Todos estaban en la sala cuando al teléfono de Alissa entró una llamada de Lorenzo Martino.
-- ¡Hola señor Lorenzo! -- Contesto ella de inmediato
-- Alissa… Sebastián tuvo un accidente en la carretera y está en el hospital, pero hija antes de que quieras salir corriendo déjame decirte que está fuera de peligro, mal herido, pero nada que comprometa su vida, así que por favor no te preocupes y trata de que alguien te traiga al hospital por favor hija ¡no quiero que te pase algo a ti! —
-- ¿Dónde está? —De inmediato pregunto Alissa y Lorenzo le envió la dirección en un mensaje, Alissa le agradeció no sin antes prometer que ella no manejaría para llegar al hospital.
--¡Sebastián está en el hospital!, papá debemos ir al hospital ¡Por favor papá! ¡rápido! – gritaba
--¡tranquila hija! ¡Él va a estar bien! —contestaron sus padres al tiempo que se dirigían al auto para ir al hospital.
Nadie habló en el trayecto al hospital y Alissa no podía evitar las lágrimas de angustia por no saber nada de su prometido, quizá Lorenzo le mintió para que pudiera llegar con bien al hospital, ¿y si está muy mal herido? Y ¿si su vida corre peligro? Todas las ideas terribles pasaron por su cabeza hasta que logro vislumbrar la puerta de entrada de la clínica y entro corriendo desesperada hasta que escucho una voz conocida que dijo su nombre y le mostró donde se encontraba la familia esperando por noticias de Sebastián.
--¿Cómo está? -- -- ¿Qué le pasó? -- ¿Va a estar bien? -- ¡alguien que me diga por favor! —Alissa estaba desesperada y Lorenzo se acercó a tranquilizarla
-- ¡está bien, hija! Tranquilizante o te dará algo, el accidente sí fue de gravedad, pero su vida no corre peligro, le están haciendo unos estudios y después de eso podremos pasar a verlo, mientras tanto debemos esperar.
-- ¡está bien!, ¡ay que alivio! ¡Lo siento mucho, Lorenzo! Es que estoy muy asustada—
-- tranquila, Alissa nuestro Sebas va a estar bien, de ninguna manera se perderá su boda contigo, querida—Lorenzo trataba de tranquilizarla y en eso una enfermera se acercó a comunicarles que ya podían pasar a la habitación de Sebastián.
Solo permitieron que los padres y Alissa entrarán a la habitación, las emociones estaban a flor de piel y tan solo el pensar que algo pudiera haber pasado a Sebastián les provocaba un estrujó en el corazón, verlo con la cabeza vendada al igual que el brazo y una pierna solo les hacía pensar algo: --el golpe fue de consideración y era un alivio que él estuviera solo con un muy mal aspecto, fue el mismo pensamiento de las tres personas que entraban impacientes a ver a su ser querido.
- ¡Sebastián, hola! ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? —Alissa se apresuró al lado de su prometido y con mucho cuidado intentó darle un beso que de inmediato Sebastián rechazó, con un dejo de desconfianza en su mirada, la apartó de su cercanía con desaprobación, ¡¿La estaba rechazando?!
Alissa sintió un brinco en su corazón, una preocupación que la dejó pasmada y con la mirada fija a los ojos de su novio.
--¿Sebastián? ¿Qué sucede, cariño? —esta vez fue su madre quien trataba de tener algún tipo de comunicación con su desconcertado y conmocionado hijo --
--¿mamá que me ha pasado? —preguntó el muchacho con los ojos agrandados cómo si se tratara de un niño pequeño que se aferraba a la calma que aquella mujer le podía dar.
-- te accidentaste, hijo, pero vas a estar bien, solo no te alteres, cariño—Alissa estaba muda, se había quedado inmóvil ante el rechazó de su prometido, no sabía qué hacer y a pesar de lo preocupada que estaba ante la falta de memoria de Sebastián logro mantenerse en sus cabales y con una mirada hacia donde se encontraba el doctor intentaba que éste logrará descifrar la tormenta de preguntas que la angustiada joven estaba tratando de hacer sin pronunciar una palabra.
--¡Sebastián! Soy el doctor Hernán¡, Quisiera hacerte unas preguntas! —y después de un gesto afirmativo de Sebastián quien aún Estaba adolorido por el traumatismo inició una serie de interrogantes acerca de sus recuerdos a corto y largo plazo, era evidente que recordaba a sus padres y su vida hasta aproximadamente 10 años atrás, eso excluía a Alissa de sus recuerdos.
La reunión del doctor con los padres de Sebastián los dejó con la idea de buscar al mejor especialista en neurología para lograr que su hijo recuperara la memoria que había perdido, mientras que Alissa se dirigió a la habitación de su prometido con la firme idea de comunicarle quien era ella y qué rol jugaba en su vida actual, debía buscar las palabras adecuadas, cualquier impresión podría causar un resultado contrario a sus deseos de ayudar a qué todo regrese a su ritmo normal y que puedan por fin empezar con los preparativos de la boda.
--¡Hola! -- exclamó Alissa al pasar por la puerta.
--¡Hola! ¿Es usted la neuróloga? Pregunto Sebastián con interés y de inmediato una expresión de dolor se apoderó del rostro de la chica.
-- no, no soy médico, en realidad soy algo más…s… ¡soy tu prometida! —soltó sin más y esperó la reacción de su novio quien la miró con recelo y desconfianza, si bien ella era una mujer de verdad muy hermosa, no estaba muy convencido de confiar en la afirmación de la chica.
--¡te mostraré unas fotos! —exclamó Alissa con un poco de timidez, se acercó a una distancia prudente y le mostró la pantalla del celular donde se encontraban las imágenes precisamente del día anterior donde los dos figuraban de lo más contentos y enamorados, la sonrisa de ambos era sin más sincera, de amor y él de verdad se veía enamorado, Sebastián se pudo ver enamorado de esa mujer que le aseguraba que era su futura esposa, pero en el fondo había algo que no le lograba convencer, en éste momento él no tenía sentimientos para ella, no se sentía a gusto con su presencia, no tenía la más mínima idea de cuál pueda ser la razón y eso le está poniendo los nervios de punta y que aunado al dolor de cabeza por el golpe le provoca una expresión muy poco cordial para con “su novia”.
Alissa estaba destrozada, aunque trataba a toda costa de aparentar tranquilidad en el fondo tenía el corazón roto, podía sentir el rechazó del hombre que un día anterior estaba prometiéndole que la amaría siempre y ahora todo se veía tan lejano, tan complicado, pero ella no es del tipo de chica que abandona y se rinde al menor cambio, se propuso luchar y estar siempre al lado de Sebastián y ayudar a que recupere la memoria, el doctor dijo que en cualquier momento ésta podía regresar y ella estaría ahí para él.
Por fin es dado de alta y los padres de Sebastián lo llevan a casa acompañados de Alissa, al llegar se reúnen en la sala a charlar, de cierta forma esto se ve como una victoria, Sebastián está vivo y todos confían en qué su recuperación será rápida y pronto todo volverá a la normalidad.--me retiro, estoy cansado—dice Sebastián-- ¡Te acompaño! —de inmediato saltó Alisa de su lugar para seguirlo --¡No! -- espetó él sin siquiera voltear a verla -- ¡no es necesario Alissa! Tú también debes de estar cansada y es mejor que vayas a casa a dormir, no me lo vayas a tomar a mal, pero no tengo ánimo en este momento— Alissa de momento no encontró palabras como respuesta al nuevo rechazó del que era objeto y solo se limitó a asentir con un gesto triste que de inmediato cambió por una sonrisa y es que no se pensaba rendir tan pronto.-- está bien, tienes razón, también estoy cansada, nos vemos mañana, Sebastián, vendré por la tarde ¿Si no tienes inconveniente? —-- ¡para nada, Alissa!
Una tarde Alissa se dirigía de lo más animada a la casa de Sebastián para invitarlo al cine, a él siempre le gustaron las películas de terror y ella estaba dispuesta a soportar la ansiedad que esa clase de filmes le provocaba, ¡todo sea por él! -- ¡Hola, Sebas!!—exclamó Alissa al entrar a la habitación con una clara actitud de coqueteo. – hola, Alissa… Pensé que no vendrías hoy—contestó Sebastián sin un ápice de interés. -- ¡¿Te gustaría ir al cine?! Están estrenando una película de terror y he escuchado que está espeluznante, ¡Vamos! – no tengo ganas, Alissa, no tengo ganas de ver una película—-- ¡entonces vamos por un café! —contestó Alissa animada, con la intención de convencerlo a como dé lugar.-- ¡¿Qué parte no entiendes, Alissa?!—la respuesta de Sebastián sonó hosca y su mirada se aferraba a la de ella cómo queriendo desaparecerla– estoy cansado de que te la pases detrás de mí como si fueras mi niñera, me siento acosado, no me dejas respirar, Estoy harto de verte t
Sin querer, Carlos logró producir en Alissa un sin número de sentimientos, nunca intentó besar a Sebastián, nunca se acercó lo suficiente, aunque la rechazara, nunca le robó un beso, dejó los coqueteos por los cuidados, Sebastián tenía razón cuando le dijo que parecía su niñera, ¿y si le roba un beso? ¿Y si lo seduce? Al día siguiente se compró un vestido precioso y se arregló, se armó de valor y salió rumbo a la casa de los Martino con la firme idea de intentar reconquistar a Sebastián, no se rendiría tan fácil, ¡no señor!Fue la madre de Sebastián quien la recibió y su rostro simplemente no fue el más agradable, aunque para Alissa no significó nada que le pudiera preocupar. -- ¡Hola, señora! Vengo a ver a Sebastián, ¿Se encuentra en casa? —el rostro de la mujer palideció y no supo que contestar– no se preocupe señora Lucía, no planeo molestar, mejor me retiro -- ¡para nada, Alissa! —de repente se escuchó la voz de Lorenzo Martino quien se veía feliz de encontrarse con e
Los días empezaron a pasar uno igual que el otro, el trabajo se convirtió en la mejor distracción para Alissa y su familia y amigos se dedicaron a estar ahí para ella en el momento en que solo quisiera hablar o desahogarse o simplemente hacerle compañía sin decir una sola palabra, su corazón estaba roto y ellos entendían que solo el tiempo se encargaría de poner las cosas en su lugar y de reconstruir el corazón hecho pedazos de Alissa Después de 3 años la vida de Alissa parecía lo más normal, aunque en el fondo quienes la conocían sabían que ese hermoso brillo en sus ojos color miel no había vuelto a aparecer y la frescura y vitalidad de su carácter se volvió más bien un tanto serio y melancólico, y que decir de los muchos intentos de Renata por presentarle uno tras otro, tras otro galán, mismos que Alissa rechazó argumentando cualquier excusa, simplemente no estaba interesada en el amor, o quizá en el fondo seguía esperando que las memoria de Sebastián regresaran para continuar
--yo tenía la esperanza… -- sollozaba la pobre Alissa— --Yo quería que volviera y te juro que estaba dispuesta a perdonarlo todo, porque yo si tengo los recuerdos y él no, y ahora…. ¿cómo continúo con mi vida? ¿Cómo hago para no ponerlo en mis pensamientos cada día? ¿Cómo lo saco de aquí? —se tocó el pecho y se derrumbó sintiendo que ya nada podía hacer para cambiar su situación, aunque al mismo tiempo aceptaba que ella misma se lo había provocado al guardar esperanzas y esperar, esperar por algo que no llegaría nunca y aunque llegara, Alissa sabía que ya nada sería igual, Sebastián estaba formando una familia, la que en su momento había planeado con ella pero que aquel evento desafortunado le arrebató.Renata se limitó a acompañarla y darle consuelo, ella misma se sentía destrozada al ver a su amiga sufrir de esa manera, pero entendió que esto se trataba de un duelo y que estaba bien, quizá después de esto su amiga finalmente lograría ponerle fin a su eterna espera y termine por cer
Al día siguiente era sábado y Alissa caminaba animada hacia la peluquería, quería un cambio de look y también compraría un vestido y el regalo de Renata, cuando de repente empezó a sonar su teléfono y en un descuido al intentar buscarlo entre su bolso, sin quererlo chocó con alguien, su teléfono salió volando y antes de que ella pudiera reaccionar ya tenía un líquido caliente en su pecho que de inmediato le provocó un dolor agudo, su reacción fue alejar su blusa caliente de su pecho para aminorar el dolor, y para cuando subió la mirada para ver al causante de su desgracia y se encontró con un par de ojos negros tan penetrantes que le provocaron un pequeño respingo mientras él intentaba desesperado por asistirla.--¿te encuentras bien? ¡De verdad lo siento mucho! ¡Discúlpame! Estaba distraído y no te vi—y como la va a ver si el tipo medía como 1:85 y Alissa apenas 1:63.-- ¡no te preocupes! Estoy bien, solo debo esperar a que mi blusa se enfríe—Alissa no paraba de reír, talvez por
--¿Ni de arrojarme el café? —pregunto Alissa soltando una carcajada --jajajja eso es lo único que me tortura, te lo aseguro—aunque en el fondo él sabía que de no haber pasado eso, talvez habrían pasado de largo uno al lado del otro y sin siquiera voltearse a ver, eso le generaba sentimientos encontrados por que de ser necesario volvería a arrojarle el café caliente si eso significaba poder entrar en la vida de la mujer que le estaba provocando tantas emociones. Se despidieron con la promesa de volverse a encontrar cuando la ropa de Alissa estuviera lista.Alissa llegó al café con el cabello un Poco más claro y alaciado, junto con ese hermoso vestido, para que comprar otro si ese le quedaba tan bien y no tardaron los halagos de los clientes y empleados del lugar a lo que Alissa agradeció con mucha amabilidad y un poco sonrojada, se apuró a terminar de decorar los postres para una clienta y los que llevaría a la fiesta de Renata, cuando estaba lista terminó de dar algunas instruccione
Después de un buen tiempo no quedaban muchos invitados y Renata se encargaba de presentar a Maximiliano con todos sus amigos ya que estaba recién llegado del extranjero, cuando se acercó Carlos ya muy pasado de copas --así que tú eres el nuevo iluso que cree que puede lograr algo con nuestra ¡eterna prometida! —escupió de manera despectiva hacia Maximiliano, el hombre ya estaba bastante borracho --pero te advierto que mejor no pierdas tu tiempo, amigo mío, esa mujer está obsesionada con un idiota que no la quiere y por cierto se casa en un par de meses ¡Alissa! Ya lo sabías ¿No? —--¡basta Carlos! Ya estás muy tomado y es mejor que te lleven a tu casa—exclamó Renata muy molesta y empezó a empujar a su amigo a la salida y le pidió un taxi mientras evitaba que regresará a fastidiar a sus invitados.Maximiliano notó la incomodidad que esas palabras produjeron en Alissa y la siguió hasta la terraza.--siento que te molestara, pero debes entender que está muy tomado—-- no te preocupes M