Capítulo 38

Gedeon y Lucio lograron rescatar a Asher, pero este estaba gravemente herido. Gedeon lo dejó al cuidado de Lucio y salió en busca de Aradne. En el camino, se detuvo al escuchar desde la distancia lo que ella decía y observó cómo la gente la miraba como a su líder. Pensó en cómo, en solo cinco años, Aradne había pasado de ser una niña frágil y menuda a convertirse en una mujer empoderada y valiente que no le temía a nada. Solo pudo observar cómo se alejaba, y entonces decidió seguir a la multitud.

Aradne se detuvo ante una gran roca que tenía una ranura por la que se deslizó, entrando en lo que parecía ser una cueva. Ella ingresó sola con Marie, mientras los demás esperaban al pie de la roca. Al entrar, corrió hacia su hijo.

—Mi amor, ¿estás bien? Debes de estar asustado y hambriento —balbuceó preocupada, abrazándolo con ternura.

El niño se separó de ella con suavidad, con una enorme sonrisa murmuró.

—No, mami, no soy miedoso y comimos pan con leche.

—Hija, ¿estás bien? ¿Y los demás?
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