Me marché de mi casa, subí a mi coche, lo arranque marchándome de mi casa hacia donde había quedado Adrian conmigo. Aparque acercándome después hasta el muro, cuando la pequeña Silvia me vio, empezó a correr hacia mí, con sus bracitos abiertos llamándome mamá, llenando mis pulmones de aire, ya que empezaba a amar a esa pequeña. La cogi en mis brazos, rodeando ella mi cuello con sus bracitos
— Hola mi amor ¿tienes puesto el bikini? — pregunte
— Si, y tu tambien, sabes mami, me gusta mucho el agua no voy a salir hasta dentro de dos años — me dijo haciendo que me riera
— Hola buenos días Eli, siento haberte despertado tan temprano, pero mi hija no hacía más que saltar por encima de mi cama, de gritarme hasta que me he visto forzado a levantarme ¿como estas? – me pregunto
— Muy contenta de que os acordeis de mi, ¿vamos al mar? ¿Qué me dices pequeñaja, te apetece?
Nos fuimos los tres hacia la playa, le puse crema solar a la niña poniendome luego ella a mi, esperando a que su padre se quitara la ropa para ponerle también la crema. Adrian se quitó el jersey que llevaba, quedando atonita mirando, Abdomen duro, bien marcado, sus piernas eran todo músculos igual que sus brazos, mientras que en su bañador escondía un regalo que deseaba probar.
— Mami, la arena me quema, ¿me llevas al agua? — preguntó mi niña
La cogi en brazos y dando saltos por la arena mientras la escuchaba reír, nos metimos las dos en el mar, jugando con el agua, viendo como nadaba la niña quedando sorprendida ya que parecía una sirena.
– Hola ¿a quien de las dos tiró de cabeza al agua? — escuche la voz de Adrián a mi lado
— Papa, tira a mamá, no se ha mojado todavia — grito Silvia
— No, quiero a mi no, — grite, pero ya tenía mi cabeza dentro del agua
Jugamos en el mar, nadamos, estuvimos casi una hora, hasta que cansada mi niña, nos pidió que nos fuéramos a donde estaban las toallas, que estaba cansada
—- Es preciosa — le dije a Adrian
— Necesita una madre, cuando yo trabajo se queda con la niñera, pero siempre está triste, Oye Elizabet, se que no nos conocemos casi, pero te propongo un contrato matrimonial, ¿Querrías ser mi esposa? no haremos nada que tu no desees, solo que mi hija te quiere mucho y por ella haría lo que fuera ¿que me dices? — me pregunto
— No sé Adrian, tendría que pensarlo, de verdad me gustaria mucho ser tu esposa, tu hija me tiene enamorada, pero es un gran paso y ahora mismo no se que decir — comente
— Lo entiendo no te preocupes, ha sido un subidón que me ha dado al veros a las dos disfrutar del mar, pero tranquila, no quiero que me contestes si no estás segura, ¿seguimos siendo amigos? — pregunto, cogiendo mi mano
Pero yo quería algo más que su mano, así que acerque mis labios a los suyos, acariciando con su lengua mis labios, sin apartar su mirada de mi.
— ¿Aprovechando el tiempo que te queda hasta que nos casemos? — escuche la voz de Carlos
— ¿Es tu prometido? — pregunto Adrian sorprendido
— ¿Qué haces aquí?¿me estás vigilando? — le pregunté a Carlos, levantandome de la toalla
— Eres mi prometida, ¿te enteras? mia, veremos qué dice tu padre cuando se lo cuente, esta noche nos vemos prometida — me dijo soltando mi brazo, fijandome en el hematoma que me había hecho al apretar tanto con su mano
— Silvia cariño nos vamos — le dijo Adrian a su hija
— No por favor, espera Adrian, te lo tengo que explicar, debo de explicartelo — le dije
— No hace falta, me siento ridículo intentando conquistar a una mujer que pertenece a otro hombre, – me dijo, haciéndome llorar
— No es mi prometido, mi padre ha concertado una boda con el, sin decirme nada, ese hombre es odioso y a mi solo me gustas tu, tu hija me ha robado mi corazon y deseo ser su mamá, — le dije llorando
— Palabras muy bonitas, pero eres como todas, una mentirosa que le gusta reírse de los hombres débiles y con problemas, no quiero volver a verte nunca más y menos que te acerques a mi hija — me dijo, viendo como se iba, sin dejar que me despidiera de la pequeña Silvia
Me quedé de pie en la arena, dolida y furiosa con el engreído de Carlos por tener ese aire de superioridad, mientras me quedaba mirando como el hombre del que empezaba a enamorarme, se marchaba con su hija, con mi pequeña rubia dormida en sus brazos. Recogí mis cosas, me fui hacia mi coche y una vez dentro llame a mis amigas, con el movil que tenia mi vehículo, contestandome las dos casi al unísono
— Hola Eli, ¿cómo está el tío buenorro y su pequeña hija? — preguntó Gina
— ¿Qué preguntas loca? ella estará contenta ¿a que si Elizabeth? — dijo Lore
— Me ha dado la patada chicas, por culpa de ese maldito Carlos, ¿podemos vernos en la cafetería de siempre? se que si me voy a casa, mató a mi padre por haberme prometido con ese, ese ____
— Cuidado nena, del odio al amor hay un paso, venga tía animate, nos vemos en la cafetería en veinte minutos — respondió Gina
— Ahora nos vemos peques — dijo Lore, terminando la llamada
Aparque mi coche cerca de la cafetería, baje entrando seguidamente en el local, viendo que mis amigas ya habían llegado y me habían pedido un refresco, me acerque a donde estaban, sentandome en la silla que había libre
— Cuentanos que ha pasado, nos tienes intrigadas Eli — me dijo Gina
— Hemos estado con la pequeña Silvia en la playa, nos lo hemos pasado muy bien, la pequeña nada mejor que las sirenas, nos hemos vuelto hacia las toallas y cuando Adrian estaba a punto de darme un beso ___
— Espera, espera, ¿en los labios? — pregunto Lore
— Pues claro que en los labios, tonta y callate ¿que paso después del beso? — preguntó Gina
— No llegamos a besarnos, aprecio el idiota de Carlos, diciendo que soy su prometida y claro a Adrian no le gusto nada – les dije
— ¿Y entonces?¿se marchó dejándote sola en la playa? — pregunto Lore— Si, además me dijo que ya no queria verme mas y que no me acercara nunca más a su hija — les comente, resbalando por mi mejilla una lágrima— ¿Qué vas a hacer Eli? esa cría te quiere mucho y no dejara de preguntarle a su padre dónde estás — comentó Gina— Iré a la playa todos los días, por si al padre le da por llevarla, pero no me acercaré mucho para que mi niña no me vea, chicas la voy a echar mucho de menos— Y también al tío buenorro ¿no Eli? — pregunto Lore, haciendonos reir— ¿Le vas a decir algo a ese imbécil? yo sí le diría, le diría tantos insultos que lo pondría rojo de vergüenza, que caradura que ha tenido — me contestó GinaCuando terminamos las amigas de contarnos, pagamos marchandonos de la cafetería hacia donde estaban aparcados nuestros coches. — ¿Que vais a hacer mañana? yo pienso seguir yendo a la playa, esto no va a quedar asi, Adrián me tiene que escuchar quiera o no quiera – les dije muy seri
Nada más acostar a la pequeña Silvia en su cama, me rodeo mi cuello con sus cortos bracitos, dándome un beso en mi mejilla, sintiendo el amor que la niña tenía para dar y la verdad que a la pequeña le hacía falta tener a su mama a su lado, Por eso y por ella, yo tenía que intentar quedarme en la casa de Adrian, por lo menos hasta que estuviera mejor o mejorara del resfriado tan fuerte que tenía aunque sabía que a su padre, no le era agradable mi presencia.— Mami no te irás, no me dejes solita, por favor — me dijo la pequeña— Cariño, esta papi contigo y además está Marga también contigo, ellos te quieren mucho y te cuidaran muy bien — le dije acariciando su pelo, esa niña me tenía muy adentro de mi corazón— Te puedes quedar si quieres, por mi no habra ningun problema — me dijo Adrian, no muy convencido — Tendré que ir a mi casa a por algo de ropa, ¿cuantos dias lleva la peque mala? — pregunte— Tres dias, el medico dice que es un resfriado común, pero cuando tose no me gusta, parec
Estaba tumbada junto a la pequeña Silvia en su cama ya que era bastante grande para ser de una niña de seis años, cuando vi entrar a Adrian sentándose al lado de donde estaba su hija, mirando y acariciando el pelo y la mejilla de su hija con el rostro algo desencajado, mirándole yo a él viendo la preocupación que tenía, o el miedo a perder a su pequeña.— Lleva varios días con fiebre y con una tos que me tiene preocupado — me dijo— Los niños pequeños son así, unos días están bien y otros días sin saber porqué enferman, no tengo ni hermanos ni sobrinos, pero se que siempre se ponen bien, ¿el medico que te ha dicho? — pregunte— Que es un fuerte enfriamiento, que no me preocupe, solo que le de la medicación que ves encima de la mesita y que procure que no le suba mucho la fiebre, — me dijo con voz bajita ya que la peque estaba durmiendo— Todo saldrá bien, es una niña muy fuerte y en unos dias estara dando saltos por la casa — le dije sonriendo— Te agradezco que te quedes para cuidarl
Ha partir de esa noche, ya parecía que no había enfrentamientos entre los dos, alegrándome mucho, porque Silvia necesitaba que hubiera buena armonía entre los que estabamos cuidandola. Al dia siguiente, me desperté antes que mi niña, así que aproveché para ducharme como hacía todos los días, aunque habian dias que Marga o Adrian se tenían que quedar con ella, ya que se levantaba y me esperaba sentada en una sillita que había en el cuarto de baño, hasta que yo terminaba de ducharme y volvíamos las dos juntas al dormitorio, ya que la peque era mucho más cabezota que yo en cuestión de lo que ella quería. Ese dia cuando termine de ducharme, tape mi cuerpo con la toalla, volviendo al dormitorio para coger mi ropa y poder vestirme, cuando vi a Adrian entrar mirandome de arriba abajo, sintiendo como me ardían mis mejilla y se erizaba toda la piel de mi cuerpo, ya que su forma de mirarme era de deseo y de anhelo, sabiendo que tenía rojas mis mejillas— Buenos días, ¿cómo habéis pasado la no
Entró conmigo en sus brazos en su dormitorio, me dejo encima de la cama, cerrando después la puerta, volviendo a la cama mientras se quitaba el pantalón corto que llevaba, saltando enseguida su virilidad, Se puso delante de mí de rodillas en la cama, me quitó el camisón que llevaba, dándome vergüenza ya que nunca había estado con un hombre desnuda, pero solo nos veíamos con el reflejo de la luna que entraba por las ventanas. Adrian me cogió los brazos poniéndolos encima de mi cabeza, besando mi cuello, lamiendo mis labios, mis hombros, el nacimiento de mis pechos, apretando su boca con mi boca, cuando empecé a gemir y jadear. — Adrián yo no _____— Shh, calla, solo quiero escuchar tus gemidos y como vas a gritar mi nombre cuando te de los orgasmos que vas a gritar esta noche — me dijo— Pero, por favooooooo, ahhhhh, — — Eso es Eli, sigue gimiendo mientras tengo mi boca en tu clitoris, eres maravillosa, tu sexo sabe como la pura miel — me dijoSubió lamiendo, mordisqueando y besando
Baje de mi coche y entré en mi casa recibiendome con una sonrisa Marta, — Hola mi amor, ¿qué tal lo habéis pasado en la casa de Gina? tu padre está muy enfadado contigo y ese pelmazo de Carlos ha estado todos los días aquí por si regresabas a casa — me dijo Marta— Todo bien Marta, ahora me voy a mi dormitorio, me gustaría descansar — le dije— Eli ¿qué te pasa mi niña? — me pregunto Marta— Ya te lo contaré, ahora no quiero ver a nadie — respondí— !! ELIZABETH MACKENZIE ¡¡ !! QUIERO VERTE EN MI DESPACHO YA ¡¡— escuche gritar a mi padre, mirándonos Marta y yo— Mira a ver que desea, no quiero que se enfade más por favor mi amor — me dijo MartaMe fui hacia el despacho de mi padre, termine de abrir la puerta viendo a Carlos de pie sonriendo y a mi padre sentado en su sillón, con su rostro muy serio y muy furioso— Ya era hora de que volvieras a casa, tu prometido ha venido todos los días a verte y la señorita de juerga con sus amigas, no me gusta lo que has hecho Eli, ¿tienes algo q
Muy enfadada con mi padre por no querer darme ninguna explicación de porque tenía una hermana gemela y nunca me lo dijo, me levanté de donde estaba sentada marchando del jardín hacia el interior de la casa, Cuando llegue a mi dormitorio cerre de un portazo la puerta muy enfadada, tumbandome en mi cama. Busqué mi teléfono en mi bolso para llamar a mis amigas, necesitaba salir de mi casa enseguida, pues no aguantaba la forma de hablarme de mi padre y menos venderme a mí por culpa de sus juegos de poker, a un mafioso que ni tan siquiera conocía. Marque una llamada de tres a mis amigas Loreta y Gina, para quedar con ellas en la cafetería donde siempre nos reunimos cuando nos necesitábamos— Hola Eli ¿qué pasa? —- respondió en seguida Gina— Chicas necesito veros, ¿quedamos donde siempre? — pregunte— Diez minutos y estamos en la cafetería contigo — contestó Loreto, terminando las tres la llamadaMe levante de la cama, cogi de mi armario otra ropa y cuando ya estaba preparada, cogi mi movi
Subí a mi coche muy enfadada, preguntándome qué ¿quién coño se creía Carlos que era para decirme cómo tengo que vivir mi vida?. Estaba tan enfadada que no me di cuenta de que el semáforo estaba en rojo, saltando melo y casi chocando con otro coche que venía. Salí de mi coche muy nerviosa, solo esperando a que el otro conductor no se pusiera a gritar también ya que sabía que no lo iba a poder soportar. Cuando me acerque al otro coche, me quede completamente inmovil al ver que de el salia Adrian mirandome muy furioso—- Si querías llamar mi atencion, podrias haberlo hecho de otra manera — me dijo— Yo ____ lo siento, no vi el semáforo — respondí— ¿Tu sabes lo que me vas a atrasar? tengo una reunión en mi empresa en diez minutos, — me gritó— Llama a un taxi, yo te lo pago, no lo he hecho para llamar tu atención ni me acordaba ya de quién eres —dije muy nerviosa— ¿Qué ha pasado aquí, Eli? — escuche la voz de Carlos detras de mi—- No lo se, no vi el semaforo y choque con ese coche — le