—Amor, que pasa, jamás has llorado, —Mi hijo… Alexander… se fue… llorando y yo… soy el culpable Dominik se acercó a su abuelo diciendo —Abuelo, ten paciencia, mi papá siempre estaba triste, te extrañaba y bueno creo que los recuerdos lo pusieron así —Dominik, no debí tratarlo de esa manera, le dolió y mucho, ¡yo lo dejé solo! —Amor, eh, si puedes saber dónde está ahora y que vayas a arreglar esto, no lo dejes ahí, ¡tú amas a tu hijo!, siempre lo decías, creo que llego la hora de hablar con tu hijo amor. —Si Hadrien, voy a buscarlo, está solo ahora, recién se casó y no voy a ser el culpable de su infelicidad, me voy —Tu amor de padre primero amor, tú lo amas Drácula se paró y se limpió sus lágrimas, cerro los ojos y dijo —Me voy a hablar con Alexander, adiós, más tarde nos vemos amores —Está bien amor—dijeron los dos juntos mirándose Hizo un gesto y desapareció en una inmensa estela escarlata, Dominik estaba triste, quería mucho a su familia y no le gustaba ningún distanciami
Las dos lo observaron en forma pícara, se rieron de verlo sonrojado, sudoroso y excitado, se le acercaron diciendo. —Dominik, no sabíamos cuándo ya estar así, ¡solas para amarte!, te deseamos siempre esposo nuestro —dijo Dianne —Si, cuando llegamos aquí, queríamos ya estar a solas contigo amor—dijo Alice Las dos le daban la vuelta al cuerpo de su esposo, toqueteándolo y haciéndolo gemir, Dominik ladeaba la cabeza sintiendo esas hermosas y ávidas manos recorrer su cuerpo, estaba vestido todavía, pero esas muestras de amor lo volvían loco, Dianne se le arrojó a besarlo apasionadamente y Alice lo abrazaba por detrás y besándole la espalda por encima de su camisa. —¡Las amo tanto!, ¡las deseo tanto!, muero por tenerlas en mis brazos, mis amores Despacio llegaron a la cama, mientras una lo besaba en la boca, la otra le lamía el cuello y le daba chupetones, se le escuchaba al rey gemir con tal placer, estaba tan caliente. Lo empujaron para que se acueste y las dos empezaron a revolotea
Drácula se reía, tomó las manos de sus esposos mirando a todos —Jajajaja, ya ven, privilegios de ser el patriarca de todos aquí —Bien, ya que está definido los turnos, ¡rige desde ahora! —Bien, Vamos esposos nos toca primero Entraron y cerraron la puerta, los demás se fueron no tan contentos, Dominik se sonreía viéndolos, todos querían cuidar y jugar con sus hijos. Salieron sus esposas del cuarto riéndose —Dominik tu abuelo y sus esposos nos sacaron de la habitación, dijo tu abuelo que disfrutemos estar sin obligaciones —¡Mi abuelo con sus cosas!, además es cierto, ¡vamos al mall! —¿Al mall solos?, ¡ya extrañaba eso! —Yo también —Qué bueno es tener familia que te ama, te cuidan —Quería decirles que hoy quiero ir en auto y yo manejo —Dominik, pero el mall está lejos —¡No importa!, quiero manejar, ir apreciando el paisaje —Pero Dominik quien estará al frente del reino mientras estamos en el mall —Esperen un momento, ya regreso Y Dominik camino a la biblioteca, entro se es
New York, cuna del comercio más grande del mundo, en esa metrópoli nacieron un par de gemelas hermosas de pelo rubio y unos hermosos ojos azules como el mar, sus padres de tantos intentos por tener hijos optaron por la inseminación in vitro y lograron concebirlas así porque de la manera tradicional no se podía, todo era felicidad en la familia Wallacer. Por la alta posición económica de sus padres y familia pudieron disfrutar de los placeres de la vida, de ricos, juguetes caros, nodrizas para su educación, aparte de la escuela, modales, todo porque su familia descendía de la Aristocracia Europea directamente de Rumania y conservaban los modales y costumbres antiguas, el Patriarca viudo ahora visitaba a su hijo una vez al año y la esposa de este fue escogida por Él en persona, una mujer de la alta alcurnia de la sociedad rumana. Las niñas cumplían sus 5 años y la llegada del abuelo y patriarca de la familia estaba próxima, tenían todo listo para la celebración de las niñas, se acercab
Ya al cumplir los 15 años de las gemelas Wallacer la fiesta iba a hacer en grande Su abuelo le dijo a su hijo que lo harían en el castillo Wallacer bajo la tradición de la aristocrática familia. Las chicas estaban felices, su abuelo les hacía la fiesta, ya sabían de los gustos de su abuelo y eran felices de satisfacer los gustos de su abuelo. El día de la recepción entro su abuelo a sentarse al sillón del Patriarca, había otro al lado más lujoso, pero pensaron que era para su padre, sin embargo, al llegar no se sentó ahí, permanecía solitario, no preguntaron nada, ya todos estaban en la Recepción, la orquesta y todo entonces vieron llegar a las puertas del gran salón al hombre que les ayudo a bajar los chocolates el Rey. Entro y los vítores no se hicieron esperar —¡Viva el rey, Viva! Su abuelo fue a recibirlo, le hizo una venia se dieron las manos y lo acompaño a sentarse en la silla más lujosa, entonces vieron a su abuelo pararse en un sitio y empezó a dar un pequeño discurso so
—Papá, ¿y ahora que va a pasar? Dominik no tiene cabeza para gobernar —dijo Laila —Yo lo voy a hacer, mientras le voy a pedir a un viejo amigo que lo lleve a su casa para que esté lejos de todo esto y se calme —¡¿A quién papá?! —indagó Laila —A Adrién Wallacer, siempre lo ha querido desde niño, sé que lo confortará —Sí, es duro, se amaban demasiado —Adrién perdió a su esposa así mismo, la mataron los licántropos, él sabrá cómo tranquilizarlo —dijo Alexander —Ojalá papá, ¡duele verlo así! Mientras el rey dormía y las lágrimas rodaban por sus mejillas mojando el edredón encima de Él. Durmió todo el día, despertó rayando ya las 10 pm, se estiró en su cama y vio a su padre que lo miraba y le preguntó somnoliento. —Papá, ¡¿qué haces aquí?! —Cuando regresaste llegaste aquí, te desmayaste, te cambie y te acomode para que duermas —Oh, sí, los maté a todos, escuche ruidos en una cueva y ahí estaba el resto, no deje a ningún maldito licántropo, ¡malditos sean! —Ya paso hijo, quería pr
Volvieron a entrar y Adrién se acomodaba su cabello para decir —Dominik, le pregunte a tu padre sobre tus gustos en todo y trate de traerte de todo para que estés tranquilo A lo que el rey le respondió —Gracias, Adrién, lo único que me va a hacer difícil de superar es a… mi esposa —Cálmate Dominik, ya mataste a todos los licántropos —Sí, pero no la voy a tener junto a mí, ¡nunca más! Y abrazo a Adrién, comenzó a sollozar, las gemelas lo miraban y sus ojos se llenaron de lágrimas viéndolo sollozar. —Cálmate Dominik, ¡yo pasé por eso!, te entiendo, es duro lo que sientes Con voz temblorosa y llena de dolor mascullo el rey —Es que la extraño, sus besos, sus abrazos, su amor, sus caricias, todo de ella —Lo sé, te entiendo, pero ya estás aquí y vamos a superarlo, ¿quieres? —Está bien, es cierto, ¡debo superarlo!—dijo el Rey tratando de tranquilizarse ya Dominik se secó las lágrimas y se recostó en el sofá mirando hacia arriba, Adrién se levantó un momento para servirle una copa
En cuanto el rey desapareció, fue un alboroto y las amigas de las gemelas les cayeron en el camino al aula. —¿El Rey está viviendo con ustedes? —Sí, mi abuelo lo está ayudando a superar la muerte de su esposa—dijo Alice muy alegre —¡¿Tu abuelo?! —Si a nuestra abuela la mataron los Licántropos—dijo Dianne mirando a su amiga —Ah, entonces si puede ayudarlo paso por lo mismo, pero lo vimos serio hace rato—dijo Mariana —Lo que me pregunto es… ¿Cómo sabía que estábamos en problemas?—dijo Dianne con asombro —¡Es cierto!, ¿cómo lo supo? Por qué vino a tiempo Se quedaron con las dudas, ya tenían que entrar al aula, se sentaron en sus asientos bajo la mirada de sus exnovios que se mordían el labio, no podían ni debían decir nada, no podían o los castigarían. El resto de la jornada pasaron tranquilas, a la salida llego el auto con su abuelo que llego a recogerlas, algo raro casi no iba, pensaron que a lo mejor Dominik le dijo algo, pero al entrar al auto su abuelo las recibió con una so