“No todas las princesas están hechas de azúcar y dulce, algunas tienen impregnada el perfume de la maldad”
Astrid era bella, sin duda una joya para lucir en las más exquisitas reuniones. La admiró de forma descarada.
—Bien, impresionante…—comentó.
Astrid vio en esas palabras petulancia extrema.
—¿Osa cuestionar mi belleza, señor?
—No podría… Eres muy bella.
Ella sonrió, pues, sabía que su belleza era su mejor arma y lo que siguió después fue el colmo.
—Pasaste la prueba de la belleza, ahora falta la de la cama, ¿qué tan buena eres?
Todos quedaron con la boca abierta y la princesa enrojeció e intentó paliar el momento.
—Su sentido del humor es famoso.
—¿Quién bromea?
El mayordomo entonces le dijo al altanero.
—Rey de Vraelon, por favor considere que está delante de una princesa.
Menuda situación, ella lo miraba arrogante y altanero que deseaba poder bajarle los humos. Entonces dijo con sutileza.
—Por mi parte estoy complacida con la belleza de vuestra majestad.
La comitiva real llegó en esos momentos y Rob le dijo:
—Señora, señor, vinimos a acompañarlos.
Rob estaba impresionado con la belleza de la futura reina, al menos fea no era…
—Acompañemos a la futura reina al palacio—propuso él.
Tuvo que acceder a regañadientes, lo cierto es que ese era el inicio de una guerra personal entre Astrid y Edward.
El banquete
Como correspondía a tal personaje se dio un banquete colosal, la Reina Madre elogiaba a la bella princesa de Uldrick.
—Es un honor tenerla entre nosotros, su belleza sobrepasa todo lo dicho.
—Lastimosamente, su nieto no es conocido por su hospitalidad.
La Reina Madre sonrió y le dijo a la joven.
—Es joven, poderoso y eso a veces envanece, por eso necesitamos una mujer sensata, fuerte y de carácter para doblegar ese ímpetu.
—Él me aceptará, no fui entrenada en el arte de las pasiones en vano.
La reina Madre sonrió, pues, sabía que las artes de una mujer en la cama podían doblegar espíritus.
Edward estaba bebiendo un poco de vino y entonces Rob le dijo a su amigo,
—Es una reina digna de tu majestad.
—No tanto como una Ninfa.
Rob le preguntó:
—¿En verdad viste a una Ninfa?
—Vi sus ojos—dijo en tono apasionado—se confundían con el verde esmeralda del río, usaba unas flores rojas en su cabello…
—Debió ser toda una visión.
La princesa se acercó a ellos y le preguntó a Edward.
—¿Qué demostración me dará de su afecto, alteza?
—Um…
Ella sonrió ante su mutismo y le dijo:
—Yo le daré mi pureza y mis artes del placer, ¿usted que me dará?
Edward meditó un poco y le dijo a la bella mujer:
—El título de reina, ¿qué más puedo darle, señora?
—¿Y su corazón?
Él se rio irónico y le dijo a la bella mujer.
—Querida Astrid, un hombre no puede vivir sin corazón y a mí me encanta que el mío esté donde debe de estar.
Entonces se retiró dejándola llena de ira y maldiciendo su destino de ser la esposa de un petulante rey.
Rumores de boda
Todo el reino de Vraelon hablaba de la hermosa reina que tendrían. Gerald cargaba unos leños para calentar la cabañita que habían parado entre su prima y él y vio a Acsa remendando una ropa.
—Leña lista.
—Preparé té.
Ella fue a encender el fogón y su primo le comentó.
—Todos allá fuera hablan de la boda real, el rey desposando a una bella princesa.
—Bueno… Suerte tienen algunas—recordó al rey en el río.
—Pues no sé si sea suerte o un mal necesario, lo cierto es que serán días movidos por aquí…
Vio a su primo sacar de debajo de la cama unas tablillas y lo vio comenzar a tallar.
—¿Qué es lo que haces?
—Dejo constancia de nuestro legado como descendientes de Salem—tallaba uno de los símbolos.
Acsa se acercó y al ver los símbolos sus ojos brillaron y se sintió mareada.
—Cielos.
—Acsa—la ayudó a sentarse—¿lo sentiste?
—Fue tan fuerte… Pero, ¿qué es?
—Es el poder de nuestro legado, solo nosotros, los de Salem, podemos activar la fuerza de la tablilla mística.
Su primo le contó.
—Todos los hombres de Salem a los 11 años debemos saber el significado de cada símbolo y también como poder canalizar la fuerza que representan…
“Agua, fuego, tierra y aire… Pero el quinto símbolo es el Espíritu y es allí que todo se activa. Sin el Espíritu lo demás queda inactivo y es allí donde nuestro conocimiento que no está en la mente—señaló su cabeza—que viene en nuestro ser interior lo puede activar.
Acsa acarició las tablillas y entonces vio la llama.
—¿Por qué tiene forma de llama?
—Según recuerdo es como un fuego que quema dentro, si activas ese fuego los demás símbolos se activarán—sonrió y le dijo a su prima—he estado practicando un poco y apenas hago que se muevan las hojas.
Entonces su prima comprendió todo.
—Es por eso que se fueron contra nosotros.
—Es cierto Acsa, aunque éramos un pueblo pacífico, muchos tenían miedo de nuestro poder.
Era triste y ahora eran esclavos del reino Vraelon y parecía que ese sería su destino.
Días de fiesta
Para celebrar el acontecimiento, nobles y reyes iban a Vraelon a desearle los debidos respetos a la pareja real.
Muchas consideraban a Astrid como la mujer más afortunada del mundo, pues se casaría con uno de los reyes más poderosos de todos los tiempos.
Se dieron una serie de eventos para cautivar a los presentes, desde torneos, fiestas y cabalgatas, todo tipo de hazañas que relajaron a todos y bailes para admirar a la futura reina, en donde más de uno elogiaba la belleza de la princesa de Uldrick.
Entonces llegaron los esponsales.
El salón estaba decorado con los estandartes de Vraelon y de Uldrick, además de una iluminación majestuosa con lámparas con cientos de luces que colgaban de los techos. El ambiente era solemne, en el altar estaba el sacerdote de Istar y su corte, todos ataviados con la indumentaria ceremonial, hacían oraciones para que los dioses favorecieran el matrimonio de su rey amado.
Edward acomodaba su traje ceremonial, cuando su abuela entró.
—Edward.
—Abuela.
Ella lo contempló detenidamente, se parecía a su hijo en mucho y comentó.
—Hoy darás un gran paso en tu reinado y asegurar el trono de Vraelon con un heredero—acomodó su capa—debes comportarte a la altura de todo… Las oraciones están siendo realizadas en este momento por nuestros sacerdotes, los dioses estarán a tu favor dentro de poco.
Él asintió y ella le dijo:
—Me estoy esforzando por descubrir los secretos de las tablas de piedra y cuando lo haga, te enseñaré a dominar el poder más grande… Solo te pido un heredero al trono.
—Haré todo lo que esté a mi alcance.
Ella acarició su rostro y le dijo a su nieto.
—No me importa si después tengamos que deshacernos de la princesa de Uldrick, pero antes de eso debes asegurar un hijo al trono.
—Está bien abuela.
Fue con ella hacia el salón en donde se celebrarían los esponsales.
La bella princesa estaba divinamente ataviada de púrpura y llena de joyas que la hacían verse más impactante, sus doncellas le daban los últimos toques y una de ellas le pasó un frasco negro, sonrió.
—El secreto de las mujeres de Uldrick en una botella—lo abrió y percibió el aroma embriagante—esto debe ser suficiente.
Pensó en que ningún hombre se podía detener ante el aroma afrodisiaco del perfume elaborado por las sacerdotisas de su pueblo.
—Este es un poderoso afrodisiaco que ningún hombre puede resistir.
Le anunciaron que el momento había llegado y fue con su corte hacia el altar en donde el rey Edward la esperaba.
Edward estaba apático con lo que estaba sucediendo en su vida, si bien Astrid era bella y podía ser un deleite tenerla, no movía su interior y eso era peligroso, porque después de tener ese acercamiento con la bella Ninfa y ver esos ojos verdes, solo podía pensar en volver a verla. El sacerdote preguntó.
—Rey Edward, ¿acepta como esposa a la princesa Astrid? ¿Rey? ¿Señor?
—Ah… qué…
Era demasiado humillante ver la indiferencia que ponía Edward en el asunto y le volvieron a preguntar.
—Señor, ¿acepta como esposa a la princesa Astrid de Uldrick?
—Esteee… Sí, claro, por supuesto.
—Princesa…
—Acepto—dijo ella con vehemencia.
—Por el poder que los dioses me confieren, os declaro marido y mujer, Rey y reina de Vraelon.
La corona fue traída en esos momentos en un hermoso cojín, todos admiraban el acto, muchas con envidia, otros con solemnidad. Le dieron la corona a Edward, él debía coronar a su reina y al tomarla reflexionó en los ojos de la Ninfa y en que si pudiera la buscaría en todo lo largo del río con tal de coronarla. Astrid esperaba el momento en que la corona descendiese y vio la duda de Edward, entonces se levantó ligeramente y su cabeza embonó en la corona y ya era la virtual reina de Vraelon. Todos se inclinaron frente a ella y ella radiante sonreía triunfal, lo había conseguido, era la reina de un poderoso reino y nadie le quitaría ese honor. En ese momento el destino de Edward y de la bella Astrid fue sellado.
“Y cuando un hombre te diga: —No eres tú… Bueno, si eres tú… Sabes que debes salir corriendo” La fiesta era por demás esplendorosa y la reina esperaba el momento en que debía estar a solas con su flamante esposo, porque solo allí sería la reina en toda la dimensión de la palabra. Tenía para ese menester preparado un exquisito vino que encandilaba los sentidos, además del perfume que fue expresamente preparado por hechiceros de su reino para encantar los sentidos del rey. Edward llegó en esos momentos y al ver a su flamante esposa esperándolo... —Señor, mi corazón no aguanta por unirse a su persona. —Astrid… Ella se acercó con dos copas de vino y le dio una a él. —Mi tierra se caracteriza por preparar los mejores vinos afrodisiacos del mundo—bebió un poco ella—los vinos de mi tierra pueden encender fuegos íntimos… Edward probó y en verdad tenía un sabor dulce y al final un toque fuerte, que le quemó las entrañas. —Edward, seremos uno en breve y yo te demostraré—se abría su b
“Un hombre busca a una mujerEsa flor desconocidaQue va como loca por la vidaEs simplemente diferenteSi tú la vesMás que amigo como hermanoVen a entregármela en la manoYo soy un hombre y busco a una mujer”Luis MiguelAnte la nueva negativa y delante de todos los presentes que eran autoridades en sus tronos, Edward mandó a pedir su sello y pidió consejo a sus sabios.—¿Qué debo de hacer ante la rebeldía de la reina?Vilda que era más sabio y respetado, dio su parecer.—Lamento tener que decirle a su majestad, que esto pone al rey en mala posición y resta su autoridad.Otro de los sabios añadió.—La acción de la reina será conocida por todo los territorios e incitará a la rebeldía entre las mujeres.—La reina debe de recibir un castigo ejemplar ante su osadía—dijo otro de los sabios.Edward visiblemente molesto preguntó:—¿Qué tipo de castigo?Vilda le dijo entonces:—La reina intentó envenenar las aguas y causar un perjuicio notable a Vlaeron y su rebeldía traspasa las fronteras
Parte 2 “Las mentirosas jamás podrán ser reinas” Acsa pensó entonces: —No tiene que ser descubierta, usted puede tomarla como ayudante suyo y así nadie hará preguntas. La astucia de la joven era buena y entonces le dijo: —Me agrada tu idea, ¿cómo te llamas criatura? —Acsa… —Bien Acsa, tu amiga será mi sirvienta, respetaré su vida—sonrió—me agradas Ilena se abrazó de Acsa llorando y diciendo. —¡Salvaste mi vida! Te pido perdón por todo lo que te hice. —Calma, solo aprovecha cada segundo de ella. Miró en torno todas esas jóvenes estaban allí, algunas lloraban contando su historia. —Estaba comprometida y… Me llevaron… —Tengo miedo—decía otra. Acsa también tenía miedo, miraba todo el lugar y era demasiado seguro para poder escapar de él. Afuera los familiares se acercaban a preguntar por sus hijas, hermanas y parientes. Gerald se acercó a prudente distancia y escuchó a uno de los guardias. —Ya dejen de venir y preguntar por sus hijas, no ven que una de ellas puede llegar a
Edward comía junto a su abuela y funcionarios de confianza y dialogaban sobre el tema de la elección de la reina. —Dicen que todos los reinos están interesados en saber la forma en cómo escogeremos a nuestra reina—comentó Rob. —Una manera poco común, sin duda—comentó Gretel. Vilda entonces comentó: —La belleza es subjetiva. —Es cierto—comentó Edward—llamen a Menalao. El mayordomo entró tiempo después y pudieron hacerle las preguntas. —Menalao, tienes una de las tareas más importantes, por no decir determinantes en el reino—comentó Rob—preparar a la nueva reina. Edward entonces preguntó. —¿Qué has estado haciendo? Menalao entonces les explicó. —Primero separé las vacas de las yeguas—todos rieron—seleccioné a las jóvenes óptimas para el evento. Gretel preguntó interesada. —¿Qué tipo de selección? —Quité a las desproporcionadas, a las que tenían algún defecto en su piel, como manchas, marcas, cicatrices… —Me parece bien… Menalao entonces les dijo a sus señores. —Solo dejé
“El heroísmo se refleja en pequeños actos que se vuelven grandes hazañas” Todas las mañanas Edward salía a montar a caballo, muy temprano cuando el sol comenzaba a tocar los montes que rodeaban a Vlaeron, era el mejor momento para poder dar una vuelta y aprovechar la hora de las Ninfas; porque según decía la leyenda cuando los primeros rayos de sol tocaban la tierra las Ninfas podían ser vistas y él no creía que el Creador hubiera castigado a la Ninfa de esa forma, volviéndola bruma. Ese domingo no fue la excepción y ya montaba su garañón y surcaba los caminos de su reino a toda velocidad, su fin era llegar al río y poder ver si veía a la ninfa de ojos verdes. Podía sentir el viento contra su rostro, sus movimientos eran sincronizados con su caballo y eran uno en un galope vigorizante. Faltaba pocos minutos para poder llegar a su objetivo y ya su corazón estaba esperanzado. Gerald ese domingo iba al río, tal vez era una costumbre, pero sus mejores momentos de paz y libertad los viv
“La escuela de la vida nos educa a todos” Acsa estaba siendo revisada con suma atención y Menalao comentó complacido. —Perfecta, todo está quedando perfecto en ti. —¿Puedo preguntar cuándo terminará esto? El sujeto se abanicó y le dijo a la joven. —Acabará cuando el rey escoja a la más hermosa de entre ustedes, podrías ser una reina, ¿eso no te emociona? —No… Nunca me he visto como alguien importante. —Pues métete en la cabeza que puedes serlo. Acsa quedó bastante preocupada por todo lo que le pasaba, su piel parecía distinta, es más, nunca lució mejor y además con la clase de comida que le daban cada día, su estilo de vida había cambiado y volver a los guisos y asados sería todo un problema. Las otras jóvenes parecían sentirse a gusto con la idea de vivir así toda la vida, pero no se daban cuenta de que solo una sería la reina y entonces, ¿qué pasaría con las otras? Esa pregunta fue contestada tiempo después cuando Menalao revisaba la piel de cada una. —Vamos por buen camin
“No porque te untes con mirra eres digna de ser una reina” Menalao recibía el pedido de la valiosa Mirra, un aceite muy exclusivo y muy preciado, con ese aceite untaron la piel de las doncellas y pronto los resultados eran satisfactorios. —Me encanta, se ven como diosas resplandecientes. Se acercó a Acsa y la admiró, todo su esfuerzo se veía notable en ella y su cabello largo parecía seda de lo bonito que era, lo analizó en ese momento y comentó. —Puedo decir que de todas eres tú la más bella y a la que mejor le ha sentado todo, además las clases de modales las has asimilado muy bien… Entonces les dijo a todas. —Pronto estarán frente a su señor y deben actuar con corrección y modestia. Virginia miraba a Acsa que no parecía feliz con la idea y se acercó a ella. —Acsa, veo que ser la futura reina no es algo con lo que sueñes, en cambio, es mi sueño más preciado. —Nunca esperé esto. —Yo siempre supe que tendría un destino glorioso y mírame a punto de ser la futura reina. Acsa s
Parte 3 “Eres la visión de un río… Lo sé, eres la bruma cautivante y sexi” Cuando Menalao recibió la orden de preparar a las doncellas para un baile en el salón principal del palacio, se estresó, primero debía pedir vestidos acordes para una fiesta, arreglos y el tiempo era tan corto, pronto todo fue un correr entre todas. —Un baile—comentó Ilena—siempre quise ver cómo era un baile real. Acsa comentó: —Pensé que solo nos presentaríamos ante el rey y él escogería a la reina. —Todo puede cambiar, no en vano es el rey y qué rey con todo bien puesto en su lugar. Acsa meneó la cabeza, si Edward era bastante apuesto y muy… Dotado, pero no debía recordar eso. Edward ordenó algo más: Todos los asistentes debían usar máscaras, incluyendo las doncellas, pues la idea de un baile de máscaras solía ser atrayente. —¡Máscaras!—dijo Menalao impactado—pe—pero de dónde saca esas ideas. Otro contratiempo fueron las máscaras y cuando consiguió unas hermosas para sus doncellas respiró hondo. —La