Una tarde Alissa se dirigía de lo más animada a la casa de Sebastián para invitarlo al cine, a él siempre le gustaron las películas de terror y ella estaba dispuesta a soportar la ansiedad que esa clase de filmes le provocaba, ¡todo sea por él!
-- ¡Hola, Sebas!!—exclamó Alissa al entrar a la habitación con una clara actitud de coqueteo.
– hola, Alissa… Pensé que no vendrías hoy—contestó Sebastián sin un ápice de interés.
-- ¡¿Te gustaría ir al cine?! Están estrenando una película de terror y he escuchado que está espeluznante, ¡Vamos!
– no tengo ganas, Alissa, no tengo ganas de ver una película—
-- ¡entonces vamos por un café! —contestó Alissa animada, con la intención de convencerlo a como dé lugar.
-- ¡¿Qué parte no entiendes, Alissa?!—la respuesta de Sebastián sonó hosca y su mirada se aferraba a la de ella cómo queriendo desaparecerla
– estoy cansado de que te la pases detrás de mí como si fueras mi niñera, me siento acosado, no me dejas respirar, Estoy harto de verte todos los días de que me quieras convencer que somos la pareja perfecta, ¡me tienes cansado! —gritó Sebastián y Alissa solo se quedó como petrificada ante tal reacción
– necesito que me des un tiempo para poner en orden mis ideas, ¡por favor Alissa! ¡Dame tiempo! Necesito que te vayas, que no me llames, no me mandes mensajes, ¡solo quiero estar solo!, Por favor Alissa ¡vete! —el dolor agudo que Alissa sintió en el pecho a medida que escuchaba las palabras del hombre que hacía apenas unos meses le estaba proponiendo matrimonio se sentía como si le enterrara un cuchillo en el pecho una y otra vez hasta que las lágrimas empezaron a correr por su rostro que de inmediato trató sin éxito de limpiar, no había manera de parar su llanto
-- ¡Discúlpame Sebastián! – dijo Alissa con un hilo de voz –No sabía que te sentías de esa manera, te daré tu espacio, como me lo estás pidiendo, solo quiero que sepas que te amo y… Lo siento… ¡De verdad lo siento! —Echó a correr desconsolada, desorientada y con tanto dolor que ni siquiera sabía que rumbo estaba tomando, solo caminaba por las calles y lloraba sin entender ¿Qué había hecho mal? Para que la tratara de esa forma, para que la lastimara con esas frías e hirientes palabras, se sentía destrozada y de cierta forma fracasada por no poder hacer que Sebastián se volviera a enamorar de ella, eso dolía y dolía mucho.
La lluvia se hizo presente y Alissa seguía vagando sin rumbo hasta que finalmente llegó a la casa de su mejor amiga, no tenía ánimos de llegar a casa de sus papás y tener que darles explicaciones de su estado, su amiga Renata la recibió con tal asombro que ni siquiera se atrevió a hacer preguntas y de inmediato se dedicó a atender a su amiga, Alissa se echó a llorar en su hombro y Renata solo la abrazó
-- ¡tranquila Alissa! ¡Todo va a estar bien! Ven vamos a qué te quites esa ropa mojada que te vas a resfriar, -- Renata la llevo a su cuarto a que tomara un baño, le acercó un pijama y se retiró a la cocina a prepararle un té y algo de comer, cuando Alissa apareció ya estaba más tranquila.
-- ahora sí amiga ¿Que te pasa? ¿Qué es lo que te tiene tan mal?, Sabes que puedes confiar en mí y que estoy para ayudarte en lo que haga falta—Alissa le contó todo lo que estaba pasando y su amiga no hacía más que darle ánimos y tratar de que se relajara para que pudiera dormir.
Al día siguiente regreso a su casa y no mencionó nada a sus padres, dejó de asistir a las terapias y se limitó a continuar con su rutina con la esperanza de que en cualquier momento llegara un mensaje o una llamada de Sebastián y sufrir día tras día por no recibir noticias de él.
Renata hacía hasta lo imposible por sacar a Alissa de la depresión y no dejaba de inventar salidas, idas al cine, de compras, lo que sea era bueno, un domingo estaban tomando una copa de vino en casa de Renata y llegaron los amigos de ambas para pasar el rato y es que Renata era la mismísima reina de la fiesta y lo que era una simple reunión de amigas terminó en un recorrido por los mejores bares de la ciudad.
--vamos Alissa no seas aguafiestas ¡no te vas a ir! —dijo Renata cuando Alissa se trataba de escabullir para que no notarán que se retiraba.
-- no puedo amiga, mañana tengo un compromiso con mis papás
—solo quédate un rato más y…-- fueron interceptadas
-- ¡Holaaa, Alissa! ¿Qué milagro que te dejas ver por estos lugares? —de repente se encontraron con Carlos un muy buen amigo de la escuela que siempre gustó de ella en secreto y que verla después de tanto tiempo significó un enorme gusto
-- ¡Qué tal, Carlo! —contestaron las chicas al unísono.
-- fue un gusto saludarte Carlos! Pero ya me estoy yendo, en otro momento me gustaría que nos juntamos para tomar un café—dijo Alissa queriendo dirigirse a la salida del lugar
– de ninguna manera, Alissa quédate solo un rato más mira que es muy temprano todavía —Carlos no pensaba dejarla ir y aprovecho para estar junto a ella en todo momento, bailaron y tomaron unos tragos, hasta que finalmente Alissa se empezó a sentir muy mareada y decidió retirarse sin que nadie se diera cuenta, pero Carlos no la dejaría ir así, se acercó y le comunico que la llevaría a casa, ella asintió y salieron juntos del lugar, el aire fresco le jugó una mala pasada a Alissa y se sintió peor, vomitó todo lo que podía tener en el estómago y cuando llegaron a su casa no dejaba de llorar y Carlos la consolaba, solo eso era suficiente para él, pero en un arranque de valentía la tomó por la cintura acercándola a él y le plantó un ardiente beso, el beso que tantos años había añorado y que ahora robaba, sin duda no era lo más adecuado, pero era algo, el gusto no duró mucho y hasta la borrachera se le bajó a Carlos al sentir la cachetada que Alissa le acomodó luego de zafarse de su agarre.
-- ¿¡que te pasa Carlos!?-- -- perdóname Alisa!! ¡Por favor!! No sé qué estaba pensando, te juro que esto no se va a repetir ¡Por favor perdóname! –
-- no se volverá a repetir Carlos, ahora será mejor que vayas a descansar—Alissa no tenía ánimos para discutir y simplemente se despidió y optó por dejar atrás ese episodio.
Sin querer, Carlos logró producir en Alissa un sin número de sentimientos, nunca intentó besar a Sebastián, nunca se acercó lo suficiente, aunque la rechazara, nunca le robó un beso, dejó los coqueteos por los cuidados, Sebastián tenía razón cuando le dijo que parecía su niñera, ¿y si le roba un beso? ¿Y si lo seduce? Al día siguiente se compró un vestido precioso y se arregló, se armó de valor y salió rumbo a la casa de los Martino con la firme idea de intentar reconquistar a Sebastián, no se rendiría tan fácil, ¡no señor!Fue la madre de Sebastián quien la recibió y su rostro simplemente no fue el más agradable, aunque para Alissa no significó nada que le pudiera preocupar. -- ¡Hola, señora! Vengo a ver a Sebastián, ¿Se encuentra en casa? —el rostro de la mujer palideció y no supo que contestar– no se preocupe señora Lucía, no planeo molestar, mejor me retiro -- ¡para nada, Alissa! —de repente se escuchó la voz de Lorenzo Martino quien se veía feliz de encontrarse con e
Los días empezaron a pasar uno igual que el otro, el trabajo se convirtió en la mejor distracción para Alissa y su familia y amigos se dedicaron a estar ahí para ella en el momento en que solo quisiera hablar o desahogarse o simplemente hacerle compañía sin decir una sola palabra, su corazón estaba roto y ellos entendían que solo el tiempo se encargaría de poner las cosas en su lugar y de reconstruir el corazón hecho pedazos de Alissa Después de 3 años la vida de Alissa parecía lo más normal, aunque en el fondo quienes la conocían sabían que ese hermoso brillo en sus ojos color miel no había vuelto a aparecer y la frescura y vitalidad de su carácter se volvió más bien un tanto serio y melancólico, y que decir de los muchos intentos de Renata por presentarle uno tras otro, tras otro galán, mismos que Alissa rechazó argumentando cualquier excusa, simplemente no estaba interesada en el amor, o quizá en el fondo seguía esperando que las memoria de Sebastián regresaran para continuar
--yo tenía la esperanza… -- sollozaba la pobre Alissa— --Yo quería que volviera y te juro que estaba dispuesta a perdonarlo todo, porque yo si tengo los recuerdos y él no, y ahora…. ¿cómo continúo con mi vida? ¿Cómo hago para no ponerlo en mis pensamientos cada día? ¿Cómo lo saco de aquí? —se tocó el pecho y se derrumbó sintiendo que ya nada podía hacer para cambiar su situación, aunque al mismo tiempo aceptaba que ella misma se lo había provocado al guardar esperanzas y esperar, esperar por algo que no llegaría nunca y aunque llegara, Alissa sabía que ya nada sería igual, Sebastián estaba formando una familia, la que en su momento había planeado con ella pero que aquel evento desafortunado le arrebató.Renata se limitó a acompañarla y darle consuelo, ella misma se sentía destrozada al ver a su amiga sufrir de esa manera, pero entendió que esto se trataba de un duelo y que estaba bien, quizá después de esto su amiga finalmente lograría ponerle fin a su eterna espera y termine por cer
Al día siguiente era sábado y Alissa caminaba animada hacia la peluquería, quería un cambio de look y también compraría un vestido y el regalo de Renata, cuando de repente empezó a sonar su teléfono y en un descuido al intentar buscarlo entre su bolso, sin quererlo chocó con alguien, su teléfono salió volando y antes de que ella pudiera reaccionar ya tenía un líquido caliente en su pecho que de inmediato le provocó un dolor agudo, su reacción fue alejar su blusa caliente de su pecho para aminorar el dolor, y para cuando subió la mirada para ver al causante de su desgracia y se encontró con un par de ojos negros tan penetrantes que le provocaron un pequeño respingo mientras él intentaba desesperado por asistirla.--¿te encuentras bien? ¡De verdad lo siento mucho! ¡Discúlpame! Estaba distraído y no te vi—y como la va a ver si el tipo medía como 1:85 y Alissa apenas 1:63.-- ¡no te preocupes! Estoy bien, solo debo esperar a que mi blusa se enfríe—Alissa no paraba de reír, talvez por
--¿Ni de arrojarme el café? —pregunto Alissa soltando una carcajada --jajajja eso es lo único que me tortura, te lo aseguro—aunque en el fondo él sabía que de no haber pasado eso, talvez habrían pasado de largo uno al lado del otro y sin siquiera voltearse a ver, eso le generaba sentimientos encontrados por que de ser necesario volvería a arrojarle el café caliente si eso significaba poder entrar en la vida de la mujer que le estaba provocando tantas emociones. Se despidieron con la promesa de volverse a encontrar cuando la ropa de Alissa estuviera lista.Alissa llegó al café con el cabello un Poco más claro y alaciado, junto con ese hermoso vestido, para que comprar otro si ese le quedaba tan bien y no tardaron los halagos de los clientes y empleados del lugar a lo que Alissa agradeció con mucha amabilidad y un poco sonrojada, se apuró a terminar de decorar los postres para una clienta y los que llevaría a la fiesta de Renata, cuando estaba lista terminó de dar algunas instruccione
Después de un buen tiempo no quedaban muchos invitados y Renata se encargaba de presentar a Maximiliano con todos sus amigos ya que estaba recién llegado del extranjero, cuando se acercó Carlos ya muy pasado de copas --así que tú eres el nuevo iluso que cree que puede lograr algo con nuestra ¡eterna prometida! —escupió de manera despectiva hacia Maximiliano, el hombre ya estaba bastante borracho --pero te advierto que mejor no pierdas tu tiempo, amigo mío, esa mujer está obsesionada con un idiota que no la quiere y por cierto se casa en un par de meses ¡Alissa! Ya lo sabías ¿No? —--¡basta Carlos! Ya estás muy tomado y es mejor que te lleven a tu casa—exclamó Renata muy molesta y empezó a empujar a su amigo a la salida y le pidió un taxi mientras evitaba que regresará a fastidiar a sus invitados.Maximiliano notó la incomodidad que esas palabras produjeron en Alissa y la siguió hasta la terraza.--siento que te molestara, pero debes entender que está muy tomado—-- no te preocupes M
Al día siguiente se arregló un poco más de lo acostumbrado para salir rumbo a la escuela y sus pequeños monstruos no dejaban de decirle lo hermosa que estaba, luego fue al café y preparó los postres que estaban agotados y un panque de naranja especial, quedó de verse a las cinco con Max y tenía tiempo suficiente para ir a casa para arreglarse para su reunión.Por su parte Maximiliano no dejaba de cantar cada que tenía oportunidad, se veía muy contento a pesar del stress de las cirugías -- ¡eeyy, Max! ¿Tu felicidad tiene nombre? – preguntó Lucas su mejor amigo y colega -- Alissa querido amigo ¡Alissa! —exclamó con la mirada perdida y una sonrisa llena de felicidad -- pues te lo tenías muy guardadito ¿por qué no me habías dicho nada? —-- por qué la conocí ayer, es una larga historia…-- -- ¿larga historia después de un día de conocerse? Jajajaj ¿pues cómo fue? —-- le arrojé el café caliente encima y me ofrecí, o para ser más preciso la obligué a aceptar que le comprara un vestido p
--se la ha pasado estudiando y preparándose, es un gran cirujano y hace poco se mudó aquí para estar cerca de la familia, es un buen hombre, Alissa, lo digo en serio y se le salen los ojos cuando te ve ¿Por qué no le das una oportunidad? Te aseguro que no te vas a arrepentir—-- relájate, amiga y mejor dime ¿cómo vas con Jimmy?, por cierto, ese hermoso cubano es encantador eh— Alissa necesitaba cambiar de tema urgentemente--lo sé, amiga, lo sé, y me tiene loca con ese acento y tiene un fuego en la sangre que me puede quemar si me descuido—Alissa abrió la boca grande ante las declaraciones de Renata y es que al parecer se estaba enamorando y eso no solía ser común en la intensa Renata-- ay amiga! Creo que te estás enamorando—-- igual que tu amiga, aunque no lo quieras aceptar—--es que no se puede contigo, Renata, en serio—y las risas se podían escuchar a una gran distancia.Al día siguiente, Alissa se encontraba haciendo sus actividades en el café cuando escuchó una voz conocida y