Capítulo 76

—Señorita, yo soy de la manada Coral —pronunció con la voz temblorosa—. Escapé de ahí para buscar ayuda para mi familia.

—¿Por qué huiste de tu manada?

Ángela bajó la mirada, sus manos temblando ligeramente. Después de unos segundos, continuó:

—Hace ocho meses, vivíamos tranquilos, un día se descubrió que en la montaña detrás de nuestra manada había oro. Eso fue nuestra desgracia. —Su voz se quebró y comenzó a sollozar, cubriéndose el rostro con las manos—. Después aparecieron mercenarios y nos tomaron a todos como esclavos. Solo nos daban comida una vez al día. —Se detuvo, luchando por mantener el control—. Nuestro alfa murió defendiendo a su aldea y los ancianos comenzaron a morir de hambre. Yo... —respiró profundamente antes de apartar las manos de su cara—. Yo logré escapar para buscar ayuda. —Sus ojos se clavaron en los de Sira, llenos de desesperación—. Señorita, por favor, ayúdeme a rescatar a mi hermanito y a mi madre.

Sira arrugó el rostro de rabia, apretando los puños con fu
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