La noche termina sin otro traspié. Después de que, Renzo dona todo lo que ha ganado en las partidas disputadas, salimos del casino. Nos despedimos de Bianca y Arístides antes de partir al departamento a descansar. Durante el camino, el silencio es el protagonista. Al llegar al departamento de concepto abierto, ubicado en el centro de Palermo, no aguanto más e intento saber qué fue lo que en realidad sucedió entre él y Franco. — ¿Sabes? — comienzo — Tu amigo me causo curiosidad. Este, está dejando sobre el sofá del salón, la chaqueta de su esmoquin y me fulmina con la mirada. —Ese imbécil no es mi amigo. —Bueno, Franco. — Digo, en cambio. Se endereza y me mira desde suposición con las manos en la cintura. — ¿Qué quieres saber? — ¿Quién es Lía? Lo sé, soy una cotilla. — ¿Celosa? — arquea una ceja. —No seas ridículo— respondo de forma rápida. Muy rápida. Resopla. —Lía era una chica que conocí en la universidad. — comienza de manera escueta. Avanzo por el salón y me voy
La mañana siguiente el sol se filtra por la ventana y me remuevo con ganas de desaparecer.No estoy segura de poder verle la cara a Renzo.No, no Después de lo que hice y lo que le dejé hacerme.Iré al infierno.Resignada, salgo de la cama sin preocuparme por mí desnudes.Porque, seamos honestas. El hombre ya ha visto todo lo que hay.Niego y alejo los recuerdos por mi bien.Me meto al baño y no hay señales del.—Bien — susurro — No hay nada que decir — me miro al espejo del baño y hago una mueca al ver mi aspecto —Solo fue sexo.Intercambio de fluidos.Resoplo ante el pensamiento.Me doy una ducha e intento relajarme.No pienso romperme la cabeza por lo sucedido.Somos dos adultos, solteros.Que decidieron compartir sus cuerpos y rascarse la piquiña.— Sí. Es eso. — Digo en voz alta.Una vez satisfecha con el baño, salgo de este.Me preparo para mi día.Cuando me he peinado y maquillado un poco. Me pongo unos vaqueros blancos, una camiseta sin mangas, color gris, encima varios collar
Luego de mi intercambio de palabras con Renzo. Hice una caminata por la propiedad.Necesitaba despejar mi cabeza y ordenar todo lo que está sucediendo.Luego, Bianca llegó y me pidió que la ayudara con algunas cosas que está planeando para la boda. Dice que Arístides y ella, ya lo hablaron y él vendrá mañana en la noche y pedir de nuevo su mano.Bianca esta emociona y puedo ver la felicidad brotar de su cuerpo.Después de todo, vale la pena lo que estamos haciendo Renzo y yo.Aunque, a veces quiera matarlo.Solo espero que, las cosas no se vuelvan más raras de lo que ya son solo porque no acostamos. No voy a decir que acostarme con Renzo fue un error.No.Porque lo hice consciente de las repercusiones que esto traería. Lo que me pudre, es que eso ha complicado más las cosas.— Bueno, Sam. Es lo que hay.Resoplo.Ahora, estoy sentada en la biblioteca que, de manera amable, Gianna me había mostrado y en la que había una colección de libros interesantes.Gianna.Es otra causa de mi mal
Frente al espejo, ajusto el vestido rojo, de una sola manga, con una abertura en la pierna. El mismo es el que pienso lleva en la recepción, la misma que la familia de Renzo nos había preparado por nuestro falso enlace.Los últimos dos días habían sido tranquilos y sin sobresaltos.Nuestra dinámica se había asentado después de esa discusión, posterior a nuestra noche juntos.Ambos estamos poniendo todo de nuestra parte, para hacer el mejor trabajo frente a la familia.Sí. Hay ocasiones en las que discutimos y nos queremos matar. Pero, al pasar esa puerta, no nos podemos quitar las manos de encima, y el deseo es más fuerte.Y, me aterra sentir lo que estoy sintiendo por Renzo.Somos dos personas muy diferentes y vemos la vida desde otra perspectiva.Suspiro cuando me doy un último repaso, al mismo tiempo que Renzo sale del vestidor con la chaqueta de su traje en la mano.Nuestras miradas se encuentran a través del espejo.—No estés nerviosa — espeta en tono bajo — Hemos dejado claro fr
La familia de Renzo es divertida, escandalosa. Pero se nota lo unidos que están. Me han hecho sentir muy bien. He conocido al esposo de Loreta, que es todo lo contraria a la mujer. Los mismos, tiene dos hijas que son tan hilarantes como la madre. En cambio, María tiene un hijo aproximadamente de la edad de Renzo. Él y su esposa están a la espera de su primer bebé. Bianca y yo no podemos reprimir la diversión, ya que, el hombre parece que está a punto de sufrir un ataque, cada que su esposa hace un movimiento brusco. La mujer, llamada Tania, está a punto de dar a luz y es comprensible sus nervios. Sin embargo, ella está muy oronda disfrutando de la noche. La cena es lo mejor. De entrada, antipasto de plato principal, un delicioso risotto seguido de pescado acompañado con tomates Cherry, las aceitunas, las alcaparras. El vino corre por toda la mesa de gran tamaño, la cual, han dispuesto para la celebración. —Creo que no tengo espacio para el postre— espeta Gianna. —Bueno.
Después de un viaje tranquilo. El conductor nos deja en la clínica de Franco.El lugar es impresionante, y entiendo que el hombre es muy reconocido en su especialidad. Entiendo, porque Bianca se arriesga a la furia de Renzo.Me siento en la sala de espera, mientras Bianca es llevada hasta la consulta de Franco.Tomo una revista de medicina, y me encuentro con un reportaje en inglés sobre la labor altruista que realiza Franco a través de su clínica, y paso el tiempo hasta que veo a Bianca caminar por el pasillo en compañía de Massimo.El hombre lleva una bata blanca de médico.Me pongo en pie.—Señora, Vitale —espeta en tono algo ¿Sarcástico?Evito resoplar.—Señor Moretti —mi tono es formal.— Franco, por favor —mira a Bianca —Si te decides, solo debes llamar a mi asistente, y ella te dará los pormenores —asiente algo pensativa.—Supongo que, lo pensaré seriamente luego de la boda—Frunce el ceño —No quiero retrasarla por la recuperación.—Es una sabia decisión —asiente Franco.Me mira
POV RENZO. —Vaya, veo que saliste a dar un paseo. Las palabras vienen de mi padre, que está sentado en el salón, tomando una copa de su oporto. —Necesitaba despejar mi mente un poco—digo avanzando por el lugar con la intención de irme a la habitación. Necesito cambiarme y seguir trabajando. —Sabes que, te has comportado como un idiota con tu hermana y tu esposa. Me detengo y lo volteo a ver. —¿Disculpa? Suspira y me mira como si fuera un estúpido. —Ninguna tiene la culpa de tus problemas con otros —continúa. —No soy un niño al que tengas que reprender por discutir con mi hermana pequeña. Mi padre me atraviesa con la mirada, y cierro mi boca de inmediato. ¡Maldición! —Eres un testarudo —niega —Pero, estréllate tú solo. Lo miro sin entender. —Nunca vas a ganar una batalla con tu mujer. Puedes pelear y maldecir todo lo que quieras, pero es así. —No te veo peleando con mamá. Me da una mirada divertida. —Que no, nos veas discutiendo en medio del salón. No quiere decir q
Necesito ver esa mirada viperina.Esas palabras son las primeras que vienen a mi cabeza, todo está confuso, y siento como si una aplanadora me ha pasado por encima.No una, ni dos. Mil veces.Me remuevo, intento abrir los ojos, pero me pesan demasiado.Lo último que recuerdo es estar sobre lirio, el relámpago, la sensación de caer y luego nada.Intento de nuevo abrir los ojos, y esta vez lo consigo.Estoy en una habitación de hospital y la luz se filtra por la ventana. Miro mi brazo y tengo una vía, un dispositivo en mi dedo que mide mis pulsaciones.La puerta se abre, y veo a Renzo entrar llevando un vaso con lo que supongo en café.Cuando mira hacia la cama, nuestros ojos se encuentran y veo el momento en que su gesto se suaviza.—¿Cuánto llevo aquí? — es lo primero que digo.Suspira.—Desde anoche —replica, acercándose y tomando asiento en el sofá individual junto a la cama.Alarga la mano y presiona un botón.—¿Recuerdas que paso? —su tono es suave. Como si…Niego.La puerta se ab