3/ CONSEJOS

Después de comer, ayude a Marta a recoger la cocina ya que era como una madre para mi, me marché a mi dormitorio tumbandome en la cama con mi movil en mi mano, dándome cuenta de que Adrian me había mandado dos mensajes, Empece a sonreir mientras los leía, Uno de ellos me decía de quedar al dia siguiente para ir a la playa, ya que a su pequeña le gustaba mucho el mar y como él estaba de vacaciones quería aprovechar para llevarla, Enseguida le respondí a su mensaje, diciéndole que estaria encantada de acompañarlos a los dos, respondiendo él a los pocos segundo, dándome las señales de donde nos veríamos. Sobre las seis, escuche como tocaban el timbre de mi casa, me fui de mi dormitorio, viendo entrar en mi casa mis amigas, Loreta y Gina, abrazandonos las tres mientras saltábamos

— Niñas, tranquilas, no vayáis a despertar al señor — nos riñó Marta, marchando las tres al jardín donde estaba la piscina

— Cuéntanos, ¿qué tal te fue con el macizorro y su hija? – me pregunto Gina

— Todo bien, nos fuimos a una cafetería a tomarnos un refresco y la pequeña mancho mi camisa de chocolate, si hubierais visto como me miraba Adrian, al quedar transparente mi camisa, nenas casi tengo un orgasmo, que mirada mas intensa y con qué deseo de cogerme allí mismo, tenía.--- les respondí

— Uhhhh, la niña se va a conquistar al viudo — dijeron las dos

— Hay otra noticia, mi padre pretende que me case con un tal Carlos, dice que si no me caso no puedo hacerme cargo de la empresa, por tradición — les comente

— ¿No puedes elegir a tu marido?, no creo que sea justo para ti — me dijo Loreta

— No lo sé, de todas maneras no creo que me case con Carlos, somos muy distintos, parece que a él le gusta controlarme y eso no lo voy a consentir — les comente

— Entonces que decis, ¿cuando hago las reservas de nuestro viaje? estoy deseando tumbarme en aquellas playas y si, ligar con algún chico, SIIIII. — grito mi amiga Lore, mirándonos Gina y yo mientras nos reíamos

A las ocho en punto, tocaron al timbre abriendo mi padre la puerta muy sonriente

— Pasa Carlos por favor, mi hija está preparada — le dijo, ya que yo salia del salon y pude escucharle

— Hola Elizabeth, estás preciosa — me dijo

— Es solo un trapo que encontré en el armario — respondí, con sarcasmo

— Venga hija, no vas a tener a este hombre toda la noche en la puerta esperando — me dijo mi padre.

Le di un beso a mi padre marchando Carlos y yo de mi casa, abrió la puerta de su coche, un Mercedes de última gama, sentandonos los dos, arrancando el vehículo enseguida. Al llegar al parking del restaurante, me quedé por unos segundos dentro esperando a que Carlos me abriera la puerta para que yo pudiera salir. Una vez que lo hizo y baje, cogio mi mano como si le perteneciera entrando los dos en aquel restaurante, acompañando al camarero que se acercó a nosotros hasta nuestra mesa, abriendo Carlos mi silla para sentarme

— Señor ¿les traigo la botella de vino que usted siempre elige? — preguntó el camarero

— Si por favor y la carta también — contesto Carlos

— ¿Vienes mucho por aquí? — pregunte

— Si,  me gusta el sitio y se come muy bien — respondió

Cuando el camarero vino y nos trajo la carta y la botella de vino, la abrió él mismo mientras nosotros mirábamos para pedir la cena

— Dejalo Eli, yo pedire por los dos, se que te gustara todo lo que te pongan — me dijo, dejandome algo atonita, preguntándome ¿porque el tiene que elegir lo que yo deseo? 

— Bueno Elizabeth, dime ¿dónde te gustaría que nos casemos? yo soy muy tradicional y prefiero la iglesia

— A mi me da lo mismo, no pienso casarme contigo, ya te lo dije esta mañana, no te conozco y ya estoy empezando a odiarte — le dije, viendo como sonreía

— Tu padre me ha elegido a mí como tu futuro esposo y creo que no tendrás otras opciones, así que por favor querida, comportate como una dama conmigo — me respondió sin dejar de sonreír

— ¿Tú crees que no tendré más opciones que tú? creo que en eso querido Carlos estas muy equivocado 

— Si consigo que te emborraches y meterte en mi cama, no creo que si estas embarazada de mi hijo, puedas hacer nada en mi contra — me dijo muy serio

— Carlos llevame a mi casa por favor, ya no te soporto —- le conteste muy enfadada

— Aún no has cenado mi amor, terminate la comida, no voy a pagar para que tu querida la desperdicies — me dijo cogiendo mi mano, apretando la suya

Me quedé mirando a la gente que había en el restaurante, por si conocía a alguien que me ayudara para marcharme de aquel lugar, pero no había nadie conocido. Cuando terminamos de cenar, Carlos pagó la cuenta marchandonos del local hacia la calle. Una vez que llegamos al coche, abrió la puerta, me cogió de la cintura, empotrando mi cuerpo contra el coche

— Dejame, aun no somos nada ni habra boda — le dije muy seria

— Te aseguro que habra boda, no me conoces aun muy bien, pero cuando quiero algo lo tengo, no lo olvides preciosa — me dijo

Al dia siguiente, me despertó un pitido que ya no deseaba escuchar por lo menos por algún tiempo, cogi el movil de mi mesita, mirando quien me había mandado el mensaje tan temprano, fijandome que era de Adrian

ADRIAN ::  Hola preciosa, nos vamos ya hacia la playa, te esperamos donde te conocimos, conduce con cuidado — decía el mensaje

Enseguida me levanté de la cama, entré en el cuarto de baño, me duche, volví a mi dormitorio, me puse el bikini y un pareo en mi cintura. Cogi mi bolso y mi movil marchándome de mi dormitorio, hacia la cocina

— Buenos días, ¿te vas a la playa mi niña? — me pregunto Marta

— Si, he quedado con las chicas — le dije mientras me tomaba mi taza de cafe

— Ten cuidado Elizabeth, cuando tu padre quiere algo de ti, no cesará en conseguirlo — me dijo

— Tranquila, sabré manejarlo, hasta luego —-

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