Capítulo 39Matthew se acerca al consejero que le ha hecho la vida imposible desde el día que asumió su liderato.—¡¿Que dijiste Aurelio?!Se llena de ira, siente que Aurelio ha presumido su vida llena de rectificar.—Cecilia es mi hija, tuve una relación con su madre, pero jamás le quitaría el derecho de crecer en una buena familia junto a un buen loboLa respuesta de Aurelio es fría, casi un insulto en la para Matthew, su mirada es desafiante y burlesca.—Por eso me insistias en que debía casarme con ella, porque en el fondo solo deseabas que tu hija fuese la luna de la manada.Aurelio se acerca con una sonrisa burlona, triunfalista—Si, así es —responde con sinceridad —Y te casadas con ella o te juro que te haré la vida imposible, en especial a esa lobita malditaEnojado, Matthew lo agarra del cuello con fuerza, pero el médico que escucho toda la conversación les pide mantener la calma, en especial porque es lo que necesita Cecilia.Matthew decide ir con la manada, todos esperan an
Capítulo 40Los ojos acusadores de Larios se pasaron en un Mike asustadizo y lleno de miedo, el beta abrió los ojos —Mi señor, déjeme explicar—¡¿Es verdad?! —Larios aún incrédulo le hace la pregunta mientras lo mira con los ojos llenos de rabia.Mike que sabe de su error, suspira y admite que el contacto al lobo.—Vete de mi manada Vicente, no dejaré que debilites mi manada con tu cizaña.El lobo gruñe—Me voy con mi destinada, no me iré con las manos vacías, Amelia se irá conmigo.—¡Ella no te ama! Su corazón eligió a alguien más.Cuando Vicente escucha esto, aprieta su puño con fuerza, lastimando su mano, la idea que siempre temió, se materializa como una realidad.—Dejame hablar con ella, ¡Quiero a Amelia!Larios chasquea los dedos, ordena a sus guardias, que son re conocidos por ser los guerreros más rudos y fuertes que saquen a Vicente de allí.El lobo decide irse por su propia cuenta, Pero le aclara al lobo que el nunca le perdonará está ofensa—Si tengo que romper los tratado
Capítulo 1En el mercado de esclavas Omegas, en medio del calor y el sudor, las jaulas con las lobas más diversas, se preparan para ser elegidas por un nuevo dueño.Entre el sonido chillante de las cadenas, los rostros sin esperanza, con paso firme, un lobo de cabello castaño, una mirada tan fría como el hielo y un par de cejas pobladas, se acerca con la fuerza que emana un huracán.El Alfa Mathew Russo, camina en medio del tétrico paisaje, ojeando a un grupo de lobas encerradas en jaulas puestas a la disposición de los compradores.Ante su presencia, que impone fuerza los demás compradores se apartan agachando la cabeza, incapaces de retar al poderoso lobo.Con su mirada fría y calculadora, observa las jaulas, buscando a su próxima propiedad.Se detiene frente a una de ellas al escuchar un gruñido, gira y se encuentra con la mirada firme de una loba que parece desafiarlo con un par de ojos verdes como esmeraldas.La loba de cabello negro como el azabache, enmarañado y sucio, lo mir
Capítulo 2Amelia abrió los ojos, sintió el aire espeso a su alrededor, su pecho subía y bajaba con respiraciones entrecortadas, su cuerpo temblaba nervioso ante la mirada imponente y curiosa del Alfa.—Yo... —su voz no podía continuar con la oración.Matthew sonrie, a pesar de la suciedad, y el evidente cansancio, la belleza de la loba era innegable, era una diosa salvaje, una belleza indomable que resaltaba en las curvas de su cuerpo.El lobo se agacha, Amelia retrocede un par de pasos y el le da la toalla.Ella se cubre de inmediato, mientras suspira nerviosa intentando cubrirse rápidamente mientras sus mejillas se sonrojan por la vergüenza.—¿Es así como piensas ganar tu libertad? —Matthew arquea la ceja, con un tono de desdén en su garganta —La respuesta es No preciosa.Amelia abre los ojos y le da una fuerte cachetada en la mejilla al lobo, este gruñe enojado.—Usted me lo dijo, jamás mezclaria su semilla conmigo, yo lo confirmo, nunca me acostaria con un lobo como usted por mi
Capítulo 3Amelia observa el cielo de la manada, sus tonos dorados y cálidos, le recordaban su propio pasado, Phillippe la arrastraba sin piedad por el suelo, su mano gruesa aferrada a su cabello como si fuera un trozo de cuerda.—Eres una rebelde —gruñoLa arroja contra un árbol, el golpe hace que los pulmones de Amelia se queden sin aire, y la corteza del roble, rasguñe su piel, Antes de poder reaccionar, amarrar un par de duras y gruesas cuerdas en sus muñecas con brutalidad.—Puedes arrepentirte ahora —susurra Phillippe, inclinándose, su aliento cargado de whisky golpea en el rostro de la loba.Amelia levanta su cabeza, su mirada es un fuego desafiante, que con un preciso cálculo le escupe en la cara.—Prefiero que el hierro toque mi piel antes que sus asquerosas manos.El mentón de Phillippe se tensa, su mirada llena de furia, destilando el odio del rechazo, se limpia el rostro.—¡Calienta el hierro!El metal se sumerge en las llamas, Amelia cierra los ojos para no ver el reflejo
Capitulo 4Amelia está helada, su mirada está perdida en aquel libro de letras doradas y caligrafía cursiva, su rostro blanco y sus manos temblorosas.—¿Estás bien? —pregunta Mathew, preocupado por la reacción de la loba.Amelia apenas puede responder en medio de titubeos—Solo debo tomar un poco de aire —escapa hacia el jardín.Apenas puede recuperar el aliento, se prometió ser fuerte, no volver a llorar por la traición, por lo que le arrebataron, Pero el recuerdo de su madre agonizando en sus brazos, le quema el alma como el hierro con el que querían marcar su piel.Aprieta los puños, lastimando la palma de sus manos con sus uñas, Necesita justicia o cumplir su promesa de venganza.El galopeo de unos caballos, avisa de la llegada de un visitante, un carruaje la saca de sus pensamientos, seca sus lágrimas las que considera un símbolo de debilidad.Cuando Sergio, el Alfa de la manada Bluemoon, viejo amigo de Matthew desciende, Amelia avanza para atenderle y presentarse.Matthew que l
Capitulo 5Después de la triste noticia de la muerte de Sergio, la manada celebra la protección que la diosa Luna le ha dado a su Alfa, se consideran bendecidos por su mano.Pero Matthew no lo siente así, algo le dice que no fue casualidad, que Amelia fue la encargada de su protección divina.Las preguntas lo envuelven en un acertijo que no sabe descifrar, camina de lado a lado en la pequeña habitación de Amelia mientras la observa dormir, paso todo el día cuidandola, atormentado por la culpa.Cuando la débil loba abre los ojos, ve al Alfa sentado a los pies de su cama, con una mirada que parece penetrar su alma.—¿Que sucede? —pregunta con la voz áspera.El no responde nada, le sirve un vaso de agua que le acerca sosteniendo su cabeza para ayudarle a beber, una manera peculiar de pedir disculpas.—Estoy bien, no debería preocuparse por mi, su castigo fue cumplido —murmura Amelia apartando la mirada.Matthew aprieta el mentón —¿Por qué sabías del ataque? —Sus ojos se clavan en La lo
Capítulo 6Desde aquel beso, Amelia ha intentado por todos los medios evitar a Matthew. Pero él no se lo ha puesto fácil.El Alfa busca acercarse, necesita explicaciones, justificaciones, algo que calme la culpa que lo carcome, sentir que este sentimiento que llena su pecho no es solo suyo.Pero no hay excusa válida para su comportamiento. Lo sabe, ha roto sus promesas.En la noche, La luz de la luna llena entra por la ventana de su habitación , directamente a su cama, el frío de una noche helada hace que el Alfa despierte de inmediato.Matthew se sienta en la cama, el cuerpo empapado en sudor. Sus músculos están tensos, su pecho sube y baja con respiraciones irregulares.—¿Te sientes bien? —pregunta Catalina con el ceño fruncido, su voz llena inquietud mientras le da un par de caricias en la espalda.Él se pasa una mano por el rostro, observa su mano húmeda por el sudor que cae por su frente y se toma unos segundos antes de responder.¿Cómo le explica que acaba de soñar con Amelia?