Al llegar la mañana, Damián se levantó temprano y salió a preparar algo para desayunar, tenía los boletos de avión para la tarde y aún no se lo había dicho a Helena.—Buenos días —le saludó al oírla andar por la sala.—Buenos días —respondió sin emoción alguna.—Ven a desayunar —le dijo poniendo el plato con pollo asado frente a ella, sirvió también una taza de café que le ofreció. Se acercó y se sentó frente a él en silencio —el vuelo sale a las cinco, hay que estar a tiempo, ya lo sabes.—¿Perdón? —habló sin entender sus palabras.—Que te apures a comer porque tenemos que irnos.—Damián, ya te dije que tengo cosas que hacer, tú no puedes venir aquí como si nada y pretender gobernar mi vida, no quiero volver.—Si tengo que llevarte a rastras, lo haré, pero tú vuelves conmigo, eso no debes dudarlo, nena.Tal como Damián lo anunció, esa tarde volaron de regreso a México y a la mañana siguiente estaban en la Hacienda otra vez.—Hermana —le saludó Benjamín con un efusivo abrazo al verla
Helena fue a su habitación y dio un portazo apenas estar dentro, se comenzó a desvestir de manera violenta y lanzó cada prenda con rabia al suelo, un fuerte coraje la consumía por dentro, a la vez que ella misma se decía que debía tranquilizarse, pero es que le molestó demasiado ver a la mujer esa ahí y con tal descaro decir que es la novia de Damián, se fue para no echarla fuera arrastrada del cabello. Se conocía tan bien y sabía que era muy capaz de hacerlo, lo que no sabía era el motivo de sus pensamientos y esos arranques de rabia, o mas bien sí lo sabía, simplemente le costaba admitirlo. Se metió a la ducha y se dio un baño minucioso, sentía que traía tierra hasta en las pestañas y luego de rato salió y se puso una pijama de satín, no pensaba salir mas. Estaba cepillando su cabello cuando tocaron la puerta.—Señorita Helena, el joven Benjamín manda avisar que ya se va a servir la cena.—Gracias, dile que estoy un poco indispuesta y que cenaré aquí.—Sí señorita, enseguida le subo
Aquel frenesí se vio interrumpido por la repentina y sorpresiva presencia del menor de los hermanos, que ante aquella escena quedó boquiabierto. —Se toca antes de entrar —le reprochó Damián de manera socarrona, restando importancia al acto en si y Benjamín terminó de pasar y cerró la puerta a sus espaldas. —¿Qué demonios es esto, Damián? —Le cuestionó con confusión y enfado, para él era mas que evidente lo que estaba sucediendo, pero pensó que quizá se equivocó o estaría dando una interpretación errónea a aquello frente a sus ojos.Helena con nerviosismo se plantó frente a Benjamín y lo miró con ojos de súplica mientras intentaba explicarle lo ocurrido.—Helena, basta —le indicó Damián con autoridad —yo hablaré con él, pero no aquí —se dirigió a Benjamín y le indicó con la mano extendida para que salieran —ahora vuelvo, nena —le dijo a Helena a manera de explicación y le dejó un beso en los labios antes de salir tras su hermano.Damián abrió la puerta de su habitación y lo invitó a
Mientras tanto en la Hacienda había un alboroto en la habitación de Damián. —¿Dónde estabas? Nos tenías preocupadas —le reprendió con molestia su madre, quien era la mas interesada en saber dónde había pasado la noche. —Dormido ¿dónde iba a estar?—Eso no responde a mi pregunta, Damián ¿Dónde pasaste la noche? —Exigió molesta.—En una de las habitaciones del otro lado, mamá, ya que tú tuviste a bien instalar a Marissa en mi recámara sin siquiera consultarme.—No recuerdo que te molestara mi presencia —admitió con un pesar fingido buscando solo ser la víctima a los ojos de Damián. —No me molesta, Marissa —le respondió con una sonrisa apenas superficial, su relación terminó sin escándalos y de buena manera, tenían hasta cierto punto una buena relación, pero de eso a que se instalara en su casa había un mundo de diferencia —es solo que no somos pareja ya y no es correcto que duermas aquí, hay mucho espacio y si es porque mi habitación en especial te gusta pues no hay problema, te la c
Le gustaba esa actitud suya, así que no refutó nada y fue a su escritorio para comenzar a revisar mientras Damián se quedó para hacer unas llamadas y sin darse cuenta ya eran las tres de la tarde y estaba sin comer.—Pensé que te habías ido, tuve que salir a una reunión con el secretario de turismo y te vi tan concentrada que no quise molestarte, regreso y me dicen que sigues aquí. —Ven, quiero mostrarte algo —le dijo, ignorando por completo el comentario que hizo Damián. Se acercó hasta ella y le mostró las carpetas con varias notitas en algunas hojas, tenían escritas fechas y cantidades.—¿Qué es?—Los informes mensuales, son los últimos seis meses.—Ajá —dijo Damián como indicando que siguiera. —Me pediste que revisara esta área, lo hago y encuentro errores que parecen otra cosa —le explica con calma —mira, por ejemplo aquí —le señala con su dedo índice en la primer carpeta —hay un gasto que no está comprobado, es la primera quincena y hay perdida una factura de cerca de doscien
—Mami, es tarde —le habló como no queriendo perturbar la paz que reflejaba su rostro en aquel momento —debemos irnos ya.Abrió con lentitud sus ojos y le sonrió tranquilamente, gesto que Damián correspondió de la misma manera y luego la besó nuevamente.—Vamos al agua —le pidió ella.—Estará fría ya —le intentó persuadir Damián sin éxito.—Mejor, así descanso como es debido.—Está bien, vamos —aceptó sin mas y la alzó en sus brazos para adentrarse al agua con ella, cuando estuvo cerca corrió con ella y se lanzó a la parte mas profunda, provocando que Helena gritara fuerte al caer.Se sumergieron en el agua y comenzaron a jugar y a reír divertidos, Damián la atrapó en sus brazos y Helena se dejó acunar con tranquilidad. —Dijiste algo, no se si consciente o no…—Adormilada, pero consciente. —Helena, de verdad que no tengo nada con Marissa —quiso aclararle en ese momento todas sus dudas, no deseaba mas malos entendidos ni berrinches —mi madre la ha invitado.—Perdón, Damián, pero tu ma
Mientras Helena estaba parada entre un grupo de personas que esperaban el arribo de sus seres queridos, llevaba una cartulina azul con un letrero que decía "Welcome Jason" y un montón de stickers adhesivos regados por todo el papel.—¿Pensabas que no te iba a reconocer? —Le dijo Jason al tomarla en sus brazos y alzarla en volandas, se apretaron con fuerza y luego de varias vueltas la bajó. —Te extrañé mucho. —No creo que tanto —bromea con ella tirándole el brazo sobre los hombros y saliendo con ella de ahí —me hablabas solo cuando te acosaba por mensajes. —No seas mentiroso —le reclama y ambos ríen, luego lo lleva a almorzar cerca de la empresa. —Me encanta la ensalada de aquí —le comenta Helena a modo de sugerencia y él ni siquiera caso le hace por estar mirando con atención a una mujer que se ha acercado a la barra a pedir algo para llevar. —Mira —le indica dirigiendo su mirada nuevamente a la mujer —esa cintura tiene la medida justa para mi.—¡Fer! —Exclama Helena al ver a la
—A esta tipa estaba buscando, ven acá —le tomó de manera violenta por el brazo y Helena estuvo a punto de caer porque la tomó desprevenida, pero al momento intervino Damián haciendo que la soltara y reprendiendo a su hermano por el trato hacia Helena.—¿Estás loco? ¿Cómo te atreves a tratarla así? En tu vida le vuelvas a poner un dedo encima.—Eres un animal, Santiago —le acabaló Helena, haciendo un suave masaje en la zona afectada y dándole una mirada reprobatoria al acto que recién había cometido.—Y tú una interesada y oportunista, vengo de mi oficina, Damián y me encuentro con la sorpresa de que no puedo tocar nada porque están haciendo una auditoría —le dice, esperando que Damián intervenga en contra de Helena y lo defienda a él por ser su hermano —y me dicen que la gerencia la ordenó y esta que va llegando es la de esa estupidez, lo único que quiere es despilfarrar nuestro dinero.—A ver, Santiago, te callas. Chispas salían de su cabeza, estaba verdaderamente furioso por lo que