Drácula se reía, tomó las manos de sus esposos mirando a todos —Jajajaja, ya ven, privilegios de ser el patriarca de todos aquí —Bien, ya que está definido los turnos, ¡rige desde ahora! —Bien, Vamos esposos nos toca primero Entraron y cerraron la puerta, los demás se fueron no tan contentos, Dominik se sonreía viéndolos, todos querían cuidar y jugar con sus hijos. Salieron sus esposas del cuarto riéndose —Dominik tu abuelo y sus esposos nos sacaron de la habitación, dijo tu abuelo que disfrutemos estar sin obligaciones —¡Mi abuelo con sus cosas!, además es cierto, ¡vamos al mall! —¿Al mall solos?, ¡ya extrañaba eso! —Yo también —Qué bueno es tener familia que te ama, te cuidan —Quería decirles que hoy quiero ir en auto y yo manejo —Dominik, pero el mall está lejos —¡No importa!, quiero manejar, ir apreciando el paisaje —Pero Dominik quien estará al frente del reino mientras estamos en el mall —Esperen un momento, ya regreso Y Dominik camino a la biblioteca, entro se es
New York, cuna del comercio más grande del mundo, en esa metrópoli nacieron un par de gemelas hermosas de pelo rubio y unos hermosos ojos azules como el mar, sus padres de tantos intentos por tener hijos optaron por la inseminación in vitro y lograron concebirlas así porque de la manera tradicional no se podía, todo era felicidad en la familia Wallacer. Por la alta posición económica de sus padres y familia pudieron disfrutar de los placeres de la vida, de ricos, juguetes caros, nodrizas para su educación, aparte de la escuela, modales, todo porque su familia descendía de la Aristocracia Europea directamente de Rumania y conservaban los modales y costumbres antiguas, el Patriarca viudo ahora visitaba a su hijo una vez al año y la esposa de este fue escogida por Él en persona, una mujer de la alta alcurnia de la sociedad rumana. Las niñas cumplían sus 5 años y la llegada del abuelo y patriarca de la familia estaba próxima, tenían todo listo para la celebración de las niñas, se acercab
Ya al cumplir los 15 años de las gemelas Wallacer la fiesta iba a hacer en grande Su abuelo le dijo a su hijo que lo harían en el castillo Wallacer bajo la tradición de la aristocrática familia. Las chicas estaban felices, su abuelo les hacía la fiesta, ya sabían de los gustos de su abuelo y eran felices de satisfacer los gustos de su abuelo. El día de la recepción entro su abuelo a sentarse al sillón del Patriarca, había otro al lado más lujoso, pero pensaron que era para su padre, sin embargo, al llegar no se sentó ahí, permanecía solitario, no preguntaron nada, ya todos estaban en la Recepción, la orquesta y todo entonces vieron llegar a las puertas del gran salón al hombre que les ayudo a bajar los chocolates el Rey. Entro y los vítores no se hicieron esperar —¡Viva el rey, Viva! Su abuelo fue a recibirlo, le hizo una venia se dieron las manos y lo acompaño a sentarse en la silla más lujosa, entonces vieron a su abuelo pararse en un sitio y empezó a dar un pequeño discurso so
—Papá, ¿y ahora que va a pasar? Dominik no tiene cabeza para gobernar —dijo Laila —Yo lo voy a hacer, mientras le voy a pedir a un viejo amigo que lo lleve a su casa para que esté lejos de todo esto y se calme —¡¿A quién papá?! —indagó Laila —A Adrién Wallacer, siempre lo ha querido desde niño, sé que lo confortará —Sí, es duro, se amaban demasiado —Adrién perdió a su esposa así mismo, la mataron los licántropos, él sabrá cómo tranquilizarlo —dijo Alexander —Ojalá papá, ¡duele verlo así! Mientras el rey dormía y las lágrimas rodaban por sus mejillas mojando el edredón encima de Él. Durmió todo el día, despertó rayando ya las 10 pm, se estiró en su cama y vio a su padre que lo miraba y le preguntó somnoliento. —Papá, ¡¿qué haces aquí?! —Cuando regresaste llegaste aquí, te desmayaste, te cambie y te acomode para que duermas —Oh, sí, los maté a todos, escuche ruidos en una cueva y ahí estaba el resto, no deje a ningún maldito licántropo, ¡malditos sean! —Ya paso hijo, quería pr
Volvieron a entrar y Adrién se acomodaba su cabello para decir —Dominik, le pregunte a tu padre sobre tus gustos en todo y trate de traerte de todo para que estés tranquilo A lo que el rey le respondió —Gracias, Adrién, lo único que me va a hacer difícil de superar es a… mi esposa —Cálmate Dominik, ya mataste a todos los licántropos —Sí, pero no la voy a tener junto a mí, ¡nunca más! Y abrazo a Adrién, comenzó a sollozar, las gemelas lo miraban y sus ojos se llenaron de lágrimas viéndolo sollozar. —Cálmate Dominik, ¡yo pasé por eso!, te entiendo, es duro lo que sientes Con voz temblorosa y llena de dolor mascullo el rey —Es que la extraño, sus besos, sus abrazos, su amor, sus caricias, todo de ella —Lo sé, te entiendo, pero ya estás aquí y vamos a superarlo, ¿quieres? —Está bien, es cierto, ¡debo superarlo!—dijo el Rey tratando de tranquilizarse ya Dominik se secó las lágrimas y se recostó en el sofá mirando hacia arriba, Adrién se levantó un momento para servirle una copa
En cuanto el rey desapareció, fue un alboroto y las amigas de las gemelas les cayeron en el camino al aula. —¿El Rey está viviendo con ustedes? —Sí, mi abuelo lo está ayudando a superar la muerte de su esposa—dijo Alice muy alegre —¡¿Tu abuelo?! —Si a nuestra abuela la mataron los Licántropos—dijo Dianne mirando a su amiga —Ah, entonces si puede ayudarlo paso por lo mismo, pero lo vimos serio hace rato—dijo Mariana —Lo que me pregunto es… ¿Cómo sabía que estábamos en problemas?—dijo Dianne con asombro —¡Es cierto!, ¿cómo lo supo? Por qué vino a tiempo Se quedaron con las dudas, ya tenían que entrar al aula, se sentaron en sus asientos bajo la mirada de sus exnovios que se mordían el labio, no podían ni debían decir nada, no podían o los castigarían. El resto de la jornada pasaron tranquilas, a la salida llego el auto con su abuelo que llego a recogerlas, algo raro casi no iba, pensaron que a lo mejor Dominik le dijo algo, pero al entrar al auto su abuelo las recibió con una so
Dominik ya se había aseado, estaba con su pijama y tocaron a su puerta, fue a abrirla encontrándose con las gemelas paradas juntas ahí. —Hola, Dominik—dijeron las dos —Hola, ¡¿pasa algo?! —Dominik, queríamos preguntarte si quieres ver una película con nosotras ¡antes de dormir! —¡¿Una película?! ¿En dónde?, no vi TV o reproductor en la sala —En la sala no, en tu habitación—dijo Alice —Aquí tampoco veo nada de TV—dijo Dominic —Mira, aquí está la TV, el Blu Ray y aquí están la colecciones de películas Dominik vio las películas almacenadas, eran cientos de ellas, pero las chicas sacaron algunas para escoger una entre ellas. Cerraron la puerta y se sentaron para escoger una y fue una de comedia, lo hicieron para que no esté triste. Pusieron ya la película y cuando comenzó, se acostaron en la alfombra, las almohadas en la cabeza y Dominik acostado en medio y las dos cada una a un lado de Él con su respectiva almohada. Empezó la película, la estaban mirando paso, algo gracioso y l
Dominik las llevo encima de las nubes, las gemelas las tocaban, se sentían esponjosas y húmedas, vieron la luna en todo su esplendor, era hermoso allá arriba, y veían a Dominik volando y sonriéndoles, que les decía. —Agárrense fuerte, voy a aumentar la velocidad, quiero que conozcan un sitio hermoso Las dos se agarraron fuerte del torso de Él y Dominik empezó a volar a una velocidad inaudita, entonces ellas empezaron a asustarse pensando que caerían al vacío, pero no duro mucho y fue atenuando la velocidad y empezó a bajar despacio hasta llegar al suelo aterrizando en un hermoso lugar parecía el bosque de un cuento de hadas. Las gemelas exclamaban con sus ojos llenos de asombro —¡Qué hermoso bosque! —Aquí traía a… mi esposa a pasear con las hadas—dijo Dominik —¡¿Hadas?!—dijeron las gemelas al unísono a lo que el rey vampiro les indico —Sí, este es él, ¡bosque Mágico de las hadas! —Dominik, si aquí traía a su esposa debe ser un sitio bien privado y nos trajo a nosotras… ¡¿por qué