Este hombre cada vez está máááás loco. ¡Muchas gracias por leer la historia! Si te está gustando no te olvides de comentar, votar y dejar tu reseña.
Ethan Me siento como un asqueroso traidor hacia mi hermana, pero no lo puedo evitar. He tratado de mantenerme al margen, de no enterarme de nada; sin embargo, fue inevitable que me enterara de la fecha, el lugar y la hora de la ceremonia, una a la que mi abuela no irá porque se inventó que tiene un resfriado del demonio y está enferma de los riñones. Alisson no se la creyó, pero tampoco le insistió en ir a la ceremonia con tal de que no le diga que me invite. Estoy también seguro de que esa maquiavélica mujer sospecha de nosotros, pero se ha hecho de la vista gorda para que Alec no encuentre a Aria. Menos mal que nadie me quiere en la boda y que piensan que nada de ella me importa. Lo que no saben es que quiero robarme lo más importante para que se pueda realizar: a la novia. —No te puedes casar —susurro mientras conduzco a toda velocidad—. Yo haré que cambies de opinión. Me gustaría no sentir este deseo que me quema el cuerpo, desearía no sentir nada por esa mujer y dejarlo todo
AriaDespués de que Jackson descubrió la verdad sobre nuestro hermano, no he vuelto a pasar ningún sobresalto y he disfrutado bastante mi embarazo. No niego que cada vez es más difícil estar de pie e ir al pueblo, pero en la medida de lo posible lo hago y me estoy encariñando mucho con la gente. Al principio no les dije gran cosa sobre mí, pero desde que descubrí que Alec dejó de buscarme, me he relajado un poco más. Por supuesto, no les hablo mucho sobre mi pasado, pero al menos me he vuelto un poco más abierta y ando por el pueblo sin preocuparme. No voy a volver a la ciudad en mucho tiempo, me encanta vivir aquí y además tampoco soy una estúpida como para volver sin más. Alec pudo haberme dejado de buscar, pero sé que si se entera de que regresé, me va a hacer la vida de cuadritos. Él no es una persona que olvide sin más y, aunque lo hiciera, no podría con su indiferencia. Es mejor que me mantenga alejada y haga mi vida en el pueblo. Jackson y Stacy pueden venir más seguido, más l
Aria Todo lo que acontece después de que se me rompe la fuente es caótico, poco lo puedo entender. Me siento desconectada de mi cuerpo, como si alguien le hubiese metido dentro de mi mente y estuviera allí, observándolo todo con desesperación. Nadie me obliga a hacer nada, me manipulan a cómo consideran que deben hacerlo, pero yo me siento impotente por no poder hacer nada, por no poder solucionar este asunto.El tema de la boda no ha quedado atrás, pero lo que más me angustia ahora es la culpa que siento por haber dejado que el sufrimiento hiciera daño a mis pequeños, que no hayan valido la pena todas estas semanas de esfuerzo por estar bien, por mantenerme alejada de las malas noticias y por protegernos de mí misma y de mi corazón traicionero. «Tienen que salvarse», pienso una y otra vez mientras me trasladan al hospital en donde daré a luz. El hospital ahora cuenta con todo lo necesario gracias a Ethan, quien aportó un capital muy grande para que la UCIN sea la zona más completa.
Alec Llevo tan solo un mes casado con Natasha y es una tortura. Evadirla en la cama es difícil, pero no porque yo la desee, sino porque ella me busca a todas horas, intentando que seamos un matrimonio real. Mi madre no para de llamarme exigiendo explicaciones, así que opté por bloquearle las llamadas, los mensajes e impedir su entrada a mi casa y a mi oficina. No puedo impedirle la entrada a la empresa, dado que ella es accionista, pero sí a mi espacio, al cual nadie ingresa, salvo el vicepresidente, al que prácticamente convertí en mi asistente porque no quiero contratar a nadie más. Aria tiene ese puesto reservado para cuando regrese, cuando vuelva a ser mía. Cada día que pasa, mi odio crece más y más, puesto que no le interesó en lo más mínimo que me casara. Casi me le fui a los golpes a mi madre por haber publicado en la prensa que la boda fue el día veintiséis y no el veinticuatro, como realmente ocurrió, pero al final me di cuenta de que no vale la pena, que Aria se merece que
Ethan 1 mes antes Estar lleno de dolor no me ha impedido cuidar de mi odiosa hermana menor, por el contrario, Aria y mis sobrinos son mi razón de vivir ahora, lo único que me da fuerzas para continuar existiendo, para sentir que vale la pena quedarme. Jackson también es otro motivo, he de admitir. Aunque solemos discutir por deportes o cualquier tontería que se nos atraviese, él me acepta, me quiere como los hermanos que somos. Entre sus miles de maneras de llamarme, aunque esté enojado, la palabra bastardo no está entre ellas. Por todas estas razones es que ahora me dirijo hacia la mansión de la abuela para llevarle los regalos que le tengo a Aria. No solo he comprado una infinidad de cosas para mis sobrinos y la mejor computadora para ella, sino que también tengo un collar hermoso. Es un relicario con una foto mía y otra de Jackson. Me muero de ganas de ver su cara de desconcierto y también el enojo de Jackson cuando vea que mi foto es más favorecedora que la suya. —Te jodes, Jac
Aria Estar inconsciente y consciente a la vez es la peor de las pesadillas. Tengo en mente que necesito ver a mis hijos, que necesito saber si están vivos, pero simplemente mi cuerpo no colabora y no puedo despertar. Por momentos me rindo y me dejo llevar por las aguas más profundas de este estado, pero ni siquiera de esa forma logro encontrar un poco de paz.Tampoco quiero la paz. Necesito aferrarme a mi angustia, a mi dolor; eso me mantiene fuerte para combatir en este hondo pozo en el que he caído. No tengo noción del tiempo o espacio en el que me encuentro, pero sí que tengo que seguir luchando por recuperarme. Las personas que vienen a verme me lo dicen, me instan a salir de este túnel que no parece tener salida.No estoy sola, eso es lo más importante. Mis hijos están con vida, esperando por mí, a mi calor. Quiero darles todo de mí, entregarles mi vida si es necesario, pero tengo el egoísta deseo de verlos siquiera una vez, de dejar todo completamente preparado para que ellos pu
Aria La noticia sobre mi despertar no tarda en correrse como la pólvora, aunque el doctor tiene que decirle a mi ansiosa familia que antes de que pueda ver a alguien o yo ir ver a mis bebés necesitaba ser revisada y verificar que todo en mi cuerpo funcionara de una manera correcta. Yo estaba desesperada porque moría de ganas de conocerlos, de sentirlos junto a mí, pero también entendía que no podía apurar el proceso, que tenía el doctor que asegurarse de que estaba apta para poderme mover. —Pasaste por mucho —me explica cuando termina una de sus revisiones—. Estuviste en coma durante dos semanas. Sin embargo, creo que has evolucionado bien y que el peligro está pasando. —¿Qué fue lo que me sucedió? —indago—. ¿El parto fue por alterarme?—En parte sí, pero también porque, sin darte cuenta, tenías la presión alta. Aquello causó que dos de las placentas se desprendieran y, por ende, tuvieras una hemorragia que casi te cuesta la vida a ti y a los pequeños. —No puede ser —susurro con a
Aria Las puertas de la UCIN finalmente se abren y puedo entrar. El corazón me late más rápido que nunca y siento que me explotará dentro del pecho. No estoy nada lista para lo que me voy a encontrar, siento mucho miedo y por un segundo quiero irme por temor a hacerles daño, a mover algo que no deba. No obstante, no pido al enfermero que detenga mi silla de ruedas. Puedo ser una cobarde, sentir que soy la peor persona del mundo, pero voy a conocer a mis hijos. Ya es suficiente tiempo el que hemos estado separados. Ellos me necesitan y yo los necesito más. —Señorita, aquí están —me dice él cuando llegamos frente a tres incubadoras. No son los únicos bebés que están en esta zona, pero sí los únicos que están juntos. El cuerpo comienza a temblarme más e intento levantarme. El enfermero se apresura a sujetarme, pero no me regresa a la silla, sino que me ayuda a no caerme. Todavía mis piernas se sienten débiles por la falta de movimiento, pero logro estar de pie con esa ayuda. Aque