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Capitulo 1. El compromiso

     Salieron de prisa del restaurante para poder llegar a la fiesta de cumpleaños de Sebastián, ya todos los estaban esperando y en el camino no podían faltar los planes de bodas, la fecha era lo primero.

--en tres meses—sebas no se andaba con rodeos, ¡¡quería a Alissa como su esposa y la quería ya!! –pero, ¿cómo vamos a poder planear una boda en tres meses? —

-- ¡no esperaré más Alissa y no me importa lo que mi mamá opine!, ¡nos casaremos en tres meses! Y la luna de miel será un crucero por el mediterráneo, ya casi puedo ver el sol sobre tu hermosa piel en los bikinis que te acabo de comprar— la sonrisa en el rostro de Sebastián era majestuosa

 --¿ya estás planeando la luna de miel? – ella no dejaba de mirarlo sorprendida

 -- ¡es lo más importante cariño!, ¡No sabes lo mucho que deseo que llegue nuestra noche de bodas! —Sebastián tenía una sonrisa ladina y Alissa sonrió apenada, pero en el fondo ella también lo deseaba…

     Cuando llegaron a la casa de los Martino ésta estaba llena de gente importante, socios de la constructora y amistades de toda la vida del cumpleañero, todos se abalanzaron a felicitarlo y desearle lo mejor, definitivamente él no podía sentirse mejor, tenía a la chica y se casaría con ella, y no podía esperar para gritarlo al mundo y que todos supieran de su compromiso con la hermosa Alissa Bianco.

 – atención por favor ¡Atención! Necesito su atención aquí—Sebastián tomó la palabra y las miradas de todos los asistentes estaban sobre él y su novia a quien tenía tomada de la cintura y apretada contra él.

 –ya que tengo la atención de todos—suspiró con una sonrisa grande, una sonrisa llena de Triunfo y orgullo, el hombre encantador con la sonrisa coqueta y unos ojos verdes aceituna estaba tan lleno de emociones que sin más giró sus ojos hasta encontrar los de su amada y tomándola de las manos expresó con una firme y estruendosa voz:

 –quiero comunicarles que mi bellísima novia aquí presente y yo… ¡¡Nos vamos a casar en tres meses!!—soltó de golpe y todo el mundo grito y felicitó a los futuros esposos y es que ésta era una gran noticia, por supuesto que los reporteros no se hicieron esperar tratando de tomar los mejores ángulos de la pareja para anunciar los planes de bodas de éstos.

Lorenzo y Lucía se acercaron a Sebastián quien no dejaba de recibir felicitaciones y él se abalanzó a los brazos de sus padres, estaba feliz y quería que ellos también lo estuvieran.

 --les prometo que los llenaré de nietos!!—Les dijo a sus padres y Lorenzo no podía estar más feliz, Lucía lo felicitó y no pudo evitar reclamar el corto tiempo que le estaba dando para planear la boda de su único hijo, Alissa llegó a dónde estaban y se unió al abrazo.

 –¡bienvenida a la familia hija! —expresó Lorenzo con una expresión de felicidad, el consideraba que su hijo no podía haber elegido a una mejor compañera de vida. –

 -- muchas gracias señor Lorenzo!!—exclamó Alissa feliz, La celebración transcurrió de lo más alegre y bailaron y festejaron hasta altas horas de la noche.

     Sebastián tenía un viaje importante al día siguiente y por tal motivo llevo a Alissa a su casa para él poder dormir un poco antes de partir, se despidió de su futura esposa prometiendo que se verían la noche del día siguiente, para festejar juntos su compromiso y hablar con sus padres, le dio muchísimos besos y sin quererlo se tuvo que retirar no si antes gritar:

 --¡te amo Alissa! —desde el estacionamiento sin importarle si molestaba a los vecinos que de seguro estarían durmiendo.

El resto de la noche ninguno de los dos pudo dormir, las emociones estaban a flor de piel y la idea De formar una familia no se podía tomar a la ligera, además todavía debían darles la noticia del compromiso a la familia de Alissa.

En la mañana Alissa se despertó tarde ya que era sábado y no debía ir a la escuela a trabajar, repasó lo que había pasado la noche anterior, los nervios se estaban apoderando de ella, no era fácil dar el paso, pero si de algo estaba segura era de su amor por Sebastián y de lo felices que serían juntos, así que bajo a desayunar con sus padres, estaba ansiosa por darles la noticia de su compromiso así que sin más respiró hondo y se destinó a tener esa plática con las dos personas más importantes de su vida.

Sus padres ya estaban sentados en la mesa y disfrutaban de un rico café cuando Alissa apareció con una sonrisa radiante y extendiendo la mano donde se encontraba el hermoso anillo de compromiso que Sebastián le había dado

Mamá, papá… --¡Sebastián me propuso matrimonio! --… Sus padres dejaron lo que estaban haciendo y posaron sus ojos en los de su pequeña, María de inmediato corrió a abrazarla, le pidió ver el anillo y le estaba haciendo mil y una preguntas hasta que la voz ronca de Edmond las hizo callar…

--¿Ya lo pensaste bien?… ¿Estás segura de lo que vas a hacer?… -- Sus ojos estaban enrojecidos y la miraba como si fuera esa bebé pequeña y rosada que entregaron en sus brazos luego de que su amada María pasará 16 horas de trabajo de parto, esa era su niña pequeña y le estaba comunicando que se iba a casar y dejaría finalmente el nido vacío, eso no era muy fácil de asimilar, pero Edmond se caracteriza por ser un hombre muy cabal y con el firme deseo que su pequeña sea feliz

 – papá… ¡estoy segura! —contestó Alissa al borde del llanto al ver la expresión en el rostro de su padre, -- entonces sabes que cuentas con estos viejos para lo que se ofrezca, sobre todo para malcriar a los nietos—expresó con una sonrisa pícara que a su esposa María le encantó y se fundieron los tres en un abrazo amoroso por un largo rato.

El resto del día transcurrió entre gritos de alegría de Elena la hermana de Alissa, quien se había casado hace un año y estaba esperando su primer bebé, y estaba feliz y emocionada con ayudar a su hermanita con los preparativos de la boda, por su puesto a quien no le cayó en gracia la noticia fue a Roberth el hermano mayor y era de esperarse, siempre vio a su hermanita como la bebé que cuidar y pensar en ella como una mujer casada no estaba tan agradable, Roberth también estaba casado con su novia de toda la vida y era padre de dos remolinos llamados Bruno y la pequeña María, y en el fondo sabía que ese momento tarde o temprano llegaría y no tenía nada que hacer más que apoyar a su hermanita y ser feliz con la felicidad de ella.

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