Me desperté al día siguiente escuchando el timbre de la puerta que no dejaba de sonar, escuchando después muchas voces, me levanté como casi los últimos días de la cama, corriendo para ir al cuarto de baño, ya que las náuseas eran cada vez más intensas. Después de ducharme regrese al dormitorio, viendo dentro a la madre de Carlos y a tres mujeres más, sonriendome todas ellas— Bueno querida, te vamos a peinar y a pintar, hoy es un dia muy especial para toda mujer, el día de su boda tiene que ser la novia más guapa y admirada por todos — me dijo CarlotaMe senté en la silla que había en mi tocador, mientras las mujeres hacían su trabajo con mi pelo y mi rostro, una vez que acabaron conmigo, me mire en el espejo sintiendo un fuerte pinchazo en mi estomago, ya que si que me dejaron muy guapa, pero el hombre con el que iba a contraer las nupcias, no era el que yo realmente amaba.Una vez que ya me vistieron, la madre de Carlos me dio el ramo de novia marchándome con ella de mi dormitorio
Todos los invitados y nosotros, los novios, nos sentamos en las mesas que los maitres nos decían, una vez que ya estabamos en nuestras mesas, sirvieron la comida, sirviendo después el café y por orden de Carlos y de su madre, repartieron un trozo de tarta a cada uno de los invitados que deseaba, siendo otra clase de postre para los que no deseaban la tarta.— Ven conmigo, salgamos de aquí — me dijo Carlos cogiendo mi mano, levantandome de donde estaba sentada— ¿Dónde vamos? — pregunte, mientras mi nuevo marido me llevaba hacia la zona de los ascensoresCuando llegamos, había dos sicarios esperandonos en uno de los ascensores, entrando Carlos y yo dentro observandonos el sicario que había. Me pusieron un antifaz en los ojos, sin decirme nada, ademas de que no comprendia que estaba sucediendo— Ahora mis hombres te van a llevar a una planta donde te espera un importante hombre, quiero, escúchame bien Elizabeth –dijo Carlos poniendo su mano en mi cuello apretando– quiero que hagas tod
Al día siguiente cuando desperté, intente levantarme de la cama, pero me dolía todo el cuerpo, ya que la noche anterior mi marido me hizo el amor, de una forma demasiado brusca y mi cuerpo casi no me correspondía, aunque sabia que tenia que levantarme, porque deseaba ir a la casa de Adrian, necesitaba saber como se encontraba mi pequeña Silvia. Cuando conseguí ponerme de pie, me fui al cuarto de baño para ducharme, prepare los grifos dejando caer algo mas caliente para relajarme, duchandome seguidamente, al terminar, volví al dormitorio para ponerme un vestido y la ropa interior, marchando una vez que ya estaba arreglada. Me fui hacia la cocina, cruzando antes el despacho de Carlos llamándome él, haciendo que entrara, viendo a dos de sus socios sentados en los sillones— ¿A dónde vas? — me pregunto mi esposo— A dar un paseo, necesito que me dé el aire, ¿te importa? — pregunte, viendo en ese momento a Carlos levantandose de su sillón para acercarse a mi— Ahora eres la esposa de un ma
Una vez que pase su prueba, según él, nos quedamos un tiempo en la cama, rodeando mi cintura con su brazo. Nos levantamos los dos de la cama y entramos en el cuarto de baño para ducharnos los dos juntos, mientras Adrian me lavaba el cuerpo, empecé a sentir el deseo de que volviera a hacerme suya, ya que note en mis nalgas como su virilidad despertaba poniendose cada vez más dura. Gire mi cuerpo quedando los dos de frente, acariciando su torso con mis manos, mientras le miraba lamiendo mis labios— !! NO ¡¡, no puedes tocarme si no te lo digo yo, vete de la ducha, necesito ahora estar solo — me dijo apartando mis manos de su abdomenMe fui de la ducha, tape mi cuerpo con una toalla, volviendo yo sola al dormitorio sin comprender que le había pasado a él, preguntándome si es que yo había hecho algo mal para que se enfadara.Cuando él volvió al dormitorio, pude verle en todo su esplendor ya que salió desnudo mientras se secaba el cuerpo y el pelo con la toalla.— Vístete, mis abogados est
Cuando regresamos a su casa, abrió la puerta del coche para que yo bajara, cogiendo esta vez mi mano, llevándome con él hacia el interior de la casa, cruzandonos en ese momento con Marga. — Adrian ha venido un señor, preguntando si estaba Elizabet aquí, creo que era algún hombre que esta a servicio del esposo de Elizabeth — nos dijo— Esta bien Marga gracias, ahora los llamo — contestó élSin soltar mi mano, me llevó con él entrando los dos en el dormitorio cerrando la puerta Adrian— Es peligroso que me quede mas tiempo en tu casa, seria mejor que me marche Adrian – le dijeAdrian dio dos grandes zancadas, poniendose enfrente de mí, rozando casi nuestros labios, poniendo una de sus manos en mi cuello acariciándome.el pelo y mi labio inferior—- Tranquila ya lo tenia calculado todo — me dijo lamiendo despues mis labios, haciendome sentir una especie de corriente por mi espalda hasta mi sexo— Te deseo Adrian — le susurre en el oído, intentando acariciar su mejilla, pero me cogió la m
Tres amigas, Loreta, Gina y yo, Elizabet, estamos sentadas en un muro al lado del puerto de Málaga, disfrutando de nuestros días de vacaciones, ya que habíamos terminado la universidad licenciandonos en Empresariales con las mejoras notas de la clase, hablando del viaje que nos gustaría hacer a Cancún o al Caribe, ya que éramos tres muchachas de buena posición social, aunque mis amigas tenían a sus padres yo solamente tenía a mi padre, ya que mi madre nos dejó solos cuando nací. Las tres somos casi como hermanas, de edad tenemos veintidos años, aunque la unica que se diferencia es Loreta, ella es rubia, con unos preciosos ojos azules, mientras Loreta y yo somos morenas y el color de nuestros ojos es de color miel, Como ya he comentado, estabamos las tres amigas sentadas en un muro del puerto de Marbella, cuando nos dimos cuenta de que habia unos chicos que no dejaban de mirarnos y hablarse entre susurros, sin que nosotras le dieramos mucha importancia, ya que lo uunico que queriamos e
A la pequeña Silvia, al final le pedimos un helado de chocolate,mientras Adrian y yo hablamos de la pequeña, cuando de pronto Silvia fue a darme un abrazo, manchando mi camisa blanca con su refresco, pidiendo Adrian al camarero un poco de soda, para limpiarme, pero no me acordaba de que la camisa se iba a transparentar, dejando mis sujetador de encaje a la vista cuando ya intente limpiarme, mirandome Adrian de tal manera mi pecho, que me sentía tan avergonzada, hasta que se dio cuenta y apartó su mirada a mis ojos— Yo lo siento, venga hija vamonos, Elizabet tendrá cosas que hacer ¿te llevo a casa? con esa transparencia no creo que quieras ir en el metro — me dijo— No tranquilo, tengo mi coche aquí al lado, de todas maneras gracias por preocuparte por mí — respondí— No quiero papi, quiero irme con mi mami — le dijo la pequeña, cogiendola su padre en brazos apartando sus piernas con la mano para que no volviese a dar diana donde antes.le dio. Adrian me acompaño hasta donde tenia mi
Después de comer, ayude a Marta a recoger la cocina ya que era como una madre para mi, me marché a mi dormitorio tumbandome en la cama con mi movil en mi mano, dándome cuenta de que Adrian me había mandado dos mensajes, Empece a sonreir mientras los leía, Uno de ellos me decía de quedar al dia siguiente para ir a la playa, ya que a su pequeña le gustaba mucho el mar y como él estaba de vacaciones quería aprovechar para llevarla, Enseguida le respondí a su mensaje, diciéndole que estaria encantada de acompañarlos a los dos, respondiendo él a los pocos segundo, dándome las señales de donde nos veríamos. Sobre las seis, escuche como tocaban el timbre de mi casa, me fui de mi dormitorio, viendo entrar en mi casa mis amigas, Loreta y Gina, abrazandonos las tres mientras saltábamos— Niñas, tranquilas, no vayáis a despertar al señor — nos riñó Marta, marchando las tres al jardín donde estaba la piscina— Cuéntanos, ¿qué tal te fue con el macizorro y su hija? – me pregunto Gina— Todo bien,