Fidelina María, era consciente de su sensual belleza y trabajaba en ella hasta caer agotada por el cansancio. Siempre bajo la mirada atenta de su entrenador personal y complementada, además, por la fina y exótica ropa íntima de seda, tipo hilo dental, firmada por «Victoria’s Secret», de la cual compraba tres gruesas, para jamás repetir la misma prenda en todo el transcurso del año.
El aroma original de «Chanel No. 5» traído desde París y otra serie de detalles complementarios, como el uso de la jalea real pura, aplicada en un sitio personal específico, tal como le había recomendado su bruja particular, quien, a pesar de vivir en una oculta cabaña en el Páramo de la Culata, en el pie de monte andino, la asistía en cualquier lugar del mundo donde se encontrase.
La asesoraba en varios temas, especialmente y sobre todo los concernientes
Dada la extensa red con que contaba Calógero, incluso, algunos elementos que había logrado infiltrar en la banda rival, en pocas horas fue dado con el sitio donde se encontraba Fidelina María. Una vez traída a su presencia, esta le gritó que el día que estuvo con ella, en esa noche loca, la había embrazado.Preso de la furia, le manifestó su deseo de hacerla desaparecer, pero se abstuvo de hacerlo de inmediato, ante la nueva situación que había planteado su exnovia, si bien era uno de los seres más traicioneros que había conocido en la vida, pero ¿Y si esta vez decía la verdad? La envió a un sitio y decidió que ya llegaría el momento de eliminar esa molestia para siempre.Una vez resuelto el molesto caso de la exnovia, Calógero decidió que era hora de tratar de arreglar la situación con su esposa, pero su amigo Salvatore le dijo qu
Calógero recibió el informe falso de paternidad y Fidelina María envió una copia del mismo, a la esposa y rival, tramando una nueva estrategia para separar la pareja. Estaba convencida de que, a pesar de que él no la amaba, ella podía, con el tiempo, lograr, con su experiencia en las artes íntimas, lograr de nuevo el cariño de su exnovio, como un día lo había tenido.Hizo llegar el falso informe a Consuelo con clara intención de sembrar la discordia en la pareja. Ella se esmeraría en lograrlo.Aún conservaba una hermosa figura; se habían realizado algunos retoques estéticos con los mejores galenos, encabezados por el mejor y más reconocido de la región, el prestigioso cirujano plástico, doctor Salomón Amézquita, y con todo lo que sabía y había aprendido en las artes amatorias, en sus reuniones tutoriales con la Negra
Fidelina María Quinterini, se dispuso a lanzar una especie de “Batalla final”. El amigo y consejero de Calógero, Salvatore Miliani, fue a advertirle del peligro en ciernes. Las fuerzas que había logrado reunir su exnovia a su alrededor, podían ocasionar un conflicto de grandes proporciones.Era evidente que su familia corría gran peligro, fue la advertencia de su amigo que terminó de convencerlo y le recomendó ubicarse en un sitio más seguro por el momento. A él no se le ocurrió otra cosa, que llevarle a su esposa todos los documentos firmados referentes al divorcio y una importante suma de dinero, para que desapareciera de ese lugar.Estando ya solo, considerando que su esposa e hijo estaban a salvo, Calógero organizó a sus hombres dispuestos a usar todas sus tácticas, armamento y gran número de soldados, para acabar con sus enemigos. Una situación ines
Calógero y su familia, se decidieron en comprar, además, el periódico más importante de la ciudad y de la costa norte del país, “El Emisario”. Todos consideraron que quizás eso podía ser una buena noticia. Nombraron como director del periódico, a un aventajado periodista que vino especialmente de España para dichos fines y que apodaban en su círculo de amigos íntimos, “El Catalán”.Para completar la posesión sobre los medios de comunicación, primero adquirieron una emisora de radio, pero más adelante llegarían a convertirse en toda una red de más de cien, que conformaban una cadena a nivel nacional. El logo y énfasis en sus dos colores; no había dudas de que había adquirido presencia y una importancia radical.Realmente era impresionante su crecimiento. Su técnica de lavado de activos era sup
Con el anciano cura Reinaldi, en poco tiempo, habían consolidado una buena amistad y compartían el buen gusto por el arte y la literatura. Él le había elaborado una lista con los títulos y autores para seguir cimentando una buena formación en esa área. Cada determinado tiempo, el anciano sacerdote le daba en préstamo las obras de los clásicos universales pertenecientes a la bien dotada biblioteca de la parroquia.Se preocupaba por anexarle algunas fichas donde le planteaba algunos puntos de vista, para ser considerados en las conversaciones que tendrían a futuro en las tardes dominicales, bebiendo una recién hecha, taza de café Juan Valdés, empaque que era enviado cada tres meses por un antiguo amigo desde la ciudad de Medellín, Colombia. Este era el jefe de un poderoso clan de esa ciudad.Conversaban sobre los diferentes puntos de vista de los autores recién leídos por ella. Los debates adquirían unas conclusiones épicas. Esta formación había llegado a ser de
Del otro bando, también se llevaron a dos importantes jefes y una reunión secreta se realizó con premura para tratar de disminuir la violencia y en lo posible, pactar una paz relativa y acordar el reparto de mercados y rutas, incluyendo una nueva que se estaba adquiriendo un valor extraordinario, consolidando a Sur África dentro del esquema. Era obvio que, dado que gozaban de una fortaleza muy similar, era muy difícil que un clan superara al otro a corto plazo.Mientras tanto, por otro lado, y a miles de kilómetros, Consuelo Daza ocupaba su tiempo en el negocio de exportación de aceite de oliva hasta el continente. Además, poco a poco y dado su inquieto y creativo carácter, consiguió unos buenos artesanos y trabajadores de la construcción y empezó a incursionar con ellos, bajo su estricta e impecable inspección, en la actividad de remodelaciones. Puso en práctica sus conocimiento
Por su lado, Salvatore consideró, que era una buena excusa para intentar acercarse hasta el distante sitio donde estaba Consuelo Daza y la oportunidad era perfecta. Podría aprovechar los días que Alejandro visitaba su tío en Viterbo, para darse una discreta escapada hasta Siracusa.Una vez planificado el viaje, no quiso usar el jet de la familia, el cual siempre que lo necesitara estaba a su disposición, por el contrario, lo hizo por una línea comercial, para tratar de hacer el recorrido del viaje, lo más discreto posible. Le dijo a Calógero que estaba poniendo todo en orden, pues hacía mucho tiempo que no se tomaba unos días de descanso y que se tomaría dos o tres semanas aprovechando ahora que la guerra con el otro clan, había logrado un cierto punto de equilibrio.Le dijo que había invitado a un amigo de infancia con quien se veía cada determinado tiempo en persona, de tal manera de poder compartir unos días en Europa con su amigo de Buenos Aires y de esa forma, además de descansar,
A un lado de la rueda de danzarines, vendían unas cervezas bien heladas, cubiertas por una muy fina capa de hielo, por las que les llamaban a las botellas de vidrio blanquecinas por el frío, «vestidas de novia» y decidieron refrescar el calor de esa hora, por lo menos con un par de ellas. Estas se transformaron en más de media docena cada uno, entusiasmados por el sonido cadencioso, el frenesí del baile, la hoguera en el medio del círculo de danzantes y el reflejo plateado de la luna que iluminaba la noche y dejaba un rastro plateado en las suaves aguas del mar cercano.Al llegar al hotel de regreso, habiendo quedado en habitaciones contiguas, Salvatore Miliani, según contaba, comenzó a plantearse la duda metódica, “¿Le tocaré la puerta?”.La imprudencia, propia de los efectos etílicos, hizo el resto. A pesar de la semiinconsciencia, al caerle con el primer bes