¡Gerald salva al rey! A su peor enemigo, pero eso lo pone de buenas con él, aunque ¿por qué él cambia formas tenía un pedazo de tela de otro pueblo? ¿Estarán haciendo que Edward lastime gente inocente? Esto se pone bueno, comenta amiga lectora para saber qué te parece todo y ver tu opinión sobre la novela.
“La escuela de la vida nos educa a todos” Acsa estaba siendo revisada con suma atención y Menalao comentó complacido. —Perfecta, todo está quedando perfecto en ti. —¿Puedo preguntar cuándo terminará esto? El sujeto se abanicó y le dijo a la joven. —Acabará cuando el rey escoja a la más hermosa de entre ustedes, podrías ser una reina, ¿eso no te emociona? —No… Nunca me he visto como alguien importante. —Pues métete en la cabeza que puedes serlo. Acsa quedó bastante preocupada por todo lo que le pasaba, su piel parecía distinta, es más, nunca lució mejor y además con la clase de comida que le daban cada día, su estilo de vida había cambiado y volver a los guisos y asados sería todo un problema. Las otras jóvenes parecían sentirse a gusto con la idea de vivir así toda la vida, pero no se daban cuenta de que solo una sería la reina y entonces, ¿qué pasaría con las otras? Esa pregunta fue contestada tiempo después cuando Menalao revisaba la piel de cada una. —Vamos por buen camin
“No porque te untes con mirra eres digna de ser una reina” Menalao recibía el pedido de la valiosa Mirra, un aceite muy exclusivo y muy preciado, con ese aceite untaron la piel de las doncellas y pronto los resultados eran satisfactorios. —Me encanta, se ven como diosas resplandecientes. Se acercó a Acsa y la admiró, todo su esfuerzo se veía notable en ella y su cabello largo parecía seda de lo bonito que era, lo analizó en ese momento y comentó. —Puedo decir que de todas eres tú la más bella y a la que mejor le ha sentado todo, además las clases de modales las has asimilado muy bien… Entonces les dijo a todas. —Pronto estarán frente a su señor y deben actuar con corrección y modestia. Virginia miraba a Acsa que no parecía feliz con la idea y se acercó a ella. —Acsa, veo que ser la futura reina no es algo con lo que sueñes, en cambio, es mi sueño más preciado. —Nunca esperé esto. —Yo siempre supe que tendría un destino glorioso y mírame a punto de ser la futura reina. Acsa s
Parte 3 “Eres la visión de un río… Lo sé, eres la bruma cautivante y sexi” Cuando Menalao recibió la orden de preparar a las doncellas para un baile en el salón principal del palacio, se estresó, primero debía pedir vestidos acordes para una fiesta, arreglos y el tiempo era tan corto, pronto todo fue un correr entre todas. —Un baile—comentó Ilena—siempre quise ver cómo era un baile real. Acsa comentó: —Pensé que solo nos presentaríamos ante el rey y él escogería a la reina. —Todo puede cambiar, no en vano es el rey y qué rey con todo bien puesto en su lugar. Acsa meneó la cabeza, si Edward era bastante apuesto y muy… Dotado, pero no debía recordar eso. Edward ordenó algo más: Todos los asistentes debían usar máscaras, incluyendo las doncellas, pues la idea de un baile de máscaras solía ser atrayente. —¡Máscaras!—dijo Menalao impactado—pe—pero de dónde saca esas ideas. Otro contratiempo fueron las máscaras y cuando consiguió unas hermosas para sus doncellas respiró hondo. —La
“Primer consejo para su majestad: No se meta con mi prima” Después de esa noche Acsa sintió que su destino estaba sellado, lo único bueno de todo eso fue ver a su primo un instante, sabía que él no la desampararía y estaría al pendiente de su vida. Sus compañeras ya no le hablaban, estaban celosas de su suerte, nadie entendía que ella no deseaba ser la reina y se sentía muy sola. Edward estaba complacido, recordaba el momento en que bailó con la joven, lo bella y graciosa de su belleza y entonces Rob se acercó a felicitarlo. —El baile fue un éxito, todos están encantados con la joven elegida. —Es simplemente cautivante. —Y no sabes quién es su pariente más cercano—dijo Rob sorprendido. —¿Quién? —El aldeano que salvó tu vida. Vio la sorpresa en su rey y le explicó: —Resulta que todos los días trae comida a los guardias y pide razones de su prima, cuando supe que la joven era su parienta me dije… El Creador es irónico. Edward se interesó por ese asunto y le dijo a su amigo: —
“Castiga a los que tienen envidia haciéndoles bien” Edward se acercó a ella, necesitaba sentirla cerca y poder ver sus facciones delicadas, era bella, su piel perfecta y su cabello fragante como los campos floreados. —Estabas en el río ese día, ¿verdad?—silencio, parecía evadir el asunto—¿te gustó lo que viste? Porque a mí me gustó lo que vi ese día. Acsa le respondió. —Señor, no soy una Ninfa. —Lo sé… Tienes el espíritu de una—dijo seguro. Si algo tenía, Edward era su testarudez y Acsa se dio cuenta de que él seguía con la idea de que ella era una Ninfa y nada lo movería de su idea. Entonces le dijo a la joven: —Normalmente, no escucho a nadie cuando tomo una decisión, quería azotar a la impertinente y cuando pediste por ella… Sentí que debía detenerme. —Ella es una joven con muchas expectativas y eso la hace a veces ser muy altanera. Eso le interesó a Edward: —¿Y tus expectativas? ¿Acaso no son altas? Acsa entonces le dijo: —No tengo muchas expectativas… —Pues deberías,
“Eso era él, un asesino que no se tocaba el corazón para nada más” Edward tenía muchas dudas sobre lo hablado con Acsa. Él no era muy dado a los sentimientos, de hecho su padre fue un hombre muy enérgico con él y su abuela terminó de completar el ciclo haciéndolo duro y cruel. Recordó cuando todo el ejército le juró lealtad para vengar la muerte del rey, se lanzó con todo a los Reinos bajos para arrasar esas pequeñas monarquías, corrió mucha sangre en los campos y el fuego quemó bosques y sembradíos. Fue cruel y despiadado con sus enemigos y más con ese maldito pueblo de Salem, mató a todos sus descendientes, abrieron vientres de mujeres embarazadas, ancianos fueron quemados, niños asesinados y adultos también, saquearon y con eso lavaron el dolor de la perdida. Eso era él, un asesino que no se tocaba el corazón para nada más. Rob se acercó y le hizo una reverencia y le preguntó: —¿Es cierto que ya elegiste a tu reina? —Sí, Acsa será mi reina… —Buena elección, amigo. —Aunque… R
Parte 4 “Te hablaré del cuerpo del hombre… De su parte más importante. ¿Su corazón? No querida, su miembro sexual…” Esa mañana la esperaba una dama muy refinada, se supone que le iba a enseñar clase sobre las relaciones sexuales. Acsa tenía la mente dispuesta a ver lo que podían decirle sobre el tema porque en verdad era nula en esas cosas. —Querida, me llamo Estela y seré la persona encargada de enseñarte los deberes de una mujer en la cama. —¿Deberes? —Sí, deberes… Toda mujer que tiene un esposo tiene el deber de complacerlo y hacerlo sentir bien en el lecho. Acsa meditó en lo dicho y preguntó: —Ese deber también tiene el hombre con su esposa, ¿verdad? La mujer la miró sorprendida y dijo: —Sí, claro, es mutuo. —Es que usted dice sobre el deber de la mujer y pienso que eso es mutuo. —Buen punto, estás atenta… Te hablaré del cuerpo del hombre… De su parte más fundamental. —¿Su corazón? —No querida, su miembro sexual… Acsa se puso colorada y la mujer le dijo entonces:
“En el escenario de la vida, la muerte es el cierre del telón” Escenario 1 Astrid le decía a su hermana Aistari: —Deseo vengarme de Edward y contratar a un asesino a sueldo para que mate a esa perra que aspira a mi trono. —¿De qué forma? —No lo sé, no tengo idea… Tal vez veneno… Aistari se sirvió una copa y le dijo: —Conozco a un asesino que es conocido por su éxito en estos casos. Astrid entonces le preguntó: —¿Cómo se llama? —Géminis… Es el mejor asesino que se ha visto en mucho tiempo. Astrid sonrió y dio varias vueltas por el salón, entonces le dijo: —Tiene que ser algo impactante…—aplaudió emocionada—tengo una idea, quiero que la mate cuando esté siendo coronada. Aistari la miró sorprendida: —¿Delante de todos? —Sí… Delante de todos y que Edward se quede con la boca abierta viendo a su plebeya muerta frente a sus ojos. —Sueno muy perverso. —Mal se paga con mal—se alzó de hombros. —Me contactaré con él. Astrid abrazó a su hermana con mucho cariño. Escenario 2 G