Por fin es dado de alta y los padres de Sebastián lo llevan a casa acompañados de Alissa, al llegar se reúnen en la sala a charlar, de cierta forma esto se ve como una victoria, Sebastián está vivo y todos confían en qué su recuperación será rápida y pronto todo volverá a la normalidad.
--me retiro, estoy cansado—dice Sebastián
-- ¡Te acompaño! —de inmediato saltó Alisa de su lugar para seguirlo
--¡No! -- espetó él sin siquiera voltear a verla
-- ¡no es necesario Alissa! Tú también debes de estar cansada y es mejor que vayas a casa a dormir, no me lo vayas a tomar a mal, pero no tengo ánimo en este momento—
Alissa de momento no encontró palabras como respuesta al nuevo rechazó del que era objeto y solo se limitó a asentir con un gesto triste que de inmediato cambió por una sonrisa y es que no se pensaba rendir tan pronto.
-- está bien, tienes razón, también estoy cansada, nos vemos mañana, Sebastián, vendré por la tarde ¿Si no tienes inconveniente? —
-- ¡para nada, Alissa! —contestó Lorenzo – sabes que ésta es tu casa y puedes venir cuando quieras, solo ten paciencia, hija, pronto recordará y empezaremos con los preparativos de la boda porque a mí me urge tener nietos—Alissa sonrió y asintió con gusto y finalmente con una sonrisa de esperanza y se retiró a descansar.
Llegó a casa con esa extraña sensación, con un nudo en el corazón y un extraño presentimiento que no la dejaba respirar con tranquilidad, si bien lo que le sucedía a Sebastián no era permanente, había algo que le hacía sentir frágil y sin armas para luchar, se sentía como si algo estuviera roto y no fuera posible reparar, quizá solo era el cansancio y la falta de sueño, quizá mañana sea un mejor día y las cosas empiecen a fluir entre ella y Sebastián… Su Sebastián.
A la mañana siguiente en el trabajo Alissa se mantenía con la suficiente distracción, los pequeños monstruos como ella los llamaba con mucho cariño la mantenían ocupada y contenta, su trabajo era algo que se le daba muy bien y que además disfrutaba y los pequeños están felices con la miss Alissa
Al salir del trabajo va directo a la casa de Sebastián y se encuentra con él en la sala platicando plácidamente con unos de sus amigos que vinieron de visita al enterarse del accidente
–¡Ey Alissa! -- -- ¡Se te pasó la mano con la pócima de amor! —exclamó uno de ellos al verla entrar por la puerta y todos se echaron a reír.
-- pero no te preocupes que éste pobre es capaz de volver a enamorarse de ti, si aún no me olvido de todo lo que batalló para que tú lo aceptaras—
-- y ¿te acuerdas de la serenata?—dijo otro amigo-- -- jajajajja siii la serenata, Sebastián contrató a un grupo, el cantante estaba enfermo y llevaron a alguien que parecía que lo estaban ahorcando jajajajja—todos estaban divertidísimos contando las hazañas de juventud, aunque era obvio que Sebastián no hacía clic con la conversación y sus amigos pudieron darse cuenta de lo que estaba pasando, más al ver a Alissa intentar entablar una conversación con Sebastián a la cual él sólo se limitaba a contestar con monosílabos.
Después de un rato los chicos se retiraron y Sebastián nuevamente expresó lo cansado que estaba y se retiró a dormir dejando a su novia nuevamente con un hueco en el pecho que poco a poco crecía, ella no tuvo más remedio que retirarse a su casa y encerrarse a llorar en su cuarto para que nadie se diera cuenta ya que todos le repetían una y otra vez que debía tener paciencia a qué Sebastián recobraría la memoria y todo finalmente se arreglaría, pero esa sensación la estaba carcomiendo.
--¿tal vez es ansiedad?,¿tal vez estoy cansada?… ¿Tal vez debo darle a Sebastián un poco de espacio?… tal vez mejor ¡debes de dejar de pensar tanto Alissa! – se repitió una y otra vez.
--¡Las cosas no están tan mal! Y no me puedo rendir no le puedo hacer esto a Sebastián--.
Los días empezaron a ser iguales uno tras otro, Sebastián estaba cada vez más distante con Alissa y ella hacia todo lo que estaba a su alcance para que él lo pasara bien, aunque, siempre fracasaba en el intento, cada día era más difícil agradar a una persona a quien se notaba que no estaba a gusto con su presencia.
Los padres de Sebastián se empezaron a preocupar ante su falta de respuesta al tratamiento y es que ¡no pasaba nada!, ¡no recordaba nada! Y sus arranques de ira eran cada vez más frecuentes, esto los llevo a tomar la decisión de acudir a un psicoanalista para Sebastián e invitaron a Alissa a tomar terapia junto con ellos ya que a todos les había afectado la situación.
La terapia ocupacional que el psicoanalista le recomendó a Sebastián si bien no regresó su memoria por lo menos lo mantenía ocupado, pensando en otras cosas y menos irritable y por su parte Alissa y sus padres hacían todo lo posible por dejar de verlo con lástima o como un niño pequeño al que se debe cuidar.
Los días empezaron a transcurrir sin novedades y Sebastián asistía sin falta a sus clases de pintura de las cuales siempre llegaba de lo más animado, sin duda eso se podía ver cómo un pequeño avance, aunque las cosas con Alissa simplemente no avanzaban o mejor dicho ni se movían y el terapeuta le dijo a Alissa que debía mantener la calma y no tratar de forzar las cosas entre ellos.
Sebastián empezó a salir con amigos nuevos que recién conocía y su conducta distaba mucho de la del antiguo Sebastián, las borracheras no eran comunes en él y ahora todo el tiempo quería estar ebrio, cómo si tuviera la necesidad de llenar el vacío que la amnesia le provocaba.
Una tarde Alissa se dirigía de lo más animada a la casa de Sebastián para invitarlo al cine, a él siempre le gustaron las películas de terror y ella estaba dispuesta a soportar la ansiedad que esa clase de filmes le provocaba, ¡todo sea por él! -- ¡Hola, Sebas!!—exclamó Alissa al entrar a la habitación con una clara actitud de coqueteo. – hola, Alissa… Pensé que no vendrías hoy—contestó Sebastián sin un ápice de interés. -- ¡¿Te gustaría ir al cine?! Están estrenando una película de terror y he escuchado que está espeluznante, ¡Vamos! – no tengo ganas, Alissa, no tengo ganas de ver una película—-- ¡entonces vamos por un café! —contestó Alissa animada, con la intención de convencerlo a como dé lugar.-- ¡¿Qué parte no entiendes, Alissa?!—la respuesta de Sebastián sonó hosca y su mirada se aferraba a la de ella cómo queriendo desaparecerla– estoy cansado de que te la pases detrás de mí como si fueras mi niñera, me siento acosado, no me dejas respirar, Estoy harto de verte t
Sin querer, Carlos logró producir en Alissa un sin número de sentimientos, nunca intentó besar a Sebastián, nunca se acercó lo suficiente, aunque la rechazara, nunca le robó un beso, dejó los coqueteos por los cuidados, Sebastián tenía razón cuando le dijo que parecía su niñera, ¿y si le roba un beso? ¿Y si lo seduce? Al día siguiente se compró un vestido precioso y se arregló, se armó de valor y salió rumbo a la casa de los Martino con la firme idea de intentar reconquistar a Sebastián, no se rendiría tan fácil, ¡no señor!Fue la madre de Sebastián quien la recibió y su rostro simplemente no fue el más agradable, aunque para Alissa no significó nada que le pudiera preocupar. -- ¡Hola, señora! Vengo a ver a Sebastián, ¿Se encuentra en casa? —el rostro de la mujer palideció y no supo que contestar– no se preocupe señora Lucía, no planeo molestar, mejor me retiro -- ¡para nada, Alissa! —de repente se escuchó la voz de Lorenzo Martino quien se veía feliz de encontrarse con e
Los días empezaron a pasar uno igual que el otro, el trabajo se convirtió en la mejor distracción para Alissa y su familia y amigos se dedicaron a estar ahí para ella en el momento en que solo quisiera hablar o desahogarse o simplemente hacerle compañía sin decir una sola palabra, su corazón estaba roto y ellos entendían que solo el tiempo se encargaría de poner las cosas en su lugar y de reconstruir el corazón hecho pedazos de Alissa Después de 3 años la vida de Alissa parecía lo más normal, aunque en el fondo quienes la conocían sabían que ese hermoso brillo en sus ojos color miel no había vuelto a aparecer y la frescura y vitalidad de su carácter se volvió más bien un tanto serio y melancólico, y que decir de los muchos intentos de Renata por presentarle uno tras otro, tras otro galán, mismos que Alissa rechazó argumentando cualquier excusa, simplemente no estaba interesada en el amor, o quizá en el fondo seguía esperando que las memoria de Sebastián regresaran para continuar
--yo tenía la esperanza… -- sollozaba la pobre Alissa— --Yo quería que volviera y te juro que estaba dispuesta a perdonarlo todo, porque yo si tengo los recuerdos y él no, y ahora…. ¿cómo continúo con mi vida? ¿Cómo hago para no ponerlo en mis pensamientos cada día? ¿Cómo lo saco de aquí? —se tocó el pecho y se derrumbó sintiendo que ya nada podía hacer para cambiar su situación, aunque al mismo tiempo aceptaba que ella misma se lo había provocado al guardar esperanzas y esperar, esperar por algo que no llegaría nunca y aunque llegara, Alissa sabía que ya nada sería igual, Sebastián estaba formando una familia, la que en su momento había planeado con ella pero que aquel evento desafortunado le arrebató.Renata se limitó a acompañarla y darle consuelo, ella misma se sentía destrozada al ver a su amiga sufrir de esa manera, pero entendió que esto se trataba de un duelo y que estaba bien, quizá después de esto su amiga finalmente lograría ponerle fin a su eterna espera y termine por cer
Al día siguiente era sábado y Alissa caminaba animada hacia la peluquería, quería un cambio de look y también compraría un vestido y el regalo de Renata, cuando de repente empezó a sonar su teléfono y en un descuido al intentar buscarlo entre su bolso, sin quererlo chocó con alguien, su teléfono salió volando y antes de que ella pudiera reaccionar ya tenía un líquido caliente en su pecho que de inmediato le provocó un dolor agudo, su reacción fue alejar su blusa caliente de su pecho para aminorar el dolor, y para cuando subió la mirada para ver al causante de su desgracia y se encontró con un par de ojos negros tan penetrantes que le provocaron un pequeño respingo mientras él intentaba desesperado por asistirla.--¿te encuentras bien? ¡De verdad lo siento mucho! ¡Discúlpame! Estaba distraído y no te vi—y como la va a ver si el tipo medía como 1:85 y Alissa apenas 1:63.-- ¡no te preocupes! Estoy bien, solo debo esperar a que mi blusa se enfríe—Alissa no paraba de reír, talvez por
--¿Ni de arrojarme el café? —pregunto Alissa soltando una carcajada --jajajja eso es lo único que me tortura, te lo aseguro—aunque en el fondo él sabía que de no haber pasado eso, talvez habrían pasado de largo uno al lado del otro y sin siquiera voltearse a ver, eso le generaba sentimientos encontrados por que de ser necesario volvería a arrojarle el café caliente si eso significaba poder entrar en la vida de la mujer que le estaba provocando tantas emociones. Se despidieron con la promesa de volverse a encontrar cuando la ropa de Alissa estuviera lista.Alissa llegó al café con el cabello un Poco más claro y alaciado, junto con ese hermoso vestido, para que comprar otro si ese le quedaba tan bien y no tardaron los halagos de los clientes y empleados del lugar a lo que Alissa agradeció con mucha amabilidad y un poco sonrojada, se apuró a terminar de decorar los postres para una clienta y los que llevaría a la fiesta de Renata, cuando estaba lista terminó de dar algunas instruccione
Después de un buen tiempo no quedaban muchos invitados y Renata se encargaba de presentar a Maximiliano con todos sus amigos ya que estaba recién llegado del extranjero, cuando se acercó Carlos ya muy pasado de copas --así que tú eres el nuevo iluso que cree que puede lograr algo con nuestra ¡eterna prometida! —escupió de manera despectiva hacia Maximiliano, el hombre ya estaba bastante borracho --pero te advierto que mejor no pierdas tu tiempo, amigo mío, esa mujer está obsesionada con un idiota que no la quiere y por cierto se casa en un par de meses ¡Alissa! Ya lo sabías ¿No? —--¡basta Carlos! Ya estás muy tomado y es mejor que te lleven a tu casa—exclamó Renata muy molesta y empezó a empujar a su amigo a la salida y le pidió un taxi mientras evitaba que regresará a fastidiar a sus invitados.Maximiliano notó la incomodidad que esas palabras produjeron en Alissa y la siguió hasta la terraza.--siento que te molestara, pero debes entender que está muy tomado—-- no te preocupes M
Al día siguiente se arregló un poco más de lo acostumbrado para salir rumbo a la escuela y sus pequeños monstruos no dejaban de decirle lo hermosa que estaba, luego fue al café y preparó los postres que estaban agotados y un panque de naranja especial, quedó de verse a las cinco con Max y tenía tiempo suficiente para ir a casa para arreglarse para su reunión.Por su parte Maximiliano no dejaba de cantar cada que tenía oportunidad, se veía muy contento a pesar del stress de las cirugías -- ¡eeyy, Max! ¿Tu felicidad tiene nombre? – preguntó Lucas su mejor amigo y colega -- Alissa querido amigo ¡Alissa! —exclamó con la mirada perdida y una sonrisa llena de felicidad -- pues te lo tenías muy guardadito ¿por qué no me habías dicho nada? —-- por qué la conocí ayer, es una larga historia…-- -- ¿larga historia después de un día de conocerse? Jajajaj ¿pues cómo fue? —-- le arrojé el café caliente encima y me ofrecí, o para ser más preciso la obligué a aceptar que le comprara un vestido p