–¡Te dije que no te metieras en problemas! ¡hubiera sido mejor que me dijeran que habías caído del caballo! ¡pero no, tenías que herir a su majestad!
–Hermana…yo…
– ¡¿Sabes en el problema en que nos metiste?! ¡si el sultán encuentra esto como una falta grave nos declarará la guerra!
–Yo…yo pensé que era un ciervo enorme, lo siento no quise hacerlo – levantando la mirada y sus ojitos están ahogados en llanto
–Más bien reza a Alá porque el emperador no nos declare la guerra, o peor considere en rechazar a su alteza – viendo llegar a un soldado – ¿Qué pasa ahora?
–Su majestad el sultán aguas negras ha despertado ha pedido hablar con el emperador y con usted señorita Asya
–Asya…
–Ve a tu habitación, y no salgas hasta que haya ido a verte ¿entendiste?
–Sí hermana – así que cabizbaja entra en el palacio, siendo seguida por un soldado que tiene la orden de no dejarla salir de la habitación
Asya toma rumbo hacia el palacete en donde el sultán se encuentra, al llegar ve al joven sultán sentado contra el espaldar de la cama mirando fijamente hacia el emperador Mehmet, así que se acerca y hace una reverencia.
–Lamento el incidente alteza, mi hermana no tuvo intensión malvada de herirle
–Con que fue tu hermana – mirando hacia la ministra que es joven – bien, he tomado una decisión
–Sultán Aguas Negras ¿Qué desea?
–No declararé la guerra a Sultanato del Sudeste, fue un accidente, pero durante el tiempo que esté convaleciente…exijo ser cuidado por la persona que me hirió en primer lugar
–Majestad ¿está seguro? – viendo como el sultán asienta
–Asya, no puedes hacer nada…es una falta de tu hermana así que ella debe hacerse responsable, ve y dile de los deseos del sultán
Así que Asya se dirige hacia la habitación de su hermana y al entrar la encuentra abrazada a una pequeña muñeca, regalo de su difunta madre; así que se acerca y le un ligero golpe con su abanico haciendo que la joven levante la mirada.
–¿Asya?
–El sultán no declarará la guerra debes sentirte con suerte, pero…
–Pero…
–Exige que seas tú quien lo atienda mientras se encuentra convaleciente – Adalet se queda pasmada
– ¿Yo? Pero hermana…
–No vas a desairar a su majestad, tú causaste el problema en primer lugar, así que si no vas te llevaré por la fuerza ¿entendiste?
–Sí hermana – bajando la cabeza
–Bien, pediré que te acompañe una doncella para que ayude y no vayas a causar más problemas ¿entendiste? – la joven asienta con su cabecita
Así que esa tarde Adalet llega a la habitación en la que se encuentra el sultán, con él está su visir con quien está discutiendo varios pormenores de la visita y sobre todo el asunto por el que han ido en primer lugar, conocer a la princesa heredera de Sultanato del Sudeste así que al ver entrar a Adalet, el sultán se queda contemplando a la joven de cabello castaño y lindos ojitos verdes.
–Majestad – haciendo una reverencia
–Con que tú fuiste quien me hirió – levantando una ceja al ver a la joven asentir levemente
–Lo…lo siento majestad, no quise hacerlo, pensé que era un enorme ciervo
– ¿Un ciervo? – dirigiendo su vista hacia el hombre en cama – pues que ciervo tan flaco y pálido – dando una enorme sonrisa
–Berat, retírate
–Que carácter – colocándose de pie – iré a recorrer el palacio si su majestad me necesita…
–Hasta la noche
–Bien – haciendo una reverencia – me retiro entonces – acercándose a Adalet – al sultán le gustan las lindas jóvenes como tú, suerte
– ¿Eh? – girando su vista hacia el hombre que se marcha con pasos elegantes
– ¿Cómo te llamas?
–Me llamo Adalet alteza – acercándose junto con la doncella – ¿desea algo alteza?
–Sí cambia mis vendas – haciendo sonrojar a la joven
–Co…como diga alteza
Así que Adalet se acerca junto con la doncella, y con mucho cuidado sumando un enorme sonrojo baja las túnicas del sultán en donde ve el vendaje que está un poco manchado de sangre, así que la doncella que venía con la joven acerca una bandeja en la cual están vendajes limpios y el tónico que debe aplicar en la herida para que esta sane apropiadamente, así que Adalet retira con cuidado el vendaje y ve la pequeña herida de flecha así que toma un paño, lo empapa en el tónico y lo frota con cuidado en el hombro del sultán y posteriormente coloca un nuevo vendaje.
–¿Desea algo más majestad?
–Sí, dime Adalet ¿tienes algún don?
– ¿Eh?
–Algún talento por el cual tu hermana se sienta especialmente orgullosa – haciendo sonrojar a la joven
–Bu…bueno yo sé pintar, me gusta leer mucho…
–Bien entonces, has una pintura para mí
– ¿Eh? – mirando fijamente a los ojos dorados del sultán – ¿Qué desea su majestad que pinte?
–Puedes pintar lo que gustes
–Bien – mirando hacia la doncella – ¿puedes traer mis cosas de pintura? – la joven hace una reverencia y se marcha
….
–Su alteza – acercándose a la joven de ropas blancas que disfrutaba de tomar el sol – lo lamento no quise asustarla
–No me ha asustado – mirando de arriba abajo al joven – ¿vienes con el sultán?
–Soy su hermano mayor y su visir
– ¿Eh? Pero se supone que ustedes, hay una ley, además ¿Cómo puede ser usted el visir y ser el mayor?
–Porque yo soy hijo de una concubina, no de la sultana – viendo como Aysa ladea su cabecita – me explico, la sultana es la primera esposa del sultán, y sus hijos son directos herederos al trono, los demás hijos del sultán pero que nacieron de concubinas tendríamos que esperar que los hijos de la sultana mueran para aspirar al trono, así que aunque yo sea el mayor, no tengo derecho al trono
–Pero yo escuché que en el momento en que un sultán es coronado este debe matar a sus hermanos
–Nuestro padre anuló esa ley – dejando a la joven sorprendida – pero por cosas de la vida yo soy el único de los hermanos de Zeheb que vive
– ¿Por qué?
–Viruela
–Oh, acá también hubo viruela, mi madre murió por eso – mirando al joven que tiene una cicatriz en su ojo derecho – ¿Qué le sucedió en el ojo?
Dando una sonrisa – un tonto accidente que tuve de pequeño
–No creo que sea muy tonto si usted visir tiene una herida en su ojo – dando una sonrisa
–Bien si su alteza quiere saber – viendo como la joven asienta – me caí sobre un rosal espinoso por estar huyendo de los castigos de mi madre
–Su madre ¿era cruel?
–De las esposas de mi padre era la de peor carácter
– ¿Ya murió?
–Sí, hace unos años – acercándose y tomando asiento junto a la princesa – su alteza ¿me permite hacerle compañía? – recibiendo una enorme sonrisa – “eres tú…”
–Claro visir…–Me llamo Berat alteza – tomando la mano de Aysa – pero los más cercanos a mí, me llaman Acemi–Eso significa que me considera cercana a usted ¿verdad?–Muy cercana alteza – llevando la mano de la princesa hacia sus labios y da un suave beso que hace sonrojar a Aysa….–Bien con que eres la hermana de la ministra principal del emperador – viendo como la joven pinta cuidadosamente un cuadro–Sí, Asya es la ministra de mayor rango de su alteza – dando una sonrisa–Y tú ¿Qué piensas hacer?–Bueno, mi hermana me prometió a uno de los generales de su majestad – notando como el sultán frunce el ceño – ¿Eh?–“No voy a permitir tal unión, no después de encontrarte” y ¿Qué piensas al respecto?–La verdad no tengo mucha voz y voto en ese asunto, mi hermana dice que tengo que estar al lado de un hombre fuerte – tomando un nuevo pincel – así que solo espero que ese hombre sea bueno conmigo, he visto a muchas jóvenes sufrir en sus matrimonios–Entonces eso quiere decir ¿Qué no conoce
–Entiendo – bajando un poco las vista hacia el traje que la joven lleva – te gusta el verde…–Es mi color favorito–“Bien entonces ya sé que darte” Adalet…–Sí majestad ¿Qué desea?–Quiero dar un paseo por los jardines– ¿Ya se siente mejor?–Mucho mejor, no fue tan grave la herida–Bien entonces podremos ir al jardín imperial ¡es el más lindo y enorme! – dando una enorme sonrisaAsí que luego de que Zeheb estuviera listo, Adalet lo empieza a guiar por el palacio hasta llegar al enorme jardín imperial, en donde las esposas del emperador se encuentran, cuando tienen su día para salir del harén, así que al llegar las mujeres se quedan pasmadas al ver al sultán y en el acto hacen una reverencia y quedan con sus miradas bajas, no solo porque están frente a un monarca sino porque si el encargado del harén o alguien se da cuenta de que han visto a otro hombre pueden perder sus cabezas.–Majestad veo que se siente usted de maravilla – el joven encargado del harén se acerca y hace una reveren
–No tiene por qué llegar a esos extremos sultán–Bien esa es mi condición – mirando a Berat, así que da un largo suspiro – esa y que Aysa sea unida a mi hermano y visir – viendo como el emperador se queda pasmado– ¿Y qué pretende el señor visir con mi hija? Ella es la heredera al trono…ya que ninguna de mis concubinas me dio un hijo varón sano–Hacerla mi esposa ¿Qué más? Como dijo mi hermano y sultán, a su alteza Aysa no le faltará nada, será mi primera esposa y si su alteza no viene conmigo aunque lo haga Adalet se romperán todos los tratados comerciales– ¿No nos dejan otra opción? – los dos hombres niegan con sus cabezas–No se deben preocupar, antes de nuestros matrimonios tanto Adalet como su alteza, recibirán la debida instrucción, sabemos que ellas desconocen todo acerca de mi sultanato–Bien, Asya ve habla con tu hermana, más tarde enviaré un mensajero al este; donde está el general Ibrahim–Co…como ordene majestad – haciendo una reverenciaAsya se dirige hacia la habitación
– ¿Eh?–No quiero que su alteza se vea obligada, si usted no desea irse puede quedarse, no me molestaré con usted–Acemi, no me molesta – viendo como el ojo del hombre se abre de par en par – yo deseo irme con usted, sé que tengo que aprender demasiado, pero haré mi mejor esfuerzo para no hacerlo quedar mal y ser una joven digna de ser su esposa–No es necesario que seas una joven digna – notando como Aysa lo observa – con que solo sea su alteza mi esposa – acercándose poco a poco a la joven quien se sonroja en el acto – a mí me basta – dando un beso en los labios de AysaAysa se ha quedado pasmada por aquel sencillo contacto de labios, pero decide cerrar sus ojos y corresponder aquel dulce beso, que es dado con el mayor de los sentimientos.Al día siguiente en la entrada del palacio Adalet se maravilla al ver el enorme elefante que está esperando, tanto ella como Aysa se asombran de lo enorme que es aquel animal, así que solo pueden observar cuando sienten las presencia del sultán y
–Perfecto – sonriendo – eres una simple consorte, concubina, esposa secundaria, cómo quieras llamarte…los únicos hijos que tendrán derecho al trono son los que salgan del vientre de nuestra sultana y tú no lo serás aunque seas la madre del primogénito de su majestad– ¡Pero!–Pequeño príncipe – haciendo una reverencia hacia el niño – ¿Qué opina usted de esta situación?–Mi madre no tiene derecho al trono – dejando boquiabierta a su madre – ella solo es una esposa secundaria, yo soy hijo de su majestad y él me prometió un califato como regalo por ser su primogénito, pero no puedo aspirar al trono–Sabias palabras alteza, por favor mientras trato de dialogar con su madre ¿desea ir y jugar con sus hermanos?–Hmnmm – zafándose de su madre y yendo al lugar en donde están los otros hijos del sultán un total de diez hijos ocho niños y dos niñas– ¡¿Por qué pones a mi hijo en mi contra?!–Nadie lo ha puesto en tu contra – aplaudiendo – ese niño entiende mejor que su madre el lugar que le corr
–Bien, ¿algún otro ministro tiene una opinión que dar? – limpiando el filo de su espada, después de ejecutar al más viejo de sus ministrosLos demás ministros agachan la cabeza y se quedan callados–Bien, recojan a ese y tírenlo al mar – varios soldados hacen una reverencia y toman el cuerpo y la cabeza del anciano – Adalet será mi sultana, quien objete lo contrario, quien corra rumores en contra de ella y sobre todo quien ose hablar con mi prometida sin estar yo presente recibirá la muerte por mi mano ¿entendido? – todos los ministros hacen una reverenciaBerat entra y se coloca en su lugar – creo que debemos renovar a los ministros–Coincido – viendo como los ministros levantan la mirada – si quieren conservar sus puestos, demostrarán su lealtad ¿Cómo?, eso deben descubrirlos ustedes mismos, por ahora…inicien con las convocatorias, es hora de renovar a mi corte ministerial – colocándose de pie– ¿Vas a ir a ver a tu dulce prometida?–Hmnmm–Bien vamos entonces, quiero ver a su altez
–Desde este momento Adalet será tratada como debe ser, como mi prometida y futura sultana de los mares del sur ¿entendido? – viendo como todas sus consortes hacen una reverencia–No lo acepto – haciendo que Zeheb se gire y dirija toda su atención a ella – yo soy la madre del primogénito, el verdadero heredero al trono, ¡soy yo quien debería ser la sultana!Mirando al eunuco encargado del harén, Zeheb con un simple movimiento de cabeza hace que el eunuco repita por enésima vez las reglas del harén.–Regla número uno, ninguna de las consortes de su majestad puede salir sin permiso, regla número dos solo pueden salir del harén con permiso mío o de su majestad, regla número tres solo los hijos de la sultana tiene derecho legítimo al trono, regla número cuatro aunque ya el sultán tenga a su primogénito, solo el hijo que haya salido del vientre de la sultana será el heredero– ¡Pero!–Ceren, desde que viniste como regalo del sultán del norte, se te explicó estas reglas, solo los hijos que m
–Bien ¿algo más? – entregando el rollo a su consejero–Alteza, tenemos reportes del este el sultán Ismail ha atacado – viendo como el sultán frunce el ceño – se ha llevado a las jóvenes del sultán del este, y ha hecho esclava a la sultana– ¿Tiene intenciones de venir a mi sultanato?–No, parece que su próximo objetivo son los califatos al norte del sultanato del este, por el momento estamos seguros alteza–Bien mantengan vigilado a Ismail, lo quiero lejos de mis tierras – todos los ministros hacen una reverencia– ¿Qué pretende ese hombre con las jóvenes?–Dicen que los desea para tener un vasto harén, pero que en especial quiere a las jóvenes de gran bellezas para someterlas a su voluntad, gran visir – haciendo una reverencia–Entonces tenemos que estar alertas, no solo la futura sultana es de gran belleza, mi futura esposa también lo es, no toleraremos cualquier intento de guerra por parte de Ismail…–Gran visir, mientras Ismail no se entere de la existencia de sus altezas, quizás