Me siento a comer a la mesa una vez más, mis padres están sentados en sus asientos habituales en cada extremo y mi hermano se encuentra justo frente a mí, nos tomamos todos de las manos antes de recitar una oración a dios agradeciendo por los alimentos. Me llevo una cucharada del estofado de res a la boca, remojo el pan en el caldo y lo muerdo con gusto disfrutando inmensamente del sabor familiar. -En serio que te luciste esta vez mamá, la comida te quedo perfecta-Las palabras fluyen desde mi corazón hasta la lengua sin una sola barrera. -Gracias mi amor, la hice especial para ti-La voz de mamá calienta mi alma como una manta reconfortante- ¿Ahora, por qué no nos sigues hablando de tus aventuras en ese tren? Tome su petición al pie de la letra y les conté mis vivencias una por una hasta el final mientras continuamos nuestra comida. Mientras pasa el tiempo instintivamente sé que tengo que irme, hay más cosas esperándome fuera de casa. Camino hacia la entrada y lentamente abro la
Es Julio, la luz dorada de la tarde entra por la ventana del auto y baña su interior con su oro, mi padre y mi madre van al frente y hablan sobre lo felices y orgullosos que están, es natural, su hijo acaba de titularse como medico y para celebrarlo he decidido hacer un pequeño viaje con mis amigos, esa es la razón de este momento, me acompañan a la estación de tren donde me veré con mis amistades antes de abordar. —Ojala tu padre y yo hubiéramos hecho un viaje como este tras graduarnos—Mamá comenta por segunda ocasión mientras baja del auto. —Bueno, aun se puede hacer, por fin terminé contigo y tu hermano así que ahora mi dinero finalmente es mío—Papá lo hace sonar como si yo hubiera venido a chupar todo su dinero como un parasito financiero o algo así, yo no pedí nacer. Les sonrió a ambos y los abrazo por un momento. —Esa es precisamente la razón por la que no planeo tener hijos, papá. —Yo dije lo mismo y terminé teniendo dos varones—papá me mira con fingida lastima mientra
Avanzamos rápidamente a la cabina de Estrella y Marian, abrimos la puerta de golpe y no están ahí... La preocupación empieza a hacer un agujero oscuro en mi corazón y un nudo se forma en mi garganta. Priscila y yo corremos por el pasillo hacia la cabina de Ana y Leo, puedo ver los distintos paisajes en las ventanas en el borde de mi vista mientras avanzamos, un bosque nevado, praderas infinitas, el firmamento y algunos lagos. Llego a la cabina y casi derribo su entrada por la anticipación. Todos estaban aquí, Leo y Marian estaban vendando la cabeza de Ana quien parecía haberse golpeado bastante feo, Estrella estaba sentada en un rincón abrazada a sus rodillas, el nudo en mi garganta se hace un poco más llevadero ahora. Priscila y yo entramos a la cabina, distraídamente noto que en su ventana se muestra lo que parece ser una ciudad que no conozco, aunque se ve algo rara, hay algo en ella que simplemente no cuadra del todo. — ¿Qué le pasó a Ana? —la voz preocupada de Priscila
Todos los ojos se centraron en mi y nadie hablo por un momento. —Sal a ver donde estamos—Dijo el conductor. Hubo otro pesado silencio en la cabina mientras esperaba que la pobre alma con quien este tipo hablaba se quejara. Un codo me golpeo en el costado cortesía de Raúl. — ¿Espera me lo estas diciendo a mi? —Estaba tan seguro que lo dije antes siquiera de pensarlo. —Si, necesitamos saber donde estamos muchacho y si es posible que el gobierno nos lleve de regreso a casa. " ¿Este imbécil esta hablando en serio? " — ¿Qué mierda, por qué yo? —Ya estas aquí y ya sabes lo que esta pasando ¿Así que por qué no tu? Mi mano se mantenía muy sutilmente sobre el cuchillo porque este idiota claramente estaba suplicando que lo apuñalaran. La mano de Leonardo se poso en mi hombro así que volteo a ver que quiere y solamente me niega con la cabeza pero en sus ojos puedo ver el mensaje subyacente (por favor no mates a este tipo, es el único maquinista que tenemos) —Yo te acompañare—Leo decla
El camino fue cansado, no estaba en mala condición física pero tampoco era un superdeportista, intente racionar el agua lo mejor posible ya que no sabia que tan viable seria comprarla dentro de la ciudad en desarrollo, pero aun así el cansancio de la caminata me hizo tomar un sorbo mas de agua, algo que parecía un momento que Leo había estado esperando desde hace un buen rato. —Amigo, si no tiene pelo para que te la quieras acabar toda de un jalón. "Este idiota me agarro con la guardia baja" —Te odio. Aunque no era el desierto árido que mi mente se imaginaba cuando la gente hablaba de Texas ciertamente si hacia calor, aun así perseveramos hasta llegar de la apartada estación del tren hasta nuestro destino, el mercado local. Nuestra primera parada no fue una casa de empeño como sugirió Priscila, primero visitamos una tienda de víveres común, no tendría sentido vender las cosas de mis amigas por un precio de miseria solo porque no se me ocurrió revisar antes el estado del poder adq
Todo se sentía tan irreal y difuso que creí que estaba dentro de una pesadilla, pero la sensación de la sangre coagulándose en mis manos era tan precisa que todo esto solo podía ser real. —Tenemos que ocultarlos—Las palabras de Leo eran lógicas en nuestra situación—Si alguien nos ve ahora pensaran que los asaltamos y los asesinamos. Intenté controlar mi respiración para calmarme, se sentía inútil pero al cabo de un par de minutos pude recuperar una pequeña apariencia de calma, la suficiente al menos como para seguir las palabras de Leonardo. No supe en que momento Leo recupero el caballo de Loreal, era sorprendente que ni siquiera huyera con todo el alboroto que acababa de haber. “Quizá simplemente se acostumbro a los disparos” Tan rápido como el pensamiento cruzo mi mente fue reemplazado por el sonido de Leo hablando. —Ayúdame a subir los cuerpos al caballo, nos vamos a adentrar unos metros en el bosque y luego los enterraremos ¿De acuerdo? —Si, esta bien… Cargar los cuerpos e
El cansancio no abandono mi cuerpo con la ducha, al contrario, solamente pareció impregnarse mas en mis huesos con cada segundo que pasaba. Mientras el agua corría por mi cuerpo mi mente vagó por los distintos acontecimientos y noticias del día. De entre las once parejas enviadas a recolectar recursos solamente ocho volvieron incluyéndonos a Leo y a mi, aunque tenemos esperanzas de que vuelvan todos sabemos que no es probable. Raúl trabajo bastante duro rediseñando y reacondicionando algunos vagones del tren, baños improvisados, camas artesanales construidas con asientos y una sarta de otras pequeñas pero muy útiles modificaciones que harían de nuestra estadía algo mucho mas fácil y llevadero. Con un ultimo suspiro levante la cubeta, vacié el agua tibia restante sobre mi cabeza, me sequé con la toalla y me vestí con mi pijama verde a rayas antes de caminar hasta el camarote de mis amigos. La mayoría de los otros pasajeros ya se encontraban durmiendo o haciendo rondas improvisadas
Debería ser alrededor de media noche, no importa, en algunas de las ventanas del tren es de día y otras muestran paisajes nocturnos, sin contar aquellas que muestran escenas del espacio exterior u océanos llenos de criaturas que no sé si existan en mi planeta. Ha pasado casi un mes y medio desde que nos aventuramos de nuevo en este viaje y finalmente a surgido algo parecido a una estructura jerárquica dentro del tren junto con algunos otros cambios y uno que otro descubrimiento propio. Se formo algo parecido a un concejo interno que toma las decisiones mas relevantes, dentro de los integrantes se encontraba Raúl como el único ingeniero a bordo, el maquinista Alonso, un representante del personal original del tren, el jefe de la cocina y Leo como encargado del personal de salud. Originalmente Leo no quería el puesto pero la otra opción que sugirió el maquinista era yo y eso solo significaba que tendría responsabilidades sobre mi así que chantajeé a Leo con contarle a su novia de nue