Helena se dio la vuelta para irse de aquel lugar y Damián fue rápido al detenerla poniendo su mano al rededor de su cintura y atraerla hacia él, la espalda de ella estaba pegada al pecho de Damián que saltaba de emoción en sus adentros, por fin estaban a solas y lejos de terceras personas.—No te vayas —le susurró al oído y Helena se estremeció al sentir su aliento tan cerca —déjame estar un momento mas así. —No debemos, lo sabes.—Me importa poco si debemos o no, lo deseamos ¿o no? —Helena guardó silencio y por un instante se escuchaba solo su respiración agitada y la noche envolviendo aquellos cuerpos. Damián desplazó poco a poco su mano derecha hacia arriba y le regaló unas caricias a sus senos que se alzaban de manera gloriosa encima de aquel cuerpo perfecto y curvilíneo en una exquisita proporción —Solo dime que no y te podrás ir, pero tu cuerpo me está dando la respuesta, está respondiendo a cada uno de mis estímulos, tu piel se eriza ante mi respiración, tu aliento es entre
Helena se quedó pensativa y entre tanto pasó por su cabeza que eso sería bueno, irse unos días y dejar que la calma volviera, tenía el pretexto perfecto para irse. —Tomaré esa salida —le comunicó —en L.A. tengo un negocio en sociedad con un amigo y creo que ir a ocuparme de eso será bueno. —Adelante, pero no dejes de avisar cómo estás. —Claro, gracias Fer. Nos vemos pronto —se acercó para despedirse con un efusivo abrazo que Fer correspondió dudosa. —¿Te vas ahora? —Preguntó sin creerlo. —Sí, ahora busco un vuelo y creo que de Cancún me sale mas cerca. —Estás muy loca. Ve con cuidado ¿Si? —Gracias, muchas gracias en verdad. Por suerte encontró un vuelo para el siguiente día a las diez de la mañana, hacía escala en la Ciudad de México pero no importaba, pagó un hotel para de ahí salir y a la tarde siguiente ya estaba comiendo con Jason en un restaurante cercano a su casa. Lo puso al día de su situación y le pidió no hablar mas de eso, por lo que se centraron en el trabajo.
Damián le tomó el rostro con una mano y pegó su boca lo más que pudo a la de ella, apenas rosando los labios de una manera tan sensual y provocativa que Helena se sintió incapaz de resistir y se agarró con fuerza al saco de Damián, su respiración era errática y pesada, moría porque aquel hombre dejara ir su boca contra la de ella y más, lo que resultara en ese momento y ella deseaba dar ese paso, pero fue más grande el miedo que el propio deseo. El beso llegó, ardiente, posesivo, demandante y liberador, pero por parte de Damián que fue el que no pudo resistir más la tortura de tenerla lejos de su piel y de sus labios.—Todo lo que tenga que ver contigo es mi asunto —le dijo retirándose un poco de sus labios, pero manteniendo la frente pegada a la suya —y no quiero pensar que las cosas que tenías que hacer sean precisamente venir con ese tipo que estabas.—Damián … por favor… —le pidió casi en una súplica y ni siquiera sabía qué era lo que deseaba pedirle, no tenía claridad de nada en
Permanecieron en el sitio por un par de horas mas, tiempo en el que no se separó de ella ni un instante mientras recibía invitados y clientes.—Voy a despedirme —le dijo Helena al ver a Jason en la entrada de la cocina solo y revisando unas notas.—Vamos —respondió Damián aún con el pesar de ella, quien no lo disimuló y puso los ojos en blanco en señal de fastidio.—¿Todo bien? —Le preguntó al acercarse con cautela.—Sí, nena, todo muy bien —respondió con una enorme sonrisa —todos se fueron contentos y tenemos bastantes reservas ya para las siguientes semanas.Helena dio saltitos de emoción y lo abrazó con emoción —te lo dije, nos irá de maravilla.—Te creo —respondió Jason sin soltarla de aquel abrazo y con aquella sonrisa hermosa en su rostro.Damián carraspeó para hacerse notar y dio un par de pasos adelante para llegar a Helena y tomarla por la cintura —Es tarde —le dijo y ella se separó de Jason —debemos irnos.—Te presento a Damián —le dijo a Jason y este le tendió la mano pa
Le separó las piernas con algo de violencia y se frotó las manos a la vez que hacía un gesto que denotaba deleite, luego dio una suave palmada en el sexo húmedo y palpitante, lo cual hizo que Helena dejara salir un par de jadeos mas.Hundió su rostro entre sus piernas, dejó que su lengua le enseñara aquella lección que Damián deseaba que aprendiera. Ella elevó un poco las caderas para dejarle mayor acceso y Damián la hizo bajar de nuevo, no sería a su manera, debía entender que esas no eran formas de tratarle y que era preciso que las corrigiera.De igual manera llegó a tocar el cielo y Damián abandonó aquel rincón solo para deshacerse con prisa de su ropa mientras ella aún se retorcía de placer entre jadeos y sábanas blancas, entre sudor y caricias, entre lo placentero y lo prohibido. A pesar de estar disfrutando plenamente de aquel momento, no dejaban de pensar en lo que pasaría al abrir aquella puerta y salir al mundo, ninguno de los dos iba a poder disimular lo que pasaba y sabía
En ese momento vio a través de la ventana y un auto negro se paraba en la acera de enfrente, de él descendió Damián y se paró frente al auto dirigiendo su mirada a la entrada del local.—Y ve, lo invocaste —se quejó ella.—Deja de complicarte —le tomó el rostro entre sus manos y le dejó un suave beso en los labios —y déjate llevar, este beso jamás lo sentirás como uno suyo y eso debe decirte mucho.Helena hizo una mueca en un intento por sonreír, tomo su bolso y salió del lugar, Jason se quedó ahí mirando y sonrió para si mismo cuando la vio llegar hasta donde estaba Damián, este la recibió con un beso de aquellos que no se le dan a cualquiera, vio como posó sus manos en sus caderas y ella en ningún momento le rechazó, los vio decirse algo y luego de una caricia de parte de Damián a ella le abrió la puerta para que subiera al auto y se fueron.—¿Qué quieres hacer? —Le preguntó Damián al subir al auto, quería pasar tiempo con ella antes de volver a la hacienda, quería conocerla.—Ir a
Al llegar la mañana, Damián se levantó temprano y salió a preparar algo para desayunar, tenía los boletos de avión para la tarde y aún no se lo había dicho a Helena.—Buenos días —le saludó al oírla andar por la sala.—Buenos días —respondió sin emoción alguna.—Ven a desayunar —le dijo poniendo el plato con pollo asado frente a ella, sirvió también una taza de café que le ofreció. Se acercó y se sentó frente a él en silencio —el vuelo sale a las cinco, hay que estar a tiempo, ya lo sabes.—¿Perdón? —habló sin entender sus palabras.—Que te apures a comer porque tenemos que irnos.—Damián, ya te dije que tengo cosas que hacer, tú no puedes venir aquí como si nada y pretender gobernar mi vida, no quiero volver.—Si tengo que llevarte a rastras, lo haré, pero tú vuelves conmigo, eso no debes dudarlo, nena.Tal como Damián lo anunció, esa tarde volaron de regreso a México y a la mañana siguiente estaban en la Hacienda otra vez.—Hermana —le saludó Benjamín con un efusivo abrazo al verla
Helena fue a su habitación y dio un portazo apenas estar dentro, se comenzó a desvestir de manera violenta y lanzó cada prenda con rabia al suelo, un fuerte coraje la consumía por dentro, a la vez que ella misma se decía que debía tranquilizarse, pero es que le molestó demasiado ver a la mujer esa ahí y con tal descaro decir que es la novia de Damián, se fue para no echarla fuera arrastrada del cabello. Se conocía tan bien y sabía que era muy capaz de hacerlo, lo que no sabía era el motivo de sus pensamientos y esos arranques de rabia, o mas bien sí lo sabía, simplemente le costaba admitirlo. Se metió a la ducha y se dio un baño minucioso, sentía que traía tierra hasta en las pestañas y luego de rato salió y se puso una pijama de satín, no pensaba salir mas. Estaba cepillando su cabello cuando tocaron la puerta.—Señorita Helena, el joven Benjamín manda avisar que ya se va a servir la cena.—Gracias, dile que estoy un poco indispuesta y que cenaré aquí.—Sí señorita, enseguida le subo