Primero se viste de humilde servidor, ahora quiere hacer un baile, este Edward sabe que la única forma de encontrar una reina es analizando y viendo bien, pero ahora Acsa llamó su atención y qué pasará en el baile, eso lo veremos dentro de poco. Tus comentarios siempre vienen bien, deja tu opinión sobre el capítulo y la novela.
Parte 3 “Eres la visión de un río… Lo sé, eres la bruma cautivante y sexi” Cuando Menalao recibió la orden de preparar a las doncellas para un baile en el salón principal del palacio, se estresó, primero debía pedir vestidos acordes para una fiesta, arreglos y el tiempo era tan corto, pronto todo fue un correr entre todas. —Un baile—comentó Ilena—siempre quise ver cómo era un baile real. Acsa comentó: —Pensé que solo nos presentaríamos ante el rey y él escogería a la reina. —Todo puede cambiar, no en vano es el rey y qué rey con todo bien puesto en su lugar. Acsa meneó la cabeza, si Edward era bastante apuesto y muy… Dotado, pero no debía recordar eso. Edward ordenó algo más: Todos los asistentes debían usar máscaras, incluyendo las doncellas, pues la idea de un baile de máscaras solía ser atrayente. —¡Máscaras!—dijo Menalao impactado—pe—pero de dónde saca esas ideas. Otro contratiempo fueron las máscaras y cuando consiguió unas hermosas para sus doncellas respiró hondo. —La
“Primer consejo para su majestad: No se meta con mi prima” Después de esa noche Acsa sintió que su destino estaba sellado, lo único bueno de todo eso fue ver a su primo un instante, sabía que él no la desampararía y estaría al pendiente de su vida. Sus compañeras ya no le hablaban, estaban celosas de su suerte, nadie entendía que ella no deseaba ser la reina y se sentía muy sola. Edward estaba complacido, recordaba el momento en que bailó con la joven, lo bella y graciosa de su belleza y entonces Rob se acercó a felicitarlo. —El baile fue un éxito, todos están encantados con la joven elegida. —Es simplemente cautivante. —Y no sabes quién es su pariente más cercano—dijo Rob sorprendido. —¿Quién? —El aldeano que salvó tu vida. Vio la sorpresa en su rey y le explicó: —Resulta que todos los días trae comida a los guardias y pide razones de su prima, cuando supe que la joven era su parienta me dije… El Creador es irónico. Edward se interesó por ese asunto y le dijo a su amigo: —
“Castiga a los que tienen envidia haciéndoles bien” Edward se acercó a ella, necesitaba sentirla cerca y poder ver sus facciones delicadas, era bella, su piel perfecta y su cabello fragante como los campos floreados. —Estabas en el río ese día, ¿verdad?—silencio, parecía evadir el asunto—¿te gustó lo que viste? Porque a mí me gustó lo que vi ese día. Acsa le respondió. —Señor, no soy una Ninfa. —Lo sé… Tienes el espíritu de una—dijo seguro. Si algo tenía, Edward era su testarudez y Acsa se dio cuenta de que él seguía con la idea de que ella era una Ninfa y nada lo movería de su idea. Entonces le dijo a la joven: —Normalmente, no escucho a nadie cuando tomo una decisión, quería azotar a la impertinente y cuando pediste por ella… Sentí que debía detenerme. —Ella es una joven con muchas expectativas y eso la hace a veces ser muy altanera. Eso le interesó a Edward: —¿Y tus expectativas? ¿Acaso no son altas? Acsa entonces le dijo: —No tengo muchas expectativas… —Pues deberías,
“Eso era él, un asesino que no se tocaba el corazón para nada más” Edward tenía muchas dudas sobre lo hablado con Acsa. Él no era muy dado a los sentimientos, de hecho su padre fue un hombre muy enérgico con él y su abuela terminó de completar el ciclo haciéndolo duro y cruel. Recordó cuando todo el ejército le juró lealtad para vengar la muerte del rey, se lanzó con todo a los Reinos bajos para arrasar esas pequeñas monarquías, corrió mucha sangre en los campos y el fuego quemó bosques y sembradíos. Fue cruel y despiadado con sus enemigos y más con ese maldito pueblo de Salem, mató a todos sus descendientes, abrieron vientres de mujeres embarazadas, ancianos fueron quemados, niños asesinados y adultos también, saquearon y con eso lavaron el dolor de la perdida. Eso era él, un asesino que no se tocaba el corazón para nada más. Rob se acercó y le hizo una reverencia y le preguntó: —¿Es cierto que ya elegiste a tu reina? —Sí, Acsa será mi reina… —Buena elección, amigo. —Aunque… R
Parte 4 “Te hablaré del cuerpo del hombre… De su parte más importante. ¿Su corazón? No querida, su miembro sexual…” Esa mañana la esperaba una dama muy refinada, se supone que le iba a enseñar clase sobre las relaciones sexuales. Acsa tenía la mente dispuesta a ver lo que podían decirle sobre el tema porque en verdad era nula en esas cosas. —Querida, me llamo Estela y seré la persona encargada de enseñarte los deberes de una mujer en la cama. —¿Deberes? —Sí, deberes… Toda mujer que tiene un esposo tiene el deber de complacerlo y hacerlo sentir bien en el lecho. Acsa meditó en lo dicho y preguntó: —Ese deber también tiene el hombre con su esposa, ¿verdad? La mujer la miró sorprendida y dijo: —Sí, claro, es mutuo. —Es que usted dice sobre el deber de la mujer y pienso que eso es mutuo. —Buen punto, estás atenta… Te hablaré del cuerpo del hombre… De su parte más fundamental. —¿Su corazón? —No querida, su miembro sexual… Acsa se puso colorada y la mujer le dijo entonces:
“En el escenario de la vida, la muerte es el cierre del telón” Escenario 1 Astrid le decía a su hermana Aistari: —Deseo vengarme de Edward y contratar a un asesino a sueldo para que mate a esa perra que aspira a mi trono. —¿De qué forma? —No lo sé, no tengo idea… Tal vez veneno… Aistari se sirvió una copa y le dijo: —Conozco a un asesino que es conocido por su éxito en estos casos. Astrid entonces le preguntó: —¿Cómo se llama? —Géminis… Es el mejor asesino que se ha visto en mucho tiempo. Astrid sonrió y dio varias vueltas por el salón, entonces le dijo: —Tiene que ser algo impactante…—aplaudió emocionada—tengo una idea, quiero que la mate cuando esté siendo coronada. Aistari la miró sorprendida: —¿Delante de todos? —Sí… Delante de todos y que Edward se quede con la boca abierta viendo a su plebeya muerta frente a sus ojos. —Sueno muy perverso. —Mal se paga con mal—se alzó de hombros. —Me contactaré con él. Astrid abrazó a su hermana con mucho cariño. Escenario 2 G
“Es la primera vez que una mujer me complace de forma completa” Los invitados fueron dirigidos hacia otro salón, mientras los sirvientes limpiaban todo. Edward no iba a dejar que nadie empañara su boda y dio la orden a Rob de interrogar al espía que habían atrapado. Luego se unió con su esposa en el salón, ella al verlo se relajó y él le dijo: —Quiero que sonrías, sé que fue difícil, pero eres mi reina y debes demostrar que eres tan fuerte como demostraste ser. Acsa intentó sonreír y él la tomó del brazo e ingresaron al salón, todos los recibieron con aplausos y Edward tomó la palabra: —Parece que hay gente tan interesada en mi vida sentimental que desean intervenir en ella. Eso produjo risas, entonces ordenó que se diese a todos mucho licor y comida y fue con Acsa a un salón privado. Su abuela se reunió con ellos. —Mi nieto amado—lo abrazó. —Abuela, ¿por qué dejaste a Acsa sin protección? La mujer lo miró desconcertada y le dijo: —No dependió de mí, sino de mi seguridad—se e
“Sabes que lo que siento por ti es lo más extraño y maravilloso que he sentido, tengo que triunfar para protegerte Acsa” En los calabozos se interrogaba al espía y no daba información y Rob molesto por la negativa del sujeto, comentó: —Quieren que lo maten. —O es demasiado leal a su jefe o es demasiado estúpido—dijo el otro guardia. Gerald esperaba los resultados del interrogatorio y al ver salir a Rob molesto se inquietó: —¿Pasa algo, señor? —Ese imbécil no desea hablar y está molido a golpes y no nos dice nada… El joven pensó entonces: —Tal vez a mí me quiera decir algo. Rob lo miró con pena, ese chico creía que podía sacarle algo al sujeto y le dijo: —Gerald, sé que tienes el deseo de ser un héroe, pero no creo que puedas sacarle algo. —Con todo respeto señor, solo puedo hacer el intento y si no funciona… Rob accedió y lo dejó ver al tipo. Cuando Gerald lo vio todo golpeado y con pocas fuerzas sintió pena del sujeto que estaba colgado de las muñecas a pesados grilletes.