━━━•ஐ[★]ஐ•━━━Se pasó la mano por la cara, se acarició la barba incipiente. No era la primera vez que iba a esa ciudad, pero siempre había llegado noche y en helicóptero. Tampoco se había quedado más de doce horas, y menos en un hotel. Nunca le había llamado la atención y aunque se dio cuenta de que era pintoresca, con las calles limpias era un tanto solitaria.El auto se detuvo, y le dio al conductor las gracias con un billete de veinte dólares y uno de diez como propina. Enseguida el hombre sonriente le agradeció y le dio su tarjeta personal, no sin antes decirle que le llamara si alguna vez regresaba. Edward, con un asentimiento de cabeza, abrió la puerta del auto y luego de bajarse y despedirse con un saludo militar, entró a la cafetería, entrecerró los ojos un poco para ajustarse a la oscuridad. Pues era un poco inusual, La música era un rock, que hacía retumbar las paredes, y que no tenía nada que ver con la decoración del
•ஐ[★]ஐ•La chica se zafó de su agarre de manera rápida, su tamaño la ayudaba a ser escurridiza. Por primera vez en su vida agradeció ser de baja estatura. —Yo no tengo por qué pagarte absolutamente nada —le hizo un gesto altivo con la boca—. Al contrario; eres quien tiene que pagar por las cuatro cervezas que me has echado encima. Edward pensaba decirle algo, y la agarró de nuevo por el brazo. —¡¿Qué cojones está pasando aquí?! —se escuchó una voz firme.—Esta chica me ha echado encima la cerveza —Edward la soltó, y se señaló su chaqueta de cuero, la camiseta y sus jeans desgastados. —¡Tú te lo has buscado! —agitó la cabeza de un lado a otro, y tratando de soltarse de su agarre—. Además de que me echaste la bandeja encima, y no conforme con eso te burlaste de mí. —Ya dije que lo sentía, no te vi —argumentó Edward.—¡Basta! —dijo Henry, el dueño del lugar—. El señor es nuestro cliente, debemos ser cordiale
•ஐ[★]ஐ•Ella le tomó de la muñeca, y le hizo una mueca de autosuficiencia.—Crees que porque eres hombres tienes el control de todo, ¿verdad? —chasqueó los dientes— ¡Pobre chica! ¡Qué equivocada estás!—Vaya genio que tienes, solo te estoy aclarando que no pasará nada aquí —Edward contestó ladeando la cabeza, y luego la miró como si la estuviera analizando— Al menos, no por mi parte.—¿Y qué pasa si yo quiero que suceda? —cuestionó ella alzando la barbilla de manera retadora— ¿Qué pasa cuando una mujer dice lo que quiere? —negó con la cabeza— Cuando es segura de sí misma.Edward chasqueó los dientes, pretendía decir algo. Pero Alina le interrumpió alzando una mano.—Huirás, por qué te da miedo una mujer que sabe donde, como y cuando lo quiere —fue el turno de burlarse de él, sin saber que con ese gesto le estaba retando de manera descarada.Edward le dio una sonrisa ladeada, y se relamió los labios. Entrecer
•ஐ[★]ஐ•—Ahhh…Fue lo que escuchó por parte de ella, después de un gemido que denotaba placer. Al empalarse dentro de su sexo, sin ninguna piedad.—Lo siento, no pude contenerme —Edward se excusó de la boca para afuera, porque lo cierto era que le había encantado su receptividad.Se quedó por unos minutos inmóvil, disfrutando del calor de su sexo. Sentir un placer como ese, debía estar prohibido. Notó la manera en que su cuerpo comenzaba a humedecerse de sudor, por el esfuerzo de tratar de contenerse. Ya que su intención era que ella disfrutara. No entendió el porqué era importante tal cosa para él.—¡Uhmm! —exclamó Alina, removiendo un poco sus caderas.—¡Quédate quieta! —no le quedó otra opción que azotar una de sus caderas de nuevo.Quedó maravillado cuando la sintió bajar sus hombros y arquear más su espalda, levantando un poco más su firme trasero. Escondiendo su rostro en el espaldar del sofá. Su cuerp
•ஐ[★]ஐ•Tres años después…Alina apretó los labios en línea recta, señal de su disgusto.—No puedo creerlo, de verdad —movió la cabeza de un lado a otro—. Esto se me hace muy injusto, señor Nicholson.—Lo siento, señorita Clark. Usted está en todo su derecho de estar molesta, y mostrar su indignación —la voz de su jefe sonaba comprensiva, mientras la observaba con uno de sus brazos sobre el escritorio antiguo de madera pulida, y con el otro debajo de su barbilla—, pero lamentablemente no podemos hacer nada.—¿A qué se refiere? —preguntó incrédula— ¿Cómo que no podemos hacer nada?—Son órdenes de arriba —chasqueó los dientes y se levantó de su sillón de cuero, y caminó hasta el ventanal que iluminaba la amplia estancia, y dándole la espalda, agregó con tono de desaprobación: —Aunque tengamos buenas intenciones, tenemos que seguir una serie de protocolos, y uno de esos es que ambos tenemos un jefe a quien ren
•ஐ[★]ஐ•No supo cuanto tiempo se quedó dormida, pero por la posición del sol debía de ser pasado el medio día. Se pasó la mano por el rostro.«¡Joder! Voy a perder el ciclo del sueño», pensó.Había pasado cierto tiempo en el cual ella se despertaba pasada después de las tres de la tarde. Aunque era solo en verano, las primeras semanas de clases las pasaba como un zombi, durmiendo en clases.Se levantó, se dio una ducha, y decidió buscar algo que comer. Lamentablemente, no había nada, así que tendría que ir al supermercado un momento. Pero primero pasaría por casa de Helen, tenía que informarle lo que estaba pasando. Sobre todo porque el ingreso del alquiler de su apartamento, era importante para su familia.Entró por la cocina, y se encontró con que Richard y ella estaban conversando. Aunque el hombre trabaja para una empresa constructora, cuando tenían mucho trabajo le daban tres días seguidos de descanso.
INTRANQUILIDAD: •ஐ[★]ஐ•Edward, durante la reunión con la ministra de asuntos gubernamentales de la isla en donde se encontraban, miró siete veces su teléfono móvil. Estaba realmente preocupado por haber dejado a su hija con su asistente. Quién debía estar ahí con él y no haciéndole de niñera, pero mientras solventaba los permisos de salida de la niña no podía hacer más nada. Tuvo que salir de emergencia a la isla Caykes, ya que estaba sobre el día límite para exponer su propuesta de negocios al gobierno de ese lugar. Todo se le había complicado, pues tener a Kate con él bajo el mismo techo después de tres años de disputa legal con los padres de su exesposa, era su prioridad. En ese momento no tenía dudas, si tenía que perder un negocio, pues así sería.Había presentado todos sus diseños, la proyección económica y se encontraba debatiendo el porcentaje
VUELO PRIVADO: •ஐ[★]ஐ•Se había quedado dormida alrededor de las dos de la mañana, pues el día anterior había tomado una la siesta, que sumado a la ansiedad de su viaje inesperado, la dejaron la noche en vela. Lo cual le permitió tomar su portátil y hacer la planificación para trabajar con la niña, como no sabía cuanto tiempo iba a permanecer en el lugar, lo hizo por quince días. Agradeció que Charlotte le llamó muy temprano en la mañana y le informó que su vuelo al caribe sería a las tres de la tarde, puesto que tenían que esperar que al avión le hicieran su respectivo mantenimiento. Eso le daba un poco más de tiempo de dejar listo lo pendiente. Sin embargo, el chofer se apareció dos horas antes.«La ventaja de ser un vuelo privado», se dijo cuando se subió al vehículo. En silencio se dirigieron hasta el aeropuerto, y en el trayect