó de la mano y la llevó a la salida, no sin que ella se asegurara primero de avisarle a su amigo y compartirle su ubicación en tiempo real.Salieron del bar y subieron al auto con el poco autocontrol del que en ese momento disponían, apenas cerraron las puertas y volvieron a besarse, pero esta vez de una manera mas calmada, con la certeza de que tendrían toda la noche para satisfacerse, ahora había un roce distinto en sus labios, algo suave pero igual de ardiente.El camino fue algo tenso, ella se sentía desnuda ante la mirada de Damián y no se explicaba eso, nunca fue precisamente tímida, disfrutaba plenamente su sexualidad y venía a ser justo con ese hombre que le fascinaba en su totalidad que se sintiera intimidada.Damián, mientras tanto la observaba y veía los nervios reflejarse en su semblante, le encantaba saber que tenía el control, pero por alguna razón no le atraía llegar y follarla como poseído. Apreciaba su belleza y el encanto que tenía y quería no solo disfrutar de ella, sino hacerla disfrutar de todo, delirar de placer.El silencio se vio interrumpido por un mensaje en el teléfono de Helena, era Carlos que le enviaba su pase de abordar y una reservación en un hotel de la ciudad de México.—¿Pasa algo? Si cambiaste de parecer solo dime y volvemos —Damián entendía que pudiera sentir desconfianza al ser un extraño.—No, es un correo que esperaba desde hace un rato.—Perfecto.No tardaron mas hasta llegar a aquel edificio que parecía ser solo de cristal, Damián estacionó el auto y bajó de inmediato para abrir la puerta de Helena y esta le había ganado. Entraron al ascensor y la tensión podía sentirse, se respiraba entre ellos dos, ambos se miraban de reojo y sonreían internamente. La electricidad se hizo presente en un roce que Damián hizo parecer accidental y fue todo menos eso, buscaba su contacto a como diera lugar.Abrió la puerta y la invitó a pasar, se mantuvo a sus espaldas en todo momento y discretamente aspiraba su olor.—Bienvenida ¿Te ofrezco algo?—Gracias. Solo un poco de agua, creo que de alcohol ya fue suficiente.Fue por un vaso con agua y regresó hasta la sala, él mismo lo llevó hasta su boca y ella lo miró un poco desconcertada.—Bebe —le pidió y ella hizo caso, sentía su mirada envolverla por completo, cada centímetro de su piel se quemaba cuando sus ojos paseaban por cada espacio de ella.Le sostuvo su mano para indicarle que era suficiente —Gracias.Dejó el vaso sobre la encimera de al lado y se quedó muy cerca de Helena, miraba sus labios con deseo y quiso saciarse en ese momento, llevó su boca a enredarse en una danza tan sutil como ardiente, sintió que ella le correspondió desde el primer instante y lo hacía de la mejor manera. Había una dulzura que lo desconcertaba, especialmente por sentirla ya, y es que él no era de detenerse a sentir ese tipo de cosas y ella lo estaba volviendo loco.《Debe ser el alcohol》—se dijo para si mismo y dejó que sus manos viajaran por el cuerpo de Helena, quien no mostraba ni un poco de incomodidad y disfrutaba de cada roce.La emoción los llevó a sitios desconocidos por ambos, Helena se dio cuenta que estaba disfrutando sus besos, y ella no besaba a nadie, ni siquiera a Jason durante la intimidad. Tenía la idea de que un beso era mas adictivo y peligroso que el sexo mismo y sin embargo entregó sus labios completamente a ese hombre.Damián la alzó en sus brazos y ella se aferró a su cuello, entró con ella a la habitación y hasta pareció inexperto ante la mirada de Helena, se sintió cohibido por un momento y luego retomó su confianza. La suavidad de la seda cubrió aquellos cuerpos sedientos de pasión y solo aquellas cuatro paredes fueron testigos mudos de todo lo que ahí se vivió, cada caricia les hizo explotar de placer, sus gemidos hicieron eco y este sirvió de estímulo para cada una de las siguientes veces que repitieron hasta perder el aliento y quedarse enredados uno en los brazos del otro.—¡Carajo! —Dijo casi en un susurro Helena, miró el teléfono y eran las 4:10 de la mañana, se levantó a prisa y buscó su ropa por la habitación, tuvo que usar la linterna del teléfono para encontrar sus bragas ya prisa vestirse. Damián despertó cuando se estaba subiendo el cierre de su vestido.—¿Qué pasa? —Preguntó aún dormido —¿Estás bien?—Tengo que irme.—¿Por qué?—Tengo un vuelo a las ocho y se me va a hacer tardísimo, gracias —le sonrió y se acercó a besarlo —estuvo perfecto, todo.Salió corriendo y él tras ella, no pudo llegar mas allá de la entrada porque iba totalmente desnudo, solo pudo gritarle desde ahí y ella ni siquiera se detuvo.—¡Puta madre! Ni siquiera tengo su número.Regresó corriendo a vestirse como pudo y bajó como rayo a la entrada del edificio, miró para todas partes y solo había autos por las calles, ninguna mujer andando y maldijo nuevamente antes de volver a su departamento.Helena también se fue lamentándose por no haberse podido quedar, pero aún tenía que llegar a su casa a bañarse, recoger sus cosas e ir al aeropuerto.—Pensaba ir por ti —le sorprendió Jason al abrir la puerta, estaba de pie con su maleta y vestido para salir —es tarde.—Lo se, perdón. Me doy un baño rápido y nos vamos.—Pero ya, anda.Entró corriendo y se dio apenas un regaderazo, solo quería despertar un poco y quitar de su piel el olor a sexo que era mas que evidente. Vistió unos jeans con tenis y una polo blanca con una chamarra encima, medio secó su cabello y lo ató en una coleta alta, luego salió a prisa para ir al aeropuerto. —La que no quería ir a la fiesta mexicana se cogió a un mexicano —le dijo Jason con mofa y ella lo miró conteniendo la risa.—Buenísimo, por cierto.—Me queda claro, dormiste con él y no lo niegues porque es obvio.—No lo niego —respondió al momento —es solo que me ganó el sueño y el cansancio, desperté porque sentí que era tarde y ve, apenas vamos a llega
A las ocho en punto estaba en el recibidor del hotel y vio entrar a Carlos con una enorme sonrisa.—Buenos días, Helena ¿Qué tal México?—Hola, supongo que bien, solo he dormido y ya.Rieron divertidos y Carlos la llevó del brazo a desayunar. —Tienes que probar los chilaquiles —la ánimo con entusiasmo —son deliciosos en este lugar.—Mi madre los preparaba muy ricos.—Era excelente en la cocina —le afirma Carlos y sonríe al recordarla. —¿La conociste? —Quiere saber Helena —Es decir, se que sí, pero digo si tuviste trato mas allá de que solo fuera una empleada mas.—Tu madre no fue jamás una empleada mas, Helena. Era una mujer maravillosa que se daba a querer. Claro que la conocí y debo decir que yo servía de pretexto para que tu padre se fugara a verla en sus días de descanso sin que se sospechara de él. Helena deja salir una sonrisa al saber aquello, lo imagina y vienen a su mente aquellas películas de antaño donde es mal visto un romance entre personas de distinto estrato social y
Los días pasaron más rápido de lo que Helena pensaba, ya tenía su identificación oficial en sus manos, el resultado del ADN, el documento que le daba la naturalización como mexicana, pasaporte, incluso su clave de nacimiento. No faltaba nada. Ese último día en la Ciudad de México fueron de compras, Fer le dijo que en Tuxtla el clima era un poco mas caluroso y que debido a que estaría allá por un tiempo sería conveniente que usara ropa más casual.—¿Sabes montar? —Le preguntó su nueva amiga.—Sí, vivimos un tiempo en un rancho ganadero y aprendí a hacerlo, tenía como siete cuando me subí por primera vez a un caballo.—Que padre, te encantará la Hacienda entonces, hay un montón de caballos y puedes salir a montar por todo el monte, no terminas jamás de recorrerlo.—¿Tan grande es? —Preguntó Helena con asombro.—¿Y entonces? Por algo Prudencia no dejó que te encontraran.Helena hizo solo una mueca como si comprendiera.Entraron a varias tiendas y optó por blusas ligeras, tipo top y maxi
La examinaba de arriba a abajo, la rodeó en repetidas ocasiones buscando algo malo en ella y lo único que encontró fue una mujer igual de arrogante que ella.—Dime cuánto quieres por largarte de aquí. Helena soltó una carcajada y miró a la vieja con desdén, ya veía que todo lo que Carlos y Fer le contaron era verdad, esa mujer era la bruja del cuento.—No vengo por eso, vine en busca de la verdad. Vine a cumplir la voluntad de mi padre, aquel que tú me arrebataste sin derecho.—Mi hijo estaba ciego, no entendía que tu madre no le convenía, que debía poner sus ojos en alguien de su nivel, no una simple campesina.—Es la primera y última vez que te diré esto, a mi madre la respetas o si no haré que la respetes, tú ni con todo tu dinero podrás compararte con ella. Y bueno, que ahora una simple campesina es la dueña de esto, y tú solo eres una arrimada.Prudencia levantó el bastón enérgicamente para golpear a Helena, pensó que haría lo mismo que una vez hizo con Margarita, solo que Helen
Al día siguiente se puso en camino a Tuxtla, necesitaba su teléfono y hablar con su amigo. —¿Me estás jodiendo? ¿Cómo crees que el mexicano de aquella noche es tu hermano? —Preguntó Jason con un asombro que casi parecía mas bien escandalizado. —Lo es, no jugaría con algo tan delicado. —Y entonces ¿Qué harás? ¿Cómo estarás con él sin follartelo de nuevo? —Jason, no hay pérdida. Anoche entré a mi recámara y me besó, me tomó por sorpresa y me asustó al punto que lancé mi teléfono, estuvimos a punto de hacerlo de nuevo, pero por fortuna la cordura ganó. —Vaya, esto es delicado, sabiendo ya de su lazo familiar y te besa y se insinúa de esa manera, debes ponerle un límite claro.—Lo se —respiró frustrada, se moría de ganas por repetirlo y esa culpa la estaba matando, no era sano una relación entre hermanos, aunque eventualmente solo medios hermanos. —¿Regresarás? —No lo se, no puedo mandar todo al diablo e irme, debo estar un año y además irme sería doblegarme ante Prudencia y eso no
Helena se enfureció al escuchar eso, no respondió nada, pero hizo que el caballo se parara de manos haciendo caer a Damián, quien por fortuna cayó de pie pero enojado le reclamó. —¡¿Estás loca o qué demonios te pasa?! ¡Pudiste matarme!Helena le dio la vuelta al caballo y con porte y altivez lo miró para abajo, como menospreciando su existencia —Pude, pero no quise y no porque no me dieras motivos, sino porque no soy tan baja como ustedes. Me doy cuenta que eres un patán, un imbécil con todas sus letras y no se en qué concepto me tienes y francamente no me importa, solo una cosa te diré Damián, no te metas conmigo porque te va a pesar.Se dio vuelta y echó a galopar al caballo, le soltó toda la rienda y Damián se quedó ahí parado gritándole que volviera, fue en vano porque no se detuvo ni por un momento. Mientras tanto, Helena rompió en llanto por las palabras de su hermano, tan mal pensaba de ella que quizá su estancia ahí sería un infierno, de los tres solo Benjamín la aceptaba y
Luego de un par de días ya Damián estaba bien de su pie y quiso reunirse con sus hermanos para discutir asuntos del manejo de la empresa y demás cosas que habían cambiado tras la muerte de su padre.Santiago solo requirió de reposo y antiinflamatorios, no fue nada grave el golpe y aunque Helena quiso visitarlo y saber como estaba, este fue muy grosero con ella y le impidió que entrara a su habitación y solo por el menor de sus hermanos, Benjamín, fue que supo que solo estaba exagerando para hacerla sentir mal.Para ir a la empresa, Helena fue acompañada por Benjamín, ya que desconocía las instalaciones y no quería llegar tarde. Apenas llegar y todo mundo murmuraba sobre la recién aparecida, por lo que su hermano tuvo que callar las voces presentándola como la nueva heredera y por tanto, jefa directa de todos los presentes.—El mismo trato que se nos ha dado a mis hermanos y a mi, es lo que pido para nuestra hermana, ella desde hoy estará al frente de esta empresa junto con Damián ,
Helena se dio la vuelta para irse de aquel lugar y Damián fue rápido al detenerla poniendo su mano al rededor de su cintura y atraerla hacia él, la espalda de ella estaba pegada al pecho de Damián que saltaba de emoción en sus adentros, por fin estaban a solas y lejos de terceras personas.—No te vayas —le susurró al oído y Helena se estremeció al sentir su aliento tan cerca —déjame estar un momento mas así. —No debemos, lo sabes.—Me importa poco si debemos o no, lo deseamos ¿o no? —Helena guardó silencio y por un instante se escuchaba solo su respiración agitada y la noche envolviendo aquellos cuerpos. Damián desplazó poco a poco su mano derecha hacia arriba y le regaló unas caricias a sus senos que se alzaban de manera gloriosa encima de aquel cuerpo perfecto y curvilíneo en una exquisita proporción —Solo dime que no y te podrás ir, pero tu cuerpo me está dando la respuesta, está respondiendo a cada uno de mis estímulos, tu piel se eriza ante mi respiración, tu aliento es entre